El bostezo contagioso es un fenómeno intrigante que, en algún momento, todos hemos experimentado. Además, nos ha dejado con una pregunta en la mente: ¿Por qué se pega? Este es catalogado como un ecofenómeno, pues se desencadena automáticamente al observar a alguien más hacerlo. En relación a ello, se ha comenzado a explorar su conexión con la empatía. ¿Por qué el bostezo es contagioso? ¿Cuál es su relación con la empatía?
El curioso fenómeno de bostezar
El bostezo contagioso es un fenómeno intrigante que se desencadena de manera involuntaria al observar a otra persona bostezar. Dicho accionar es una forma de ecofenómeno, que implica la imitación automática de las palabras (ecolalia) o acciones (ecopraxia) de otra persona. Aunque los mecanismos neuronales detrás de los fenómenos del eco aún son objeto de estudio, se ha planteado una interesante hipótesis que podría arrojar luz sobre este misterio (Platek et al., 2005).
¿Se relaciona con las neuronas espejo?
Algunas teorías sugieren que el bostezo contagioso podría estar relacionado con la desinhibición del sistema de neuronas espejo en los seres humanos. Y adicionalmente, a la hiperexcitabilidad de las áreas motoras corticales.
A medida que se avanza en la investigación, se espera que se desvele más sobre los procesos neurológicos que subyacen al bostezo contagioso y a otros fenómenos de eco. Y es que, estudiar tales mecanismos no solo nos ayudará a comprender mejor cómo funcionan nuestros cerebros en situaciones sociales, sino que también podría arrojar luz sobre la naturaleza de la imitación automática de las acciones y las palabras de los demás (Daquin et al., 2001).
Midiendo los bostezos
En un estudio que investigó la base neuronal del bostezo contagioso, los investigadores emplearon la estimulación magnética transcraneal (transcranial magnetic stimulation, TMS, en inglés) en los 36 adultos que participaron en dicha investigación, en la cual se les mostraron clips de vídeo que representaban a una persona bostezando.
Así pues, los voluntarios recibieron instrucciones separadas para resistirse o permitirse bostezar mientras veían los vídeos. Cada participante fue filmado en vídeo durante el proceso y se registraron tanto los bostezos expresados como los reprimidos.
Entonces, ¿cuál es la probabilidad de contagiar un bostezo?
El estudio utilizó la TMS para medir la excitabilidad cortical motora y la inhibición fisiológica en cada uno. Además, las mediciones se utilizaron para predecir la probabilidad de que los participantes experimentaran bostezos contagiosos. Los resultados revelaron que las instrucciones para resistirse al bostezo aumentaron la necesidad de bostezar y afectaron la forma en que se manifestaban los mismos, distinguiendo entre bostezos completos y bostezos sofocados. Sin embargo, tales instrucciones no alteraron la propensión individual de los participantes a experimentar bostezos contagiosos.
Por otro lado, las medidas de TMS de la excitabilidad cortical y la inhibición fisiológica resultaron ser predictores significativos de los bostezos contagiosos. Sorprendentemente, dichas medidas explicaron aproximadamente el 50% de la variabilidad en la tendencia individual a experimentar bostezos contagiosos. En consecuencia, los datos respaldan la idea de que la variabilidad en la propensión a los bostezos contagiosos está determinada en gran medida por la excitabilidad cortical y los procesos de inhibición fisiológica (Platek et al., 2005).
La empatía: ¿Qué tiene que ver?
La empatía es un concepto complejo que ha sido difícil de definir de manera concluyente. Por ejemplo, una cita relacionada hace referencia a dos definiciones relevantes del término. Una describe la empatía como la capacidad de predecir y responder al comportamiento de los agentes infiriendo sus estados mentales, mientras que la otra asocia el bostezo contagioso con una consecuencia de la teoría de la mente, sistema de representación para la atribución y razonamiento de los estados mentales.
Teoría de la mente: Una relación causal
Es importante destacar que aunque los bostezos contagiosos pueden estar relacionados con la empatía en el sentido de la teoría de la mente, no son excluyentes. En este sentido, pueden coexistir y es posible que uno simplemente prediga el otro.
