Poder cambiar de opinión, adaptarse a situaciones ambientales abruptas y evaluar nuevas posibilidades de acción implica un fenómeno conocido como flexibilidad cognitiva. Recogida especialmente entre los teóricos de la corriente cognitiva-comportamental, resalta como herramienta fundamental de bienestar y salud mental. Y es que, el progreso terapéutico depende, en gran medida, de ella. Cabe destacar, que la misma puede entrenarse, a partir de diversas estrategias. Por tanto, es un fenómeno altamente complejo que involucra dimensiones psicológicas y neuropsicológicas. ¿De qué trata la flexibilidad cognitiva? ¿Cuál es su relación con la resiliencia?
La flexibilidad es adaptativa
La flexibilidad cognitiva y el control cognitivo son competencias que revisten importancia crítica en la adaptación a un mundo caracterizado por cambios continuos. Estas habilidades, que abarcan la capacidad de tomar decisiones informadas, la resolución de problemas, gestión de múltiples tareas y estimulación de la creatividad, han sido objeto de análisis exhaustivos debido a su vinculación con la autorregulación emocional y su impacto en la salud mental de las personas.
Cuando falla, pueden surgir problemas
Pues, la misma, se consolida como un pilar esencial para afrontar desafíos diarios. Por otro lado, resulta imperativo señalar que los trastornos mentales, en particular la depresión, suelen estar relacionadas con un funcionamiento deficiente de las facultades de control cognitivo y flexibilidad mental.
Dicha correlación subraya aún más la relevancia crítica de estas competencias en la cotidianidad y en la promoción de la salud mental. Por ello, diversas investigaciones actuales se enfocan en la identificación de elementos que puedan potenciar la flexibilidad cognitiva, así como en el análisis de su vínculo con las afecciones mentales (Gabrys et al., 2018).
¿A qué nos referimos exactamente?
Los conceptos de control cognitivo y flexibilidad cognitiva han sido difíciles de definir por su intrincada relación. Desde una perspectiva de la neurociencia cognitiva, la flexibilidad cognitiva se ha considerado como un aspecto del control cognitivo o la manifestación de múltiples procesos de control cognitivo que operan secuencial, o simultáneamente, para impactar en el ambiente, en los cambios constantes de tarea.
Sin embargo, dentro del contexto clínico, la flexibilidad cognitiva se vincula con la capacidad de reconfigurar patrones de pensamiento disfuncionales hacia esquemas más adaptativos y conformes con el entorno. Así, se ha sugerido que las deficiencias en el control cognitivo o la flexibilidad cognitiva pueden dar lugar a la adopción de estrategias ineficaces de regulación, incluyendo la regulación emocional. De esta forma, sería más complejo que la alternación de tareas, a pesar de estar incluida en ella (Uddin, 2021).
Variabilidades fisiológicas y flexibilidad cognitiva: ¿Se relacionan?
Evaluar diversas señales fisiológicas, como las cardíacas, electromiográficas, galvánicas y respiratorias, puede no parecer relacionado con la flexibilidad cognitiva. No obstante, existe cierta evidencia que apunta hacia la relevancia de algunos indicadores, en particular el cociente LF/HF (low frecuency/high frecuency, en inglés).
Este indicador mide la actividad del sistema nervioso autónomo (SNA) mediante el análisis de la variabilidad de la frecuencia cardíaca. El SNA consta de dos partes fundamentales: el sistema nervioso simpático (SNS) y el sistema nervioso parasimpático (PNS). Así, el cociente LF/HF refleja el equilibrio entre la actividad de estas dos partes.
¿En qué se relacionan?
En este sentido, las personas con menor flexibilidad mental presenten un cociente LF/HF más elevado. Lo anterior, indica una mayor influencia del SNS en su SNA.
Dicha conexión entre la flexibilidad mental y el cociente LF/HF implica que la habilidad de ajustar y cambiar las estrategias cognitivas estaría vinculada a la regulación del SNA. Por tanto, tener una mayor flexibilidad mental podría estar relacionado con una respuesta más eficiente y adaptable al estrés, incluso a nivel fisiológico y automático, modificable mediante el entrenamiento conductual (Borghesi et al., 2023).
Resiliencia y flexibilidad cognitiva
La flexibilidad cognitiva es un fenómeno que, generalmente, implica capacidades individuales. Así, dentro de la especie, se observa una notable variabilidad en esta habilidad, lo que significa que algunas personas son naturalmente más flexibles que otras.
