En el mundo del desarrollo infantil, el juego es mucho más que una simple actividad recreativa. Particularmente, el juego simbólico ha surgido como un campo de estudio apasionante, donde la imaginación de los niños se convierte en su medio de aprendizaje. En esta nota se presenta una investigación que explora el mundo del juego y su impacto en el desarrollo de las funciones ejecutivas en los niños preescolares. ¿Cómo puede el juego estimular la empatía, el autocontrol y la cognición social en los niños en sus primeros años de vida? Acompáñenos para descubrir de qué forma el juego simbólico potencia el desarrollo de las funciones ejecutivas en los más pequeños.

¿Qué son las funciones ejecutivas?

estimular funciones ejecutivas

Son un conjunto de habilidades cognitivas superiores que nos permiten realizar tareas complejas y controlar nuestro comportamiento. Estas funciones abarcan la capacidad de planificar, organizar, resolver problemas, mantener la atención, regular las emociones, controlar los impulsos y toma de decisiones adecuadas en situaciones novedosas.

En este sentido, son fundamentales para adaptarnos a cambios y mantener un comportamiento apropiado en diferentes contextos. Finalmente, constituyen un elemento clave en el desarrollo de habilidades como la autorregulación, la flexibilidad cognitiva y la memoria de trabajo.

Dentro de contextos didáctivos y formativos, estas funciones juegan un papel crucial en el aprendizaje. Permiten a los estudiantes concentrarse, seguir instrucciones, resolver problemas, recordar información importante y regular su conducta en el aula. Por tanto, estimularlas y fortalecerlas desde la primera infancia es relevante para un desarrollo cognitivo saludable y un rendimiento académico óptimo.

Juego simbólico: ¿A qué nos referimos?

Es una actividad mediante la cual los niños, a través de su imaginación y capacidad de representación, crean situaciones y escenarios ficticios. Así, por medio de este tipo de juego, los infantes desarrollan habilidades sociales, emocionales, cognitivas y lingüísticas. En este sentido, el juego simbólico fomenta la creatividad, comunicación y resolución de problemas. Y, por esta razón, constituye una actividad sustancial del desarrollo cognitivo y social.

Potenciando funciones ejecutivas

El juego simbólico contribuye al desarrollo de las funciones ejecutivas de varias formas:

  • Cognición social: Al interactuar con otros niños en el juego simbólico, los menores ponen en práctica habilidades sociales como la empatía, comunicación y colaboración.
  • Control inhibitorio: Durante este tipo de juego, se han de controlar los impulsos y seguir reglas imaginarias, lo que ayuda a desarrollar estrategias de autocontrol.
  • Memoria de trabajo: Esta habilidad implica mantener y manipular información en la mente. Durante tales actividad, los niños deben recordar roles y reglas del juego, de forma constante.
  • Flexibilidad cognitiva: Al cambiar de roles y escenarios durante el juego, los más pequeños necesitan adaptarse a cambios y nuevas circunstancias.
  • Planificación y resolución de problemas: El juego simbólico requiere planificación de acciones y resolución de problemas para lograr objetivos imaginarios.

Método de estudio: Funciones ejecutivas en edad preescolar

Juego simbólico

Con el fin de analizar la relación entre el juego simbólico y las funciones ejecutivas en el contexto preescolar se llevó a cabo una investigación, mediante la revisión sistemática y un diseño cualitativo. Se escogieron 14 artículos científicos como unidad de análisis, los cuales fueron recopilados de bases de datos confiables y pertinentes. Los criterios de inclusión establecidos para la selección de los artículos incluyeron su publicación entre 2015 y 2021 y estar redactados en español o inglés.

Principales hallazgos

Después de analizarlos se concluyó que todos los autores concuerdan en la importancia de su estimulación para el adecuado desarrollo infantil. En este sentido, se recomienda la implementación de programas que favorezcan el desarrollo de dichas funciones en la etapa preescolar. Esto, con el objetivo de mejorar el desempeño académico e incluso prevenir trastornos como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). No obstante, el juego no es el único camino para estimular funciones ejecutivas, ya que durante la realización de actividades en familia como la lectura, los paseos y el tiempo compartido en el hogar también es posible promover estas funciones.

Importancia del juego en el ámbito educativo

Continuando con el análisis de la literatura realizada, la autora evidenció que las funciones ejecutivas pueden ser estimuladas eficazmente a través de juegos lúdicos, lo que mejora la cognición social y la atención. De esta forma, se entiende que estos aspectos son fundamentales para el rendimiento escolar y la interacción social.

Ahora, en tal punto, es importante mencionar que los docentes cobran una gran relevancia en la implementación de estas estrategias en el aula del preescolar. Su rol incluye desde facilitar el juego, observar la participación de los menores, guiar y modelar comportamientos positivos hasta integrar el juego en el currículo educativo.

Adaptación social a través del juego

Adicionalmente, el juego simbólico permite explorar roles sociales y reflexionar sobre el futuro como adultos. Por dicho motivo, resulta importante promoverlo en las aulas para que los alumnos puedan aprender de manera auténtica al recrear situaciones reales mediante simulaciones.

Adicionalmente, mediante el juego se reflejan los valores culturales, por lo que resulta fundamental en el desarrollo intrapersonal y la adaptación a la cultura circundante. Siguiendo esta misma línea, en la investigación se argumenta que debe estar integrado en el plan de estudios como parte fundamental de la cultura y la construcción social.

Los factores externos juegan su papel

Cabe considerar que diversos factores, como las emociones, la crianza y la situación económica, pueden influir en el desarrollo de las funciones ejecutivas del niño en la etapa preescolar. En consecuencia, es crucial brindar un acompañamiento emocional y educativo tanto al estudiante como a su entorno con el propósito de mitigar la influencia de factores externos perjudiciales.

Reflexiones finales…

El juego simbólico es una herramienta efectiva para estimular y fortalecer las funciones ejecutivas en niños preescolares, ya que promueve habilidades cognitivas, sociales y emocionales fundamentales para su desarrollo integral. Sin embargo, es importante tener en cuenta algunas limitaciones, como la falta de estudios longitudinales que permitan seguir el impacto a largo plazo del este tipo de juego en las funciones ejecutivas de los niños.

Por tanto, se recomienda para investigaciones futuras realizar este tipo de investigaciones que aborden en profundidad la relación entre el juego simbólico y las funciones ejecutivas, considerando también la influencia de factores contextuales y la implementación de estrategias educativas específicas para potenciar esta relación de manera óptima en entornos educativos preescolares. Si te interesa aprender a evaluar y diagnosticar alteraciones en las funciones ejecutivas, te recomendamos nuestro curso en evaluación neuropsicológica de las funciones ejecutivas.

Referencia bibliográfica

  • Juarez, K. (2021). Actividades didácticas para estimular las funciones ejecutivas en la educación Preescolar: Una Revisión Sistemática [Tesis de grado]. Universidad César Vallejo.