El trastorno obsesivo compulsivo (TOC) es una condición de salud mental que se caracteriza por la presencia de obsesiones y compulsiones recurrentes. Una de las manifestaciones más desafiantes de este trastorno es el TOC de contenido sexual, donde las personas se ven acosadas por pensamientos intrusivos, persistentes y no deseados de naturaleza sexual. Estos pensamientos pueden abarcar desde preocupaciones sobre la orientación sexual hasta temores de cometer actos inapropiados, causando una profunda angustia y culpabilidad. Con lo que, quienes conviven con ello, tienden a realizar rituales o compulsiones para aliviar la ansiedad asociada. Lo que puede interferir significativamente en su vida diaria y bienestar emocional. Veamos la gran complejidad del TOC de contenido sexual, su impacto en quienes lo padecen y la importancia de un diagnóstico y tratamiento adecuados para mejorar la calidad de vida.
Un pequeño caso de TOC sexual
C. S., una mujer de 28 años, acude a la consulta debido a pensamientos intrusivos y angustiantes de naturaleza sexual que han estado presentes durante los últimos ocho meses. Estos pensamientos recurrentes incluyen imágenes de actos sexuales inapropiados, como la preocupación de cometer abusos sexuales, a pesar de no tener ningún deseo o intención de hacerlo. También tiene pensamientos no deseados sobre su orientación sexual. Dudando constantemente si es homosexual, heterosexual o bisexual, a pesar de estar seguro de su orientación en el pasado. Estos pensamientos no se alinean con sus valores y deseos, generando una intensa angustia y culpabilidad.
Para aliviar la ansiedad que le provocan estos pensamientos, C. S. ha desarrollado diversas compulsiones. Por ejemplo, evita estar cerca de niños o situaciones donde podría estar solo con ellos, y evita lugares donde teme que pueda actuar inapropiadamente.
Asimismo, realiza rituales mentales, como repetir frases en su mente para “neutralizar” los pensamientos, o imaginar escenas contrarias que le calmen. Constantemente busca la tranquilidad de que no actuará según estos pensamientos, preguntando a sus amigos y familiares sobre su comportamiento y buscando información en internet. Además, comprueba repetidamente su comportamiento, revisando su memoria para asegurarse de que no ha hecho nada inapropiado.
Dos elementos claves como causa de angustia
- Obsesiones sexuales: Las obsesiones sexuales son pensamientos, impulsos o imágenes intrusivas que son repetitivas y persistentes, y que causan una notable ansiedad o angustia. Los individuos con TOC de contenido sexual pueden experimentar pensamientos sobre cometer actos sexuales inapropiados, dudas sobre su orientación sexual, o imágenes de actos sexuales con figuras de autoridad, familiares o incluso menores (NOCD, 2023).
- Compulsiones: Para aliviar la ansiedad provocada por las obsesiones, se desarrollan compulsiones, que son comportamientos repetitivos o actos mentales que la persona siente la necesidad de realizar en respuesta a una obsesión o según reglas que deben aplicarse rígidamente. En el caso del TOC sexual, tales compulsiones pueden incluir evitar ciertas situaciones, buscar constantemente tranquilidad, realizar rituales mentales como oraciones o contar números, y verificar repetidamente sus comportamientos.
Impacto del TOC sexual en la vida diaria
A nivel psicológico, las obsesiones sexuales generan una angustia significativa debido a su naturaleza ego-distónica. Lo que significa que son contrarias a los valores y deseos del individuo, provocando un conflicto interno constante. Un poco en la línea del caso anterior, ejemplifiquemos esto. Imaginemos a un hombre profundamente comprometido con su pareja y con firmes valores familiares que comienza a experimentar pensamientos intrusivos y no deseados sobre cometer actos sexuales inapropiados con personas ajenas a su relación, o con menores. Estos pensamientos son totalmente opuestos a sus principios y valores, lo que le provoca una intensa culpabilidad y ansiedad.
