Los avances en el ámbito de la salud han sido enormes en estos últimos años. Esto ha ayudado a mejorar tanto el diagnóstico de enfermedades como su tratamiento. En el campo de las neurociencias, las imágenes cerebrales constituyen una parte importante de ello. La capacidad para poder observar la anatomía y funcionalidad de nuestro cerebro ha supuesto un gran impulso en la investigación sobre este importante órgano. ¿Qué tipos de imágenes cerebrales hay? ¿Cuál es la imagen estructural y la funcional? Para responder estas preguntas te invitamos a seguir leyendo.
¿Por qué es útil el uso de la imagenología cerebral?
Las imágenes cerebrales ayudan a ver tanto la función como la estructura del cerebro. Son de gran utilidad para el diagnóstico de diversas patologías cerebrales. Además, con estas herramientas se puede saber cómo el cerebro mejora con los tratamientos aplicados.
En el momento en el que se realiza alguna imagen cerebral se puede identificar, de manera precisa, la ubicación del daño.
Suelen ser utilizadas cuando, por ejemplo, una persona ha sufrido un trauma craneoencefálico o un accidente cerebro vascular.
Así pues, se puede identificar cuál es el tratamiento sugerido para mejorar la funcionalidad, disminuir o evitar consecuencias a largo plazo.
De igual manera, este tipo de imágenes son de gran utilidad para la investigación debido a que permiten buscar los correlatos biológicos de las funciones cognitivas.
Por consiguiente, podemos entender mejor algunos de los principales trastornos relacionados con algún tipo de atrofia cerebral.
Ahora, existen diversas imágenes cerebrales y su uso depende de las necesidades del paciente. Y es que, están determinadas por el tipo de lesión o estructura que se quiere evaluar y los recursos con los que cuente tanto el profesional como el consultante.
¿Qué herramientas existen para obtener una imagen cerebral?
Existen múltiples maneras de obtener imágenes cerebrales. Su uso dependerá de las herramientas y el objetivo planteado. En este apartado explicaremos algunas de las más utilizadas.
Imágenes cerebrales estructurales
Como su nombre indica, este tipo de imágenes pretenden observar las diferentes partes y estructuras cerebrales. Su objetivo radica en encontrar si hay algún tipo de atrofia o daño. Existen, principalmente, dos tipos de imágenes:
Tomografía axial computarizada (TAC)
Consiste en un procedimiento computarizado que utiliza rayos X para obtener la imagen estructural.
Al ser presentadas en diferentes cortes supone una ayuda en la identificación y ubicación de estructuras básicas.
Además, por medio de este examen se puede observar si existen anormalidades, especialmente aquellas que son más grandes o significativas.
En caso de emergencia es el tipo de imagen cerebral estructural que más se utiliza, dada la disponibilidad de la herramientas y la rapidez con la que se obtienen los resultados.
Sin embargo, su utilización puede presentar algunas desventajas como el hecho de no poder observar detalladamente las estructuras. Es decir, si la imagen es poco clara, puede ser difícil la diferenciación entre algunas áreas de la corteza con respecto a las zonas subcorticales.
Resonancia magnética estructural (RM)
Para esta técnica de imagen estructural poco invasiva se usan medios de radiofrecuencia y campo magnético, permitiendo la visualización de imágenes de las estructuras cerebrales. En este caso, se utilizan tres cortes diferentes para mostrar el cerebro:
- Coronal
- Sagital
- Transversal
Los resultados de esta prueba se muestran con múltiples imágenes de cada uno de los cortes, por lo que son más detalladas que las del TAC. Esto es, permiten observar de manera precisa las diferentes partes del cerebro para detectar y cuantificar las lesiones cerebrales. Por muy pequeñas que sean.
Otro de los beneficios es la facilidad para hacer mediciones cuantitativas de las estructuras, lo que permite la orientación diagnóstica de algunas patologías. Utilizada, de manera común, para enfermedades neurodegenerativas como las demencias o los daños vasculares. Algunas de las técnicas para hacer el análisis son:
- Tractografía: Imagen estructural que permite dibujar el recorrido y posible daño de las vías principales de la sustancia blanca con el fin de observar microestructuras cerebrales.
- Análisis de la morfología basada en Voxels: Analiza y cuantifica el volumen y la concentración de la sustancia gris y blanca. Por lo tanto, es útil para el diagnóstico de diferentes trastornos.
Imágenes cerebrales funcionales
Este tipo de imágenes tiene como fin analizar la funcionalidad del cerebro. Por lo tanto, consideran aspectos como la energía que consume el cerebro. Asimismo, se toma en cuenta la activación que tienen las neuronas cuando realizan los procesos de envío o recepción de información.
