El bruxismo consiste en una conducta oral-motora disfuncional de difícil tratamiento. Sus síntomas se manifiestan cuando se aprietan y/o rozan los dientes de manera inadecuada, provocando rechinamiento. Se produce de dos formas. La diurna, que ocurre en la vigilia, como una excesiva presión de los músculos masetero y temporal, y la nocturna, que se produce durante el sueño e incluye largos períodos de contracción isotónica y movimientos rítmicos de rozamiento. Su prevalencia no es exacta pero diversos estudios lo localizan entre el 30 y el 70% de los adultos. Por otro lado, se ha registrado en un 14,8% de la población adolescente. Veamos un poco más sobre la relación entre los síntomas del bruxismo, estrés y rechinamiento de los dientes.

Bruxismo nocturno

En primer lugar, se ha catalogado dicho trastorno como una parasomnia de la fase NREM (Non Rapid Eye Movement), dado que sus factores heterogéneos están estrechamente vinculados con el sueño.

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La evaluación de los síntomas del bruxismo se logra a través de diversas maneras, entre ellas:

  • Revisión odontológica
  • Entrevista y autoinformes
  • Dispositivos intraorales
  • Registros psicofiosológicos
  • Magnetofónicos

En segundo lugar, se han buscado diferenciar los factores fisiológicos y psicológicos en conjunto. Así como un patrón de ansiedad relacionado con la vida cotidiana del paciente, que influya directamente en los hábitos bruxistas.

¿Cómo nos damos cuenta? Principales síntomas del bruxismo

Quien haya tenido períodos de bruxismo o compartido habitación con una persona con dicha patología, sabrá que los síntomas se manifiestan de forma evidente. Por otro lado, si se presentan algunos de los siguientes síntomas, la visita a un especialista es lo más recomendable:

  1. Informe de pareja o compañero de habitación
  2. Dolor excesivo en los músculos faciales
  3. Desgaste dental
  4. Dolor mandibular
  5. Dolor de cabeza

La relación entre lo psicológico y lo biológico

Según Buela-Casal (1990), la mayoría de las patologías del sueño muestran una gran interacción entre factores psicológicos y orgánicos.

Los problemas psicológicos se transforman en trastornos del sueño al afectar el equilibrio neuronal y fisiológico. Así mismo, los problemas orgánicos del sueño, inciden en la salud psicológica al modificar el estado de ánimo y la conducta durante la vigilia.

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La magnitud de la relación es tal que, a pesar de que la causa del trastorno sea estrictamente orgánica, tanto el condicionamiento como los factores de aprendizaje posteriores influyen directamente en la forma que tomará en la persona.

El autor mencionado reafirma la necesidad de un abordaje integral exponiendo que: “(…) la evaluación y el tratamiento de los trastornos del sueño requieren una comprensión y un control de las variables orgánicas, psicológicas y conductuales” (Buela-Casal, 1990, p. 423).

La relación del bruxismo con otras variables

Lo más común es que el bruxismo se asocie con el estrés, pero hay otras variables psicológicas y de comportamiento con las que se ha relacionado.

En principio, encontramos varios rasgos del espectro de la ansiedad en las personas con bruxismo (Polmann, 2019). Por otro lado, Kuhn y Turp (2018) identifican cuatro factores de riesgo relacionados con este:

Tanto en niños como en adolescentes, los autores relacionan las conductas bruxistas con alteraciones del comportamiento general y otras patologías del sueño. Actualmente, un trastorno del sueño que parece tener cierta relación con el bruxismo es la jactatio capitis, aunque continúa siendo un enigma.

Técnicas de tratamiento del bruxismo

Contamos con los tratamientos tradicionales como el ajuste oclusal, utilización de dispositivos oclusales (férula nasal o placas dentales movibles) y la administración de relajantes musculares. 

Estos tratamientos pueden ser proporcionados por un odontólogo y su objetivo es corregir la oclusión que impide el correcto cierre de la mandíbula (orden de los dientes, forma de la mordida), así como atacar directamente los síntomas a través de dispositivos y medicamentos que los alivian.

¿Qué otros tratamientos existen?