A pesar de que racionalmente entiende que tales pensamientos no reflejan sus verdaderos deseos ni intenciones, no puede evitar sentirse perturbado por ellos. Esta disonancia cognitiva entre sus valores y los pensamientos intrusivos lleva a un ciclo de obsesión y compulsión, donde realiza actos repetitivos como buscar tranquilidad, evitar ciertas situaciones o llevar a cabo rituales mentales para intentar neutralizarlos
¿El resultado?
Este tipo de pensamientos intrusivos puede desencadenar una respuesta emocional intensa, incluyendo sentimientos de culpa, vergüenza y miedo a ser juzgado. Consecuentemente, estados emocionales negativos pueden llevar a conductas de evitación, aislamiento social y deterioro en las relaciones interpersonales. Ya que la persona puede temer compartir sus experiencias por miedo al estigma o la incomprensión (Calabrò et al., 2019; Cazala et al., 2015).
Además, no hay que olvidar que el ciclo de obsesión y compulsión consume una cantidad considerable de tiempo y recursos mentales. Aspecto que interfiere con el desempeño laboral y académico. Mismamente, las compulsiones, como la revisión constante de comportamientos o la búsqueda de tranquilidad, no solo son agotadoras, sino que también perpetúan el ciclo de ansiedad y refuerzo de las obsesiones.
A largo plazo, esta dinámica puede llevar a un desgaste psicológico significativo, contribuyendo a la aparición de trastornos comórbidos como la depresión y otros trastornos de ansiedad. De hecho, ya se sabe que la atención y repetición de dichas compulsiones fortalecen las vías neuronales asociadas con la ansiedad. Aumentando, así, la sensibilidad a las señales sexuales y perpetuando el ciclo de angustia.
Errores comunes en el diagnóstico
Como ya podremos inferir, uno de los mayores desafíos en el tratamiento del TOC de contenido sexual es el diagnóstico correcto. Debido a la naturaleza de los pensamientos, a menudo se malinterpretan como indicativos de otros trastornos sexuales o desviaciones. Por ello, es necesario saber diferenciar entre las obsesiones de contenido sexual propias del TOC y otros trastornos como la pedofilia o el trastorno de identidad sexual. Y en esto, hay una diferencia clave, los pacientes con TOC son conscientes de que sus pensamientos son irracionales y contrarios a sus valores, a diferencia de aquellos con trastornos sexuales, quienes pueden actuar conforme a sus impulsos.
Imaginemos, los errores en la evaluación pueden llevar a intervenciones inadecuadas que no abordan la raíz del problema, agravando la angustia. De hecho, un diagnóstico erróneo podría resultar en la aplicación de terapias que no solo son inapropiadas, sino que pueden exacerbar la ansiedad y el aislamiento. Reforzando la sensación de culpa y vergüenza, y hasta llevando al paciente a evitar el contacto social y profesional, incrementando así el malestar emocional.
3 recomendaciones para evitar cometer errores
- Explorar la historia clínica completa. Un enfoque integral que incluya una revisión detallada del historial médico y psicológico del paciente. Así como antecedentes familiares de TOC y otros trastornos de ansiedad, es crucial para un diagnóstico preciso. Sobra decir que conocer la historia del paciente proporciona contexto y ayuda a identificar patrones de comportamiento y pensamiento asociados.
- Colaborar con otros profesionales de la salud: Trabajar en conjunto con psiquiatras y otros profesionales de la salud mental puede mejorar significativamente la precisión del diagnóstico. Y es que, la consulta multidisciplinaria asegura que todas las perspectivas y posibles comorbilidades sean consideradas en el diagnóstico y tratamiento.
- Utilizar un lenguaje que no estigmatice ni juzgue a los pacientes. Es decir, describir los síntomas de manera objetiva y sin prejuicios de cara a crear un ambiente seguro para que los pacientes compartan sus experiencias y reciban el tratamiento adecuado. El uso de una terminología adecuada y respetuosa también contribuye a reducir el estigma asociado con el TOC de contenido sexual. Lo que puede facilitar el acceso a la atención y mejorar los resultados del tratamiento. Por ejemplo, en lugar de describir los pensamientos sexuales intrusivos como “perturbadores y anormales”, es más apropiado decir que “son contrarios a los valores y deseos del paciente, generando una notable ansiedad”. O el normalizar la experiencia del paciente puede reflejarse al expresar “es común que las personas con TOC experimenten pensamientos intrusivos que no desean y que les generan ansiedad”, en lugar de “es extraño que alguien tenga estos tipos de pensamientos”.
