El consumismo, más que un acto de adquirir bienes, se ha convertido en una práctica profundamente enraizada en nuestra sociedad. Moldeada por el neoliberalismo, las estrategias de marketing y redes sociales​​​, esta dinámica no solo impacta la forma en que vivimos, sino también nuestras relaciones sociales, la salud mental y el medioambiente. Por tales motivos, se han generado grandes debates sobre la necesidad de un cambio hacia modelos más éticos y sostenibles. En esta nota, exploraremos el origen y las consecuencias del consumismo, así como posibles alternativas como es el consumo responsable.

El consumismo como fenómeno sociocultural

Este concepto, tan instaurado en los discursos actuales, se define como un modelo sociocultural en el que la adquisición de bienes y servicios no responde únicamente a necesidades básicas, sino a deseos creados por el sistema económico y cultural​. Dicho fenómeno ha evolucionado con el tiempo.

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Así, la sociedad de la abundancia de la posguerra, donde el consumo representaba un símbolo de estatus y progreso, se ha transformado en el capitalismo emocional actual, que utiliza estrategias de marketing basadas en conexiones afectivas para consolidar la fidelidad a las marcas​.

Con esto, la transformación de la publicidad, que pasó de ser meramente informativa a emocionar y generar vínculos entre las marcas y consumidores, ha sido un motor clave de esta evolución. Hoy en día, consumir no es solo satisfacer necesidades, sino que es un acto que busca definir identidades, establecer conexiones sociales y proyectar imágenes personales. Tal progresión refleja cómo las prácticas consumistas han sido moldeadas para alinearse con las dinámicas del capitalismo contemporáneo (Soto Ramírez, 2022).

La construcción social del consumismo

Desde los sistemas educativos hasta los medios de comunicación, los mensajes consumistas se transmiten como ideales de éxito y felicidad. Lo anterior, crea una relación estrecha entre individuos y mercado, en la que consumir se convierte en un medio para pertenecer a una sociedad que valora la posesión material sobre otros aspectos de la vida​​. Así pues, el consumismo es resultado de una construcción social promovida por el neoliberalismo y las dinámicas del mercado global​.

El uso de pedagogías consumistas en la educación, muestra de manera precisa lo mencionado. Dentro de las mismas nos podemos encontrar con varias prácticas que fomentan un pensamiento poco crítico, que perpetúa hábitos de consumo irracionales y refuerzan el materialismo como un valor central​ (Martín-Sánchez et al., 2021). Algunos ejemplos son:

  • Integración de valores consumistas: Los currículos refuerzan la asociación entre éxito personal y consumo, sin fomentar una visión crítica​.
  • Normalización del mercado: Las actividades escolares promueven la lógica del mercado, como eventos patrocinados por marcas o programas de fidelización​.
  • Ausencia de educación crítica: Es decir, se omiten reflexiones sobre los impactos sociales y ambientales del consumo excesivo​​.
  • Refuerzo del materialismo: Priorizando la adquisición de bienes sobre valores como la sostenibilidad o la creatividad

Impacto del consumismo

Consecuentemente, dicho fenómeno tiene un impacto significativo en el bienestar psicológico. Esto se debe a que la asociación entre posesiones materiales y felicidad, promovida por el marketing, genera altos niveles de ansiedad, insatisfacción y comparación social. Especialmente, en la población joven. En este contexto, tales dinámicas contribuyen al desarrollo del materialismo, donde el valor personal se mide por lo que se posee.

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Particularmente, en los jóvenes, plataformas como Instagram refuerzan esta presión. La exposición continua a influencers y estilos de vida ambiciosos, fomentan la necesidad de consumir para pertenecer y destacar. Así, son acentuados los sentimientos de exclusión y baja autoestima​.

Adicionalmente, la rapidez con la que las tendencias cambian en sectores como la moda, provoca un consumo impulsivo. Todo ello, acompañado de frustración y culpa cuando no es posible mantener el ritmo.