Mientras que muchos estudios sostienen que no hay un tratamiento específico y efectivo, Wilmont et al. (2018) resaltan los principales tratamientos evidenciados por la literatura científica:

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  • Biofeedback: La biorretroalimentación consiste en informar al paciente sobre las respuestas psicofisiológicas de su cuerpo. Esto se logra mediante resultados de estudios como electroencefalogramas y elelectromiogramas, entre otros. Posteriormente, se le convence de que puede cambiar dichas respuestas con ejercicios rutinarios y escalonados.
  • Tratamiento farmacológico: Se utiliza siempre como complemento y no como componente principal si se quieren obtener resultados a largo plazo. Se recomienda, principalmente, cuando el bruxismo provoca dolor y malestar intenso.
  • Splints (férulas): Es el método de tratamiento más básico del bruxismo. Su objetivo es impedir que los dientes se dañen con el desgaste del rechinamiento y reducir la contracción muscular. Se considera la base de cualquier tratamiento.
  • Fisioterapia: Se utiliza, básicamente, para reducir los síntomas negativos. El tratamiento incluye masajes, terapia manual y ejercicios terapéuticos. Los masajes sirven para reducir la tensión y aliviar el dolor de los músculos faciales.
  • Psicoterapia: Es una pieza importante del tratamiento multidisciplinario. Específicamente, la terapia cognitivo conductual es utilizada para cambiar los patrones de comportamiento relacionados con el bruxismo.

Técnicas de relajación: Otra vía de tratamiento en el bruxismo

Se entiende el estrés y la ansiedad como factores importantes en la etiología y mantenimiento del bruxismo. Los elevados niveles de tensión diurna desembocan en la activación fisiológica y funcional durante la noche, que deriva en la conducta disfuncional.

El entrenamiento en relajación neuromuscular progresiva (ERNP), que fue desarrollado por Jacobson (1938), ha registrado las mayores tasas de éxito.

Este tratamiento ha evolucionado con el paso del tiempo incorporando nuevas características y procedimientos. El autor concibe que la relajación muscular y la tensión o agitación mental son respuestas incompatibles que no pueden coexistir.

Conclusión

Como hemos revisado en la nota, el bruxismo es una patología principalmente del sueño y sus síntomas se manifiestan en gran parte de la población. Está relacionada tanto con factores orgánicos como ambientales y psicológicos.

Desde el enfoque funcional, factores psicológicos como el estrés, ayudan a promover y perpetuar el hábito. Según el enfoque estructural, el bruxismo es resultado de interferencias oclusales que provocan movimientos disfuncionales de la mandíbula.

Integrando ambos enfoques, en la actualidad, se concibe el bruxismo como una interacción multifactorial de variables anatómicas, fisiológicas y psicológicas.

La principal recomendación es que, ni bien se detecten indicios del fenómeno, se contacte a un especialista. Finalmente, cuanto más avance el trastorno sin tratamiento, mayor desgaste sufrirá la dentadura y los músculos faciales.

Referencias Bibliográficas

  • Buela-Casal, G. y Navarro, J. F. (1990). Avances en la investigación del sueño y sus trastornos. Siglo XXI de España editores S. A.
  • Castrillon, E. y Exposto, F. (2018). Sleep Bruxism and Pain. Dental Clinics of North America, 62(4), 657-663. https://doi.org/10.1016/j.cden.2018.06.003
  • Felicíssimo, K., Quintella, C. M., Stuginski, J., Salles, C., Rangel Oliveira, F. y de Oliveira Barreto, L. (2018). Patents related to the treatment and diagnosis of bruxism. Expert Opinion on Therapeutic Patents, 28(7), 561-571. https://doi.org/10.1080/13543776.2018.1484905
  • Kuhn, M. y Türp, J. C. (2018). Risk factors for bruxism. Swiss Dental Journal, 128(2), 118-124. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29533049/
  • Polmann, H., Domingos, F. L., Melo, G., Stuginski-Barbosa, J., Guerra, E. N. D. S., Porporatti, A. L. y de Luca Canto, G. (2019). Association between sleep bruxism and anxiety symptoms in adults: A systematic review. Journal of Oral Rehabilitation, 46(5), 482-491. https://doi.org/10.1111/joor.12785
  • Serra-Negra, J. M., Scarpelli, A. C., Tirsa-Costa, D., Guimarães, F. H., Pordeus, I. A., Paiva, S. M. y Paiva, S. M. (2014). Sleep Bruxism, Awake Bruxism and Sleep Quality among Brazilian Dental Students: A Cross-Sectional Study. Brazilian Dental Journal, 25(3), 241-247. https://doi.org/10.1590/0103-6440201302429
  • Wilmont, P., Saczuk, K., Pawlak, Ł. y Łukomska-Szymańska, M. (2019). The most commonly used methods of treatment for bruxism – a literature review. Journal of Stomatology, 71(4), 350-355. https://doi.org/10.5114/jos.2018.83409