Esta técnica de estimulación cerebral no invasiva se utiliza en diversas afecciones neuropsiquiátricas. Sobre todo durante los últimos veinte años. Está aprobada, desde hace años, por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) y la Agencia Europea del Medicamento para el tratamiento de la depresión mayor resistente a tratamiento. Así como el trastorno obsesivo-compulsivo, la deshabituación tabáquica y la migraña. Además, se ha demostrado que la estimulación magnética transcraneal parece ser un remedio para la fase aguda de la ideación suicida en la depresión. Por lo cual se reducen algunos de los síntomas característicos. Pero, ¿cómo se lleva esto a cabo? ¿puede ser un tratamiento en la depresión? Leamos más sobre la estimulación magnética transcraneal y la depresión.
¿Qué es la estimulación magnética transcraneal?
Para empezar, la Estimulación Magnética Transcraneal (EMT), o Transcranial Magnetic Stimulation (TMS) en inglés, es una novedosa técnica de neuromodulación. Utiliza campos magnéticos para estimular las neuronas cerebrales con el fin de mejorar los síntomas de diversas patologías psiquiátricas. Así como neurológicas.
Sus fundamentos se deben a A. T. Baker. Quien, en 1985, diseñó junto a su equipo un estimulador electromagnético. ¿El objetivo? estimular el córtex motor a través del cuero cabelludo.
Así pues, el estimulador consistía en un condensador que se descargaba por medio de una bobina, produciendo un campo magnético.
Este, a través de los tejidos craneales, inducía a su vez un campo eléctrico a nivel cerebral (Ibiricu y Morales, 2009).
En los últimos años, se han realizado numerosos estudios en otras patologías psiquiátricas (adicciones, trastornos de ansiedad, esquizofrenia, autismo, trastorno de estrés postraumático, trastornos de la conducta alimentaria, conducta suicida…).
Sobre todo, neurológicas (enfermedad de Parkinson, dolor crónico y neuropático, tinnitus, secuelas de ictus…) con buenos resultados. Por ello, se esperan nuevas indicaciones asignadas por las principales agencias de medicamentos internacionales.
Algunas características de la EMT
Tipos y frecuencias
La estimulación magnética transcraneal puede ser de pulso único (que se utiliza en investigación para la localización de funciones cerebrales), o de pulsos regulares repetitivos (EMTr, usada con fines terapéuticos). Asimismo, puede utilizarse a frecuencias bajas (aplicando un estímulo cada segundo) o a frecuencias altas (10-20 estímulos/segundo).
Actualmente, se está utilizando (con la aprobación de la FDA) la administración en forma de ráfagas theta intermitentes (iTBS).
El objetivo es disminuir, de forma considerable, el tiempo de administración. Sin menoscabo de su eficacia y tolerancia.
Este tipo de neuroestimulación utiliza campos magnéticos con una intensidad de hasta 3T.
Esto es así para inducir una despolarización neuronal. Principalmente, en áreas corticales superficiales y selectivas.
Ahora, no se conoce exactamente su modo de acción. Sin embargo, parece actuar a nivel de los neurotransmisores. Además, también produce alteraciones del flujo cerebral y metabolismo en el área estimulada.
¿Qué protocolos se utilizan?
Existen diferentes protocolos según el tipo de enfermedad neuropsiquiátrica. Sin embargo, lo más habitual es aplicar cinco sesiones semanales. Mientras que, en cuanto a días, de lunes a viernes, durante 4-6 semanas. Y después, según los resultados, programar una terapia de mantenimiento con sesiones semanales, quincenales o mensuales.
Así mismo, otros estudios han demostrado la eficacia de un protocolo denominado acelerado (Accelerated TMS). Este consiste en la administración en un mismo día de varias sesiones. ¿La finalidad? Acortar el número de días de tratamiento. Aunque el total de las sesiones de la tanda aguda es el mismo, entre 20 y 30.
¿Cómo se utiliza en la depresión?
En la depresión su fundamento es aumentar la actividad de la corteza prefrontal dorsolateral izquierda. Y es que, algunos autores piensan que existe un desequilibrio en la actividad de los lóbulos prefrontales (hipoactividad en el izquierdo y excesiva actividad inhibidora en el derecho). Por ello, recomiendan utilizar EMT de baja frecuencia en la corteza prefrontal derecha, y de alta frecuencia en la corteza izquierda (Grupo de Trabajo. Avalia. 2014).
