El miedo es una emoción natural que cumple la función de proteger a las personas. Sin embargo, cuando este se vuelve irracional puede causar un enorme sufrimiento. En la actualidad, la conducción de automóviles facilita enormemente la movilidad y la independencia, pero para algunos, conducir o incluso pensar en hacerlo, provoca una gran de ansiedad, o incluso pánico. Este miedo irracional a conducir recibe el nombre de amaxofobia, una fobia específica la cual es sumamente compleja y de origen multifactorial. A continuación, analizaremos los aspectos emocionales y conductuales de la amaxofobia, sus causas y posibles abordajes.

Miedo y fobia: ¿Cómo se diferencian?

Antes de comenzar, debemos conocer las diferencias significativas entre miedo y fobia. Con respecto al primero, es fundamental resaltar que todos los seres humanos lo experimentamos, siendo una de las emociones más básicas. Si bien no es agradable, sirve como protección y señal de alerta ante situaciones que presentan potencial peligro.

En relación a las fobias, estas se definen como el miedo o ansiedad irracional por un objeto o situación particular. En el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, quinta edición (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fifth Edition, DSM-V, en inglés) se puntualizan las características diagnósticas para las fobias específicas, entendiendo que debe cumplir con ciertos criterios de frecuencia, malestar y contexto (Asociación Americana de Psiquiatría [APA], 2013).

amaxofobia y miedo a conducir

Entonces, ¿qué es la amaxofobia?

Como mencionamos, cuando el miedo a conducir se vuelve irracional recibe el nombre de amaxofobia. La misma, puede deberse a conducir un automóvil u otro medio de transporte, a provocar accidentes o a viajar en el asiento delantero. De esta manera, conduce a una inquietud permanente y desproporcionada que surge antes, durante y/o después del acto de conducir.

Si bien la amaxofobia es una fobia específica, el DSM-V detalla que puede configurar una fobia situacional cuando es causada por el miedo a estar en lugares cerrados (claustrofobia). En tales casos, el miedo no refiere a conducir el automóvil, sino al hecho de estar dentro de un lugar pequeño y cerrado (Batista Monteiro et al., 2021).

Pero, ¿cuáles son las causas de la amaxofobia?

Las causas de esta fobia específica pueden ser diversas y complejas y, a menudo, incluyen una combinación de factores. Una de las más comunes es haber experimentado traumas previos relacionados con la conducción. Tales eventos posibilitan la creación de una asociación duradera entre la conducción y el peligro, desencadenando ansiedad y miedo al estar detrás del volante. Junto con ello, la amaxofobia suele estar relacionada con otros trastornos de ansiedad, como el trastorno de estrés postraumático (TEPT), la fobia social o el trastorno de pánico.

Cabe añadir que la inseguridad y la baja autoestima también son factores importantes. De este modo, la falta de confianza en las propias habilidades intensifica el miedo. A su vez, la influencia social y cultural repercute en el desarrollo de las fobias específicas y, por tanto, en la amaxofobia.

En este sentido, experiencias, normas y valores de la sociedad inciden en cómo se manifiestan y desarrollan los miedos de las personas. Particularmente, aspectos como la enorme cantidad de siniestros de tráfico o la presión por cumplir las exceptivas en torno a la conducción, impactan en su desarrollo.

Veamos un poco más acerca de sus síntomas fisiológicos y emocionales

Como ya dijimos, los síntomas de la amaxofobia incluyen ansiedad, miedo, estrés y pánico al pensar en conducir o al estar en situaciones relacionadas con la conducción. Tales respuestas pueden ser intensas y paralizantes, haciendo que la idea de conducir sea una fuente constante de angustia. Asimismo, los individuos con amaxofobia tienden a percibir la conducción como una situación inherentemente peligrosa. Dichas distorsiones cognitivas refuerzan el miedo y dificultan el enfrentamiento a la actividad de conducir.

amaxofobia y miedo a conducir

Aspectos conductuales

Por consiguiente, las personas que padecen esta fobia tienden a evitar situaciones que impliquen conducir. Lo que resulta en una dependencia de terceros para llevar a cabo actividades diarias y provoca un incremento en su malestar emocional.

