¿Qué es el trastorno esquizotípico infantil? Se encuentra dentro del espectro de la esquizofrenia y se ha estudiado sobre todo en población adulta. Esta categorización, que se encuentra en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fifth Edition, DSM-5, en inglés) y en la Clasificación Internacional de Enfermedades (International Statistical Classification of Diseases and Related Health Problems, CIE-11, en inglés), así como su reconocimiento de manifestación en la niñez, ha establecido el trastorno esquizotípico infantil (Schizotypal Disorder in Childhood, SDC, en inglés) como un foco importante de atención clínica e investigación. Conozcamos más acerca de los síntomas del trastorno esquizotípico infantil y todo lo que implica, a continuación.

Aproximaciones históricas al reconocimiento de perturbaciones psicóticas en niños

Se ha reconocido durante 60 años que algunos niños presentan un clúster de dificultades sociales, comunicativas, perceptuales, y comportamentales, así como preocupaciones con fantasías bizarras que tienen un grave impacto en su salud y bienestar (Tonge et al., 2020).

Algunos autores/clínicos no reconocen estas perturbaciones como un trastorno porque consideran que el carácter y la personalidad de los niños es fluida y no persistente (Van Os et al., 2009).

Sin embargo, otros han conceptualizado el diagnóstico dentro de la esquizofrenia o el espectro autista en el DSM o la CIE bajo términos como “Esquizofrenia tipo infantil”, “Trastorno Generalizado del Desarrollo” o “Autismo Atípico”.

Trastorno esquizotípico infantil - niños - NeuroClass

Ahora, estos diagnósticos no son suficientemente definitorios y no se han mantenido en las ediciones actuales del DSM-5 y la CIE-11.

En la literatura de esquizofrenia temprana – en una investigación longitudinal de psicopatología infantil – se describen niños con comportamientos extraños, rechazo de iguales, trastornos perceptuales, de pensamiento y comportamiento antisocial. Presentando bastantes posibilidades de desarrollar esquizofrenia en la adolescencia.

Esto, como resultado de un importante estudio longitudinal (Stayer et al., 2005) de 160 niños que presentaban síntomas positivos de esquizofrenia.

Es decir, formaban parte del grupo de niños multidimensionalmente alterados que manifestaban síntomas psicóticos transitorios, reactividad emocional, preocupación con fantasías, dificultades de interacción social y déficits cognitivos.

La similitud de síntomas que presentaban estos niños con los criterios actuales para el trastorno esquizotípico, dentro del espectro de esquizofrenia, es aparente. Siguiendo esta línea, pertenecen a un espectro de características esquizotípicas influenciadas por factores determinantes genéticos, psicosociales y del neurodesarrollo.

¿En qué consiste el trastorno esquizotípico infantil ?

Existe un creciente interés en las manifestaciones de este trastorno en la niñez y adolescencia.

Dichas manifestaciones se caracterizan por pensamiento mágico, fantasías bizarras, paranoicas y perturbaciones perceptuales que preocupan y dificultan la capacidad del niño de relacionarse con iguales, lo que genera ansiedad (Wang et al., 2020).

El trastorno esquizotípico se ha identificado en niños a partir de los 5-6 años. Su prevalencia no está todavía bien establecida, pero las preocupaciones con fantasías internas les suponen una dificultad para cambiar el foco de atención interno (pensamientos referenciales) hacia estímulos externos.

Síntomas del trastorno esquizotípico infantil

Además de los criterios expuestos en el DSM-5 y la CIE-11, las características clínicas de este trastorno pueden incluir retrasos en el neurodesarrollo y déficits motores. Algunos menores pueden presentar daños neurocognitivos como déficits en el procesamiento de la información, funciones ejecutivas y autocontrol atencional (Tonge et al., 2020).

Mecanismos neuronales involucrados en el trastorno esquizotípico infantil

Dos sistemas de atención tienen un rol importante en el desarrollo cognitivo de estos niños.

Pintura - NeuroClass

La Red Neuronal por Defecto (DMN, Default Mode Network) y la Red de Control Ejecutivo (CEN, Executive Control Network); la primera se asocia con procesos de atención interna (day-dreaming), y la segunda red se activa cuando se realizan tareas cuyo focus atencional es externo.

Parece ser que los pequeños presentan anomalías funcionales en la Red Neuronal por Defecto, lo cual se asocia con una dificultad en interrumpir la atención dirigida a procesos mentales (por ejemplo, pensamiento paranoico, preocupación por fantasías y pensamiento mágico) y cambiar el foco de atención hacia estímulos externos. Esto último asociado al funcionamiento de la CEN.

Así, aunque se requiera todavía más investigación en tal área, las interacciones funcionales anómalas entre estos dos sistemas, refleja una posible dificultad en “desconectar” de la DMN y CEN, lo que hace difícil que estos niños sepan diferenciar estímulos externos de representaciones mentales internas (Wang et al., 2020).

