Los problemas de conducta en niños, formas de educar y distintos estilos de crianza suelen ser temáticas recurrentes en la actualidad. La manera que tenemos de educar influye directamente en el desarrollo psicológico y emocional de nuestros hijos o niños que tenemos alrededor. Y es que, su bienestar, autoestima y la manera que tienen de vincularse, se construye a base de la educación, amor, límites y apoyo. Por eso, aquí haremos un breve recorrido por la disciplina positiva.

Educación y emociones: Más de lo que parece

La educación, a nivel mundial, se ha caracterizado por destacar la cognición por sobre la emoción, limitando así la expresión de emociones y sentimientos. Lo cierto, es que se consideraba que las emociones y pasiones eran instintivas en el ser humano. Y, debido a esto, las emociones en la educación tradicional han pasado a un segundo plano.

Disciplina positiva: ¿Qué es?

Sin embargo, en la década de los 90, diversos autores como Goleman, Salovey y Mayer, iniciaron una crítica pública a nivel internacional ante dicha metodología, la cual hacía hincapié en la escasa importancia que se le da al aspecto emocional del alumno y de las personas, en general.

Es por ello que, en los últimos años, el sector educativo está intentando brindar relevancia y oportunidad a la enseñanza-aprendizaje, en conjunto con el desarrollo de competencias emocionales. A partir de esto, crece la demanda de poseer estrategias que optimicen la calidad y convivencia educativa de los alumnos, relacionando el aspecto académico y emocional.

Es en este sentido que, la disciplina positiva aparece como un gran recurso para el fortalecimiento de la gestión emocional (Santa Cruz y D’Angelo, 2020).

¿Por qué son importantes las emociones durante la infancia?

Manejar adecuadamente las emociones desde la infancia, es un elemento primordial que garantiza buenas relaciones interpersonales, así como también un ambiente escolar propicio para el aprendizaje. De esta manera, se van conformando normas de comportamiento que permite al individuo desenvolverse de manera adecuada.

Resulta fundamental entender que el hogar es el primer ambiente donde se desarrollan los valores, hábitos, normas, habilidades sociales y adaptativas (Vidal et al., 2015). Para profundizar tu formación en esta área, te sugerimos acceder a nuestro curso en educación emocional.

¿Qué es la disciplina positiva?

Es un método que busca transmitir saberes y valores con bondad, firmeza y evitando caer tanto en el autoritarismo como en la sobreprotección. Implica así, un conjunto de principios y herramientas que permiten desarrollar saludables habilidades socioemocionales.

A partir de este, los límites son demostrados con amor, empatía y comprensión para promover cualidades como la responsabilidad, respeto y autoestima en los pequeños. Considerando estos valores claves para su futuro como miembros responsables, respetuosos, ingeniosos y valiosos en la comunidad (Vidal et al., 2015).

Su objetivo principal es promover actitudes positivas hacia los niños y adolescentes. Esto, con el objetivo de aumentar su capacidad de autonomía y propiciar una convivencia de calidad.

Es importante que se entienda la disciplina como enseñanza y medio de orientación hacia la regulación del propio comportamiento. Para esto, la mediación es la principal herramienta (Fernández, 2007).

Un principio básico de esta teoría radica en el hecho que todas las personas merecen ser tratadas con dignidad y respeto.

Así como también, reconoce al adulto como guía del proceso de formación, advirtiendo que la represión y el castigo en los menores puede hacerlos sentir inferiores y afectar su autoestima y personalidad (Portilla Castellanos, 2015).

Adler, pionero de esta disciplina, sostiene que todo comportamiento tiene un propósito, y la meta del comportamiento es la pertenencia, la conexión y sentirse significante. Entonces, el mal comportamiento de un niño, viene de la creencia errónea de creer que de esa manera puede lograrse la conexión y el significado (Vidal et al., 2015).

Criterios principales de la disciplina positiva

Jane Nelsen postula los siguientes criterios para la “disciplina efectiva que enseña”:

  • Ayuda a los niños a sentir una sensación de conexión (pertenencia y significado)
  • Es mutuamente respetuoso y alentador. Amable y firme al mismo tiempo.
  • Es efectivo a largo plazo
  • Enseña importantes habilidades sociales y de vida.
  • Invita a los niños a descubrir cuán capaces son. Fomenta el uso constructivo del poder personal y la autonomía.

