La psicología positiva, en constante evolución, se centra en el bienestar humano y la mejora de la calidad de vida. La gratitud y la atención plena son pilares fundamentales de esta disciplina, promoviendo el aprecio por lo positivo y la conexión con el momento presente. Y a su vez, ayudando a cultivar relaciones interpersonales valiosas. Ahora, ¿cómo pueden la psicología positiva y la gratitud influir en nuestra salud mental y emocional? ¿Qué impacto tienen en nuestra capacidad para enfrentar el estrés y cultivar la resiliencia en medio de los desafíos?
Psicología positiva y gratitud: Un enfoque innovador

La salud mental positiva abarca el bienestar emocional, psicológico y social, y el funcionamiento pleno en diversos aspectos de la vida. Particularmente, el bienestar emocional se centra en la satisfacción con la vida y las experiencias emocionales.
A su vez, se encuentra definido por seis dimensiones, resaltando la importancia de la autonomía y las relaciones positivas. Por otro lado, el bienestar social y la espiritualidad también se consideran pilares importantes de la psicología positiva (Chang et al., 2022).
El papel de la atención plena
Diversas investigaciones han explorado la eficacia de las intervenciones de psicología positiva en poblaciones clínicas. Por ejemplo, un metaanálisis encontró que las intervenciones basadas en la atención plena producen resultados comparables a los tratamientos psicológicos convencionales en cuanto a la reducción de síntomas. Particularmente, se observaron mejoras significativas en casos de depresión, dolor crónico, tabaquismo y diversas formas de adicción.
A partir de dichos hallazgos, se ha propuesto integrar la promoción del bienestar como parte central de los enfoques terapéuticos. Lo anterior, implica ir más allá del simple alivio de los síntomas para incluir objetivos como la aceptación, el crecimiento personal y el florecimiento del paciente. (Chang et al., 2022).
Practicar la gratitud como factor clave
En consonancia con lo anterior, la gratitud se define como el reconocimiento y la valoración de aspectos positivos atribuidos a fuentes externas, como personas, eventos o circunstancias de la vida. Dicha disposición se cultiva a través de intervenciones breves y accesibles, como redactar cartas de agradecimiento o llevar un registro diario de experiencias. Si bien se ha demostrado que estas prácticas contribuyen al aumento del bienestar subjetivo, otros estudios han advertido sobre la influencia de factores culturales en su eficacia.
Por ejemplo, análisis realizados en población japonesa han arrojado resultados menos concluyentes. En una investigación que duró cuatro semanas, no se encontraron diferencias en indicadores de bienestar entre el grupo que practicó la gratitud y el de control.
En otro caso, aunque se registró una mayor motivación académica en quienes llevaron a cabo ejercicios de gratitud, no se visualizaron cambios en la satisfacción con la vida. Conjuntamente, las evidencias sugieren la necesidad de adaptar las intervenciones a los marcos culturales específicos para maximizar su efectividad (Nawa y Yamagishi, 2024).
Optimismo: Un estilo de afrontamiento

