En algunos niños con déficit de atención e hiperactividad (TDAH), a menudo, se pueden presentar signos relacionados con desregulación emocional, lo que impacta significativamente en su salud mental. Y es que, la dificultad para gestionar emociones puede generar ansiedad, depresión y problemas en las relaciones. De esta forma, reconocer dicho vínculo es crucial, ya que una atención temprana y estrategias de regulación emocional mejoran la calidad de vida de quienes viven con ello, contribuyendo a la salud mental a largo plazo. ¿Cómo se manifiesta la desregulación emocional en TDAH? ¿Qué implica?

Una línea de investigación reciente

El TDAH puede afectar a los más pequeños de manera profunda, especialmente en entornos menos comprensivos. De este modo, uno de sus aspectos más notorios es el impacto en las relaciones sociales.

Investigación en niños y desregulación emocional

Y es que, muchos niños suelen experimentar un rechazo por parte de sus compañeros de manera constante y relativamente rápida, lo que plantea interrogantes sobre los comportamientos que pueden contribuir a esta exclusión social. Para ello, la investigación previa se ha centrado en gran medida en la evaluación de escalas y correlaciones conductuales dentro de grupos de compañeros ya establecidos.

¿Desregulación emocional?

Existe una laguna de conocimiento en cuanto a lo que ocurre cuando niños no familiarizados se reúnen por primera vez con un nuevo grupo de compañeros. Sin embargo, trabajos recientes sobre dicha problemática resaltan el papel clave de la desregulación emocional (van Stralen, 2016).

Los primeros avances

Con relación a lo mencionado, un reciente metaanálisis analizó 77 estudios y consideró a más de 32,000 jóvenes. En él se encontraron correlaciones significativas que sugieren que el TDAH se distingue de manera única por su vinculación con una reactividad emocional elevada. Además, también se hallaron vínculos con cierto grado de desregulación emocional.

La investigación en la materia ha significado un avance de suma importancia. Pues, se destaca la urgencia de abordar tanto los aspectos cognitivos como emocionales en el tratamiento y el apoyo a personas con TDAH. Sin embargo, a pesar de los avances, aún existen preguntas sin responder. Pues los estudios sobre los mecanismos que contribuyen a las interrupciones en la reactividad y la regulación emocional en el TDAH siguen siendo relativamente escasos (Musser y Nigg, 2017).

Desregulación emocional y TDAH: Un fenómeno complejo

La reactividad y regulación emocional son conceptos complejos que abarcan gran diversidad de procesos. En cuanto a su relación con el TDAH, investigaciones recientes han revelado asociaciones entre el mismo y alteraciones en la reactividad simpática.

TDAH

Así, el sistema simpático, que parte del sistema nervioso autónomo, desencadena respuestas de lucha o huida en situaciones de estrés, influyendo en la regulación emocional al aumentar la activación fisiológica. Con esto, se hallaron alteraciones en la regulación parasimpática, evaluada a través de la arritmia sinusal respiratoria.

Más aristas a considerar

El sistema parasimpático, complementario al simpático, promueve la relajación y la regulación emocional. De esta forma, reduce la activación fisiológica y ayuda a restaurar la calma en momentos de estrés.

Tales alteraciones en el funcionamiento autónomo se manifiestan tanto en situaciones que generan emociones negativas como positivas, no siendo el enojo, la ira o ansiedad las únicas emociones manifestadas. Por el contrario, la felicidad y alegría también se expresan de forma más intensa (Musser y Nigg, 2017).

La discusión entorno a la regulación emocional

Si bien las personas con TDAH son propensas a reacciones emocionales rápidas, inusualmente intensas y desproporcionadas, el punto en el que comienzan los procesos de regulación emocional es motivo de debate. Parece intuitivo que para regular algo, debe existir previamente. En consecuencia, la regulación emocional implicaría la gestión del estado emocional actual una vez que este emerge. No obstante, la aparición de estados emocionales también involucra procesos reguladores, como la modulación sensorial, umbrales para que los estímulos activen la emoción, evaluación anticipatoria y valoración.

