El núcleo accumbens es una estructura cerebral clave en la regulación del placer y las recompensas en el cerebro humano. Ubicado dentro del cerebro, en regiones comúnmente denominadas como áreas subcorticales, el núcleo está estrechamente involucrado en la experiencia de la gratificación y la motivación. Así como en la formación de hábitos y adicciones. En esta nota, exploraremos la función del núcleo accumbens y su influencia en el comportamiento humano en relación con el placer y las recompensas.

¿Dónde se ubica el núcleo accumbens?

El núcleo accumbens se ubica en la intersección del putamen y el núcleo caudado con el septum. A su vez, forma parte de la zona ventral del cuerpo estriado y es uno de los núcleos que conforman los ganglios basales, de las estructuras más primitivas del cerebro.

Así, el núcleo accumbens es un componente vital en el sistema de recompensa del cerebro, el cual consta de complejos circuitos neuronales que se activan al sentir placer o buscar una recompensa. Este proceso resulta en la liberación de neurotransmisores como la dopamina, que juegan un papel crucial en la motivación, el aprendizaje y el desarrollo de adicciones.

El circuito de recompensa cerebral

Cómo mencionamos brevemente, el sistema de recompensa cerebral es un circuito de activación de zonas cerebrales que se desencadena ante ciertos estímulos recibidos por nuestro cuerpo, liberando neurotransmisores. Se compone principalmente de tres estructuras:

  • Sistema límbico: Conocido también como el “cerebro emocional”, se vincula a la regulación de las emociones, los procesos motivacionales, el aprendizaje, y el mantenimiento de la homeostasis interna en general, entre otras cosas.
  • Área tegmental ventral: Es el componente principal del sistema de recompensa y contiene la mayor cantidad de neuronas dopaminérgicas del cerebro.
  • Núcleo accumbens: Es un grupo de neuronas perteneciente a los ganglios basales, considerado una interfase neural entre motivación y acción motora. Tiene un rol fundamental en relación a las conductas sexuales, las adicciones y la ingesta de alimentos, entre otros (Razón Hernández et al., 2017).

La estructura del núcleo accumbens

El núcleo accumbens se compone principalmente de dos estructuras según su grado de vinculación a la emoción o la motilidad. Por un lado, la corteza del núcleo accumbens está estrechamente relacionada con aspectos emocionales y afectivos, y se caracteriza por sus conexiones significativas con el sistema límbico, una red neural clave en el procesamiento de las emociones. En particular, esta región se conecta con el bucle hipocampo-mamílotálamico, también conocido como el circuito de Papez. Este último desempeña un papel crucial en la regulación de las respuestas emocionales y la formación de la memoria emocional. Por lo tanto, la corteza del núcleo ccumbens es fundamental para recibir neurotransmisores asociados con experiencias placenteras, como la dopamina, que son fundamentales en la motivación y la recompensa.

Por otro lado, el núcleo del núcleo accumbens juega un papel crucial en la regulación de la motilidad y la actividad motora, especialmente en relación con las emociones. Dicha región establece conexiones fundamentales con áreas cerebrales responsables del control del movimiento, como la sustancia negra, los ganglios basales y la corteza motora. Estas conexiones son esenciales para coordinar las respuestas motoras de acuerdo con el estado emocional y la motivación, lo que facilita la realización de acciones dirigidas hacia la obtención de recompensas o la evitación de situaciones aversivas. (Aboitiz y Schröter, 2005).

¿Algo que ver con la dopamina?

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Ciertamente, los neurotransmisores son mensajeros químicos indispensables para la comunicación interneuronal que se desarrolla mediante las sinapsis. Y, entre ellos, la dopamina es uno de los principales que interactúa con el núcleo accumbens, junto con la serotonina y el glutamato.

De este modo, cuando una persona experimenta algo placentero, como comer alimentos sabrosos, el núcleo accumbens se activa y libera dopamina. Esta actúa como una señal para reforzar el comportamiento que condujo a la experiencia placentera, lo que motiva a la persona a buscar más de esa recompensa.

Una función esencial para el aprendizaje y la formación de hábitos. Pues, a través de un proceso conocido como condicionamiento de recompensa, el cerebro aprende a asociar ciertos estímulos o comportamientos con la sensación de placer, lo que refuerza la repetición de esos comportamientos en el futuro.