Así, el patrón de evitación asociado conlleva consecuencias negativas tales como una disminución en la autoestima y la percepción de uno mismo. Este impacto en la autoimagen y la seguridad personal resulta en una limitación significativa en la vida cotidiana de quienes sufren este trastorno, afectando tanto su calidad de vida como su bienestar emocional (Batista Monteiro et al. en 2021).

Tratamiento de la amaxofobia

Si bien las investigaciones acerca de la amaxofobia aún son escasas, a modo de ejemplo, un estudio estimó que en España al menos el 30% de los conductores experimentan algún tipo de miedo a conducir. De ellos, aproximadamente, el 12% restringen total o parcialmente la utilización de automóviles en la vida diaria (Hernández Gómez, 2017).

Debido a la gran cantidad de ansiedad que la amaxofobia trae consigo, se han desarrollado técnicas para el abordaje eficaz del trastorno. En este sentido, las terapias de tercera generación son las de primera línea para el tratamiento de las fobias, siendo las más recomendadas. De todas formas, existen múltiples intervenciones terapéuticas que permiten reducir los síntomas de estos trastornos. A modo de ejemplo, las terapias de realidad virtual se encuentran actualmente en pleno auge.

Conozcamos un ejemplo

Una paciente de 45 años acude a consulta debido a que desde que aprobó el carnet de conducir hace 10 años, se siente incapaz de usar su automóvil. Si bien decidió aprender a conducir debido a que le podría facilitar el transporte diario, una vez obtenido el permiso, cada vez que quería utilizar su auto, experimentaba altos niveles de ansiedad.

Más específicamente, la paciente comentó que el inicio de estos síntomas cuando ella comenzó a conducir y su marido le acompañaba. Relata un episodio en el que ella tuvo que bajarse porque era incapaz de sacarlo de una cuesta, y su marido se enfadaba porque el vehículo era nuevo. Desde ese momento, con solo subirse al auto ya comenzaba a ponerse nerviosa.

¿Y qué ocurre en cuanto a la sintomatología y abordaje de este caso?

Cuando se le preguntó a la paciente por la sintomatología experimentada, ella declaró sentir nerviosismo cuando se planteaba conducir. Particularmente, se manifestaba como temblor de piernas y brazos, mareo y sensación de ahogo. A su vez, comenta que en ciertas ocasiones se comparaba con amigas que conducen hace años y se sentía como una fracasada.

Tras múltiples estrategias de evaluación, se estableció el diagnóstico clínico y se formuló el abordaje del caso. Para ello, se utilizaron herramientas de la terapia cognitivo conductual y componentes de mindfulness, demostrando la eficacia de dicha combinación de procedimientos en el manejo de la amaxofobia. Por último, se puntualiza que un tratamiento eficaz podría tener un impacto no solo en la conducción, sino también en el sentimiento de competencia personal (Hernández Gómez, 2017).

Conclusión

El miedo es una emoción que, en su forma racional, protege a las personas. Empero, cuando esta emoción se vuelve irracional puede causar un gran sufrimiento, como es el caso de la amaxofobia. Si bien hemos explorado los aspectos emocionales y conductuales de esta fobia específica, así como también los posibles abordajes terapéuticos, es crucial continuar investigando y desarrollando tratamientos eficaces para ayudar a las personas a superar el miedo.

En una sociedad donde la conducción de automóviles es esencial para la movilidad y la independencia, esta fobia puede tener un impacto significativo en la calidad de vida. ¿Crees alguna vez haber experimentado amaxofobia? ¿Conoces a alguien con tal sintomatología? Si te interesa aprender más acerca de la evaluación y el diagnóstico de las fobias, así como también de su tratamiento con terapia cognitivo conductual, te invitamos a nuestro curso sobre fobias específicas.

Referencias bibliográficas

  • Asociación Americana de Psiquiatría (2013). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (5ª ed.). Doi: 10.1176/appi.books.9780890425596
  • Hernández Gómez, A. (2017). A propósito de un caso: Mindfulness Y Terapia Cognitivo Conductual aplicados para el tratamiento de la amaxofobia. Revista de Casos Clínicos en Salud Mental5(1), 77-97.
  • Uchôa de Oliveira, L.R., Batista Monteiro, E. de G. y Teles Martins M. de G. (2021). Amaxofobia: aspectos cogntivos, emocionais, comportamentais e intervenção cognitvo comportamental. Revista Psicología em Foco, 13(18).