La imaginación es un proceso natural y saludable que nos permite planificar, reflexionar y escapar temporalmente de la realidad. Sin embargo, en algunos casos, puede convertirse en un comportamiento desadaptativo, afectando gravemente la vida diaria de quienes lo experimentan. En este sentido, la ensoñación excesiva (Maladaptive Daydreaming, MD, en inglés) es un fenómeno psicológico cada vez más investigado que deja en evidencia una forma extrema de soñar despierto, donde se genera una dependencia psicológica compulsiva hacia lo que sucede en la imaginación. Pero, ¿qué ocurre cuando las fantasías consumen más tiempo del que deberían? ¿de qué se trata exactamente la MD?

Una primera aproximación a la ensoñación excesiva

El psicólogo Eli Somer definió esta afección como una condición en la que las personas experimentan ensoñaciones prolongadas y vívidas, hasta el punto de que interfieren con su vida cotidiana. Así, las personas que sufren MD suelen crear historias elaboradas con múltiples personajes y tramas en su mente. En consiguiente, las mismas se desconectan de la realidad. Aunque dichas fantasías tienden a ser placenteras, también generan una gran frustración, ya que quienes las experimentan, en algunas ocasiones, se sienten incapaces de detenerlas (Somer, 2002).

Soñar despierto en exceso: Características

Ensoñación excesiva

Es común que las personas con MD presenten ensoñaciones que lleguen a durar horas, las cuales suelen estar asociadas con movimientos repetitivos, como balancearse o caminar en círculos. Dicho fantaseo se desencadena con frecuencia por música, libros, películas o incluso eventos menores del día a día. Además, es común que las personas con la presente patología intenten escapar de problemas o situaciones desagradables concentrándose en sus ensueños (Somer et al., 2016).

Dicho cuadro no solo afecta al tiempo y a la productividad, sino también a las relaciones sociales. De esta manera, tienden a dejar de lado interacciones sociales o actividades importantes debido a la necesidad de seguir soñando despiertas.

Causas y factores de riesgo de la ensoñación excesiva

Muchas personas que padecen dicha afección han experimentado traumas o abusos en su infancia. En este sentido, este tipo de eventos podrían llevar a las personas a utilizar las fantasías como una forma de escapar de la realidad dolorosa. A esto se le suman los hallazgos de múltiples estudios que sugieren que las dificultades en la regulación emocional serían claves para su desarrollo.

Siguiendo esta línea, una revisión reciente confirmó que las personas con MD presentan mayores dificultades para regular sus emociones, lo que sugiere que la imaginación excesiva sería una estrategia de afrontamiento, ineficaz, para controlar la sensación de ansiedad. Por otro lado, la MD se vincula a otras afecciones mentales donde existen problemas de concentración, como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), la ansiedad y la depresión (Greene et al., 2020).

¿Hay personas con más tendencia a la ensoñación excesiva?

Sin lugar a dudas la predisposición genética o determinadas características de la personalidad juegan un papel importante en este fenómeno. Por ejemplo, las personas introvertidas o con una imaginación extremadamente activa pueden ser más propensas a desarrollar el presente cuadro.

Al mismo tiempo, la falta de apoyo social y la presencia de condiciones como la soledad son agravantes del problema, empujando a las personas a refugiarse en su mundo interno. Entonces, el aislamiento emocional, combinado con una predisposición psicológica, llevarían a que las fantasías se conviertan en una vía principal para evitar la realidad y sus desafíos.

Algunas consecuencias de la MD

Cómo dejar de soñar despierto

Soñar despierto de forma excesiva puede dejar un deterioro significativo en diversas áreas de la vida. En términos de rendimiento académico o laboral, el tiempo que una persona pasa soñando despierta se traduce en problemas de concentración y una disminución en la productividad. Mismamente, un estudio realizado en 2023 reveló que muchas personas con MD tienen dificultades para controlar la realización de tareas diarias, debido a la distracción constante generada por su imaginación (Chefetz et al., 2023).

Consecuentemente, el impacto emocional generado no debe subestimarse. Las personas afectadas frecuentemente sienten vergüenza o culpa por el tiempo perdido, lo que agrava aún más los niveles de ansiedad y depresión. Así, el ensueño es capaz de convertirse en un ciclo vicioso, donde las personas recurren a sus fantasías para evitar sentimientos negativos, lo que a su vez genera más aislamiento y angustia emocional.