Las repercusiones clínicas de este déficit neuronal y cognitivo pueden verse reflejadas en la dificultad que presentan para monitorizar su realidad y ser conscientes de sí mismos; así como en las habilidades sociales problemáticas que mantienen lo que, a su vez, genera ansiedad social.

Características diagnósticas del trastorno esquizotípico infantil vs. trastorno del espectro autista

Trastorno esquizotípico infantil - garabato - NeuroClass

Aunque sean diagnósticos diferentes, el trastorno del espectro autista (TEA) y los trastornos esquizotípicos pueden ocurrir simultáneamente (Abu-Akel et al., 2018).

Las características fundamentales que comparten ambos trastornos se asocian a deficiencias en las funciones ejecutivas, las habilidades del uso social del lenguaje y en comportamientos sociales.

Estas semejanzas en ambos trastornos llevan a un diagnóstico ambiguo que puede resultar en la sustitución de uno por otro.

Los niños que presentan trastorno esquizotípico, en comparación con aquellos con autismo – basado en el DSM-5 y la CIE-11 – se caracterizan por manifestar preocupaciones con creencias extrañas, fantasías bizarras y pensamiento mágico, ideas de referencia, perturbaciones perceptuales (alucinaciones auditivas) y ansiedad social asociada a miedos paranoicos.

Por ello, es importante hacer un diagnóstico diferencial en el que se distingan claramente los síntomas del trastorno esquizotípico infantil.

Potenciales riesgos de padecer trastorno esquizotípico infantil

Los riesgos potenciales de padecer este trastorno todavía deben ser investigados. Especialmente, los asociados al desarrollo de síntomas psicóticos, incluyendo factores genéticos, psicosociales y ambientales, trastornos psicopatológicos en la infancia y traumas vividos en la niñez.

El desarrollo madurativo del trastorno esquizotípico infantil en la adultez y la prominencia de aparición de psicosis es desconocida.

Conclusión

Los niños con un trastorno esquizotípico infantil están en alto riesgo de desarrollar esquizofrenia. Se trata de un cuadro que está ganando importancia clínica gracias, entre otros, al trabajo realizado por el equipo del profesor Christos Pantelis y Bruce Tonge en Australia, quienes han emprendido la caracterización cognitiva y clínica más extensa hasta el momento del trastorno esquizotípico infantil.

Los síntomas del trastorno esquizotípico infantil hacen que sea un trastorno que afecta las esferas cognitivas, sociales y neurológicas. Además, comparte características con otros trastornos del neurodesarrollo.

Cabe recalcar la importancia de diagnosticar, adecuadamente, a quienes presentan sintomatología asociada al trastorno esquizotípico infantil para prevenir el desarrollo de psicosis o esquizofrenia. 

Debido a que se trata de un trastorno en gran medida no reconocido y poco investigado, varias preguntas quedan por resolver en cuanto a su fenomenología, epidemiología, etiología y tratamiento.

Referencias bibliográficas

  • Abu-Akel, A., Testa, R. R., Jones, H. P., Ross, N., Skafidas, E., Tonge, B. y Pantelis, C. (2018). Attentional set-shifting and social abilities in children with schizotypal and comorbid autism spectrum disorders. Australian & New Zealand Journal of Psychiatry, 52(1), 68-77. https://doi.org/10.1177/0004867417708610
  • Stayer, C., Sporn, A., Gogtay, N., Tossell, J. W., Lenane, M., Gochman, P. y Rapoport, J. L. (2005). Multidimensionally impaired: The good news. Journal of Child & Adolescent Psychopharmacology, 15(3), 510-519. https://doi.org/10.1089/cap.2005.15.510
  • Tonge, B. J., Testa, R., Díaz-Arteche, C., Brereton, A. V., Stephanou, K. y Pantelis, C. (2020). Schizotypal disorder in Children: A neglected diagnosis. Schizophrenia Bulletin Open, 1(1), 1-15. Doi: 10.1093/schizbullopen/sgaa048
  • Van Os, J., Linscott, R. J., Myin-Germeys, I., Delespaul, P. y Krabbendam, L. (2009). A systematic review and meta-analysis of the psychosis continuum: Evidence for a psychosis proneness-persistence-impairment model of psychotic disorder. Psychological Medicine, 39(2), 179. Doi: 10.1017/S0033291708003814
  • Wang, Y., Harding, I. H., Testa, R., Tonge, B., Jones, H., Seal, M. y Abu-Akel, A. (2020). Structural and functional brain abnormalities in children with schizotypal disorder: A pilot study. Npj Schizophrenia, 6(1), 1-4. Doi: 10.1038/s41537-020-0095-7