Bases neurobiológicas del efecto de la EMT en el paciente con depresión
Ahora, es importante conocer las áreas involucradas en la depresión. Así como el efecto de la estimulación magnética transcraneal profundizando en las bases neurobiológicas.
Por lo general, se asocia a la depresión con desbalances químicos entre la noradrenalina y la serotonina en el cerebro. Además, está relacionada con la neuroplasticidad, que incluye diversos circuitos y ventanas del cerebro.
Los circuitos vinculados a la depresión, incluyendo el cortex prefrontal dorsolateral y el sistema límbico, parecen encontrarse en el hemisferio izquierdo cerebral.
Específicamente, cuando el hemisferio izquierdo está desconectado, o si el derecho está hiperconectado, puede haber síntomas depresivos como resultado.
Por consiguiente, mediante la resonancia magnética funcional se puede observar cómo hay claras diferencias entre el lado derecho y el izquierdo del cerebro.
Al contrario de lo que ocurre en el cerebro de quien no padece un trastorno depresivo.
Así pues, para compensar esta diferencia, se puede administrar una estimulación magnética transcraneal a baja frecuencia (< 1 Hz) en el lado derecho (para inhibir dicha zona) o de alta frecuencia (> 5 Hz) en el lado izquierdo (para estimular esta zona).
Profundicemos en diversos estudios científicos
En cuanto a los resultados en dicho cuadro y la conducta suicida, en los últimos años se han publicado numerosas investigaciones que demuestran su efectividad. Ahora, cuando hablamos de estimulación magnética transcraneal profundizando en la depresión, también nos referimos a profundizar en estudios científicos referentes.
Veamos algunos de ellos
Croarkin et al. (2018) realizaron un estudio que asociaba la estimulación magnética transcraneal con medicación antidepresiva. Tras veinte o treinta sesiones, se producía una disminución de las ideas suicidas. Así como una mejoría en los síntomas depresivos.
Por su parte, Abdelnaim et al. (2019), reportaron una amplia serie de pacientes tratados con un número variable de sesiones (entre 6 y 50), aplicando en la mayoría de los casos 20 Hz en la corteza prefrontal izquierda.
De esta forma, obtuvieron datos que confirmaron un 47 % de mejoría y un empeoramiento del 11.7 %.
Recientemente, Dai et al. (2020), han realizado un estudio comparativo en pacientes con depresión e ideas suicidas. El grupo A (48 casos) fue tratado con antidepresivos y EMT y el grupo B (55 casos), solamente con medicación.
Los efectos de la medicación fueron mejores en el grupo A. En este mejoraron más rápido los síntomas depresivos. Y, del mismo modo, disminuyó la ideación suicida, con una efectividad del 52.1 %. Sin efectos adversos graves.
El estudio SAINT de Cole et al. (2020), desarrollado por la Universidad de Stanford, valora los resultados logrados en pacientes diagnosticados de depresión mayor resistente a tratamiento con un protocolo acelerado (diez sesiones diarias durante cinco días) a altas dosis (1.800 pulsos por sesión) de EMT mediante ráfagas iTBS.
Además, el lugar de aplicación fue la corteza prefrontal dorsolateral izquierda y estuvo guiado por imágenes de RM. Con esto, se aplicó un intervalo de 50 minutos entre sesiones. 19/21 pacientes (90.5 %) remitieron de su clínica depresiva (según escala de Montgomery).
Así mismo, no se detectaron deterioros cognitivos. 19/21 pacientes habían presentado antes del tratamiento algún grado de suicidabilidad según la escala Columbia. Tras el tratamiento, del 80 al 100 % de los pacientes también experimentaron una mejoría en este parámetro.
¿La EMT supone algún peligro?
A diferencia de la terapia electroconvulsiva, se administra de forma ambulatoria. Y, además, no requiere anestesia. Y, tampoco produce fallos de memoria.
Ahora, como efectos secundarios, puede ocasionar dolor local, malestar general y cefaleas (que se suelen resolver dentro de las veinticuatro horas después de la sesión).
