Quizás todos hemos oído hablar de Ulises. Uno de los héroes más conocidos de la mitología griega. A día de hoy, su historia ha sugerido la aparición del llamado síndrome de Ulises, también conocido como síndrome de estrés crónico y múltiple. Hoy, este término describe el impacto psicológico que sufren muchos migrantes al enfrentar altos niveles de estrés, derivados de la separación familiar, la pérdida de cultura e idioma, y la falta de una red de apoyo. Ahora, ¿cómo afecta la el síndrome de Ulises a los migrantes? ¿Cuáles son los factores de riesgo y cómo se puede intervenir en el mismo?
¿De dónde proviene el término del síndrome de Ulises?
La historia cuenta que tuvo que separarse de sus seres queridos y viajar superando todo tipo de situaciones adversas. Sus aventuras al completo conforman la tan conocida Odisea. Tras muchos años llenos de luchas y victorias, Ulises no disfrutaba de ese triunfo plenamente.
Esto se debía a que su mente seguía con su familia, su esposa Penélope y su hijo Telémaco. La nostalgia junto a la aventura se vuelve clave. Uno de los retazos de la literatura donde se muestra su añoranza dice: …y Ulises pasábase los días sentado en las rocas, a la orilla del mar, consumiéndose a fuerza de llanto, suspiros y penas, fijando sus ojos en el mar estéril, llorando incansablemente… (Odisea, Canto V, 150).
¿Qué es el síndrome de Ulises?
Tras una breve introducción a la historia de este semidiós griego podemos hacernos una breve idea a qué hace referencia el síndrome de Ulises. Descrito por el psiquiatra Joseba Achotegui, en 2002, y fundador del Servicio de Atención Psicopatológica y Psicosocial a Inmigrantes y Refugiados (SAPPIR). Este síndrome se refiere a un cuadro psicológico que describe una serie de estresores que sufren las personas que migran a otros países. Normalmente, pasando por situaciones extremas. Así pues, el alto nivel de estrés que puede llegar a sufrirse, propicia, con mayor facilidad, la presencia de más síntomas psicopatológicos. Además, este cuadro se caracteriza también por la posible aparición de depresión atípica. Junto a la que aparecen síntomas ansiosos, somatomorfos y disociativos.
Entender la migración
En las últimas décadas, las transformaciones de carácter cultural y social se han visto fuertemente influidas por la migración. Creándose, de esta forma, nexos entre las diferentes naciones. De este modo, no solo se caracteriza el proceso como un fenómeno social relevante en los últimos tiempos, sino también como un cambio vital para la persona. Esto conlleva una serie de beneficios pero también puede dar paso a la existencia de dificultades en dicho proceso. Generando, así, sentimientos de pérdida, incertidumbre e inseguridad, entre otros (Ibarrola-Armendariz y Firth, 2007).
¿Cuándo se vuelve un problema?
Según Achotegui (2009), hay que dejar claro que la migración no es una causa de un trastorno psicológico. Aún así, esta consiste en un factor de riesgo si se dan las siguientes circunstancias:
- Vulnerabilidad: La persona no se encuentra en buen estado de salud o tiene algún tipo de discapacidad.
- Ante un nivel de estresores muy alto: Cuando, por ejemplo, el entorno es hostil.
- Al presentarse ambas condiciones.
Tipos de estresores de los inmigrantes en situaciones extremas
Existen una serie de aspectos estresores (entendiendo estos como condiciones generadoras de estrés) que forman parte de la sintomatología de este síndrome. Por ejemplo, la soledad o separación de los seres queridos, el duelo por el fracaso del proyecto migratorio, la lucha por la supervivencia y el miedo que conlleva el proceso migrativo. Sumado a lo anterior, se encuentran también factores que potenciarían tales condiciones. Por ejemplo, la multiplicidad de estresores, cronicidad, intensidad, relevancia o ausencia de control y de una red de apoyo social (Achotegui, 2009b).
El duelo migratorio
El duelo migratorio no es el mismo concepto de duelo que quizás conocemos, pues se refiere a un proceso de reestructuración de la persona ante la separación o pérdida de algo que es importante para esta (Achotegui, 1999). Habría dos conceptos influyentes, el tiempo que permanece fuera del país de origen y la distancia. Algunas de las características que lo definen y diferencian serían las siguientes:
- Duelo parcial: El duelo se produce ante una separación. En este caso, no se debe a la muerte de un ser querido, dado que el país de origen y todo lo relacionado no desaparece. La persona tiene posibilidad de regresar de nuevo a su hogar.
