Para algunas personas, la alimentación se convierte en un desafío diario. Muchas veces, esto puede tornarse problemático, pudiendo desembocar en un trastorno de la conducta alimentaria (TCA). En 2013, con la publicación del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fifth Edition, DSM-5, en inglés), aparece una nueva sección dentro de los TCA, el trastorno de evitación/restricción de la ingestión de alimentos (Avoidant or Restrictive Food Intake Disorder, ARFID, en inglés). En esta nota veremos un poco más del ARFID, un trastorno alimenticio poco conocido pero que impacta profundamente la vida de quienes lo presentan.

Pero entonces… ¿Qué es el ARFID?

Trastorno de la conducta alimentaria, ARFID, TCA.

Esta categoría diagnóstica incorporada en los TCA del DSM-5, remplaza el anterior trastorno de la alimentación de la infancia o la primera infancia descrito en el DSM-4. En cuanto a este último, se encontraba restringido a niños de 6 años o menos. Sin embargo, esta no es la única diferencia entre ambas categorías. Así, para comprender más a fondo en el trastorno, indaguemos sobre sus características principales.

El diagnóstico del ARFID engloba al grupo de personas que experimentan fracaso persistente para cumplir las adecuadas necesidades nutritivas y/o energéticas. Una falta que debe verse acompañada de, por lo menos, uno de los siguientes factores.

Aspectos para tener en cuenta para el diagnóstico de ARFID

Uno de ellos es la pérdida de peso significativa o el fracaso para el aumento de peso esperado. Particularmente, en el caso de los niños puede verse acompañado del escaso crecimiento. Con esto, otro factor importante es la deficiencia nutritiva significativa.

Por otro lado, también puede que exista gran dependencia de la alimentación entera o de suplementos nutritivos por vía oral. Y, por último, puede darse junto a la interferencia importante en el funcionamiento psicosocial. Además, se ha de contar con que una nutrición inadecuada puede contribuir a la irritabilidad, ansiedad y cambios de humor. (American Psychological Association [APA], 2013).

Algunas aclaraciones

Resulta importante esclarecer que este trastorno no debe explicarse por la falta de alimentos disponibles ni de una afección médica concurrente. Esto significa que, aunque la persona pueda tener una alimentación selectiva o restringida, tales elecciones no se deben a la escasez de alimentos o a una condición médica subyacente que restrinja su capacidad para comer. Criterio que debe ser tenido en cuenta a la hora de diagnosticar cualquier TCA.

Sobre los límites del ARFID

En primer lugar, mientras que los TCA de la infancia se limitaban a niños de 6 años o menos, el diagnóstico de ARFID no tiene restricciones de edad. En segundo lugar, se diferencia de la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa en que en las personas con ARFID no hay alteración de la imagen corporal. Quienes son diagnosticados pueden expresar deseo por aumentar la alimentación, sin embargo, no pueden hacerlo. Por cierto, en caso de que quieras trabajar en casos de anorexia o bulimia desde una perspectiva interdisciplinaria, te recomendamos nuestro curso de intervención en trastornos de la conducta alimentaria.

Tantos casos como personas

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Por último, es importante aclarar que las razones detrás de un TCA son tan variadas como las propias personas que lo transitan. De modo que, estos criterios son únicamente algunos patrones comunes que pueden usarse para informar el curso del tratamiento. Incluso, algunos autores tales como Zimmerman et al. (2017) lo han diversificado para el estudio y tratamiento en dos grandes grupos de pacientes:

  • ARFID a corto plazo: En este subgrupo se incluye a las personas con síntomas de aparición aguda más reciente. Algunos pueden ser el miedo a ahogarse o vomitar después de presenciar un episodio, así como también a la aparición repentina de malestar gastrointestinal.
  • ARFID a largo plazo: Son aquellas que informan de un historial prolongado de alimentación selectiva que ha interferido con su alimentación en el transcurso de sus vidas.

¿Cómo se aborda el ARFID?

Si bien el tratamiento de los trastornos de la alimentación puede variar según el abordaje, es fundamental que se intervenga de manera multidisciplinar. Y, teniendo en cuenta que cada cuadro se presenta de forma distinta, es fundamental que el tratamiento se adecue a las necesidades.