Herramientas y conceptos

Por otro lado, en cuanto a las herramientas y conceptos principales nos encontramos con:

  • Respeto mutuo
  • Identificar la creencia detrás del comportamiento
  • Habilidades efectivas de comunicación y resolución de problemas.
  • Disciplina que enseña (y que no es ni permisiva ni punitiva).
  • Centrarse en las soluciones en lugar del castigo.
  • Ánimo (en lugar de elogios). 

¿Cómo y cuándo surgió la psicología positiva?

La psicología positiva emergió como un estilo de crianza para niños, gracias a los aportes de Alfred Adler, alrededor de 1920 en Viena. Adler fue un hombre con un pensamiento moderno para su época, siempre defendía la igualdad de todas las personas, razas, mujeres y niños, antes de que esto fuera algo común.

Rudolf Dreikurs trabajó cerca de Adler y continuó desarrollando la psicología adleriana tras su muerte en 1937. Luego, dos mujeres y madres norteamericanas llamadas Jane Nelsen y Lynn Lott, tomaron y adaptaron la teoría Adleriana, y la convirtieron en lo que hoy se conoce como disciplina positiva. 

Un desarrollo difícil

La crianza en el pasado, tuvo una tendencia muy punitiva o restrictiva. Como consecuencia, su impacto fue negativo y eso hizo que muchas personas re-evaluarán su forma de corregir.

El problema fue que la revaluación del sistema restrictivo llevó a una libertad total. Y, tras ello, comenzó una disciplina demasiado permisiva que, a su vez, creó nuevos problemas; iguales o peores a los anteriores.

De esta forma, nació un modelo de disciplina equilibrada llamada disciplina positiva. Básicamente, en un intento para manejar la disciplina sin caer en ninguno de los dos extremos (Portilla Castellanos, 2015).

La disciplina positiva se desarrolló como un método que buscaba poder brindar una alternativa de enseñanza superadora de la disciplina dura o punitiva que predominaba en la antigüedad. Su objetivo principal era que los niños aprendieran a cultivar la autorresponsabilidad, es decir, una conciencia guiada por su propia disciplina interna (Vidal et al., 2015).

Conclusión

La disciplina positiva enseña importantes habilidades sociales y de vida, de manera profundamente respetuosa y alentadora tanto para niños como adultos.

Esta rama ofrece a padres, maestros y cuidadores, una oportunidad de aprender a través de un enfoque experiencial sobre el mundo infantil. En lugar de depender del castigo para motivar a mejorar, se enfatiza en la necesidad de amabilidad y firmeza al mismo tiempo. A su vez, los errores se consideran oportunidades de aprendizaje.

Resulta fundamental informar y sensibilizar a padres, madres y profesionales acerca de la importancia de fomentar estrategias de la disciplina positiva, ya que el hogar es el principal microsistema de formación en valores. Para aplicar herramientas psicológicas en entornos educativos, te sugerimos visitar nuetro curso en psicología adleriana.

Referencias bibliográficas

  • Fernández, R. (2007). Disciplina positiva. Una herramienta imprescindible en la metodología comunicativa. Revista Electrónica de Didáctica ELE, (5), 1-25. http://www.educadores.diaadia.pr.gov.br/arquivos/File/2010/artigos_teses/LinguaEspanhola/artigos/4fernandez_disciplina_positiva_2007.pdf
  • Portilla Castellanos, S. A. (2015). Disciplina positiva una estrategia de amor para la promoción de pautas de crianza y manejo de las emociones. Nuevos Cuadernos de Pedagogía, 1(5), 11-17. http://hdl.handle.net/20.500.12749/13838.
  • Santa Cruz, F. F. y D’Angelo, G. (2020). Disciplina positiva para el desarrollo de las habilidades emocionales. Revista de Investigación Psicológica, (24), 53-74. http://www.scielo.org.bo/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2223-30322020000200005&lng=es&tlng=es.
  • Vidal, C. R., Cilia, R. y Tarazona, V. (2015). Propuesta: la disciplina positiva como estrategia para promover adecuadas pautas de crianza y manejo emocional en los niños durante su etapa preescolar. Nuevos Cuadernos de Pedagogía, (5), 19-27. https://repository.unab.edu.co/bitstream/handle/20.500.12749/13840/2015_Nuevos_Cuadernos_de_Pedagog%C3%ADa_5-21-29.pdf?sequence=1