El consumo de cannabis ha ido en aumento en los últimos años, impulsado por la legalización en distintos países y su uso terapéutico. No obstante, sus efectos sobre la salud cognitiva continúan siendo objeto de debate. Entre las principales preocupaciones se encuentra su impacto en la memoria, puesto que el tetrahidrocannabinol (THC), el principal compuesto psicoactivo, interactúa con regiones cerebrales que participan en el aprendizaje y la retención de información. En este sentido, un reciente estudio analizó cómo el consumo de dicha planta afecta la activación cerebral durante tareas cognitivas, revelando consecuencias significativas en el funcionamiento de la memoria de trabajo. Pero, ¿los efectos son transitorios o pueden dejar secuelas permanentes en el cerebro?

La memoria en juego: Efectos del cannabis en el cerebro

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Se trata de una de las sustancias psicoactivas más utilizadas a nivel mundial. Debido a ello, su impacto en la función cognitiva continúa siendo estudiado. Especialmente, en lo que respecta a la memoria. Y es que, el THC, interactúa con el sistema endocannabinoide del cerebro, una red de receptores involucrada en procesos de memoria.

En particular, el receptor cannabinoide tipo 1, presente en áreas clave como el hipocampo, la corteza prefrontal y la amígdala, es fundamental para la consolidación de recuerdos y el funcionamiento de la memoria de trabajo. Al respecto, estudios anteriores han demostrado que el THC altera la comunicación neuronal en tales regiones, lo que genera dificultades para retener y recuperar información.

Algunas variables que impactan

De todas formas, la evidencia señala que los efectos son capaces de variar según la frecuencia y la edad de inicio del consumo. Mientras que el uso ocasional genera deterioro temporal en la memoria a corto plazo, el consumo crónico se ha asociado con cambios estructurales y funcionales. Particularmente en población joven, puesto que su desarrollo neurocognitivo aún se encuentra en curso.

Al mismo tiempo, se ha encontrado una reducción en el volumen del hipocampo y menor conectividad en regiones prefrontales en consumidores frecuentes. Lo anterior, sugiere posibles consecuencias a largo plazo.

El estudio más extenso hasta el momento

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Si bien se sabe que el THC afecta la comunicación neuronal en regiones fundamentales para la consolidación de recuerdos, aún persisten dudas acerca de la magnitud y duración de tales efectos. Para responder a dicha cuestión, una nueva investigación analizó la relación entre el consumo de cannabis y la activación cerebral durante la realización de tareas cognitivas.

A diferencia de revisiones previas con muestras reducidas, incluyó una amplia base de datos y ajustó ciertas variables. Entre ellas, la edad, el consumo de otras sustancias y factores sociodemográficos. En concreto, su objetivo fue evaluar si el uso frecuente de cannabis afecta de forma significativa la memoria. Así como también si tales efectos podrían ser reversibles frente a la abstinencia.

Pero, ¿cómo se llevó a cabo?

Con el propósito de evaluar el impacto del cannabis en la memoria, los investigadores analizaron datos del Human Connectome Project, enfocándose en más de mil adultos jóvenes de entre 22 y 36 años. Los participantes fueron clasificados según el historial de consumo en tres grupos: no consumidores, usuarios moderados y consumidores frecuentes. Además, se tomaron muestras de orina para identificar el uso reciente de la sustancia.

Posteriormente, los participantes llevaron a cabo pruebas cognitivas mientras su actividad cerebral era registrada mediante resonancia magnética funcional. En este contexto, una de las tareas fue una prueba de memoria de trabajo, que permitió medir la activación de regiones como el hipocampo y la corteza prefrontal. Ahora bien, ¿qué resultados se encontraron?

Así afecta el cannabis a la memoria: Nuevos descubrimientos

Respecto al vínculo entre dichas variables, se reveló que el consumo frecuente de cannabis se asocia con una menor activación en áreas relativas a la memoria de trabajo. Especialmente en la corteza prefrontal, el hipocampo y la ínsula anterior. En comparación con los no consumidores, quienes habían utilizado cannabis de manera habitual mostraron una actividad reducida al realizar tareas cognitivas. Es decir, una menor eficiencia en el procesamiento de la información.