Por lo tanto, los factores que regulan el inicio de la emoción podrían incluir aquellos destinados a prevenir la activación emocional no deseada desde el principio o aumentar la probabilidad de experimentar emociones deseadas. Entre ellos, la selección o modificación de situaciones, la preparación anticipatoria, restricciones y facilitadores externos.

Desde esta perspectiva, algunos argumentan que los procesos reguladores se incorporan al desarrollo de la emoción misma. Lo anterior se daría tanto a nivel neurobiológico como conductual, lo que lleva a la conclusión de que la emoción no regulada en un sentido puro no existe, especialmente cuando se utiliza una conceptualización adecuadamente inclusiva de la regulación emocional (Faraone et al., 2019).

Más allá del debate: ¿Qué implica la desregulación emocional en TDAH?

Más específicamente, la intensidad emocional en el TDAH no siempre es patológica. La misma, puede ser comparable a la de personas que no lo experimentan. En este sentido, lo que diferencia a las personas con TDAH es su dificultad para regular dichas emociones.

Por ejemplo, un conductor con TDAH y uno sin él pueden experimentar la misma ira en una situación de tráfico. A diferencia de la persona sin déficit atencional, el conductor con TDAH puede tener dificultades para calmarse debido a las deficiencias en la autorregulación emocional.

La necesidad de una mayor comprensión

Este entendimiento es esencial para abordar de manera efectiva los aspectos emocionales del TDAH y desarrollar estrategias de apoyo más específicas. Y es que, en ocasiones, puede resultar perjudicial para tales personas.

Por otro lado, resulta pertinente destacar que, aunque los síntomas emocionales en el TDAH comúnmente tienen una valoración negativa (por ejemplo, irritabilidad, enojo), realmente son términos sin valencia. Así, se considera también, por ejemplo, al niño con TDAH que no es capaz de dejar de reírse en el aula (Faraone et al., 2019).

Conclusión

Profundizar en la investigación sobre la desregulación emocional en el TDAH es esencial. No solo amplía nuestro entendimiento de cómo afecta la gestión de las emociones, sino que también abre puertas a nuevas estrategias de apoyo. En este sentido, discusiones recientes ponen en duda el papel del déficit en el TDAH a la luz de nuevas investigaciones que apuntan hacia la desregulación. Dicho enfoque más específico y personalizado es probable que allane el camino hacia un futuro en el que las personas tengan acceso a intervenciones más adecuadas y experimenten un mayor bienestar y entendimiento. Si estás interesado en conocer más sobre técnicas de regulación, te recomendamos nuestro curso en regulación emocional y mindfulness en la infancia, donde explorarás estrategias efectivas para promover el bienestar emocional en los más pequeños.

Referencias bibliográficas

  • Faraone, S. V., Rostain, A. L., Blader, J., Busch, B., Childress, A. C., Connor, D. F. y Newcorn, J. H. (2019). Practitioner Review: Emotional dysregulation in attention-deficit/hyperactivity disorder – implications for clinical recognition and intervention. Journal of child psychology and psychiatry, and allied disciplines60(2), 133-150. https://doi.org/10.1111/jcpp.12899
  • Lee, C. A., Milich, R., Lorch, E. P., Flory, K., Owens, J. S., Lamont, A. y Evans, S. W. (2017). Forming first impressions of children: the role of attention-deficit/hyperactivity disorder symptoms and emotion dysregulation. Journal of Child Psychology and Psychiatry59(5), 556-564. https://doi.org/10.1111/jcpp.12835
  • Musser, E. D. y Nigg, J. T. (2017). Emotion dysregulation across emotion systems in Attention Deficit/Hyperactivity Disorder. Journal of Clinical Child and Adolescent Psychology48(1), 153-165. https://doi.org/10.1080/15374416.2016.1270828
  • van Stralen, J. (2016). Emotional dysregulation in children with attention-deficit/hyperactivity disorder. Attention deficit and hyperactivity disorders8(4), 175-187. https://doi.org/10.1007/s12402-016-0199-0