- Duelo recurrente y de larga duración: El contacto con el país de origen se mantiene mediante llamadas o periodos de tiempo vacacionales, por ejemplo. Existe un deseo recurrente de volver al hogar si se dan situaciones de fracaso o crisis. Ante estas, el duelo puede cronificarse y dar paso a los síntomas característicos del síndrome de Ulises.
- Duelo vinculado a aspectos de la infancia muy arraigados: Si esta separación se lleva a cabo en el periodo infantil se darán una serie de etapas vinculadas y, asimismo, conformará la personalidad del niño de cara a la adultez.
- Duelo múltiple: Conllevaría la existencia de diferentes tipos de duelos, entre ellos el duelo por la familia y seres queridos, la lengua, la cultura, la tierra, el estatus social, el contacto con el grupo de pertenencia, los riesgos en la integridad de la persona, entre otros.
¿Cuál es la parte clínica del síndrome de Ulises?
Entre los síntomas depresivos, destaca la tristeza que se incrementa si la persona percibe el proceso migratorio como un fracaso, y esto puede acompañarse de llanto, culpa e incluso pensamientos de muerte en algunos casos. En cuanto a la ansiedad, se presentan preocupaciones continuas, irritabilidad, y nerviosismo, que afectan especialmente el sueño, propiciando la aparición de insomnio. En el área de somatización, los síntomas más notables son las cefaleas, presentes en un 76.7% de los casos según estudios, y la fatiga crónica que complica aún más el proceso de adaptación.
¿Qué hacer ante este tipo de situaciones?
El apoyo social y sanitario se vuelven clave en estos casos. Con esto, las técnicas psicodinámicas y cognitivas orientadas a reducir los síntomas de estrés conllevarían una mejora en el estado de salud. Esta concepción, situada entre el área de la salud mental y la psicopatología, no ha de banalizarse dado que ello conllevaría un claro empeoramiento (Martín Aranaga, 2011).
La prevención y una detección precoz de la problemática evitaría la cronicidad de parte de los conflictos psicosociales. De este modo, una intervención de tipo psicoeducativo y un tratamiento médico interdisciplinar, junto con entrevistas terapéuticas, facilitará que las actuaciones que se lleven a cabo sean más eficaces. Creándose un contexto que propicie el intercambio de una relación adecuada entre los profesionales de la salud y quienes necesitan ayuda.
Conclusión
Aquellas personas que presentan esto, lejos se encuentran de acercarse a la definición clásica de salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Entendiéndose la salud como un estado de bienestar físico, mental y social podemos observar que no se ajusta en lo descrito anteriormente. Aclarando que, este cuadro no define una serie de síntomas que, en el proceso de la migración, vayan siempre de la mano del duelo migratorio o de alguna patología. Pues si se redujera a esto, no se tendrían en cuenta todos aquellos aspectos positivos, como oportunidades y recursos, que conlleva la migración.
Sin embargo, también es cierto que dicho fenómeno ha cambiado a lo largo de los años y, actualmente, hay algunas migraciones que se llevan a cabo en condiciones realmente difíciles. Y, en tales condiciones extremas, probablemente la respuesta que se tenga ante el mencionado nivel de estrés supere los propios recursos de la persona, dando paso a la aparición de problemas de salud mental. Entender esta serie de condiciones no solo evitaría el sobrediagnóstico de otras patologías, sino que facilitaría la movilización de recursos de prevención en dicha población.
Referencias bibliográficas
- Achotegui, J. (1999). Los duelos de la migración: una perspectiva psicopatológica y psicosocial. En E. Perdiguero y J. M. Comelles (eds.), Medicina y cultura, 88-100. Editorial Bellaterra.
- Achotegui, J. (2009a). El Síndrome de Ulises. Síndrome del inmigrante con estrés crónico y múltiple. El mundo de la mente.
- Achotegui, J. (2009b). Estrés límite y salud mental: El síndrome del inmigrante con estrés crónico y múltiple (síndrome de ulises). Gaceta Médica de Bilbao, 106(4), 122-133. Doi: 10.1016/S0304-4858(09)74665-7
- Achotegui, J. (2012). Emigrar hoy en situaciones extremas. El Síndrome de Ulises. Aloma: Revista de Psicologia, Ciències de l’Educació i de l’Esport, 30(2), 79-86. https://raco.cat/index.php/Aloma/article/view/263043.
- Ibarrola-Armendariz, A. y Firth, C. (2007). Migraciones en un contexto global. Universidad de Deusto.
- Martín Aranaga, I. (2011). Trabajo social con población inmigrante: Un enfoque transcultural. Acciones e Investigaciones Sociales, (23), 71. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2264600