Daños al medioambiente

Por si fuera poco, el impacto ambiental del consumismo resulta devastador, especialmente en industrias como la moda rápida (fast fashion). Este modelo de producción y consumo genera toneladas de desechos textiles, agota recursos naturales y contribuye significativamente al cambio climático​. En particular, se estima que la industria de la moda produce 92 millones de toneladas de residuos al año y consume, aproximadamente, 79000 millones de litros de agua​.

A su vez, prácticas como la obsolescencia programada y el uso indiscriminado de químicos tóxicos agravan la contaminación del aire, el agua y el suelo​. Como resultado, también se perpetúa la desigualdad global, debido a que las comunidades más vulnerables suelen ser las que soportan las consecuencias ambientales de la explotación (Sampaio Gomes, 2024).

Alternativas al modelo consumista

Una de las alternativas posibles frente a este modelo es la reducción voluntaria del consumo. También conocida como decrecimiento, que supone una transformación radical en la relación entre las personas y los bienes materiales.

A través de ello, propone replantear el consumo como un medio para satisfacer necesidades reales, en lugar de deseos impuestos por el mercado​. Conceptos como el buen vivir, inspirado en tradiciones indígenas latinoamericanas, defienden un estilo de vida basado en la frugalidad, armonía con la naturaleza y justicia social​.

A partir de esta práctica, no solo se reduce el impacto ambiental, sino que también se fomenta un sentido de comunidad y equidad. Ejemplos exitosos incluyen prácticas de economía circular, como el reciclaje, la reutilización y reparación de bienes, que buscan minimizar los desechos y maximizar los recursos disponibles (Soto Ramírez, 2022).

Consumo consciente y responsable

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Esta nueva forma de consumo más responsable surge como una respuesta al modelo desmedido, invitando a reflexionar sobre el origen y las consecuencias de las elecciones de compra. Por su parte, promueve prácticas como la adquisición de productos sostenibles, el apoyo a empresas socialmente responsables y la reducción del desperdicio​​.

En esta misma línea, movimientos como el slow fashion destacan en el área, ofreciendo una alternativa a la moda rápida. A través de la producción sostenible, se busca desacelerar el ciclo de consumo y reducir los daños ambientales y sociales asociados con la industria textil. Pese a ello, para que estas prácticas alternativas se conviertan en la norma, es crucial la educación para el consumo responsable, basada en pedagogías críticas que fomenten el pensamiento reflexivo y la acción ética​.

Conclusión

El consumismo, en su forma actual, es tanto un reflejo como un motor de las dinámicas sociales, económicas y culturales de nuestra era. Dicha práctica evidencia las tensiones entre los ideales de progreso material y los costos psicológicos, sociales y ambientales que estos implican. Aunque las estrategias de marketing y las redes sociales han consolidado su papel en la perpetuación de esta lógica, también han surgido espacios de resistencia que invitan a cuestionar la relación entre consumo, responsabilidad y bienestar.

Frente a este panorama, alternativas como el decrecimiento, consumo responsable y movimientos como el slow fashion destacan no solo por su enfoque sostenible, sino también por su capacidad de fomentar comunidades más equitativas y responsables. No obstante, el desafío no radica únicamente en adoptar estas prácticas, sino en transformar colectivamente las estructuras que han normalizado el consumismo como pilar de nuestra identidad. ¿Estamos preparados para priorizar el bien colectivo sobre la acumulación individual? ¿Qué papel desempeñaremos en la transición hacia un modelo más ético y equilibrado?

Referencias bibliográficas

  • Martín-Sánchez, M., Casares-Ávila, L. y Cáceres-Muñoz, J. (2021). Educación para el consumo sostenible desde la pedagogía crítica. Educación y Pesquisa, 47, e235557. https://doi.org/10.1590/S1678-4634202147235557
  • Sampaio Gomes, I. (2024). A influência do Instagram no consumismo entre os jovens: O fenómeno fast fashion [Tesis de maestría, Universidade do Minho]. RepositóriUM.
  • Soto Ramírez, J. (2022). Consumismo para indignados. Athenea Digital, 22(1), e2993. https://doi.org/10.5565/rev/athenea.2993