La contracara del placer: Su vínculo con las adicciones

Ahora, si bien la dopamina se encarga fundamentalmente de la generación de emociones positivas, esto no siempre es beneficioso para la salud. Y es que, este neurotransmisor también se ha identificado como uno de los principales reforzadores del comportamiento adictivo y los trastornos alimenticios (Larocca, 2013), ya que su liberación excesiva en el cerebro refuerza la asociación entre la sustancia o actividad adictiva y la sensación de placer. Además, la dopamina está estrechamente relacionada con los síntomas de déficit atencional, sugiriendo que tiene un papel importante en la regulación de la atención y concentración (Vasconcelos et al., 2018).

¿Y con la depresión?

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La estimulación eléctrica del núcleo accumbens, conocida como estimulación cerebral profunda, ha demostrado tener efectos positivos en el alivio de algunos síntomas de la depresión. Este método implica la implantación de electrodos en áreas específicas del cerebro, que envían señales eléctricas de baja intensidad a esa región, lo que modula la actividad neuronal y promueve la liberación de dopamina (Drobisz y Damborská, 2019).

Esta técnica ha demostrado ser especialmente beneficiosa para aquellos pacientes que no responden adecuadamente a otros tratamientos convencionales, ofreciendo una alternativa prometedora para mejorar la calidad de vida de quienes sufren de esta enfermedad mental. Además, la estimulación del núcleo accumbens también ha demostrado ser efectiva en el tratamiento de otros trastornos, como la enfermedad de Parkinson y los trastornos obsesivo-compulsivos (TOC).

Conclusión

El núcleo accumbens desempeña un papel central en la regulación del placer y las recompensas en el cerebro humano. Además, es el epicentro de la motivación y formación de hábitos. Es así, que la liberación de dopamina en dicha región refuerza los comportamientos asociados con la obtención de recompensas, lo que impulsa a las personas a buscar experiencias placenteras.

Sin embargo, el núcleo accumbens también puede verse afectado en casos de adicción, donde la búsqueda de recompensas se vuelve compulsiva y se prioriza por encima de otros aspectos. Ante cualquier duda es fundamental buscar ayuda profesional para obtener un diagnóstico preciso y establecer un plan de tratamiento adecuado. Si te interesa la temática, te sugerimos acceder a nuestro curso de estrategias de prevención en adicciones.

Referencias bibliográficas

  • Aboitiz, F. y Schröter G., C. (2005). Síndrome de Déficit Atencional: antecedentes neurobiológicos y cognitivos para estudiar un modelo de endofenotipo. Revista chilena de neuro-psiquiatría43(1), 11-16. https://dx.doi.org/10.4067/S0717-92272005000100002
  • Aguirre, N. M. (2020). El sistema de recompensa y control inhibitorio en el trastorno de atracón: Una revisión de estudios de fMRI [Trabajo fin de grado, Universidad de la República (Uruguay)]. https://hdl.handle.net/20.500.12008/29266
  • Drobisz, D. y Damborská, A. (2019). Deep brain stimulation targets for treating depression. Behavioural Brain Research, 359, 266-273. https://doi.org/10.1016/j.bbr.2018.11.004
  • Floresco, S. B. (2015). The Nucleus Accumbens: An Interface Between Cognition, Emotion, and Action. Annual Review of Psychology, 66(1), 25-52. https://doi.org/10.1146/annurev-psych-010213-115159
  • Larocca, F. (2013). La neurociencia, la epigénesis y el entendimiento del ‘Sistema de Recompensa del Cerebro’: sus aplicaciones en las adicciones y en los trastornos del comer. 
  • Razón Hernández, K. C., Rodríguez Serrano, L. M. y León Jacinto, U. (2017). Neurobiología del sistema de recompensa en las conductas adictivas: consumo de alcohol. Revista Electrónica Psicológica Iztacala, 20(4), 1344-1361. https://www.issup.net/node/4944
  • Salgado, S. y Kaplitt, M. G. (2015). The nucleus accumbens: a comprehensive review. Stereotactic and functional neurosurgery93(2), 75-93. Doing: 10.1159/000368279
  • Vasconcelos, A. F., Ramírez, M. M. y Mildestein, Y. P. (2018). Trastorno por déficit de atención con hiperactividad, algunas consideraciones en su diagnóstico y su tratamiento. Acta médica del centro12(4), 485-495.