La violencia estética es un concepto acuñado por Esther Pineda que se ha popularizado en los últimos años en el ámbito de la crítica cultural y social. El mismo refiere a la presión y el juicio implacables que la sociedad y estándares de belleza ejercen sobre las personas en lo que respecta a su apariencia física. A pesar de la novedad del concepto, se entiende que ha operado de forma sistemática a lo largo de la mayor parte de la historia occidental moderna. ¿Qué implica la violencia estética? ¿Cómo se relaciona con el autoestima? ¿Se ha agravado a partir de la popularización de las redes sociales?
Un concepto nuevo que describe un problema antiguo
Los estándares de belleza han desempeñado un papel constante a lo largo de la evolución histórica y social. Desde la antigua Roma, se ha sido testigo de un proceso progresivo y notorio de exigencia de la belleza. Esta noción de belleza física, a menudo, se espera de las mujeres. No obstante, resulta crucial comprender que ha sido moldeada, definida, promovida y exigida no solo por ellas, sino también por los hombres.
Belleza, presión y desventaja social
A lo largo de los siglos, a las personas se les ha impuesto la tarea de mantener una apariencia física atractiva para satisfacer ciertos ideales, en un contexto de desigualdad frente a quienes no los poseían. De esta forma, en caso de no poseer ciertos atributos, se generarían brechas sociales.
A pesar de la creencia de que la búsqueda de la belleza fue sutil, la presión se expresaba principalmente a través de amplios procesos de socialización. Entre ellos, contextos familiares, textos religiosos, obras de arte en forma de esculturas y pinturas, y la literatura que detallaba ampliamente los atributos, ventajas y desventajas de la anhelada belleza (Pineda, 2021).
La masificación de la violencia estética
La distinción entre los siglos XX y XXI y los periodos históricos anteriores es sorprendentemente marcada en lo que respecta a las concepciones de belleza. Dicha transformación se debe, en gran medida, a la masificación y universalización de las ideas de belleza. Más recientemente, tal problemática se agravó debido a la omnipresencia de las redes sociales en las vida cotidiana.
En el pasado, los cánones de belleza variaban significativamente de una cultura a otra y de una época a otra. Así, lo considerado atractivo en una sociedad podía diferir drásticamente de lo que se valoraba en otra. Sin embargo, con el advenimiento de los medios de comunicación de masas y, en particular, con la explosión de las redes sociales en las últimas décadas, los estándares de belleza se han vuelto más homogéneos y compartidos en una escala global. Las imágenes de belleza, antes locales y étnicamente específicas, ahora se difunden y comparten a nivel mundial, creando una presión constante en las personas para cumplir con los estándares universalizados.
Las exigencias de la violencia estética
Esther Pineda (2021), con su concepto de violencia estética, también destaca que en la sociedad contemporánea los cánones de belleza son respaldados y perpetuados por el auge de diversas industrias. La industria de la moda, la cosmética, la medicina, la farmacéutica y las cirugías estéticas han experimentado un crecimiento exponencial.
Tales sectores, en su búsqueda constante de la juventud y la perfección física, han colaborado en la creación de estándares de belleza cada vez más inalcanzables. La influencia de las industrias no solo se limita a los productos y tratamientos que ofrecen, sino que también se extiende a través de campañas publicitarias y redes sociales.
La cara visible
Las celebridades y modelos suelen convertirse en referentes de belleza, llevando a que las personas anhelen imitar sus apariencias. Lo mencionado, a su vez, ha dado lugar a un aumento comercialización y publicitación de procedimientos cosméticos, cirugías estéticas o drogas para adelgazar como Ozempic. Como consecuencia, genera un mercado de la belleza especializado en un intento de alcanzar la perfección de acuerdo con los cánones actuales.
Una relación estrecha con la autoestima
La autoevaluación y la autoestima son conceptos recurrentes que tienen un impacto significativo en la vida de las personas. La autoestima, como componente emocional del concepto de uno mismo, desempeña un papel fundamental en cómo las personas se perciben y relacionan con el mundo que los rodea. En ocasiones, se considera como un rasgo estable que se desarrolla con el tiempo. Por contraparte, otros lo teorizan como un estado fluido que responde a las circunstancias diarias.
