La constante actualización de la evidencia en psicología es esencial para el bienestar y tratamiento de las personas. A través de investigaciones recientes, podemos comprender mejor las complejidades de la mente humana y desarrollar enfoques terapéuticos más eficaces. Esta actualización desafía antiguas creencias, validando teorías robustas y enfoques efectivos. Al priorizar la evidencia, podemos ofrecer intervenciones precisas y personalizadas, mejorando así la calidad de vida de quienes buscan apoyo psicológico. En este contexto, una revisión de 2024 realizada por van Zyl y colaboradores examina la evidencia del debate en contra de la psicología positiva. ¿Qué se encontró?

Credibilidad en psicología: Un debate en auge

La psicología enfrenta una crisis de credibilidad, según diversos investigadores, debido a desafíos fundamentales que han puesto en entredicho la integridad científica de la disciplina. En la última década, se han cuestionado profundamente las metodologías utilizadas, lo que ha generado serias preocupaciones sobre la validez de los métodos analíticos empleados.

Entre los problemas más destacados, se encuentran los fallos en la replicación de hallazgos clave en trabajos formativos de psicología, así como casos notorios de fraude académico, como el protagonizado por Diederik Stapel. Estas situaciones han expuesto vulnerabilidades significativas en la disciplina.

Las causas de esta crisis han sido ampliamente debatidas. Entre ellas, se incluyen el sesgo de publicación, la falta de transparencia y una dependencia excesiva de muestras pequeñas y subdimensionadas. Aunque inicialmente estas críticas surgieron en el ámbito de la psicología cognitiva y social, se han extendido a todas las subdisciplinas. Como una de las áreas de mayor crecimiento, la psicología positiva tampoco es ajena a esta crisis de credibilidad.

¿Cuestionamiento a la psicología positiva?

A pesar de su rápida expansión en las últimas dos décadas, esta disciplina enfrenta una creciente preocupación en torno a su relevancia, impacto y credibilidad como disciplina científica. Críticas específicas apuntan a cuestionar la contribución distintiva de este paradigma, así como la validez de las filosofías, teorías, metodologías e intervenciones que lo sustentan. Particularmente, algunos autores han destacado que la psicología positiva se apoya en suposiciones metateóricas deficientes, lo que limita su fundamento científico.

Un problema central radica en la falacia conocida como “jinglejangle”, que señala la tendencia a considerar diferentes fenómenos como únicos solo por llevar nombres distintos. Además, se critica el uso de metodologías deficientes y herramientas de evaluación calificadas como “rápidas y poco rigurosas”.

Por otro lado, existe una preocupación importante en su sesgo cultural, acusado de presentar soluciones complejas para problemas simples al ampararse en el uso de análisis estadísticos sofisticados. A esto se suma la sospecha de que muchas de sus intervenciones carecen de resultados sostenibles a largo plazo. Sin embargo, ante estas críticas surge una pregunta clave: ¿cuál es la evidencia?

Buscando evidencia en contra de la psicología positiva

Con el objetivo de profundizar en el debate, se empleó una revisión sistemática de la literatura. Especialmente, para explorar las críticas y cuestionamientos contemporáneos planteados a la psicología positiva. Se utilizaron las directrices de los Elementos de Reporte Preferidos para Revisiones Sistemáticas y Metaanálisis (Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyses, PRISMA, en inglés).

Asimismo, se desarrolló y aplicó una taxonomía de extracción y clasificación de datos. Para ello, se definió el alcance de la búsqueda, los criterios de elegibilidad, el marco analítico de los datos y cómo se manejarían las discrepancias entre los investigadores en el intento por identificar las críticas y cuestionamientos de la psicología positiva.

El debate en psicología positiva

En primer lugar, los datos revelaron que los críticos consideran que la psicología positiva carece de una perspectiva metateórica unificadora. Un elemento crucial para respaldar la filosofía de cualquier disciplina científica. De esta manera, no ofrece un conjunto claro de principios fundamentales que definan qué constituye esta rama de la psicología, ni cómo deberían conceptualizarse, investigarse y abordarse los fenómenos psicológicos positivos.

