Los humanos somos seres emocionales. Enfrentar problemas de salud puede desencadenar reacciones emocionales poderosas, afectando el bienestar psicológico y el curso de la enfermedad, tanto física como mentalmente. Además, la investigación indica que los estados emocionales juegan un papel en el desarrollo de diversas enfermedades. Por ello, es importante entender y considerar este impacto para acompañar desde la psicología en el curso de una enfermedad y prevenir desencadenantes. Veamos más.
Cuando las emociones mandan
No cabe duda, las emociones pueden afectar la salud incluso a través de medios indirectos. Esto se ve, por ejemplo, en aquellos comportamientos que impactan los resultados de salud, o mediante los efectos en mecanismos fisiológicos, como cambios en el sistema inmunológico o la reactividad fisiológica.
No hay que olvidar en lo anterior, que los estilos de vida relacionados con la salud proporcionan la base para una hipótesis causal alternativa, potencialmente complementaria. De hecho, fumar, beber y el consumo de alimentos altos en grasas son valorados por su capacidad para aliviar la angustia emocional.
A causa de esto, se exploran estrategias para ayudar a las personas a manejar eficazmente las emociones negativas y mejorar las emociones positivas. Pues la presencia de estas últimas, puede fomentar percepciones saludables, creencias y el bienestar físico en sí mismo (Uskul y Horn, 2015).
Estados emocionales y su impacto en la salud
Así, como dijimos anteriormente, no cabe duda que las emociones que experimentamos, ya sean positivas o negativas, afectan directamente nuestro bienestar general y tienen repercusiones en nuestra calidad de vida. En este apartado, veremos cual es el estado actual de la literatura asociada a esta temática, y también cómo ciertos estados emocionales pueden influir en nuestra salud.
Una investigación aún en pañales
¿Sabías que aunque el estudio de las emociones y la salud ha sido parte de la sociología internacional desde hace más diez años, en Estados Unidos (EE. UU.) apenas está comenzando a despertar interés como tema sociológico? Todo esto cuando ya se ha demostrado que el apoyo social y emocional, mediante modelos de prevención, puede proteger contra la mortalidad prematura, prevenir enfermedades y ayudar a la recuperación.
Para indagar en los posibles mecanismos que conectan los sentimientos placenteros con la buena salud, los estudios recientes sobre ello abarcan el análisis de los efectos directos del afecto positivo en la fisiología, especialmente en el sistema inmunológico, el valor informativo de las experiencias emocionales, los recursos psicológicos generados por estados emocionales positivos, cómo el estado de ánimo, puede motivar comportamientos relevantes para la salud y la obtención de apoyo social (Salovey et al., 2000).
Y enfoques por indagar
Lo cierto es que las relaciones directas entre emociones y salud física han sido principalmente abordadas por la psicología de la salud, pero con escaso reconocimiento en otros campos académicos. Tal es así que dichos disciplinas, mayormente enfocadas en la experimentación, han descuidado el énfasis en el contexto social característico de la sociología. No obstante, se han logrado valiosos avances al vincular emociones, fisiología y salud. De este modo, por ejemplo, el campo de investigación del impacto del estrés (centrado en la personalidad y la estructura social) brinda valiosas ideas y sobresale al identificar y cuantificar los efectos personales y psicológicos de los eventos sociales e interpersonales (Francis, 2006).
Las emociones negativas y enfermedades crónicas
Esta interacción se intensifica con la edad y la limitación de recursos. Así, las emociones negativas y la gravedad de las enfermedades tienden a ser más pronunciadas entre los adultos mayores en comparación con los adultos de mediana edad. De cara a este contexto, la regulación de las emociones como las estrategias de afrontamiento centradas en la enfermedad son partes una parte fundamental de la relación entre las emociones negativas y la salud.
El impacto de las emociones en la salud cuando pasa el tiempo
La importancia de considerar una perspectiva de desarrollo a lo largo de la vida para comprender mejor la relación entre las emociones negativas y la mala salud física es crucial. Y es que, a medida que las personas envejecen, se torna fundamental comprender cómo las emociones negativas pueden influir en el estado de salud y, al revés, cómo las enfermedades crónicas pueden afectar el bienestar emocional. Un claro ejemplo de esto es la relación que podría llegar a existir entre los adultos mayores y la depresión.
Así, la comprensión holística puede proporcionar conocimientos útiles para abordar de manera más efectiva los problemas de salud asociados con las emociones negativas, especialmente en personas adultas mayores que parecerían ser más vulnerables a tales efectos (Kunzmann et al., 2019).
Sin olvidar que…
Aunque el bienestar subjetivo y los conceptos relacionados, como las emociones positivas, están asociados con una mejor salud autoinformada, una menor morbilidad, menos dolor y longevidad, hay que tener en cuenta que la salud es muy compleja y, como resultado, hay múltiples procesos causales que están trabajando simultáneamente en la preservación de esta o la promoción de la enfermedad (Friedman y Kern, 2014).
Conclusion
Las emociones desempeñan un papel crucial en la salud física y mental. Por ello, ante determinadas situaciones disfuncionales, es recomendable hacer uso de las estrategias de regulación emocional. Pues influyen directamente en el bienestar psicológico.
Sin embargo, se ha observado que la investigación sobre esto y su impacto en la salud ha atraído mayor atención en el ámbito de la salud pública en contraposición con otros. Aún así, su estudio tiene el potencial de derribar barreras y brindar una visión integral de la salud, considerando aspectos estructurales, sociales, interpersonales, psicológicos y corporales.
Referencias bibliográficas
- Uskul, A. K. y Horn, A. B. (2015). Emotions and health. En: Wright, James D. (Ed.) International encyclopedia of social and behavioral sciences. Elsevier.
- Francis, L. E. (2006). Emotions and Health. En: Stets, J. E., Turner, J. H. (Eds.) Handbook of the Sociology of Emotions. Handbooks of Sociology and Social Research. Springer.
- Friedman, H. S. y Kern, M. L. (2014). Personality, well-being, and health. Annual review of psychology, 65, 719-742. https://doi.org/10.1146/annurev-psych-010213-115123
- Karademas, E. C., Tsalikou, C. y Tallarou, M. C. (2011). The impact of emotion regulation and illness-focused coping strategies on the relation of illness-related negative emotions to subjective health. Journal of health psychology, 16(3), 510-519. https://doi.org/10.1177/1359105310392093
- Kunzmann, U., Schilling, O., Wrosch, C., Siebert, J. S., Katzorreck, M., Wahl, H. W. y Gerstorf, D. (2019). Negative emotions and chronic physical illness: A lifespan developmental perspective. Health psychology : official journal of the Division of Health Psychology, American Psychological Association, 38(11), 949-959. https://doi.org/10.1037/hea0000767
- Salovey, P., Rothman, A. J., Detweiler, J. B. y Steward, W. T. (2000). Emotional states and physical health. American Psychologist, 55(1), 110-121. https://doi.org/10.1037/0003-066X.55.1.110