Aunque la violencia contra las mujeres es foco de investigaciones y estudios, la otra cara de la moneda también está presente y supone, del mismo modo, un problema social. Esto es, la violencia contra los hombres que puede ser física, sexual o psicológica. Sin apartar la vista a la necesidad de seguir otorgándole importancia y atención a la grave problemática anterior, nos centraremos esta vez en los hombres, quienes, igualmente, pueden ser diana de maltrato. Añadiendo a esto que la violencia masculina también se dirige contra otros hombres. Una situación trivializada con escasez de casos recogidos que se acompaña, muchas veces, de evaluaciones vinculadas con los estereotipos. Dando como resultado una limitación de nuestra percepción para colocarlos en el rol de quien recibe la violencia. Resultado, así mismo, de la poca probabilidad de que admitan o denuncien debido a la vergüenza, miedo al ridículo y falta de servicios de apoyo.

Algunos términos a diferenciar

Algunas de las formas de violencia más comúnmente discutidas, que no las únicas, incluyen (Rojas-Solis et al., 2019):

  • La violencia de género hace fundamentalmente referencia a aquella ejercida por hombres hacia mujeres. Sin embargo, no suele utilizarse para aquella que pudiese ocurrir de mujeres hacia hombres o sobre otras mujeres. Siendo la base de ello el poder y desigualdad entre los sexos.
  • Basada en el género, que implica relaciones de poder asimétricas donde existe desigualdad y estereotipos, afectando principalmente a mujeres, pero con la posibilidad de que haya hombres que reciban tal violencia.
  • Doméstica, que puede ser vista como un acto abusivo para ejercer poder y control sobre otros, presentando tanto a hombres como mujeres con connotaciones de desigualdad.
  • Hacia la pareja, que se puede entender como cualquier conducta en las relaciones íntimas, actuales o pasadas, que cause daño físico, psicológico o sexual a un miembro de la relación sin importar su sexo.

Así mismo, se hace distinción de tres tipos de violencia: a) violencia autodirigida (comportamiento suicida y agresión autoinfligida); b) violencia interpersonal (agresión entre individuos) y c) violencia colectiva (social, política y económica).

Agresividad y violencia

Existe la suposición de que los hombres son inherentemente violentos. Sin embargo, hay dos conceptos necesarios de diferenciar, la agresión y la violencia.

La agresividad es un instinto natural que el ser humano lleva consigo desde el nacimiento, con la funcionalidad de permitirnos estar alerta, defendernos y conseguir una mejor adaptación al entorno.

Por otro lado, la violencia no es un comportamiento natural del ser humano, sino un producto cognitivo y sociocultural conformado por roles sociales, valores e ideologías, entre otros.

Considerándose, así, una conducta aprendida con una gran carga de premeditación e intencionalidad para hacer daño (Ceja et al., 2019).

Datos sobre la violencia contra los hombres

Según la ONU (2019), los hombres experimentan otras formas de violencia, como el asesinato, en tasas significativamente más altas.

Así, aunque alrededor del 90 % de todos los homicidios registrados en todo el mundo fueron cometidos por perpetradores masculinos, estos también representan casi el 80 % de las víctimas de homicidio. Todo ello teniendo en cuenta que gran parte de los casos quedan excluidos de las estadísticas de violencia.

Por parte de las estimaciones de la Encuesta Nacional de Violencia Sexual y de Pareja Íntima (National Intimate Partner and Sexual Violence Survey, NISVS, en inglés), los perpetradores de violaciones y contactos sexuales no deseados contra hombres eran, en su mayoría, otros hombres. Mientras que los perpetradores de otras formas de violencia sexual, como la coerción sexual contra estos, eran principalmente mujeres.

En cuanto al acecho, que ocurre cuando alguien amenaza repetidamente causando miedo o preocupaciones de seguridad, fue experimentado por el 41% de los varones por primera vez antes de los 25 años (Centers for Disease Control and Prevention [CDC], 2020).

¿Qué ocurre cuando son los hombres quienes reciben la violencia?

En esto tiene peso el sistema y los valores culturales vinculados al rol que desempeña el hombre, lo que potencia sentimientos de culpabilidad, debilidad, vergüenza, temor a que no les crean y una tendencia a querer mantener su masculinidad incuestionada.

En cuanto a esto, puede llegar a subestimarse o negar el daño que se experimenta, con la consiguiente simplificación de emociones. Ya sea minimizando la vulnerabilidad, posible lesión o reclamando responsabilidad, por ejemplo. Aspectos que predisponen al aislamiento y la baja autoestima (CDC, 2020).

Casos de violencia

Todos los jóvenes entrevistados por Burcar y Åkerström (2009) habían sido ‘asaltados’ o agredidos por uno o varios hombres.

Mark recibió un golpe en la cara tan fuerte que cayó al suelo. Sin embargo, minimiza sus heridas describiendo sus lesiones físicas de manera lacónica:

No lo sé bien, supongo que se me torció un diente y me hice algunos rasguños en el labio y la nariz también se torció, eso fue todo.

Cuando el entrevistador le pregunta qué pensó cuando recibió el puñetazo, describe sus sentimientos en términos de ‘un poco molesto’.

