Es clave comprender la importancia de las experiencias traumáticas y el apego, especialmente en la infancia y adolescencia como un factor etiológico significativo en el desarrollo de trastornos psicológicos. En las últimas décadas, han surgido diversas terapias orientadas al componente traumático de los trastornos. La Desensibilización y Reprocesamiento mediante Movimientos Oculares (Eye Movement Desensitization and Reprocessing, EMDR, en inglés) junto la terapia cognitivo conductual (TCC) focalizada en el trauma, hoy en día, son las recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el tratamiento del trastorno por estrés postraumático (TEPT).
¿Qué es el TEPT?
El TEPT como diagnóstico fue el primer reconocimiento en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, DSM, en inglés) a consecuencia del trauma, dejando secuelas a corto plazo y a largo plazo.
Ahora bien, numerosos estudios han encontrado que el TEPT era el trastorno inicial en todos los trastornos comórbidos, incluidos trastornos de personalidad, depresión, ansiedad y somatización, siendo poco frecuente la presentación del TEPT puro.
Experiencias traumáticas y apego: ¿Cuándo se produce el trauma?
El trauma se produce cuando los recursos internos y externos de la persona no son suficientes para hacer frente a una amenaza. Por tanto, puede ser el resultado de grandes acontecimientos que ponen en riesgo la vida o por cualquier hecho que ha tenido un efecto negativo duradero en la persona.
Cuando se produce un evento traumatizante, se activa el sistema de defensa frente a la amenaza.
Así, la persona no puede estar en contacto con recuerdos perturbadores y llevar adelante la vida cotidiana, por lo que la mente se escinde y las experiencias traumáticas permanecen aisladas sin poder ser procesadas.
Disociación y estrés postraumático
La disociación en el trauma sería el extremo de mayor severidad dentro del espectro. En el trauma complejo, la fragmentación es mayor, por lo que se desarrollan estructuras mentales alrededor de estos recuerdos con mayor o menor autonomía.
Los subsistemas defensivos se vuelven rígidos quedando fijados a las experiencias traumáticas, y constituyen la parte emocional de la personalidad.
Pero la persona debe continuar y lidiar con la vida diaria, y lo hace bajo una fachada de normalidad, evitando todo lo relacionado con el trauma. Estos mecanismos constituyen la parte aparentemente normal de la personalidad, pudiendo ser:
- Amnesia parcial o completa
- Anestesia emocional y corporal
- Intrusiones
Bases del EMDR para tratar el TEPT
En EMDR resulta esencial la exploración del tipo de traumas para la conceptualización del caso. El primer objetivo es la estabilidad de la persona, el abordaje del trauma deberá hacerse de manera muy cuidadosa de modo que esta no se vea sobrepasada emocionalmente por los contenidos traumáticos, manteniendo el terapeuta una posición activa, cálida, flexible, que conecte empáticamente con el paciente.
Muchas de las memorias traumáticas tienen que ver con experiencias de apego temprano, por lo que resulta clave conocer a fondo su etiología.
El rol del apego en el desarrollo
Bowlby afirmó que los infantes están biológicamente predispuestos a apegarse a sus cuidadores y que las perturbaciones en las relaciones de apego primarias podrían dar lugar a inseguridad emocional y posteriores perturbaciones en el desarrollo de relaciones significativas.
Shore destacó que los niños necesitan experiencias de apego positivas para poder desarrollar la regulación del afecto.
Experiencias traumáticas y apego: Aprendizaje afectivo
El diálogo afectivo no verbal, característico de las interacciones entre el bebé y sus cuidadores, es un diálogo corporal recíproco.
Es, a través de esta secuencia comunicativa, que se establecerán los primeros vínculos que le permitirán al niño ser consciente de sus afectos, expresarlos, manejarlos y, así mismo, reconocer los afectos que provoca en quienes lo rodean.
Por ello, las primeras interacciones entre el bebé y sus padres son determinantes en el aprendizaje intersubjetivo y social.
A su vez, son básicas para el desarrollo psicobiológico, regulación, exploración y seguridad.
La clave radica en la creación de un lazo corporal afectivo, de apego seguro entre el pequeño y su madre especialmente, a través del cual el bebé “aprende a comunicarse”.
Comunicación que se establece de manera sensorial, gestual, visual, y sonora en una díada interactiva en la que irán modulando el tono, ritmo y adaptando y modificando el comportamiento recíprocamente.
Apego: La base de la personalidad
La literatura indica que los estilos de apego se desarrollan tempranamente y, por lo general, se mantienen durante toda la vida. Es así como integran en la persona:
- Creencias sobre sí misma y de los demás.
- Una serie de juicios.
- Expectativas que influyen en la formación y mantenimiento de las dinámicas relacionales durante toda la vida del individuo.
En personas adultas la coherencia del discurso sugiere que la persona tiene un modelo de funcionamiento interno coherente con las experiencias de apego. Quienes experimentan cierta inseguridad poseen múltiples e incoherentes modelos de funcionamiento interno según sus experiencias de apego.
Entender el apego para entender la patología
Según Grotsein, toda psicopatología constituye un trastorno de apego y se manifiesta como un trastorno de regulación propia e interrelacional.
La regulación emocional es la capacidad de los individuos para modular sus respuestas emocionales y se relaciona no solo con la capacidad de reducir los estados de activación intensa, sino con el grado de conexión emocional y gestión de las emociones.
Se plantea una regulación adaptativa, que tendría que ver con el equilibrio entre la infra-regulación (en la que hay una excesiva labilidad emocional) y la sobre-regulación (excesivo control emocional).
Más allá de la regulación consciente y explícita de los procesos emocionales, cabe destacar el papel de la regulación dinámica entre elementos centrales y periféricos en la modulación de los estados emocionales.
La teoría polivagal plantea que la regulación es bidireccional, cerebro-cuerpo, el nervio vago es el que ejerce esta comunicación y los estresores alteran el sistema nerviosos autónomo, alteración característica de muchas patologías.
Conclusión
Los fallos en la comunicación interactiva entre el bebé y sus cuidadores pueden dejar secuelas en el desarrollo, traumas que activarán el sistema de estrés en consecuencia de un estado psicobiológico desregulado, en el que niño puede llegar a desconectarse de su estado emocional, e inclusive podría dañar su estructuración cerebral.
Por el contrario, en la medida que el bebé haya vivenciado una comunicación eficaz, el afecto y amor de sus padres, a través de la experiencia sensorial y afectiva, se verá estimulado a seguir en esa búsqueda, y transmitirlo como adulto del modo como lo ha aprendido.
Referencias bibliográficas
- González, A. (2017). No Soy Yo: Entendiendo El Trauma Complejo, El Apego, Y La Disociación: Una Guía Para Pacientes. Anabel González.
- Mosquera, D. y González, A. (2013). Del apego temprano a los síntomas del trastorno límite de personalidad. Revista Digital de Medicina Psicosomática y Psicoterapia, 3(3), 1-33. http://psicociencias.org/pdf_noticias/Apego_y_TLP.pdf
- Van der Hart, O., Nijenhuis, E. y Steele, K. (2008). El yo atormentado. La disociación estructural y el tratamiento de la traumatización crónica. Desclée de Brouwer.