Así pues, para desarrollar intervenciones específicas y efectivas adaptadas al perfil clínico de los pacientes con ARFID es necesario investigar las variaciones entre las diferentes manifestaciones principales. Lo que podría mejorar significativamente la efectividad de los tratamientos para dicha condición (Cañas et al., 2020).

En cuanto a las herramientas, existen una amplia gama de intervenciones psicológicas que se utilizan para el abordaje del ARFID. Con el fin de comprenderlas mejor, describiremos algunas de las más utilizadas.

Terapias conductuales

Suelen utilizarse intervenciones conductuales que se enfocan en abordar las conductas alimentarias restrictivas y evitativas que caracterizan el trastorno. Intervenciones que incluyen técnicas de exposición, como la exposición gradual a alimentos evitados o poco familiares, el establecimiento de metas específicas relacionadas con la alimentación, la realización de experimentos conductuales para desafiar creencias erróneas sobre la comida, y la implementación de técnicas de manejo de la ansiedad.

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Terapias cognitivo-conductuales

Por otro lado, se utilizan herramientas de la terapia cognitivo-conductual para ayudar a modificar los pensamientos distorsionados sobre la comida, así como a cambiar patrones de comportamiento alimentario restrictivos y evitativos. En estas intervenciones se pueden añadir componentes como las herramientas de psicoeducación, exposición gradual, técnicas de respiración y relajación, entre otras.

Terapia familiar

Desde la terapia familiar, se trabaja en conjunto con la persona diagnosticada y su familia para mejorar la relación con la comida y promover hábitos alimentarios saludables. En consecuencia, la terapia familiar para ARFID busca fortalecer los lazos familiares, mejorar la dinámica familiar en torno a la alimentación y proporcionar un sistema de apoyo sólido para facilitar la recuperación y el bienestar del individuo afectado (Willmott et al., 2024).

Por último, pueden utilizarse para el abordaje combinaciones de enfoques terapéuticos. Estas implican la integración de diferentes modalidades de intervención para trabajar de manera más completa y efectiva los diversos aspectos del trastorno y las necesidades cada consultante. Además, el fin es aprovechar las fortalezas de cada modalidad para proporcionar un tratamiento más completo y personalizado. Las mismas pueden incluir estrategias de terapia cognitivo-conductual, terapia familiar o enfoques conductuales, entre otros.

Conclusión

El ARFID es un cuadro que respresetna un desafío constante para quienes lo padecen. De hecho, afecta no solo su relación con la comida, sino que a su vez impacta profundamente en su calidad de vida diaria.

En este sentido, es importante tener en cuenta que puede estar asociado con otros cuadros tales como aquellos con sintomatología ansiosa, trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), trastorno del espectro autista (TEA), trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y problemas de aprendizaje. Reconocer dichas asociaciones es crucial para un diagnóstico y tratamiento adecuados, así como para brindar el apoyo necesario a quienes conviven con este TCA.

Referencias bibliográficas

  • American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5th ed.). https://doi.org/10.1176/appi.books.9780890425596
  • Bourne, L., Mandy, W. y Bryant-Waugh, R. (2022). Avoidant/restrictive food intake disorder and severe food selectivity in children and young people with autism: A scoping review. Developmental medicine and child neurology64(6), 691-700. https://doi.org/10.1111/dmcn.15139
  • Cañas, L., Palma, C., Molano, A. M., Domene, L., Carulla-Roig, M., Cecilia-Costa, R., Dolz, M. y Serrano-Troncoso, E. (2021). Avoidant/restrictive food intake disorder: Psychopathological similarities and differences in comparison to anorexia nervosa and the general population. European eating disorders review : the journal of the Eating Disorders Association29(2), 245-256. https://doi.org/10.1002/erv.2815
  • Willmott, E., Dickinson, R., Hall, C., Sadikovic, K., Wadhera, E., Micali, N., Trompeter, N. y Jewell, T. (2024). A scoping review of psychological interventions and outcomes for avoidant and restrictive food intake disorder (ARFID). The International journal of eating disorders57(1), 27-61. https://doi.org/10.1002/eat.24073
  • Zimmerman, J. y Fisher, M. (2017). Avoidant/Restrictive food intake Disorder (ARFID). Current Problems In Pediatric And Adolescent Health Care47(4), 95-103. https://doi.org/10.1016/j.cppeds.2017.02.005