En la actualidad, una de las mayores causas de discapacidad y muerte entre los jóvenes son los traumas craneoencefálicos. Estos suelen darse principalmente por accidentes laborales, en medios de transporte o accidentes caseros. Lo que muestra la importancia de conocer los diversos factores contextuales y personales que desvelan el pronóstico de la persona que haya presentado algún tipo de trauma craneoencefálico.

Definiendo el trauma craneoencefálico

El trauma craneoencefálico (TCE) se describe como un intercambio brusco de energía que genera un deterioro físico y funcional del contenido del cráneo. Para catalogarlo como trauma craneoencefálico debe cumplir con al menos uno de los siguientes criterios

  • Tener factura de cráneo
  • Pérdida de conciencia
  • Amnesia postraumática (APT)
  • Signos neurológicos focales, convulsiones y/o lesión dentro del cráneo

Epidemiología del trauma craneoencefálico

Esta patología es causada principalmente por caídas casuales o accidentes de tráfico. Por lo tanto, “constituye un grave problema sociosanitario, a causa de la alta incidencia y sus devastadoras consecuencias en el ámbito personal, familiar, sanitario y social” (Muñoz et al., 2001, p. 351).

Como consecuencia, los daños implican cambios fisiológicos, funcionales y estructurales del sistema nervioso central (SNC). Dentro de los datos encontrados por Bárcena-Orbe et al. (2006) tenemos que el:

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  • 70% de los pacientes tienen una buena recuperación.
  • 9% de las personas fallecen antes de llegar al hospital.
  • 6% de los individuos mueren durante la estancia en el hospital.
  • 15% de los afectados quedan con alguna alteración neuronal que limita su autonomía y el seguimiento de su vida cotidiana.

Por esta razón, la extensión, lugar y naturaleza del daño va a ser vital para definir las consecuencias.

Sumado a esto, es importante la determinación de un pronóstico después de haber sufrido un trauma craneoencefálico.

Y es que, con esta información se pueden esbozar expectativas respecto a la rehabilitación y consecuencias definitivas, tanto de la persona como de la familia y su círculo social. Pues el pronóstico y el diagnóstico van a afectar de manera directa a la supervivencia y calidad de vida.

Para poder realizar dicho diagnóstico, toman protagonismo tres aspectos, el primero es la gravedad y naturaleza de la lesión, el segundo las características del individuo y, el tercero, las variables contextuales. Estos factores también son los que se consideran al realizar la rehabilitación. 

Gravedad y naturaleza de la lesión

En este apartado se evalúan ámbitos que se relacionan directamente con la lesión, así como las consecuencias que tiene la persona por el trauma.

Para ello, se evalúan tanto las actividades como la funcionalidad en la vida diaria con el fin de acercarnos más al pronóstico del trauma craneoencefálico. Ahora, para conseguir una adecuada información se deben tener en cuenta las valoraciones de la neurología, psicología, neuropsicología y los familiares de la persona.

Ámbitos específicos de la lesión por el trauma craneoencefálico

Se considera:

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  • Estimar la gravedad del trauma craneoencefálico: Se hace por medio de la escala de coma Glasgow (Glasgow Coma Scale, GCS, en inglés). Esta escala “permite conocer el nivel de conciencia y da una idea de la recuperación que se tendrá en el futuro” (Ontiveros et al., 2014, p. 213). Por consiguiente, en el cuestionario se tiene en cuenta la apertura ocular y la respuesta motora y verbal. De 15 a 13 puntos es TCE leve, 12 a 9 TCE moderado y 8 a 3 puntos TCE grave.
  • La duración del coma: Es un factor que también se considera para el pronóstico. Si la duración es mayor a 6 horas puede ser un indicador de que las consecuencias quizás sean graves.
  • La amnesia postraumática: Es el período de tiempo que transcurre entre el momento de la lesión hasta que la persona puede recordar de manera consciente información sobre su estado y orientación actual.  Es importante recalcar que representa uno de los pronósticos más precisos sobre la recuperación. Se sabe que entre más tiempo la persona esté en dicho periodo, más secuelas cognitivas van a mantenerse.

Afectaciones como consecuencia del trauma craneoencefálico

Tenemos en consideración los siguientes factores:

  • Factores relacionados con la lesión en el trauma craneoencefálico: Si hay presencia de lesión en el tronco cerebral, el nivel de mortalidad aumenta significativamente. De igual manera, las lesiones que ocupan espacio en el cerebro tienen peor pronóstico que las lesiones difusas. Así mismo, el aumento de la presión dentro del cráneo puede generar mayores consecuencias, tanto físicas como cognitivas.
  • Alteraciones neuropsicológicas: Pueden mostrar pronósticos tanto en la rehabilitación como en las consecuencias a largo plazo. Se ha encontrado que son las alteraciones en las funciones cognitivas y los problemas de conducta los factores que más afectan la calidad de vida e impiden una adecuada reinserción social y laboral.
  • Alteraciones conductuales y emocionales: Son aquellos aspectos que más se deben tener en cuenta para los pronósticos del TCE. Estos factores afectarán a largo plazo, tanto al paciente como a la familia. Así mismo, se ha encontrado que dichas afectaciones son las que más se interponen en el momento de realizar el proceso de rehabilitación. Dentro de las más comunes se encuentra la ansiedad y la depresión.

Factores relacionados con el individuo que sufrió trauma craneoencefálico

En este apartado se tienen en cuenta aspectos relacionados principalmente con la persona que ha sufrido el TCE. En este caso, hay algunas características que podrían favorecerle y, así, ofrecer un pronóstico más alentador en la recuperación de la lesión. 

