Nuevos hallazgos en la ciencia han permitido la definición y descubrimiento de nuevas enfermedades. Este es el caso de la fibromialgia, la cual fue reconocida como enfermedad por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el año 1992 y tiene como característica o síntoma principal un dolor crónico. Actualmente, siguen existiendo dudas sobre esta enfermedad debido a su característica heterogénea y falta de información concluyente sobre su origen. Aun así, algo que sí ha sido comprobado, es que la persona que lo padece presenta una afectación notoria en su calidad de vida. En esta nota intentaremos explicar un poco más sobre la enfermedad y sus afectaciones a nivel cognitivo.
¿Cómo se define la fibromialgia?
La fibromialgia es un síndrome crónico cuyo origen es desconocido y en el que la persona presenta una evolución variable y compleja. Se caracteriza por la presencia de dolor generalizado.
En algunos casos, puede llegar a ser totalmente invalidante para quien lo padece, afectando su capacidad para hacer cualquier actividad. En consecuencia, implica una importante disminución de la calidad de vida.
Según la Asociación Americana de Reumatología (ACR), se trabaja como una enfermedad que genera un dolor crónico, siendo esta la de más prevalencia. Asimismo, expresan que entre el 2,5 al 4% de la población la presenta. Siguiendo esta línea, el 80% de las personas que la sufren son mujeres y, generalmente, el diagnóstico se presenta en un rango de edad entre 35 a 50 años.
Síntomas de la fibromialgia
Los síntomas de la fibromialgia tienen implicaciones en las esferas biológica, social y psicológica. Por lo tanto, consume muchos recursos a nivel sanitario. La ACR propone los siguientes criterios diagnósticos:
- Presencia de dolor mecánico de manera permanente y crónico.
- Rigidez corporal que puede darse de manera matutina o tras estar en reposo.
- Alteraciones en el sueño, entre las pueden estar la presencia de sueño ligero, insomnio, bruxismo, sueño no reparador o múltiples despertares.
- Fatiga, la cual puede ser matutina o ir en aumento a lo largo del día.
- Dolores de cabeza por tensión.
- Hormigueos o inflamaciones en las extremidades, generalmente se produce de manera bilateral.
- Problemas como ansiedad, depresión, fobias y alteraciones del estado de ánimo.
- Intestino irritable.
- Fenómeno de Raynaud.
- Extremidades frías, boca seca, exceso de sudor.
- Intolerancia a fármacos.
- Problemas cognitivos.
- Alteración en el eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal, encargado de la regulación de estrés.
A pesar de que existan muchos síntomas asociados, no hay una heterogeneidad en esta enfermedad. Por lo tanto, la persona puede sufrir solo algunos de los síntomas y, aun así, ser diagnosticada con fibromialgia.
Sin embargo, la dificultad mayor es el diagnóstico, pues sus características variadas amplían un abanico de posibilidades. Consecuentemente, esto se convierte en motivo de frustración para los médicos y pacientes que no pueden dar un tratamiento completo que pueda controlar totalmente la enfermedad.
Diagnóstico
La fibromialgia se caracteriza por la alteración en la modulación del dolor. Es decir, hay una reacción exagerada frente a los estímulos dolorosos y no dolorosos.
Como resultado, hay un aumento en la percepción de dolor en algunas zonas específicas, pero se puede reflejar en otras partes del cuerpo. Por esta razón, la persona siente un gran alivio cuando conoce que tiene esta enfermedad, pues disminuye el consumo de medicamentos y cirugías.
Como sabemos, no hay pruebas específicas para realizar un diagnóstico certero de los síntomas de la fibromialgia.
Por tanto, la realización del mismo se basa en los síntomas manifestados.
Específicamente, cuando hay presencia de un dolor crónico y difuso que, en el momento que se examina, suele aumentar cuando se explora.
Además, la valoración neurológica y muscoesquelética es normal.
Por otro lado, tiene que haber presencia de este tipo de dolor en 4 cuadrantes del cuerpo, con una duración de al menos tres meses.
De igual manera, se debe reportar la presencia de al menos 11 puntos concretos de dolor al presionar. Aun así, también es importante tener en cuenta también los síntomas relacionados que nombramos anteriormente.
Implicaciones cerebrales en la fibromialgia
Con los avances médicos en la investigación sobre la fibromialgia se ha encontrado que esta enfermedad tiene algunas implicaciones funcionales y anatómicas a nivel cerebral.