Hoy en día, donde las emociones y redes sociales se encuentran tan interconectadas, la autoestima está profundamente influenciada por la constante exposición a comparaciones sociales. Y es que, estas contribuyen a la promoción de cánones de belleza poco realistas. En dicho sentido, las imágenes idealizadas de belleza ejercen una presión constante para cumplir con estándares inalcanzables, provocando frustración e imágenes de sí mismo negativas (Vogel et al., 2014).
Las consecuencias de la violencia estética
Como se ha mencionado, las redes sociales guardan una estrecha relación con la violencia estética. La misma se manifiesta cuando las personas se sienten juzgadas, criticadas o presionadas para ajustarse a las normas de belleza.
Pues en las redes sociales, se exhiben vidas cuidadosamente seleccionadas y exageradas. Como consecuencia, se producen comparaciones poco realistas. Lo anterior, según diversas investigaciones, puede llevar a la autoevaluación negativa. Y, su vez, está vinculado a problemas de autoestima y bienestar mental (Cingel et al., 2022).
¿Trastornos alimenticios?
La relación entre la autoestima y los trastornos de la conducta alimentaria es un tema complejo que, generalmente, evoluciona a lo largo de la adolescencia. Sin embargo, se ha observado que una autoestima más baja está asociada con un mayor riesgo de trastornos de la alimentación. Especialmente prevalente en la adolescencia temprana, la autoestima surge como un factor de riesgo considerable, pues en esta etapa comienzan a surgir los cambios físicos y las preocupaciones sobre la imagen corporal. Para trabajar en casos de anorexia o bulimia desde una perspectiva interdisciplinaria, te recomendamos nuestro curso de intervención en trastornos de la conducta alimentaria.
Adicionalmente, se ha hallado que la autoestima se entrelaza con la internalización de los ideales de belleza, comparación interpersonal y presión social. Así, una baja autoestima puede dar lugar a una percepción negativa del cuerpo y sentimientos adversos sobre la imagen corporal, que puede llevar a desórdenes de la conducta alimentaria. Ciertamente, lo anterior se agrava en un mundo donde la belleza y la imagen corporal ocupan un lugar central y las personas cuentan con dispositivos conectados en todo momento (Espinoza et al., 2018).
Conclusión
En la era de las redes sociales, la violencia estética se manifiesta de manera sutil pero poderosa. Como se ha mencionado, la constante exposición a estándares de belleza inalcanzables puede perjudicar severamente la autoestima de las personas, especialmente en los jóvenes. De esta forma, resulta vital promover la reflexión sobre cómo estas plataformas afectan la percepción global de la belleza y autovaloración, promoviendo una cultura de aceptación y autenticidad que proteja la salud mental.
Referencias bibliográficas
- Cingel, D. P., Carter, M. C. y Krause, H. (2022). Social media and self-esteem. Current Opinion in Psychology, 45, 101304. https://doi.org/10.1016/j.copsyc.2022.101304
- Espinoza, P., Penelo, E., Mora, M., Francisco, R., González, M. y Raich, R. M. (2018). Bidirectional relations between disordered eating, internalization of beauty ideals, and Self-Esteem: a longitudinal study with adolescents. Journal of Early Adolescence, 39(9), 1244-1260. https://doi.org/10.1177/0272431618812734
- Pineda, E. (2021). Bellas para Morir: Estereotipos y Violencia Estética Contra la Mujer. Prometeo.
- Vogel, E. A., Rose, J. P., Roberts, L. R. y Eckles, K. (2014). Social comparison, social media, and self-esteem. Psychology of Popular Media Culture, 3(4), 206-222. https://doi.org/10.1037/ppm0000047
Excelente articulo, gracias por la informacion, y si, a trabajar por la salud mental de nuestros NNA que estan altamente influenciados por las redes sociales.