Nuestra capacidad de interpretar los estados mentales de otros ha sido estudiada por muchos autores. Esta nos permite comprender y empatizar con las personas de nuestro entorno, anticipar las conductas propias y de terceros. Hablamos de la teoría de la mente que promueve el desarrollo de un comportamiento socialmente adaptativo. En la siguiente nota, profundizaremos sobre la teoría de la mente, y su particular importancia en la etapa escolar.
La teoría de la mente
A partir de la década de los años 80, investigadores como Henry Wellman, psicólogo estadounidense especializado en desarrollo infantil, junto a otros estudiosos, empezaron a interesarse en el comportamiento social y la conciencia de la mentalidad de los niños. Desde que somos pequeños, los referentes sociales inmediatos, por ejemplo nuestros padres o cuidadores, nos estimulan para desarrollar habilidades que nos permitan comunicarnos con los demás.
Conforme vamos creciendo, al ingresar a la escuela, dichas habilidades facilitan la construcción de las relaciones interpersonales con nuestros pares. ¿Cómo se produce este aprendizaje? Comienza con la representación de uno mismo, hecho que se genera de forma progresiva.
El conocer nuestros deseos internos, estados emocionales y sensaciones derivará, gradualmente, en el conocimiento de los demás (Conte et al., 2019). Es parte de nuestra cognición social, de nuestro desarrollo. Si estás interesado en conocer más sobre técnicas de regulación, te recomendamos nuestro curso en regulación emocional y mindfulness en la infancia, donde explorarás estrategias efectivas para promover el bienestar emocional en los más pequeños.
Clave a nivel social
A nivel social, es innegable que la teoría de la mente conlleva muchos beneficios. Por ejemplo, el estudio de Conte et al. (2018) habla de que quienes presentan una mejor lectura de mentes, tienen una mayor puntuación en su conducta prosocial. ¿Qué implica esto? Una mejor interacción social con los compañeros de clase y capacidad de establecer vínculos amistosos a lo largo del tiempo.
¿Por qué es importante en la etapa escolar?
El desarrollo de la teoría de la mente se basa en la comprensión de los propios estados mentales y permite la transición a la educación formal. Y es que, como menciona Wang (2015), el conocimiento es una representación privada que, junto al aprendizaje implicado en un proceso de cambio del conocimiento (aunque no sea intencional), y la enseñanza, permite el cambio de los estados de conocimiento propios y ajenos.
Así pues, la teoría de la mente facilita la comprensión de los niños sobre el estado, el conocimiento y el cambio, incluido: a) saber que no se sabe; b) saber lo que saben otras personas; c) saber que otras personas no saben lo que sabemos; y d) saber cómo surge el conocimiento. Por lo tanto, es un proceso que pertenece al ámbito de la metacognición.
No solo esto. A nivel académico, estudios indican una mejor preparación y, a nivel general, mayor desarrollo de lenguaje, de competencias emocionales y sociales (Conte et al., 2019).
Wellman (2018, p. 7) enumera algunas de las habilidades sociales y cognitivas relacionadas con la teoría de la mente en la etapa escolar:
Circunstancias sociales escolares | Rendimiento y estrategias académicas | Motivación académica |
Popularidad o rechazo liderazgo, participación | Lectura, escritura, matemáticas historia, estudios sociales metacognición | Persistencia, superación del fracaso y recepción del feedback del profesor |
¿Cómo se produce el desarrollo de la teoría de la mente en la primera infancia?
Según Wellman (2018), en el proceso de comprensión de los estados mentales de otros tiene que existir una frase previa de adquisición de habilidades lingüísticas. Así, habla de 5 pasos importantes que se producen en diferentes edades, aunque pueden variar en cada caso.
Este autor plantea que, a los 2 años, los niños son capaces de entender que hay diferentes personas y que esto los incluye a ellos mismos. Adicionalmente, se dan cuenta de que cada persona tienen deseos particulares. Posteriormente, a los 3 años, empiezan a interiorizar conceptos sobre creencias verdaderas y diferentes.
A partir de los 4 años de edad, comprenden que el conocimiento se puede dar cuando tienen acceso a la información. Entre los 4-5 años, empiezan a darse cuenta de que no toda la información disponible que alguien les da es verdadera. Y finalmente, a los 6 años, tras la identificación y reconocimiento de las emociones, descubren que hay personas que pueden sentir una emoción distinta a la que muestran.
¿Qué pasa a nivel cerebral?
Otra visión relacionada a la teoría de la mente plantea que su funcionamiento podría ser resultado de la activación de redes neuronales. Según el análisis de Schurz et al. (2014), dentro de las zonas cerebrales que estarían involucradas encontramos la unión temporoparietal ventral, surco temporal superior, polo temporal, corteza prefrontal medial y el precúneo/cingulado posterior.
Estas áreas son fundamentales para poder inferir y analizar las creencias propias y de los otros. De hecho, estos autores han analizado cómo la teoría de la mente puede presentar deficiencias en personas que presentan autismo.
Wellman (2018) concluye tres aspectos importantes:
- Los correlatos neuronales que se activan en la edad adulta se activan también en la infancia.
- No obstante, también parece que en edades tempranas estas conexiones son más difusas y se van desarrollando con el tiempo.
- Se han observado cambios incluso en la etapa infantil, prescolar y adolescente.
Sin embargo es importante señalar que a pesar de estos hallazgos, la investigación a nivel neuronal sigue en progreso y con muchos aspectos interesantes que descubrir.
Conclusión
El desarrollo de la teoría de la mente es fundamental para relacionarnos con los demás. De hecho, es clave cuando hablamos de empatía y cognición social. Por lo tanto, tiene un gran impacto en nuestras vidas.
Por ello, es fundamental que, a través de una crianza respetuosa a nivel familiar y escolar, se promueva y desarrollen estas habilidades sociales necesarias para una mejor convivencia. Esto, por medio de experiencias de aprendizaje con los otros y que son necesarias para ir, poco a poco, comprendiendo nuestra naturaleza social.
Referencias bibliográficas
- Conte, E., Grazzani, I. y Pepe, A. (2018). Social cognition, language, and prosocial behaviors: a multitrait mixed-methods study in early childhood. Early Education Development, 29(6), 814-830. Doi: 10.1080/10409289.2018.1475820
- Conte, E., Ornaghi, V., Grazzani, I., Pepe, A. y Cavioni, V. (2019). Emotion Knowledge, Theory of Mind, and Language in Young Children: Testing a Comprehensive Conceptual Model. Frontiers in Psychology, 10, 2144. https://doi.org/10.3389/fpsyg.2019.02144
- Preckel, K., Kanske, P. y Singer, T. (2018). On the interaction of social affect and cognition: empathy, compassion and theory of mind. Current Opinion in Behavioral Sciences, 19, 1-6. https://doi.org/10.1016/j.cobeha.2017.07.010
- Schurz, M., Radua, J., Aichhorn, M., Richlan, F. y Perner, J. (2014). Fractionating theory of mind: a meta-analysis of functional brain imaging studies. Neuroscience Biobehavioral Revision, 42, 9-34. Doi: 10.1016/j.neubiorev.2014.01.009
- Wang, Z. (2015). Theory of mind and children’s understanding of teaching and learning during early childhood. Cogent Education, 2(1). https://doi.org/10.1080/2331186X.2015.1011973
- Wellman, H. M. (2018). Theory of mind: the state of the art. European Journal of Developmental Psychology, 15(6), 728-755. https://doi.org/10.1080/17405629.2018.1435413