Tratamientos más utilizados en el TOC
El tratamiento más efectivo para el TOC, incluido el TOC de contenido sexual, es una combinación de terapia cognitivo conductual (TCC) con prevención de respuesta (PR) y farmacoterapia. Hoy en día, la TCC con PR es fundamental en el tratamiento porque ayuda a confrontar las obsesiones sin realizar las compulsiones que se utilizan para aliviar la ansiedad.
Brevemente, este enfoque gradual expone al paciente a los pensamientos obsesivos de manera controlada, disminuyendo la necesidad de realizar comportamientos compulsivos y reduciendo así la intensidad de las obsesiones y compulsiones con el tiempo. Con lo que la exposición repetida a los desencadenantes de la obsesión sin permitir la respuesta compulsiva lleva a una habituación, donde la ansiedad disminuye naturalmente sin recurrir a las compulsiones. Y sí, esta terapia tiene una alta tasa de abandono, principalmente debido a la intensidad y la dificultad emocional del tratamiento.
Por otro lado, la farmacoterapia juega un papel importante en el manejo de los síntomas del TOC. Así, los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), como la fluoxetina, la sertralina y la fluvoxamina, suelen utilizarse debido a su eficacia en reducir la intensidad de los síntomas obsesivo-compulsivos.
Conclusión
La complejidad del TOC de contenido sexual va más allá de su sintomatología, tocando fibras profundas de la identidad y la moralidad del individuo. Esta condición, que a menudo es malinterpretada y estigmatizada, no solo desafía la percepción del paciente sobre sí mismo, sino también la habilidad de los profesionales de salud mental para proporcionar un diagnóstico y tratamiento adecuado. La lucha contra el estigma es tan crucial como la intervención clínica, ya que permite que los pacientes busquen y reciban la ayuda que necesitan sin miedo al juicio o la discriminación.
Y ojo, los propios profesionales de la salud mental no están inmunes a los prejuicios y estigmas que la sociedad en general puede tener hacia los pensamientos sexuales intrusivos. Pudiendo influir inconscientemente en su capacidad para diagnosticar y tratar el TOC de contenido sexual de manera efectiva.
Es más, los profesionales pueden sentirse incómodos o inseguros al abordar estos temas, lo que puede llevar a subdiagnosticar o incluso malinterpretar los síntomas, clasificándolos erróneamente como desviaciones sexuales en lugar de reconocerlos como parte de un TOC. Por lo que, por supuesto, la deconstrucción del estigma en el ámbito profesional no solo beneficia al paciente, sino que también enriquece la práctica clínica.
Referencias bibliográficas
- Calabrò, R. S., Cacciola, A., Bruschetta, D., Milardi, D., Quattrini, F., Sciarrone, F., la Rosa, G., Bramanti, P. y Anastasi, G. (2019). Neuroanatomy and function of human sexual behavior: A neglected or unknown issue? Brain and behavior, 9(12), e01389. https://doi.org/10.1002/brb3.1389
- Cazala, F., Vienny, N. y Stoleru, S. (2015). The cortical sensory representation of genitalia in women and men: A systematic literature review. Brain Research Reviews, 87, 49-59.
- Healthline. (2020). Sexual OCD: Causes, Symptoms, and Treatment Options. Recuperado de https://www.healthline.com
- NOCD. (2023). How Can I Stop My Sexual Intrusive Thoughts? Recuperado de https://www.treatmyocd.com
- Psychology Today. (2023). Making Sense of Physical Sensations in Sexual-Themed OCD. Recuperado de https://www.psychologytoday.com
- Psychology Today. (2023). Sexual Obsessions: Misunderstood and Misdiagnosed. Recuperado de https://www.psychologytoday.com