Dormir no solo es esencial para nuestro bienestar físico, sino también para nuestras capacidades cognitivas. Estudios recientes han demostrado que el sueño juega un papel crucial en la consolidación de la memoria y el desarrollo de la creatividad. Pero, ¿y si el sueño también pudiera ayudar y optimizar la resolución de problemas? En este contexto, una investigación innovadora exploró cómo una simple siesta puede potenciar nuestra capacidad para superar desafíos lógicos. ¿Qué nos dice esto sobre la relación entre dormir y nuestras habilidades cognitivas?

¿Qué sabemos sobre el sueño y la resolución de problemas?

Resolución de problemas y sueño

Desde experimentos con tareas declarativas y no declarativas hasta investigaciones sobre creatividad y resolución de problemas, se ha observado que el descanso, incluso en forma de una breve siesta, favorece significativamente las capacidades cognitivas. Investigaciones previas han señalado que etapas específicas del sueño, como el sueño de ondas lentas (Slow Wave Sleep, SWS, en inglés), son relevantes para transferir información al neocórtex, mientras que el sueño REM puede contribuir a la generación de ideas y soluciones novedosas.

En este contexto, surge la hipótesis de que el sueño no solo consolida los recuerdos, sino que también facilita la resolución de problemas complejos al abstraer patrones y generalizar información reciente. Particularmente, el artículo de referencia, centrado en un desafío relacionado con un videojuego, busca profundizar en esta relación y evaluar cómo el sueño influye en el desarrollo de habilidades como el razonamiento lógico y la creatividad.

¿Y sobre el sueño de ondas lentas?

El SWS constituye una de las fases más profundas del sueño y pertenece al período de sueño no REM (NREM). Asimismo, se caracteriza por la aparición de ondas cerebrales lentas y amplias llamadas ondas delta, un estado de baja actividad cerebral y una notable disminución de la frecuencia cardíaca y respiratoria.

Entre sus funciones más destacadas se encuentran:

  1. Consolidación de la memoria: Durante el SWS, el cerebro transfiere información del hipocampo a la corteza cerebral, fortaleciendo los recuerdos a largo plazo. Este proceso es fundamental para integrar nuevos aprendizajes en las redes neuronales existentes.
  2. Procesamiento cognitivo: Facilita la abstracción de patrones y generalizaciones, lo que contribuye a mejorar habilidades como la resolución de problemas y la toma de decisiones. En este estado, el cerebro reorganiza la información reciente para encontrar soluciones más eficientes.
  3. Recuperación física y mental: Durante el SWS, el cuerpo entra en un estado de restauración profunda. Este proceso incluye la reparación celular, la eliminación de toxinas cerebrales y el fortalecimiento del sistema inmunológico.
  4. Regulación emocional: Esta fase del sueño ayuda a procesar experiencias emocionales, contribuyendo a una mejor gestión del estrés y un equilibrio emocional más estable.

En definitiva, el SWS no solo es vital para la consolidación de recuerdos, sino que también permite a nuestro cerebro optimizar su rendimiento diario. Por ello, garantizar un sueño de calidad es clave para mantener tanto el bienestar cognitivo como físico.

¿Cómo se llevó a cabo el estudio?

Se reclutó a 29 estudiantes universitarias, previamente evaluadas, para determinar su elegibilidad. Acto y seguido, se excluyeron aquellas con antecedentes de trastornos neurológicos o psiquiátricos, fumadoras, usuarias de drogas o medicamentos estimulantes, depresores o hipnóticos. Además, se instruyó a las participantes a abstenerse de consumir alimentos o bebidas con cafeína durante 24 horas antes del estudio.

Grupo siesta y grupo control

Después de completar cuestionarios y llevar un actígrafo durante una semana para monitorear su ciclo sueño-vigilia, las participantes fueron asignadas aleatoriamente a uno de dos grupos: el grupo de siesta o el grupo de control de vigilia. Ambos recibieron una sesión de práctica en el videojuego Speedy Eggbert ManiaH. Tras ello, el grupo de siesta disfrutó de una siesta de 90 minutos, mientras que el grupo control permaneció despierto en una habitación tranquila. Después de la siesta o la vigilia respectiva, los dos grupos completaron una sesión de prueba en el videojuego.