Así, la relación entre ellos también podría ser causal, donde las habilidades de representación que involucra la teoría de la mente son necesarias para que ocurra el bostezo contagioso. No obstante, se consideran dos explicaciones más simples que no requieren empatía en el sentido de la teoría de la mente, el mimetismo inconsciente y el contagio.
¿Posible explicación?
Específicamente, se sugiere que el bostezo contagioso puede ser una expresión primitiva de procesos cognitivos relacionados con la autoconciencia y la teoría de la mente. Dado que esta última se refiere a la capacidad de empatizar y comprender lo que otros están pensando o sintiendo, ver u oír a alguien bostezar puede activar sustratos neurológicos relacionados con estos procesos cognitivos y, en última instancia, desencadenar un bostezo en el observador (Yoon y Tennie, 2010).
El mimetismo inconsciente
Por otra parte, el mimetismo inconsciente es la imitación automática de los comportamientos de otras personas sin necesidad de un proceso de atribución de estados mentales. Asimismo, el contagio implica que el bostezo se propague como un reflejo automático de ver o escuchar a otra persona bostezar. Algo que sucede necesidad de comprender los estados mentales de la persona (Yoon y Tennie, 2010).
¿Por qué el bostezo es contagioso?
La aparición de un bostezo provocado por ver u oír a alguien más bostezar, o incluso pensar en el acto, es un fenómeno bien documentado. Este efecto, conocido como bostezo contagioso, ocurre en una notable proporción de adultos humanos, estimada entre el 40% y el 60% en estudios de investigación (Platek et al., 2005).
Otras posibles teorías
Se cree que la susceptibilidad al bostezo contagioso podría estar relacionada con la capacidad de las personas para identificar su propia cara rápidamente y obtener mejores resultados en tareas que evalúan la teoría de la mente. Además, se ha observado en estudios que vinculan la teoría de la mente y esquizofrenia, que quienes tienen una mayor expresión de rasgos de personalidad esquizotípicos, son menos susceptibles al bostezo contagioso.
Sin embargo, existe una hipótesis alternativa que sugiere que el bostezo contagioso puede estar relacionado con un sistema de imitación innato impulsado por el mencionado sistema de neuronas espejo. Que, puesto que, se activa cuando observamos a otros realizando acciones y puede jugar un papel fundamental en la sincronización de comportamientos entre individuos, podría explicar la tendencia al bostezo contagioso (Brown et al., 2017).
Conclusión
A pesar de los avances en la comprensión del bostezo contagioso y las diversas hipótesis que se han planteado, los sustratos neuronales responsables de este fenómeno continúan sin resolverse. Por ello, para entender completamente los mecanismos subyacentes de este proceso, sé necesitarán investigaciones adicionales y un enfoque continuo en la exploración de nuestro complejo sistema neuronal. Sin dudas, el bostezo contagioso es un fenómeno que nos ayuda comprender la interacción social y los procesos cerebrales involucrados.
Referencias bibliográficas
- Brown, B. J., Kim, S., Saunders, H., Bachmann, C., Thompson, J., Ropar, D., Jackson, S. R. y Jackson, G. M. (2017). A neural basis for contagious yawning. Current Biology, 27(17), 2713-2717.e2. https://doi.org/10.1016/j.cub.2017.07.062
- Daquin, G., Micallef, J. y Blin, O. (2001). Yawning. Sleep Medicine Reviews, 5(4), 299-312. https://doi.org/10.1053/smrv.2001.0175
- Platek, S. M., Mohamed, F. B. y Gallup, G. G. (2005). Contagious yawning and the brain. Cognitive Brain Research, 23(2-3), 448-452. https://doi.org/10.1016/j.cogbrainres.2004.11.011
- Yoon, J. M. D. y Tennie, C. (2010). Contagious yawning: a reflection of empathy, mimicry, or contagion? Animal Behaviour, 79(5), e1-e3. https://doi.org/10.1016/j.anbehav.2010.02.011