Una de ellas son los cambios que se observan por medio de imágenes funcionales. Pues se han encontrado alteraciones en la sustancia gris y blanca. Asimismo, se han reportado cambios en la funcionalidad y la conectividad de este importante órgano.
Las principales afectaciones se relacionan con la modulación sensorial, cognitiva y afectiva del dolor. Entre las partes implicadas están:
- Corteza somatosensorial medial
- Ínsula
- Corteza prefrontal dorsolateral
- Amígdala
- Corteza cingulada anterior y posterior
- Hipocampo
Por otro lado, en estudios realizados por Glass et al. (2011) encontraron que, en tareas de inhibición motora, hay una disminución en la actividad de estructuras cerebrales relacionadas con la red de inhibición, especialmente las implicadas con la selección y preparación motora.
Es decir, en áreas suplementarias y el córtex motor. Además, en la enfermedad fibromialgia hay una disminución en la activación de la red atencional dorsal y ventral.
Afectaciones neuropsicológicas
En general, las personas que sufren de fibromialgia refieren quejas frecuentes sobre un deterioro cognitivo y del estado de alerta. Esta queja es de las más significantes pues, desde su perspectiva, constituye una importante afectación en el desarrollo de las actividades diarias y, por ende, disminuye notablemente la calidad de vida.
Dentro de las principales quejas cognitivas, se ha encontrado que hay dificultades en la atención, velocidad de procesamiento, memoria episódica, fluidez verbal y memoria de trabajo.
A pesar de existir estos lamentos, los resultados de las investigaciones no han sido homogéneos.
Por un lado, la investigación realizada por Minguía-Izquierdo et al. (2008) concluye que el rendimiento cognitivo de las personas con fibromialgia está notablemente disminuido en comparación con las personas que no tienen esta enfermedad.
Por otro lado, lo reportado por Gelonch y Carolera (2017) indica la presencia de dificultades principalmente en la memoria de trabajo y en las funciones atencionales de mayor complejidad (selectiva, sostenida, alternante y dividida).
Siendo estas las que pueden impactar notablemente en el desarrollo diario de actividades.
Además, indican que la presencia de problemas en la memoria se relaciona específicamente con dificultades en la codificación, producto de los problemas atencionales.
Junto a esto, se ha encontrado que el rendimiento cognitivo se ve afectado notablemente por el umbral y nivel de dolor que tiene la persona.
Es decir, si hay mayor presencia de dolor, los resultados de las pruebas neuropsicológicas van a disminuir. Además, el nivel de ansiedad también tiene un impacto en los resultados de las pruebas ya que puede crear una variabilidad importante en los resultados de los mismos.
Tratamiento en la fibromialgia
Es importante la implementación de un tratamiento multidisciplinar, teniendo en cuenta los factores biopsicosociales de dolor crónico en la fibromialgia.
En un principio, se deben incluir estrategias no farmacológicas. Es decir, se pueden implementar principios de autogestión, estrategias de reducción de estrés, refuerzos de conductas saludables y el ejercicio físico.
Después de esto, se pueden incluir estrategias farmacológicas y procedimientos invasivos. Todo bajo el criterio de los profesionales de salud que valoran cada caso.
Para implementar este procedimiento se deben seguir 4 pasos fundamentales:
- Explorar estrategias viables
- Crear un plan de acción
- Llevar a cabo el plan
- Evaluar los efectos de las actividades realizadas
Además, es importante que los tratamientos sean realizados por profesionales sanitarios de diferentes disciplinas. Donde se incluyen médicos internistas, reumatólogos, psicólogos y enfermeros, entre otros.
Conclusión
La fibromialgia es una enfermedad que, a pesar de su origen desconocido, tiene un impacto importante en la calidad de vida del que lo sufre.
El dolor crónico al que se enfrenta la persona con fibromialgia día a día, sumado a los síntomas cognitivos y emocionales puede llevar a la persona a sentirse frustrada, provocando grandes cambios en sus actividades diarias.
Por lo tanto, es importante seguir investigando cuál puede ser su origen y, si es posible, buscar medidas para su prevención. Además, un diagnóstico precoz favorecerá que este deterioro tenga un menor impacto.
Finalmente, resulta indispensable ayudar a que la persona pueda seguir con su vida, conociendo cómo manejar todos sus síntomas y recibiendo el apoyo de su entorno familiar.
Referencias bibliográficas
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