Imagina que un día, al despertar, reconoces los rostros de tus padres pero no te son familiares. Es más, puedes reconocer que se ven como tus padres pero estás seguro que son impostores que se hacen pasar por ellos. Después, esa sensación se extiende a tus amigos, mascota y casa, todo parece ser una ilusión. Aunque hasta imaginárselo resulta difícil, así suele manifestarse el delirio o síndrome de Capgras. Sumerjámonos en el curioso delirio de Capgras y expliquemos por qué la persona cree estar rodeada de impostores.
¿Qué es el síndrome de Capgras?
El síndrome de Capgras, es un trastorno neuropsiquiátrico reconocido por primera vez, en 1923, por el psiquiatra Jean Marie Joseph Capgras, quien lo denominó “Ilusión de Sosias” (Brémaud, 2017). Su sintomatología general se basa en la alteración perceptiva de la persona, que reconoce a sus seres cercanos como impostores.
David: El famoso estudio de caso
El neurólogo Vilayanur S. Ramachandran (2015) expone a través de estudios, conferencias y vídeos, un caso ejemplar de cómo funciona el trastorno. El caso aborda la condición de David, quien fruto de un accidente automovilístico presenta el delirio de Capgras.
Tras cinco semanas en coma y perder uno de sus brazos, sus capacidades mentales parecían intactas, no presentaba rasgos psicóticos, deterioro emocional o intelectual.
En su lugar, a pesar de reconocer a sus progenitores, no los reconocía como sus auténticos padres, sino como impostores. Situación que se replicaba con los objetos y hasta con él mismo.
El Dr. Ramachandran, atiende a David y reconoce en él una desconexión emocional que tiene una base neural, fruto del accidente.
Esto es, David no esperaba las actitudes que solía esperar de sus padres a causa de que no los reconocía como tales.
Esto lo volvía apático en determinadas circunstancias, sin demostrar ningún delirio psicótico. Dicha situación, invita al autor a teorizar sobre la base neural de tal ilusión.
La base neural del delirio de Capgras
La unión entre los centros oculares del lóbulo temporal y la amígdala se encontraría dañada, lo que impedía a David reconocer y reaccionar emocionalmente de forma correcta ante un estímulo visual.
En contraparte, cuando hablaba por teléfono con sus padres los reconocía. Por ende, la unión entre los centros auditivos y la amígdala, en principio, no se encontraba dañada.
Para comprobar lo anterior, David se sometió a un estudio que medía la respuesta galvánica de la piel, evaluándose su reacción ante estímulos visuales de personas allegadas y extrañas.
Para Ramachandran, el caso es una clara demostración de cómo nuestra percepción intelectual del mundo se encuentra estrechamente vinculada con las reacciones emocionales.
La respuesta galvánica
La evaluación de la respuesta galvánica es la medida de las continuas variaciones en las características eléctricas de la piel. Este elemento es fundamental, por ejemplo, en los detectores de mentiras.
Se logra estudiar la respuesta emocional del sujeto mediante su respuesta fisiológica, específicamente de las glándulas sudoríparas ubicadas en la mano.
En un sujeto sano, la respuesta ante estímulos visuales de personas cercanas y desconocidas sería marcadamente diferentes, condición que no se observa en quienes tienen el delirio de Capgras.
Modelos explicativos del delirio de Capgras
Ramachandran propone como base del fenómeno un fallo en el procesamiento emocional de carácter neural.
Debido al daño cerebral, se alteran las conexiones entre el procesamiento de estímulos visuales en áreas del lóbulo temporal y el reconocimiento emocional propio del sistema límbico, más precisamente en la amígdala.
Esto explica la dificultad de David para reconocer a su madre como tal, dado que las características físicas coinciden pero no es posible acceder al contenido emocional del estímulo.
La teoría se refuerza con el hecho de que David puede reconocer emocionalmente a sus padres cuando el estímulo es netamente auditivo.
Si bien las conexiones visuales y emocionales resultaron dañadas por el accidente, no fue el caso de las conexiones auditivas y emocionales, demostrando una buena conectividad entre los centros auditivos y la amígdala.