Asimismo, se ha señalado que la disciplina proyecta una visión confusa de la naturaleza humana al sostener la idea de que “los seres humanos son más buenos que malos”. Este enfoque ha sido cuestionado por quienes lo consideran una ilusión autoindulgente o un sesgo ideológico que limita la objetividad en los análisis y enfoques.

En segundo lugar, se ha planteado que las virtudes, uno de los pilares centrales en la filosofía científica de la psicología positiva, están mal conceptualizadas. Aunque se inspiran en la ética de las virtudes de Aristóteles, la literatura de esta disciplina aún no ha logrado establecer una comprensión teórica coherente y unificada de la virtud. Además, se ha señalado que ciertos enfoques contradicen los postulados originales de Aristóteles, al enfocarse más en preferencias subjetivas de los investigadores que en una teoría sólida y universal.

¿La evidencia es sesgada?

También se encontró que existe una base teórica limitada en el desarrollo de intervenciones. Las mismas, no incorporan modelos de cambio claramente definidos, tampoco se basan en hallazgos o modelos psicológicos positivos validados empíricamente.

Esto conduce a resultados mixtos y efectos pequeños (o nulos) en la investigación de intervenciones. Además, ha habido un enfoque desproporcionado en investigar experiencias subjetivas positivas y rasgos individuales positivos. Sin embargo, poco enfoque en las instituciones positivas.

El debate en psicología positiva también destaca que se centra demasiado en la persona individual, en lugar de considerar el impacto de vecindarios, grupos sociales, organizaciones y gobiernos en la formación del comportamiento positivo. En línea con el punto anterior, la disciplina parece incorporar una comprensión ingenua de las instituciones positivas como simplemente una función de las experiencias colectivas de los sujetos, pero descarta la importancia del contexto o los entornos.

Metodologías ambiguas

evidencia en contra de la psicología positiva

Por otro lado, los críticos argumentan que existen problemas con la forma en que se operacionalizan los constructos psicológicos positivos. Y, a su vez, en cómo se miden estos conceptos. También se hallaron críticas que resaltan que las metodologías empleadas son defectuosas, que hay una excesiva dependencia del empirismo y enfoques positivistas, y que no emplea enfoques de investigación más robustos (por ejemplo, investigación cualitativa/diseños de métodos mixtos).

Por último, la disciplina emplea instrumentos psicométricos poco desarrollados con niveles cuestionables de validez y confiabilidad. Se indica que varios instrumentos psicométricos populares destinados a medir características positivas producen diferentes estructuras factoriales, con niveles de consistencia interna ampliamente variables, lo que da como resultado una baja validez predictiva.

¿Qué nos deja el estudio? La importancia de la investigación

Finalmente, podemos afirmar que es crucial revisar constantemente los postulados en psicología, especialmente de aquellas corrientes que se popularizan rápidamente. Además, el debate en torno a la psicología positiva la ha señalado como un enfoque descontextualizado que ignora el papel e importancia del contexto para fomentar estados, rasgos y comportamientos positivos.

En contraste con la forma en que la disciplina fue originalmente conceptualizada, los críticos sostienen que la psicología positiva no es ni objetiva, ni universal, ni neutral en valores, sino más bien prescriptiva y directiva, ignorando el papel del contexto y los entornos sociales a la luz de la evidencia en su contra. Dada la importancia ideológica del yo en esta disciplina,algunos autores han mantenido que perpetúa valores occidentales como universales y aplicables a toda la población humana, en contraste con la psicología transcultural y situada.

Referencia bibliográfica

  • van Zyl, L. E., Gaffaney, J., van der Vaart, L., Dik, B. J. y Donaldson, S. I. (2024). The critiques and criticisms of positive psychology: A systematic review. The Journal of Positive Psychology, 19(2), 206-235. https://doi.org/10.1080/17439760.2023.2178956