Eddy y sus amigos fueron asaltados por desconocidos armados con botellas y cadenas, quienes iniciaron una pelea provocando y persiguiéndoles mientras les insultaban.

Eddy: [risas] Estaban aterrorizados, ¿sabes? Mi padre se apresuró a llegar, con ropa informal y, bueno, ya sabes, con pantalones deportivos y una camisa diminuta [risas], mi hermano fue en su bicicleta hasta allí [risas].

A Danny, quien fue agredido y amenazado con un cuchillo, se le preguntó si había consultado a una agencia de apoyo a las víctimas de delito:

Danny: Nunca lo hice. No soy de ese tipo […]

¿Cómo se manifiesta la violencia?

Aunque para ello ha de considerarse el tipo y la severidad, se ha reportado que aquellos hombres que reciben la violencia experimentan miedo, preocupación por la seguridad y síntomas de trastorno de estrés postraumático, entre otros. Y, en lo referente a lo último, se han informado síntomas más fuertes de ira, agresión y violencia que los varones que no han han estado expuestos a un trauma.

Violencia contra los hombres: Una realidad

Por otro lado, los hombres jóvenes receptores de la violencia son más adictos al juego, por ejemplo.

Además, en este ámbito, existe una fuerte relación entre el delito y el consumo de alcohol, tanto para el perpetrador como receptor (Trygged et al., 2021).

Aunque los hombres a menudo están expuestos a la violencia en lugares distintos del hogar, y esta suele ser cometida por perpetradores desconocidos, en cuanto a lo doméstico, por ejemplo, se ha reportado que la psicológica puede ser un fuerte predictor de síntomas de ansiedad.

Relacionándose el chantaje, la intimidación, humillación y devaluación con la sintomatología depresiva (Betancourt-Ocampo et al., 2021).

¿Qué tendrían que saber los servicios de apoyo ante casos de violencia?

Es fundamental que los servicios de apoyo:

  • Tengan claro el apoyo que ofrecen y a quién
  • Consideren las necesidades de los sobrevivientes
  • Comprendan el impacto de los estereotipos dañinos, combinados con mitos y conceptos erróneos sobre las víctimas masculinas que pueden actuar como barreras para que los hombres participen

Conclusión

Si bien es difícil generalizar los resultados sobre la violencia, reducir la tasa de todos los delitos de violencia, independientemente de a quién afecten, es una necesidad.

Por otro lado, todas las personas receptoras de violencia, sea cual sea el sexo, pueden experimentar barreras para denunciar y buscar ayuda de servicios especializados. 

Sin embargo, en lo referente a la violencia contra los hombres, tanto los estereotipos de género como los conceptos en torno a la masculinidad refuerzan los obstáculos. Lo que conduce a una subestimación de la prevalencia.

Y es que, tales conceptos de masculinidad refuerzan que las identidades como ‘hombres’ y ‘víctimas’ no solo son contradictorias, sino incompatibles.

Así, dada la serie de barreras sistémicas, ambientales y culturales, una respuesta local que sea colaborativa, inclusiva, sólida y efectiva ayudará a asentar la idea de que la violencia también se aplica a los hombres.

Referencias bibliográficas

  • Betancourt-Ocampo, D., Andrade Palos, P. y González-González, A. (2021). Depresión y ansiedad en hombres y mujeres por tipo y nivel de violencia que han recibido de su pareja. Universitas Psychologica20, 1–14. https://doi-org.usal.idm.oclc.org/10.11144/Javeriana.upsy20.dahm
  • Burcar, V. y Åkerström, M. (2009). Negotiating a Victim Identity: Young Men as Victims of Violence. Journal of Scandinavian Studies in Criminology and Crime Prevention10(1), 37-54. https://doi.org/10.1080/14043850902815073
  • Ceja, N., Salguero Velázquez, M., Torres, L. E. y Perea, J. (2019). Silenced voices: men who live violence in the couple’s relationship, 6(50), 136-172. https://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S1405-94362019000200136&script=sci_abstract&tlng=en
  • Centers for Disease Control and Prevention. (1 de junio de 2020). Intimate Partner Violence, Sexual Violence, and Stalking Among Men. https://www.cdc.gov/violenceprevention/intimatepartnerviolence/men-ipvsvandstalking.html
  • GOV.UK (5 de mayo de 2022). Supporting male victims. https://www.gov.uk/government/publications/supporting-male-victims/supporting-male-victims-accessible
  • Naciones Unidas. (2019). Global Study on Homicide. https://www.unodc.org/unodc/en/data-and-analysis/global-study-on-homicide.html
  • Rojas-Solis, J. L., Guzmán-Pimentel, M., Jiménez Castro, M. P., Martínez-Ruiz, L. y Flores-Hernández, B. (2019). Violence towards men in the heterosexual couple: A review of reviews. Ciencia Y Sociedad, 44(1), 55-70. Doi: 10.22206/cys.2019.v44i1.pp57-70
  • Trygged, S., Lilja, M., Hedlund, E. y Kåreholt, I. (2021). Some Die Young: A Follow-Up Study of Young Men Exposed to Violence in Sweden. In Victims & Offenders, (16). https://doi.org/10.1080/15564886.2020.1829223