Las técnicas de activación conductual responden a un modelo terapéutico que surgió tras la necesidad del abordaje rápido y eficaz en poblaciones con síntomas mayormente depresivos. Al aplicar tratamientos de largo plazo en personas con depresión, se suele topar con dificultades como falta de motivación, positivismo y resultados inmediatos que aletargan cualquier avance. La activación conductual para el tratamiento de la depresión supone una nueva forma de terapia. Indaguemos qué es y en qué consiste. 

¿Qué es la activación conductual?

La terapia de activación conductual (TAC) se enfoca en el contexto de la persona y busca un efecto inmediato en el estado de ánimo, a través del aumento de las conductas positivas y concretas. Así pues, los promotores de esta terapia afirman que las técnicas de activación conductual producen una retroalimentación positiva entre el estado de ánimo y la funcionalidad. Esto no es posible sino mediante el aumento de acciones específicas que transforman el contexto del consultante (Sankar et al., 2018).

La necesidad de una terapia de compromiso

La TAC se desprende como modelo independiente de la terapia cognitivo conductual. Así, este tipo de enfoque se basa en abordar los procesos cognitivos y contenidos que subyacen de conductas disfuncionales.

De este modo, mientras que la terapia cognitivo conductual tiene un enfoque más profundo, la activación conductual para el tratamiento de la depresión se centra en el contexto inmediato. Así, busca promover el compromiso y la participación en actividades que funcionen como refuerzo positivo en la reducción de las conductas perjudiciales.

¿Por qué en la depresión?

La depresión es un trastorno de salud mental muy frecuente, así como una de las principales causas de discapacidad en la actualidad. Existe una alta tasa de recaída, la cual crece a medida que aumentan los episodios depresivos.

Las técnicas de exploración cerebral muestran un déficit en las conexiones entre el sistema límbico (emociones) y la corteza cerebral (procesos cognitivos), además de un menor grado de activación funcional general en los “cerebros deprimidos”. En principio, esto se refleja en una conducta de tipo evasiva donde las personas escapan del contacto social y se recluyen en sí mismas.

Tanto el funcionamiento interpersonal como el social o laboral, son actividades que requieren un ejercicio regular. Por ende, el abandono progresivo de estas actividades genera un bucle negativo, donde la persona, además de estar desmotivada, no se siente capaz de retomar sus actividades.

Factores fundamentales para aplicar las técnicas de activación conductual

  • Alianza terapéutica: Los efectos positivos subyacentes a una buena relación terapeuta-paciente son innegables.
  • Análisis del contexto: Ámbitos donde se desarrolla y donde solía desarrollarse.
  • Planificación: Implementación gradual de actividades con fines concretos.
  • Distanciamiento psicológico y resignificación: Evitar la fijación en los motivos de las conductas depresivas.
  • Objetivos y metas claras: Trabajar progresivamente en los síntomas depresivos.

Activar los circuitos de recompensa

El funcionamiento cotidiano puede verse afectado por problemas tan puntuales como una mala estructura de sueño. Pues está demostrado que la desregularización del mismo es frecuente en la depresión y potencia los efectos negativos tanto en el estado de ánimo (retraimiento y somnolencia), como en la cognición. Afectando la memoria y concentración. Además, tanto la falta de exposición al sol como una mala alimentación afectan la secreción natural de melatonina y, por ende, el ciclo circadiano (Boyce et al., 2017).

La importancia de los actos concretos

Tomando este factor como ejemplo, la TAC se enfoca primero en algo simple y concreto como aumentar la exposición solar, un primer paso para salir del aislamiento. Después, se trabaja en el compromiso con una alimentación correcta y estructurando un horario de sueño apropiado.

Estos cambios impactarán directamente en el ánimo y la capacidad cognitiva para desarrollar otras tareas sociales, que también serán programadas bajo los supuestos de la TAC. Entre ellas, tareas simples como volver a hacer la compra, entablar conversaciones con los vecinos o realizar pequeños trabajos. Esta es una base importante en la aplicación de las técnicas de activación conductual para el tratamiento de la depresión.

La activación conductual como opción cada vez más frecuente

Hombres Y Mujeres Sentados En Un Banco De Hormigón

En primer lugar, según los resultados de varias investigaciones, la TAC tiene un impacto más que positivo en la recuperación funcional de poblaciones psiquiátricas en comparación con los tratamientos habituales. En segundo lugar, otro de sus puntos fuertes es el de evitar la excesiva medicalización (Luoto et al., 2018).

Por otra parte, se ha demostrado que esta técnica es efectiva por sus resultados rápidos en la reactivación de la conectividad cerebral. Un aspecto muy afectado en la depresión (Walsh et al., 2019).

Técnicas de activación conductual en la era virtual

Así mismo, este modelo de intervención promueve las actividades interpersonales socialmente gratificantes, teniendo un impacto positivo a corto plazo. Su aplicación puede darse a través de diversos medios. Y, según Egede y colaboradores (2018), también puede administrarse a través de plataformas virtuales, donde tiene los mismos resultados que en su aplicación personal.

Conclusión

No podemos ignorar sus limitaciones por ser un tratamiento que dispone de efectos positivos casi inmediatos, siendo difícil mantener estos resultados a largo plazo y administrar las expectativas del consultante. Por otro lado, es una técnica que suele aplicarse en poblaciones con trastornos comórbidos, lo que demanda la utilización combinada de otras intervenciones y la consulta de diversos especialistas.

Finalmente, la TAC es una buena herramienta para el tratamiento de la depresión por su capacidad de rehabilitar a la persona en su funcionabilidad. Pero también es recomendada por su adaptabilidad, pudiendo ser utilizada en conjunto con otras técnicas, potenciando así los resultados esperados.

Referencias bibliográficas

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