Por otro lado, el optimismo se entiende como la tendencia a anticipar resultados positivos en el futuro, y se ha asociado con múltiples beneficios en la salud física, el bienestar psicológico y la conducta adaptativa. Este recurso cobra especial relevancia en contextos de salud, donde favorece estrategias de afrontamiento más eficaces frente al estrés. Para promoverlo, se han desarrollado intervenciones como el ejercicio del “Mejor Yo Posible”, que invita a imaginar un futuro en el que se alcanzan metas personales importantes.
Asimismo, los artículos que han evaluado este tipo de prácticas reportan mejoras en los niveles de optimismo, así como en dimensiones del bienestar como la felicidad y la satisfacción con la vida. No obstante, la magnitud del efecto varía según los indicadores utilizados, resaltando la importancia de considerar múltiples dimensiones al evaluar los resultados.
Psicología positiva y gratitud: ¿Cómo se vincula la autoestima?
Como ya mencionamos, la psicología positiva busca promover el bienestar emocional y psicológico. Y el autoestima juega un papel crucial en esta búsqueda al influir en la forma en que las personas perciben y valoran sus propias vidas.
A través de intervenciones centradas en mejorar la autoestima, la psicología positiva busca fortalecer el sentido de valía personal y la confianza en las propias capacidades. Lo que contribuye a una mayor satisfacción con la vida y al bienestar general (Nawa y Yamagishi, 2024).
¿Intervenciones en psicología positiva?
Además del desarrollo de recursos psicológicos como la gratitud o el optimismo, se han diseñado programas estructurados que integran estos componentes en intervenciones breves y sistemáticas. El objetivo central es promover el bienestar general y el crecimiento personal, tanto en entornos clínicos como no clínicos.
Las mismas suelen consistir en actividades concretas —por ejemplo, escribir cartas de agradecimiento, realizar actos de bondad o practicar ejercicios de visualización positiva— que invitan a reflexionar sobre aspectos valiosos de la vida cotidiana. Además, se implementan de manera regular durante un período determinado, y su efectividad es evaluada mediante instrumentos psicológicos antes, durante y después de la intervención. Así, se busca documentar cambios sostenidos en variables como la satisfacción vital, la percepción de sentido o el afecto positivo.
¿Y basadas en la atención plena?

Por otro lado, las intervenciones basadas en la atención plena han ganado prominencia desde la década de 1970, inicialmente como un enfoque para reducir el estrés en entornos clínicos. Sin embargo, en los últimos años, se ha prestado más atención a los resultados de bienestar que ofrecen estas intervenciones, lo que ha llevado al desarrollo de intervencione que combinan la atención plena con enfoques centrados en aumentar los sentimientos, comportamientos y cogniciones positivas.
En este sentido, las intervenciones en psicología positiva no solo son efectivas entre poblaciones clínicas, como aquellos con depresión o trastornos de ansiedad. Sino que, adicionalmente, también tienen el potencial de mejorar el funcionamiento positivo y las experiencias generales (George et al., 2021).
Conclusión
En la intersección de la psicología positiva, la gratitud y la atención plena, encontramos un camino hacia una vida más plena y satisfactoria. Al practicar la gratitud, aprendemos a valorar lo que tenemos y a encontrar alegría en las pequeñas cosas de la vida.
Tal es así, que los mencionados enfoques nos brindan herramientas para cultivar una mentalidad positiva y afrontar los desafíos con calma y claridad. Al integrar dichas prácticas en nuestra vida diaria, podemos fortalecer nuestra salud mental, mejorar nuestras relaciones y encontrar un mayor sentido de bienestar
Referencias bibliográficas
- Chang, S., Sambasivam, R., Seow, E., Subramaniam, M., Assudani, H. A., Tan, G. C., Lu, S. H. y Vaingankar, J. A. (2022). Positive mental health in psychotherapy: a qualitative study from psychotherapists’ perspectives. BMC Psychology, 10(1). https://doi.org/10.1186/s40359-022-00816-6
- George, A. J., John, R. y Rajkumar, E. (2021). Mindfulness-based positive psychology interventions: a systematic review. BMC Psychology, 9(1). https://doi.org/10.1186/s40359-021-00618-2
- Nawa, N. E. y Yamagishi, N. (2024). Distinct associations between gratitude, self-esteem, and optimism with subjective and psychological well-being among Japanese individuals. BMC Psychology, 12(1). https://doi.org/10.1186/s40359-024-01606-y
- Scott, J., Mazzucchelli, T. G., Luszcz, M. A., Walker, R. y Windsor, T. D. (2022). A behavioural activation intervention to increase engagement with life and wellbeing in older adults: Study protocol for a randomised controlled trial. BMC Psychology, 10(1). https://doi.org/10.1186/s40359-022-00988-1