Evaluación de los patrones de sueño

Estudio

Para evaluar los patrones de sueño, los participantes utilizaron un actígrafo durante una semana previa al estudio, y la arquitectura de su sueño se evaluó mediante polisomnografía durante el período de siesta. Aquí, es importante destacar que, no se observaron diferencias significativas entre los grupos de siesta y control de vigilia en lo que se refiere a la edad, índice de masa corporal (IMS), cronotipo o patrones de sueño.

¿Cuáles fueron los hallazgos?

Los resultados del estudio revelaron una tasa significativamente mayor de resolución de problemas en el grupo de siesta en comparación con el grupo de control de vigilia. Concretamente, 12 de las 14 participantes en el grupo de siesta lograron resolver el problema. Mientras que solo 7 de las 15 participantes en el grupo de control de vigilia tuvieron éxito.

Asimismo, otro resultado importante del estudio fue la relevancia del SWS en el proceso de resolución de problemas. Pues todos los participantes del grupo de siesta que experimentaron SWS lograron resolver el problema. Por el contrario, el sueño de movimiento rápido de los ojos (Rapid eye movement, REM, en inglés) no mostró una participación significativa en la tarea.

Entonces, ¿qué podemos concluir de los resultados?

Los efectos respaldan las hipótesis que fueron planteadas, que sugerían una estrecha relación entre el sueño y la mejora en la resolución de problemas. De esta forma, apoyan la idea de que el sueño, en particular la siesta, puede ser una estrategia valiosa para quienes buscan mejorar su capacidad de resolver problemas. Además de su funcionamiento cognitivo en situaciones que requieren razonamiento lógico.

Unos hallazgos que, sin dudas, tienen implicaciones fundamentales. Especialmente, para estudiantes que buscan mejorar su rendimiento académico, profesionales que enfrentan tareas exigentes y cualquier persona interesada en potenciar su funcionamiento cognitivo.

Con lo anterior, la investigación subraya que el sueño va más allá de la consolidación de la memoria. Lo que podría motivar a las personas a darle la importancia que se merece al sueño en su vida cotidiana como un medio efectivo para abordar desafíos intelectuales y promover un rendimiento óptimo.

Algunas limitaciones

El estudio presenta ciertas limitaciones que deben ser consideradas. En primer lugar, el tamaño de la muestra fue relativamente reducido, con la participación de tan solo 29 individuos. Dicho aspecto, puede afectar la generalización de los resultados a poblaciones más amplias.

Además, el enfoque se centró en un tipo específico de tarea de resolución de problemas. Lo que plantea interrogantes sobre la aplicabilidad de los hallazgos a otras categorías de tareas cognitivas. Por último, no incorporó un control riguroso de factores como la hora del día o las variaciones individuales en la calidad del sueño, aspectos que podrían haber ejercido influencia sobre los resultados.

El papel del sueño es fundamental

En resumen, se resalta la relevancia del sueño, particularmente el SWS, para potenciar las habilidades de resolución de problemas basadas en razonamiento lógico. Con esto, los resultados respaldan la noción de que tomar una siesta después de enfrentar desafíos cognitivos, como los planteados por los videojuegos, puede incrementar la probabilidad de éxito. Además, subraya que el sueño va más allá de la consolidación de la memoria, ya que también puede influir en la gestión de eventos diarios. Por último, si te interesa profundizar en técnicas de evaluación, diagnóstico y abordaje del sueño, te recomendamos nuestro curso en trastornos del sueño.

Referencia bibliográfica

  • Beijamini, F., Pereira, S. I., Cini, F. A. y Louzada, F. M. (2014). After being challenged by a video game problem, sleep increases the chance to solve it. PloS one9(1), e84342. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0084342