En un porcentaje ínfimo de casos, síncope vasovagal y convulsiones. Por lo tanto, se trata de una técnica con escasos efectos adversos, siendo generalmente muy bien tolerada.
Así pues, parece una herramienta segura con pocos efectos secundarios. Y, por consiguiente, útil en caso de depresión con escasa respuesta al tratamiento convencional. Así como en el riesgo suicida asociado.
Por lo tanto, la EMT es una técnica no invasiva y con menos efectos secundarios que la terapia electroconvulsiva (la otra técnica de neuroestimulación indicada en casos de depresión con riesgo suicida).
Y, por ello, sería lógico utilizar la EMT como tratamiento de primera opción en la depresión con ideas suicidas que no responde, o responde parcialmente, al tratamiento con antidepresivos y psicoterapia. Es más, podría utilizarse la terapia electroconvulsiva en caso de que fracase la estimulación magnética transcraneal.
Conclusión
Podemos decir, resumidamente, que la estimulación magnética transcraneal es una novedosa técnica con una importante evidencia científica en la depresión. Así como en el trastorno obsesivo-compulsivo (entre otros síntomas, como la conducta suicida), con escasos efectos adversos.
Por ello, disminuye la necesidad de medicación en lo referente a dosificación y duración, actuando muy positivamente sobre la calidad de vida de los pacientes. Y, ayudando a recuperar su funcionalidad. Facilitando, por ende, una rápida reincorporación a las actividades usuales.
Así pues, esperamos más investigaciones que se sumen a esta técnica revolucionaria como tratamiento de la depresión. Y, por consiguiente, empiece a tener la relevancia que merece. Así mismo, invitamos a leer más sobre el tratamiento de la depresión.
Referencias bibliográficas
- Abdelnaim, M. A., Langguth, B., Deppe, M., Mohonko, A., Kreuzer, P. M., Poeppl, T. B., Hebel, T. y Schecklmann, M. (2020). Anti-Suicidal Efficacy of Repetitive Transcranial Magnetic Stimulation in Depressive Patients: A Retrospective Analysis of a Large Sample. Frontiers in Psychiatry, 10, 929. https://doi.org/10.3389/fpsyt.2019.00929
- Cole, E. J., Stimpson, K. H., Bentzley, B. S., Gulser, M., Cherian, K., Tischler, C., Nejad, R., Pankow, H., Choi, E., Aaron, H., Espil, F. M., Pannu, J., Xiao, X., Duvio, D., Solvason, H. B., Hawkins, J., Guerra, A., Jo, B., Raj, K. S. y Williams, N. R. (2020). Stanford Accelerated Intelligent Neuromodulation Therapy for Treatment-Resistant Depression. American Journal of Psychiatry, 177(8), 716-726. https://doi.org/10.1176/appi.ajp.2019.19070720
- Croarkin, P. E., Nakonezny, P. A., Deng, Z.-D., Romanowicz, M., Voort, J. L. V., Camsari, D. D., Schak, K. M., Port, J. D. y Lewis, C. P. (2018). High-frequency repetitive TMS for suicidal ideation in adolescents with depression. Journal of Affective Disorders, 239, 282-290. https://doi.org/10.1016/j.jad.2018.06.048
- Dai, L., Wang, P., Zhang, P., Guo, Q., Du, H., Li, F., He, X. y Luan, R. (2020). The therapeutic effect of repetitive transcranial magnetic stimulation in elderly depression patients. Medicine, 99(32), e21493. https://doi.org/10.1097/MD.0000000000021493
- Ibiricu, M. A. y Morales, G. (2009). Estimulación magnética transcraneal. An. Sist. Sanit. Navar., 32(3), 105-113. Doi: 10.23938/ASSN.0145.
- Ministerio de Sanidad (2020). Revisión de la Guía Práctica Clínica de prevención y tratamiento de la conducta suicida (2012) del programa de GCP en el SNS. Unidad de Asesoramiento Científico-técnico, Avalia-t., Agencia Gallega para la Gestión del Conocimiento en Salud (ACIS). https://www.mscbs.gob.es/profesionales/excelencia/docs/Revision_GPC_ConductaSuicidaActualizacion.pdf