Dos aspectos íntimamente relacionados
En relación con ello, se ha encontrado que aquellos que exhiben una mayor flexibilidad cognitiva tienden a destacar por su resiliencia ante situaciones difíciles. Y es que, la resiliencia, en este contexto, se refiere a la capacidad de recuperarse rápidamente de las adversidades y mantener un estado de bienestar psicológico a pesar de los desafíos.
Ahora, como se ha mencionado, la flexibilidad cognitiva se relaciona con una mayor capacidad de aprendizaje y la posibilidad de generar soluciones creativas a problemas complejos. De esta forma, se encuentran íntimamente relacionadas.
No obstante, es una habilidad mental que se puede entrenar y mejorar con la práctica regular. Mediante terapias cognitivas-conductuales como la terapia de aceptación y compromiso, ejercicios de resolución de problemas, juegos mentales y actividades que desafíen la adaptación a nuevas situaciones, es posible fortalecer esta destreza y promover una mente más ágil y adaptable (Chaby et al., 2019).
El caso de la pandemia del COVID-19
La investigación sobre los impactos de la pandemia en la salud mental se ha identificado como de alta prioridad. Datos preliminares sugieren que los síntomas elevados de ansiedad y depresión, así como los trastornos del sueño, fueron muy frecuentes. En esta línea, dos de los primeros estudios realizados durante el confinamiento nacional en China indicaron que el 35 % de las personas experimentó angustia peritraumática de leve a grave relacionada con la pandemia.
Además, el 54 % calificó el impacto psicológico del brote como moderado a grave, el 16.5 % informó síntomas depresivos moderados a graves, y el 28.8 % síntomas de ansiedad moderados a graves. Sin embargo, múltiples investigaciones hallaron correlaciones significativas entre rasgos de flexibilidad cognitiva y un menor impacto negativo asociado a la pandemia, especialmente entre personas que generaron estrategias activas de cuidados en comunidad (Deng et al., 2023).
No solo ocurrió en pandemia
Las asociaciones entre una mayor flexibilidad psicológica y mejores resultados en la salud mental son consistentes con hallazgos en la literatura más amplia. De esta manera, se alinean con resultados que muestran que una menor flexibilidad psicológica predice traumas y problemas de salud mental en la secuela de crisis comunitarias, como tiroteos en escuelas y desastres naturales (Deng et al., 2023).
Conclusión
La flexibilidad cognitiva es un recurso vital en la salud mental. Nos permite adaptarnos a situaciones desafiantes, cambiar perspectivas y encontrar soluciones creativas a problemas. Al desarrollar esta capacidad, fortalecemos nuestra resiliencia emocional y reducimos el impacto del estrés y la ansiedad en nuestra vida.
De esta forma, nos libera de patrones de pensamiento rígidos y nos empodera para abrazar experiencias internas y externas con apertura y aceptación. Así, constituye un valioso recurso que nos ayuda a mantener un mayor equilibrio emocional y afrontar los desafíos de manera más efectiva.
Referencias bibliográficas
- Borghesi, F., Chirico, A., Pedroli, E., Cipriani, G. E., Canessa, N., Amanzio, M. y Cipresso, P. (2023). Exploring biomarkers of mental flexibility in healthy aging: a Computational Psychometric study. Sensors, 23(15), 6983. https://doi.org/10.3390/s23156983
- Chaby, L. E., Karavidha, K., Lisieski, M. J., Perrine, S. A. y Liberzon, I. (2019). Cognitive flexibility training improves extinction retention memory and enhances cortical dopamine with and without traumatic stress exposure. Frontiers in Behavioral Neuroscience, 13. https://doi.org/10.3389/fnbeh.2019.00024
- Deng, Y., Huang, P., Yang, Q. y Ye, B. (2023). Perceived stress, Psychological flexibility profiles, and Mental Health during COVID-19: A Latent Profile analysis. Psychology Research and Behavior Management, (16), 1861-1871. https://doi.org/10.2147/prbm.s409395
- Gabrys, R. L., Tabri, N., Anisman, H. y Matheson, K. (2018). Cognitive control and flexibility in the context of stress and depressive symptoms: The Cognitive Control and Flexibility Questionnaire. Frontiers in Psychology, 9. https://doi.org/10.3389/fpsyg.2018.02219
- Uddin, L. Q. (2021). Cognitive and behavioural flexibility: neural mechanisms and clinical considerations. Nature Reviews Neuroscience, 22(3), 167-179. https://doi.org/10.1038/s41583-021-00428-w