La importancia de las vías de sustancia blanca
Nuestro cerebro esta interconectado gracias a vías subcorticales de sustancia blanca. Estas vías, con una densidad muy grande de axones, son las encargadas de llevar información desde los diferentes lugares del cerebro. Entre ellas podemos identificar:
- Vías de proyección: Son las encargadas de llevar la información desde zonas subcorticales como el sistema límbico a la corteza, el área de mayor asociación y complejidad.
- Vías de asociación: Son las encargadas de llevar información y estímulos desde diversas partes del cerebro, permitiendo la asociación entre los lóbulos y áreas de procesamiento.
El deterioro de la sustancia blanca
Según un estudio realizado por Jedidi et al. (2015), dichas vías están especialmente afectadas durante el delirio de Capgras.
Comparando una población con alzhéimer y delirios con otra sin alzhéimer, encontraron mayor incidencia de delirios de intrusos en los pacientes con alzhéimer, enfermedad caracterizada por un gran deterioro subcortical.
Por su parte, Bobes et al. (2016) también encontraron, a través de técnicas de neuroimagen, un gran daño en el fascículo longitudinal inferior izquierdo en una persona con delirio de Capgras.
Este fascículo está altamente implicado en la conexión entre áreas límbicas y corticales del lóbulo temporal.
Conclusión
Más allá de la naturaleza del delirio, esta patología en concreto nos demuestra la complejidad y fragilidad del cerebro. Cualquier daño puede desembocar en una alteración total del funcionamiento diario, al punto de reconocer como impostores a nuestros propios padres.
Por otro lado, pone en manifiesto la importancia funcional que tiene la integración emocional de los estímulos y la complejidad de los sistemas de categorización de la memoria.
El síndrome de Capgras es de esos casos que por muchos años fueron enigmáticos y despertaron las teorías explicativas más triviales.
Hoy en día, gracias al avance de las neurociencias y la capacidad de entender el funcionamiento de nuestro cerebro, podemos comprender la naturaleza de estos fenómenos y mejorar la calidad de vida de quienes los padecen.
Referencias bibliográficas
- Bobes, M. A., Góngora, D., Valdés, A., Santos, Y., Acosta, Y., Fernández García, Y., Lage, A. y Valdés-Sosa, M. (2016). Testing the connections within face processing circuitry in Capgras delusion with diffusion imaging tractography. NeuroImage: Clinical, 11, 30-40. https://doi.org/10.1016/j.nicl.2016.01.006
- Brémaud, N. (2017). Brève note historique sur le délire de supposition de Sérieux et Capgras. Annales Médico-psychologiques, revue psychiatrique, 175(6), 541-545. https://doi.org/10.1016/j.amp.2016.04.014
- Floor13Films. (12 de agosto de 2012). Capgras Syndrome [Archivo de Vídeo]. YouTube. Obtenido de https://www.youtube.com/watch?v=-NoLS_UMbIg
- Jedidi, H., Daury, N., Capa, R., Bahri, M. A., Collette, F., Feyers, D., Bastin, C., Maquet, P. y Salmon, E. (2015). Brain Metabolic Dysfunction in Capgras Delusion During Alzheimer’s Disease: A Positron Emission Tomography Study. American Journal of Alzheimer’s Disease & Other Dementiasr, 30(7), 699-706. https://doi.org/10.1177/1533317513495105
- Theocharis Theocharous. (5 de marzo de 2015). Know your Brain: Capgras Syndrome, Phantom Limb, Synesthesia [Archivo de Vídeo]. YouTube. Obtenido de https://www.youtube.com/watch?v=eYQrRhl0-0k
- Young, G. (2014). Amending the revisionist model of the Capgras delusion: A further argument for the role of patient experience in delusional belief formation. AVANT. The Journal of the Philosophical-Interdisciplinary Vanguard, 5(3), 89-112. https://doi.org/10.26913/50302014.0112.0005
BUENISIMO EL TEMA DE CAPGRAS SINCERAMENTE ES INCREIBLE VUESTRAS PUBLICACIONES COMO NOS INSTRUYEN GRACIAS
¡Muchas gracias siempre, Sandra! Un gusto poder ser útiles.