En suma, el análisis del consumo reciente mostró que quienes presentaban THC en su organismo el día de la evaluación también experimentaban un rendimiento más bajo en la memoria de trabajo. Aunque los efectos no fueron tan marcados como en los consumidores crónicos. Dicho hallazgo indica que, tanto el uso prolongado como el reciente, afectan la función cognitiva. Pese a ello, la magnitud del impacto varía en función de la frecuencia de consumo.

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Regiones cerebrales activadas según la tarea cognitiva evaluada. Imágen obtenida de Gowin et al., (2025).

¿Los efectos son reversibles, o el consumo de cannabis deja secuelas?

La evidencia sugiere que los efectos del cannabis en la memoria podrían ser duraderos, especialmente en consumidores frecuentes. Así, la menor activación cerebral observada en regiones relacionadas con la memoria, persistió incluso después de excluir a quienes habían consumido recientemente. De este modo, podríamos pensar que no se trata solo de un efecto inmediato, sino de una posible alteración a largo plazo.

Aún así, la investigación no pudo concluir con certeza si los efectos son permanentes o reversibles. Aunque algunos estudios previos han mostrado cierta recuperación cognitiva tras varias semanas de abstinencia, el impacto en usuarios de consumo crónico sigue sin estar completamente definido. Esto indica que la memoria podría experimentar una mejora con el tiempo. Empero, en ciertos casos, los cambios en la actividad cerebral podrían persistir incluso después de finalizar el período de consumo.

Limitaciones y miradas futuras

Si bien ya hemos hablado de la evidencia analizada en la investigación sobre el impacto del cannabis en la memoria, es importante mencionar que presenta ciertas limitaciones que deben considerarse al interpretar los hallazgos. Al tratarse de un estudio transversal, solo permite establecer asociaciones, pero no determinar una relación causal. Asimismo, aunque se controlaron variables como el consumo de alcohol y nicotina, otros factores individuales, podrían influir en los resultados.

Para abordar las mencionadas cuestiones, futuras investigaciones deberían centrarse en estudios longitudinales que permitan evaluar la evolución. Otro aspecto fundamental sería analizar si la abstinencia prolongada conlleva una recuperación total o parcial de la memoria de trabajo. Por último, análisis que comparen distintos tipos de cannabis, en función de sus concentraciones de THC y cannabidiol (CBD), podrían aportar mayor claridad sobre los componentes específicos que afectan la función cognitiva.

Entonces, ¿qué nos deja esta investigación?

Los hallazgos de dicho estudio refuerzan la idea de que el consumo frecuente de cannabis se encuentra asociado con una menor activación en regiones cerebrales clave para la memoria de trabajo. Tanto el uso prolongado como el consumo reciente parecen afectar el rendimiento en tareas cognitivas. Si bien no se puede afirmar con certeza que los efectos del cannabis sean permanentes, la persistencia de una menor activación cerebral en consumidores crónicos sugiere que los cambios en la memoria podrían extenderse más allá del período de consumo.

Más allá de esto, aún hay muchas preguntas por responder. ¿Existe un umbral de consumo a partir del cual los efectos se vuelven irreversibles? ¿Cuánto tiempo de abstinencia es necesario para recuperar completamente la función cognitiva? Además, en un contexto donde la percepción de riesgo del cannabis es cada vez menor, comprender sus efectos a largo plazo es clave para la salud pública. Así pues, profundizar en tales cuestiones permitirá tomar decisiones informadas sobre su consumo y diseñar estrategias para mitigar las posibles consecuencias.

Referencia bibliográfica

  • Gowin, J. L., Ellingson, J. M., Karoly, H. C., Manza, P., Ross, J. M., Sloan, M. E., Tanabe, J. L. y Volkow, N. D. (2025). Brain Function Outcomes of Recent and Lifetime Cannabis Use. JAMA network open8(1), e2457069. Doi: 10.1001/jamanetworkopen.2024.57069