Electroencefalografía (EEG)
Utiliza las corrientes dendríticas de las neuronas para estudiar su funcionamiento. La información se orienta en la exploración de las neuronas presentes en la corteza cerebral. Por lo tanto, los resultados se muestran en forma de ondas que, dependiendo del patrón que desarrollen, se relacionan con algunos comportamientos.
Una de las grandes ventajas que tiene este tipo de herramientas es la relación temporal que presentan.
Esto quiere decir que la información que envían muestra, de manera casi inmediata, cómo se está comportando el cerebro en un determinado momento.
Por ello, se utiliza como herramienta esencial para el diagnóstico de la epilepsia.
Dentro de este tipo de imagen se incluyen los potenciales evocados y la polisomnografía.
Con el primero se mide la respuesta sensorial del cerebro y con el segundo se pueden conocer algunas afectaciones durante el sueño. Por consiguiente, suele ser muy utilizado para el diagnóstico de trastornos como la apnea del sueño.
Además, el electroencefalograma es utilizado para el desarrollo de terapias como el neurofeedback. En estos casos, su uso es necesario para el entrenamiento de las neuronas y la regulación de su funcionalidad.
Por otro lado, en los procesos de rehabilitación neuropsicológica se llega a utilizar como control del tratamiento, observando los cambios en las conexiones corticales.
Tomografía por emisión de positrones (PET) y tomografía por emisión de fotón único (SPECT)
Son imágenes cerebrales que obtienen medidas sobre el metabolismo cerebral. En este caso, se emiten uno a varios fotones que emanan rayos Gamma. Tienen como fin recoger datos para determinar si el cerebro este recibiendo la información en diferentes partes.
Por medio de la imagen funcional se pueden observar regiones que estructural y funcionalmente se relacionan.
Así, suele ser útil para estudiar los daños provocados por un TCE, ya que brindan información tanto de la región afectada como las conexiones que presentan algún daño.
Como resultado, se tiene un conocimiento total sobre las consecuencias directas e indirectas de la lesión.
Por otro lado, también es útil en la enfermedad de Alzheimer. Para este caso, se aplica otra sustancia dentro del desarrollo de la imagen. Esta aplicación tiene como fin marcar las placas de beta amiloide características en este tipo de demencia.
Resonancia magnética funcional (RMf)
Utiliza las mismas herramientas que la técnica estructural, pero tiene objetivos distintos. Con este tipo de imagen funcional se puede conseguir información sobre cómo se activa el cerebro, producto de la actividad eléctrica de las partes cerebrales involucradas en el proceso. Además, se obtiene información que tiene muy buena resolución temporal y espacial.
De igual manera, con la imagen funcional se puede recoger información sobre la activación cerebral cuando el cerebro está en reposo.
Así, se puede conseguir información sobre la funcionalidad del cerebro y las conexiones que está desarrollando.
Siguiendo esta línea, se puede observar la funcionalidad mientras se realiza una actividad para conocer las partes cerebrales involucradas durante una tarea específica.
Dentro de las utilidades clínicas se ha encontrado que puede ayudar a conocer las afectaciones debido a la lesión.
Asimismo, permite ver cómo estos problemas se han ido compensando en el cerebro con la activación de otras partes diferentes.
De igual manera, se utiliza en los procesos de rehabilitación para observar los efectos de un tipo de terapia. Para esto se utiliza la metodología pre y post en la que se valora la situación antes y después del tratamiento.
Magnetoencefalografía
Este tipo de imagen cerebral funcional nos permite observar los campos magnéticos de las neuronas mientras realizan la sinapsis.
Es decir, durante la activación cerebral, a la par que se realiza alguna actividad.
Como resultado, la información temporal que arroja es muy precisa dado que logra delimitar el tiempo de la activación de una parte cerebral mientras se lleva a cabo una tarea.
La utilización clínica de esta herramienta es muy limitada, por el momento se utiliza especialmente para investigación.
Su objetivo es conocer de manera precisa y clara cómo se producen los procesos cognitivos en el cerebro.
Por otro lado, también se utiliza en pacientes que presentan síntomas premórbidos de la demencia tipo alzhéimer para entender la reorganización cortical del cerebro.
Conclusión
Como hemos podido ver existen múltiples tipos de herramientas para obtener imágenes cerebrales funcionales y estructurales.
Dependiendo del objetivo a lograr se utilizará una u otra. Es innegable la utilidad clínica que tienen al ayudar a conocer de manera precisa el lugar de una lesión. Adicionalmente, colaboran en la determinación de la utilidad de un tratamiento de rehabilitación.
Una de las grandes desventajas que tiene este tipo de herramientas es su elevado costo, por lo que su acceso es limitado. En un futuro ideal se debería encontrar la manera de disminuir este aspecto y así habilitar su uso para todo el que lo necesite porque… ¿Quién no quiere ver una imagen de su cerebro?
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