Si bien la Navidad es una época festiva donde prima la felicidad y alegría, también conlleva un cambio radical en los patrones diarios de muchas personas. Así, la magia, ilusión y armonía que envuelve tal temporada no es condición sine qua non​ de esta. De hecho… ¿Sabías que los principales hallazgos sugieren que el período navideño está relacionado con una disminución en la satisfacción con la vida y el bienestar emocional? Si bien aspectos como la socialización con la familia o las experiencias religiosas se asocian a un mayor bienestar colectivo, otros sugieren un aumento emocional del estrés. El clima frío en muchos lugares, el exceso de indulgencia general, factores socioculturales complejos, la existencia de conflicto en la familia, falta de ejercicio y preocupaciones financieras, pueden ser algunos precipitantes. Factores que variarían según la cultura tomada como referencia. Veamos un poco más sobre estos fenómenos que acontecen en Navidad.

Cuando la Navidad se vuelve un riesgo

Algunos aspectos a considerar

¿Tenías idea de que, según la escala de Reajuste Social de Holmes y Rahe (Social Readjustment Rating Scale, SRRS; en inglés), la Navidad es considerada una de las 43 actividades de la vida relacionadas con eventos estresantes?

Hay muchas tensiones en Navidad, ya sea de tipo biológico (aumento de la ingesta de alcohol, cambios en los patrones de sueño y actividad), psicológico (rivalidad entre hermanos, envejecimiento, deseos regresivos, aniversarios, reacciones negativas, ansiedad secundaria a los preparativos festivos y al gasto “obligatorio” y la compra de regalos) y social (mayor contacto con miembros de la familia y demanda de dinero, por ejemplo).

El efecto vacaciones de Navidad

Si no, fijémonos en el estrés emocional asociado con las vacaciones, los cambios en la dieta, el consumo de alcohol, menos personal en las instalaciones médicas y los cambios en el entorno físico o desplazamientos (por ejemplo, los familiares visitantes).

Los anteriores son solo algunos de los factores que dan cuenta del “efecto vacaciones de Navidad” (Knight et al., 1016). Y es que, esto que ocurre en algunos lugares se debe al reporte del aumento de la tasa de mortalidad durante el período de vacaciones de Navidad. Sobre todo, por eventos cardiovasculares y cerebrovasculares. Recordemos que, aunque no sea la única causa, el estrés psicosocial tiene una influencia negativa en los trastornos de la circulación (Folyovich et al., 2021).

¿Qué hay de la Navidad y la psicopatología?

La festividad de la Navidad parece dar lugar a dos patrones amplios en lo que refiere a psicopatología. En primer lugar, existe un aumento en ciertos tipos de psicopatología durante las vacaciones, como el empeoramiento del estado de ánimo y fallecimientos relacionados con el alcohol.

En segundo lugar, por el contrario, parece haber una disminución durante ese tiempo en la utilización general de los servicios de emergencia psiquiátrica y las admisiones, el comportamiento de autolesiones y los intentos/finalización de suicidio. Con lo anterior, se sugiere que no hay un aumento en la psicopatología general durante las vacaciones de Navidad, sino más bien un aumento en los estados de ánimo disfórico (Sansone y Sansone, 2011).

Navidad: ¿Una época "feliz" para todos?

¿Alguna explicación?

Una posible explicación a esto puede ser una mayor disposición de recursos de afrontamiento adicionales disponibles en ese momento que no están disponibles en la misma medida en otros momentos.

Ya sea la mayor disponibilidad de apoyo social, de la familia y la red social, que acompaña al “espíritu navideño” o la mayor esperanza que fomenta la temporada (Hillard et al., 1981). Sin embargo, las disminuciones anteriores parecen mostrar un fenómeno de rebote después de tal período.

Es decir, una especie de aplazamiento de la mortalidad hasta después de la fiesta relacionado con el impacto emocional positivo. Que, del mismo modo, puede ser producto de la pérdida de dicho apoyo adicional y la esperanza.

Un tipo de esperanza que, muchas veces, está relacionada con deseos mágicos enfocados en la resolución pasiva de los problemas. Junto con un aumento del nivel de ansiedad asociado con el regreso al trabajo, por ejemplo.

Recomendaciones en Navidad

  • Establece expectativas realistas: Puede que la Navidad no conlleve una reunión familiar esperada. Planificar cómo manejar cualquier sentimiento de ansiedad o depresión que pueda surgir ayudará a reducir el impacto de la respuesta.
  • Mantenerse ocupado: Esto es, evitar que la Navidad dirija el día a día e invertir tiempo en actividades agradables para uno, como la lectura, paseos por el campo, ir al cine o asistir a eventos comunitarios.
  • Ser voluntario: Muchas organizaciones benéficas y organizaciones necesitan ayuda en Navidad, por lo que pasar horas trabajando como voluntario puede ser un beneficio mutuo.
  • Hacer ejercicio físico: Pues reduce el estrés y mejora el estado de ánimo.
  • Comer y beber de forma saludable: La comida y bebida navideñas tradicionales pueden ser excesivas y provocar letargo. Comer sano con muchas frutas y verduras, reduciendo la ingesta de sal y la ingesta excesiva de alcohol, puede mejorar significativamente el estado de ánimo.
  • Encontrar un oído que escuche: La temporada festiva puede ser un desafío para cualquiera, pero para algunas personas será particularmente difícil. A quienes estén solos les puede resultar útil hablar con alguien. Por ello, algunas organizaciones tienen servicios que ofrecen apoyo confidencial por teléfono (Hairon, 2008).

Conclusión

Las expectativas idílicas que se venden en el período de Navidad pueden llevar a decepciones cuando las situaciones personales no coinciden. Siendo especialmente difícil dejar las presiones del contexto del individuo en la puerta del trabajo, como quien dice, para disfrutar del festivo navideño. Como no es de extrañar, este momento festivo, que incluye las reuniones y festividades asociadas con Acción de Gracias, Navidad, Hanukkah y Año Nuevo, que está cargado de responsabilidad adicional puede volverse nostálgico y triste.

Referencias bibliográficas

  • Folyovich, A., Mátis, R., Al-Muhanna, N., Jarecsny, T., Dudás, E., Jánoska, D., Pálosi, M., Béres-Molnár, A. K. y Toldi, G. (2021). Christmas, acute ischemic stroke and stroke-related mortality in Hungary. Brain and behavior11(5), e02104. https://doi.org/10.1002/brb3.2104
  • Hairon, N. (2008). How christmas festivities and pressures can damage health and well-being. Nursing times104(50-51), 33-34. https://www.nursingtimes.net/archive/how-christmas-festivities-and-pressures-can-damage-health-and-well-being-16-12-2008/
  • Hillard, J. R., Holland, J. M. y Ramm, D. (1981). Christmas and psychopathology. Data from a psychiatric emergency room population. Archives of general psychiatry38(12), 1377-1381. https://doi.org/10.1001/archpsyc.1981.01780370079011
  • Knight, J., Schilling, C., Barnett, A., Jackson, R. y Clarke, P. (2016). Revisiting the “Christmas Holiday Effect” in the Southern Hemisphere. Journal of the American Heart Association5(12), e005098. https://doi.org/10.1161/JAHA.116.005098
  • Mutz, M. (2016). Christmas and Subjective Well-Being: A Research Note. Applied Research in Quality of Life11(4), 1341-1356. https://doi.org/10.1007/s11482-015-9441-8
  • Sansone, R. A. y Sansone, L. A. (2011). The christmas effect on psychopathology. Innovations in clinical neuroscience8(12), 10-13.