La serie The glass dome (La cúpula de cristal, en Hispanoamérica), recientemente estrenada en Netflix, propone una narrativa inquietante en la que lo visible y lo oculto se entrelazan en una víctima. Lejla Ness, criminóloga marcada por un secuestro en su infancia, regresa a su pueblo natal cuando una niña desaparece en circunstancias similares. A través de este thriller psicológico, se expone no solo la complejidad del trauma, sino también la red de vínculos emocionales que atrapan a quienes han sufrido violencia. A continuación, exploraremos la dependencia emocional como fenómeno clave en la criminología, desde la mirada de los personajes de The glass dome. Contiene spoiler.

The glass dome: ¿De qué trata?

Dependencia emocional en la criminología
Netflix (2025). Una mujer busca a una niña desaparecida en el mismo pueblo donde una vez fue secuestrada. [Portada de la serie]. Recuperado de www.about.netflix.com

Para comenzar, es importante señalar que la serie, si bien brinda una oportunidad para abordar la dependencia emocional en la criminología, es ante todo una obra audiovisual. En este sentido, su propósito surge desde la narración y el entretenimiento, por lo que ciertos aspectos se encuentran dramatizados.

Teniendo lo anterior en cuenta, The glass dome, miniserie sueca de suspenso psicológico, nos presenta la historia de Lejla Ness, una criminóloga que regresa a su pueblo natal tras la muerte de su madre adoptiva. Lejla carga con un pasado traumático, ya que en su infancia fue secuestrada y mantenida cautiva en una cúpula de cristal por un hombre que nunca fue identificado. El retorno a su hogar reabre heridas profundas, justo cuando una niña desaparece en circunstancias similares a las que ella vivió.

¿Qué cuestiones atraviesan la historia?

A medida que la trama avanza, la protagonista se involucra en la búsqueda de la niña desaparecida y empieza a reconstruir su propia historia. El pueblo que la vio crecer se convierte en un escenario de sospechas, secretos familiares y tensiones no resueltas. La serie explora el impacto del trauma infantil en la adultez, la ambivalencia emocional que persiste tras una experiencia de abuso, y el modo en que ciertas heridas son capaces de moldear la identidad, los vínculos y las elecciones personales.

La cúpula de cristal: Heridas que no es posible ver

En tal contexto, lo más inquietante no es el encierro físico al que la niña fue sometida, sino el entramado afectivo desplegado. Concretamente, se manifiesta una falsa sensación de seguridad con su captor, una sumisión forzada por el miedo, y una profunda ambivalencia emocional. Así, la serie ofrece un relato inquietante sobre la dependencia emocional, la memoria, el poder.

¿Cómo se presenta la dependencia emocional en la criminología?

Entre los variados elementos centrales del relato, la dependencia toma un importante protagonismo. La misma, en el ámbito emocional, es definida como una necesidad excesiva de afecto que lleva a priorizar esa relación por encima del bienestar propio, incluso en contextos de maltrato. Dicho patrón se asocia con baja autoestima, miedo al abandono y dificultad para establecer límites saludables.

De esa manera, Lejla no solo revive un trauma, sino que muestra signos de apego patológico hacia figuras que fueron parte de su encierro. Tanto es así, que se produce una ambivalencia afectiva que refleja cómo, en contextos de coerción emocional, la percepción de protección y peligro tienden a entremezclarse.

Dependencia emocional: ¿Fenómeno individual o estructural?

Dependencia emocional en la criminología
Björn (2025). The Glass Dome promete una inmersión total en un thriller psicológico paranoico. [Fotografía]. Recuperado de www.sortiraparis.com

Siguiendo esta línea, existen diversas investigaciones que revisan la presente problemática. Por ejemplo, hay estudios que concluyeron que las mujeres con alta dependencia emocional tienen 13 veces más probabilidades de ser víctimas de violencia familiar.