Efectos en las relaciones interpersonales

Las relaciones cercanas también sienten un impacto debido a la MD. Concretamente, la dificultad para desconectarse de los ensueños y regresar a la realidad, muchas veces causa una desconexión emocional con amigos y familiares. A esto se le agrega la gran cantidad de expectativas idealizadas basadas en fantasías, las cuales suelen conducir a enormes frustraciones cuando la realidad no coincide con lo imaginado, afectando la calidad de los vínculos.

Evaluación y diagnóstico de la ensoñación excesiva

Diagnosticar el MD puede ser complicado, ya que no está reconocido formalmente en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, quinta edición (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fifth Edition, DSM-V, en inglés). Sin embargo, los profesionales de la salud mental utilizan herramientas como la Escala de Ensoñación Excesiva (Maladaptive Daydreaming Scale, MDS, en inglés) para evaluar la gravedad de la afección.

La MDS mide la frecuencia, duración y el impacto de las fantasías en la vida diaria. Gracias a ello, le es posible determinar si las ensoñaciones son un problema para la persona afectada, o si simplemente forman parte de una imaginación activa controlada y saludable (Somer et al., 2016).

Abordaje y tratamiento para la MD

Aunque no existe un tratamiento específico para el MD, la terapia cognitivo-conductual (TCC) ha mostrado resultados prometedores en el manejo de esta patología. Ayudando a las personas a identificar diversos desencadenantes de su imaginación excesiva, permite desarrollar estrategias para controlarla (Somer et al., 2017).

Ensoñación excesiva

Adicionalmente, en algunos casos la medicación para controlar condiciones comórbidas (como la depresión), ayuda a disminuir los episodios de imaginación excesiva. Sin embargo, es crucial que los profesionales de la salud evalúen cada caso de manera individual para determinar el enfoque más adecuado.

¿Cómo dejar de soñar despierto en exceso?

Por otro lado, también es posible emplear técnicas prácticas para dejar de soñar despierto en la vida cotidiana. De cierta forma, establecer rutinas estructuradas y llevar un registro detallado de los ensueños son estrategias útiles para equilibrar el mundo de la fantasía con la realidad (Somer et al., 2016).

Conclusión

La MD concentra las características principales de una conducta desadaptativa, donde los mecanismos de afrontamiento impiden que las personas puedan abordar de manera eficaz sus problemas emocionales y sociales. Así, al verse atrapadas en ensueños prolongados, desarrollan un ciclo de evitación que las desconecta de la realidad y compromete su bienestar general. Entonces, ¿cómo pueden las intervenciones terapéuticas actuales controlar este comportamiento sin eliminar el valor de la imaginación?

Una posible solución es la aplicación de la reestructuración cognitiva, enfocada en transformar las conductas desadaptativas en herramientas constructivas. Al enseñar a las personas a utilizar su imaginación de manera positiva, se llegaría a reducir el impacto negativo de las ensoñaciones y fomentar su creatividad en áreas productivas. Finalmente, para saber más sobre el abordaje de la conducta, te recomendamos nuestro curso en intervención en conducta desadaptativa.

Referencias bibliográficas

  • Chefetz, R. A., Soffer-Dudek, N. y Somer, E. (2023). When daydreaming becomes maladaptive: phenomenological and psychoanalytic perspectives. Psychoanalytic Psychotherapy37(4), 319-338. https://doi.org/10.1080/02668734.2023.2246058
  • Greene, T., West, M. y Somer, E. (2020). Maladaptive daydreaming and emotional regulation difficulties: A network analysis. Psychiatry Research, 285, 112799. https://doi.org/10.1016/j.psychres.2020.112799
  • Somer, E. (2002). Maladaptive daydreaming: A qualitative inquiry. Journal of Contemporary Psychotherapy, 32(2), 197-212. https://doi.org/10.1023/A:1020597026919
  • Somer, E., Lehrfeld, J., Bigelsen, J. y Jopp, D. S. (2016). Development and validation of the Maladaptive Daydreaming Scale (MDS). Consciousness and Cognition, 39, 77-91. https://doi.org/10.1016/j.concog.2015.12.001
  • Somer, E., Soffer-Dudek, N. y Ross, C. A. (2017). The comorbidity of daydreaming disorder (maladaptive daydreaming). The Journal of Nervous and Mental Disease, 205(7), 525-530. https://doi.org/10.1097/NMD.0000000000000685