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Para comenzar, se tiene en cuenta la edad, pues hay que distinguir entre niños y adultos. Se ha encontrado que el índice de mortalidad es mayor para los niños que están entre 0 y 5 años.

Asimismo, a mayor nivel de desarrollo menores consecuencias a largo plazo. En el caso de los adultos las condiciones son diferentes.

De hecho, se ha constatado que los adultos jóvenes tienen una mayor recuperación respecto a los adultos mayores.

Esto se relaciona a la probabilidad de que tener un mal pronóstico después de sufrir un TCE va aumentando con la edad. Múltiples investigaciones han encontrado que la mejoría de adultos jóvenes es mucho mayor y significativa que en adultos de más edad (Ontiveros et al., 2014).

Factores físicos y cognitivos en el trauma craneoencefálico

Otros de los aspectos que puede influir tanto para el pronóstico del trauma craneoencefálico como la rehabilitación son:

  • Antecedentes médicos: Crean un precedente para tener algún tipo de afectación neuropsicológica por daños previos a la lesión. Esto también afecta la rehabilitación ya que hay una nueva organización en los sistemas cerebrales. Al presentar estos antecedentes, la persona puede tener los mecanismos más vulnerables y, por ende, dificultad de trabajar durante el proceso.
  • Reserva cognitiva: Este concepto se define “como un mecanismo activo que se basa en la aplicación de recursos aprendidos” (Ontiveros et al., 2014, p. 212). Entre los posibles factores que conforman la reserva cognitiva se encuentra el nivel educativo, cociente intelectual, tipo de trabajo y actividades de ocio. Todos estos influyen y requieren la realización de un trabajo cognitivo. Tal trabajo aumenta el conocimiento y utilización de estrategias para completar una meta. Así pues, todas estas características tienen una ventaja en el proceso de recuperación cognitivo y funcional.
  • Personalidad previa del paciente: Es la que integra y organiza lo procesos motivacionales, cognitivos y emocionales. Todas estas características afectan el proceso de rehabilitación e influyen en la adaptación después del trauma. Un ejemplo de ello es que una persona extrovertida y resiliente puede tener mayor motivación para hacer la rehabilitación y mejorar los resultados de la misma.

Factores contextuales en el trauma craneoencefálico

Este tercer apartado engloba las características que se relacionan al contexto y aspectos sociales de la persona con trauma craneoencefálico.

En este caso, Muñoz-Céspedes et al. (2001) indican que el “apoyo familiar y social como elementos críticos en el pronóstico de los individuos con lesiones cerebrales (…) constituye un factor muy importante en el proceso de ajuste a la discapacidad y recuperación a largo plazo” (p. 359).

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El apoyo familiar y social es fundamental al realizar la rehabilitación. Son ellos los que están en todos los contextos con el paciente y pueden aplicar las estrategias en su entorno diario.

Igualmente, conocen las dificultades diarias de la persona. Lo que constituye una ventaja con respecto a decidir sobre aquello que es necesario para mejorar la funcionalidad y cumplir los objetivos de la rehabilitación. 

Es importante recalcar que el apoyo social es importante tanto para la familia como para el afectado. Pues dan apoyo emocional y suelen ser un recurso de descarga emocional.

Este rol es fundamental ya que incide en el estado emocional y puede crear problemas durante el proceso. 

La integración laboral es otro aspecto a considerar, dado que gran parte de las personas que sufren un TCE están en edad de laboral, siendo su reinserción uno de los objetivos claves en la rehabilitación.

Es crucial este pilar ya que proporciona ingresos económicos, satisfacción personal, aumenta la autoestima y también hay adquisición y mantenimiento de relaciones sociales. Por esta razón, el tener un adecuado ambiente laboral y flexibilidad en la empresa es un buen pronóstico para ayudar a la recuperación.

Conclusión

Teniendo en cuenta todas las variables anteriormente mencionadas se podría tener un pronóstico más certero sobre las implicaciones del trauma craneoencefálico.

Este pronóstico, en primer lugar, va ayudar a encaminar la rehabilitación para planificar objetivos alcanzables y útiles en la recuperación.

Asimismo, facilita el conocer algunas de las consecuencias a largo plazo, informando sobre las adaptaciones que ha de tener la persona en todos los contextos.

Referencias bibliográficas

  • Bárcena-Orbe, A., Cañizal-García, J. M., Mestre-Moreiro, C., Calvo-Pérez, J. C., Molina-Foncea, A. F., Casado-Gómez, J., Rodríguez-Arias, C. A. y Rivero-Martín, B. (2006). Revisión del traumatismo craneoencefálico. Neurocirugía, 17(6), 495-518. Doi:10.4321/S1130-14732006000600001
  • Muñoz-Céspedes, J., Paúl-Lapedriza, N., Pelegrín-Valero, C. y Tirapu-Ústarroz, J. (2001). Factores de pronóstico en los traumatismos craneoncefálicos. Revista de neurología, 32(4), 351-364. Doi: https://doi.org/10.33588/rn.3204.2000456
  • Ontiveros, Á., Preciado, A. K., Matute, E., López-Cruz, M. y López-Elizalde, R. (2014). Factores pronósticos de recuperación y reinserción laboral en adultos con traumatismo craneoencefálico. Revista Mexicana de Neurociencia, 15(4), 211-217. http://previous.revmexneurociencia.com/articulo/factores-pronosticos-de-recuperacion-reinsercion-laboral-en-adultos-con-traumatismo-craneoencefalico/