Por ende, nos encontramos frente a factores que se entrecruzan y reproducen entre sí. En particular, el fenómeno no puede ser leído únicamente como un individual o privado, sino como una problemática estructural atravesada por el género y el poder (Amor, 2022).

Desafíos desde la criminología clásica

Comprender a las víctimas exige ir más allá de las categorías legales tradicionales. Aquellas personas que permanecen en vínculos abusivos —o incluso regresan a ellos— no lo hacen por elección libre o ingenuidad. La dependencia emocional aparece como una forma de control invisible. En tal contexto, las amenazas, ambivalencia afectiva y desgaste psíquico se entrelazan con factores sociales como la pobreza, el aislamiento, o incluso la maternidad. Dicha complejidad desafía a la criminología clásica, que a menudo desestima las dimensiones subjetivas del vínculo violento.

Lejla, como criminóloga, encarna esa tensión. Su capacidad profesional contrasta con su sensibilidad emocional, revelando que incluso quienes comprenden teóricamente la violencia pueden quedar atrapados en sus lógicas. Lo antedicho revela la necesidad de que la criminología incorpore herramientas clínicas para evaluar aquellas dinámicas afectivas, así como también, sociales, que sostienen y perpetúan situaciones de riesgo.

Más cerca de lo que creemos

Dependencia emocional en la criminología
Björn (2025). La serie se ha vuelto viral debido a sus giros impactantes. [Fotografía]. Recuperado de www.nerdveda.com

Hacia el final de The glass dome, la verdad sale a la luz. La niña desaparecida había sido secuestrada por Valter Ness, el padre adoptivo de Lejla. En un giro perturbador, nos revelan que él también fue el secuestrador de la protagonista en su infancia, ocultando este hecho con un supuesto cuidado y protección. Cuando ella lo confronta, rescata a la niña, pero también se enfrenta al origen de su propia situación de dependencia.

El desenlace, además de cerrar la trama, aporta una capa más profunda al análisis. Peculiarmente, porque el secuestrador no es un extraño monstruoso, es una figura cercana que se presentó como salvador. Así, se produce un vínculo perverso basado en el control, ambivalencia afectiva y aislamiento. En definitiva, la evidencia respalda lo anterior, la dependencia emocional puede anclarse en relaciones de poder desiguales disfrazadas de cuidado, y la ruptura de ese lazo requiere no solo una intervención externa, sino una profunda transformación subjetiva (Beraún, 2020).

Romper la cúpula de cristal

The glass dome pone en escena una forma de violencia que no siempre deja huellas visibles, la emocional. A través del caso de Lejla y la evidencia revisada, es posible notar que el análisis de la dependencia emocional y la criminología se retroalimentan para entender cómo operan los vínculos violentos desde dentro.

Comprender la mencionada dependencia como un factor de riesgo no implica culpabilizar a la víctima, sino visibilizar las barreras emocionales, sociales y estructurales que dificultan la salida de relaciones destructivas. Siguiendo lo anterior, una intervención efectiva debería contemplar evaluaciones psicológicas rigurosas, atención emocional, contención jurídica y un enfoque integral de género. Solo así será posible romper las estructuras que sostienen la cúpula de cristal que, silenciosa y persistente, sigue encerrando a muchas personas en vínculos donde el límite entre el amor y la violencia se hace difuso.

Referencias bibliográficas

  • Amor, P. J., Echeburúa, E., Camarillo, L., Ferre, F., Sarasua, B. y Zubizarreta, I. (2022). Emotional dependency and abuse in female victims of intimate partner violence. Psicología Conductual, 31(1), 291-307. https://doi.org/10.37711/rpcs.2020.2.4.226
  • Beraún, H. y Poma, E. (2020). La dependencia emocional como factor de riesgo en la violencia familiar, un problema de salud pública. Revista peruana de Ciencias de la Salud, 2(4), e226-e226. https://doi.org/10.37711/rpcs.2020.2.4.226
  • Björn, H. y Farzaneh, L. (Directores). (2025). The glass dome [serie de televisión]. Creative Society Production.