La indefensión aprendida es un fenómeno psicológico en el que un individuo, tras experimentar situaciones repetidas de falta de control o fracaso, desarrolla una percepción de impotencia que le lleva a la inacción, incluso cuando existen oportunidades reales de cambio. Este concepto, introducido por el psicólogo Martin Seligman en la década de 1960, tiene implicaciones profundas en diversos ámbitos de la vida humana, incluyendo las relaciones de pareja. Cuando uno de los miembros de la pareja se ve atrapado en este estado de indefensión, la dinámica relacional se ve afectada de manera significativa, requiriendo intervenciones específicas para restaurar el equilibrio y la salud emocional de ambos individuos. Veamos más.
¿De dónde sale esto?
La indefensión aprendida se observa a partir de experimentos conductuales en los que se vio que animales expuestos a situaciones incontrolables desarrollaban una pasividad notable, incluso cuando posteriormente se les presentaban oportunidades para escapar o evitar el estímulo aversivo. Esta respuesta fue extrapolada al comportamiento humano, evidenciando que las personas pueden aprender a sentirse impotentes cuando enfrentan repetidamente circunstancias en las que sus acciones no influyen en el resultado (Seligman, 1972).
Manifestaciones psicológicas
En el ser humano, la indefensión aprendida se manifiesta a través de síntomas como:
- Desmotivación: Falta de iniciativa para emprender acciones que podrían mejorar la situación personal.
- Baja autoestima: Percepción negativa de las propias capacidades y valor personal.
- Pasividad: Aceptación resignada de circunstancias adversas sin intentar modificarlas.
- Depresión y ansiedad: Estados emocionales negativos derivados de la sensación de falta de control.
Y en la dinámica de pareja…
Hay que considerar que la indefensión aprendida en la pareja no es simplemente un estado de pasividad ante problemas cotidianos. Es un fenómeno sutil pero profundamente corrosivo, que distorsiona la autopercepción y redefine el espacio emocional dentro de la relación, erosionando tanto la individualidad como la conexión afectiva (Song y Vilares, 2021).
Factores desencadenantes de la indefensión aprendida
En el contexto de una relación de pareja, la indefensión aprendida puede surgir debido a:
- Abuso emocional continuado: Críticas constantes, humillaciones o manipulación que minan la confianza en uno mismo. Por ejemplo, un miembro de la pareja que sistemáticamente menosprecia los logros profesionales del otro, insinuando que fueron producto de la suerte y no del esfuerzo, o que constantemente invalida las emociones del compañero diciendo frases como exageras todo, nadie más se sentiría así.
- Desequilibrio de poder: Cuando un miembro domina la relación, tomando decisiones unilaterales y desvalorizando al otro. Mismamente, insistir en invertir los ahorros conjuntos en un proyecto personal sin consultar al otro, y luego culparle de cualquier fracaso financiero, afirmando que su falta de apoyo fue la causa.
- Falta de comunicación efectiva: La incapacidad para expresar necesidades y sentimientos puede llevar a la sensación de que nada cambiará, independientemente de lo que se haga. Véase una persona que evita hablar sobre su insatisfacción sexual en la relación porque cada vez que lo ha intentado, su pareja cambia de tema o responde con bromas que minimizan el problema, reforzando la percepción de inutilidad en la conversación.
Impacto en la relación de pareja
La presencia de indefensión aprendida en uno de los miembros afecta la relación de diversas maneras:
- Aislamiento emocional: La persona indefensa puede retraerse, evitando compartir pensamientos y emociones.
- Dependencia: Se puede desarrollar una dependencia excesiva del otro miembro, buscando validación externa debido a la falta de autoestima.
- Ciclo de negatividad: La pasividad y la falta de iniciativa pueden generar frustración en la pareja. Alimentando un ciclo de interacciones negativas (Boddez et al., 2022).
El rol del compañero en el proceso de recuperación
Pese a todo lo anterior, la relación puede convertirse en un espacio terapéutico en sí mismo, un escenario donde el apoyo mutuo y el respeto promuevan el empoderamiento. Sin embargo, esto exige un replanteamiento de los roles, un reconocimiento honesto de las dinámicas que han perpetuado la indefensión y una disposición activa para cambiar.
Es un trabajo que no solo beneficia al individuo atrapado en esta percepción, sino que también fortalece la conexión entre ambos, transformando la relación en un refugio donde ambos puedan desarrollarse plenamente (Xue et al., 2023).
Apoyo emocional y validación
Brindar apoyo emocional en este contexto significa reconocer activamente los matices de la experiencia de su pareja, incluso cuando estas emociones puedan parecer irracionales o excesivas desde fuera. Esto implica escuchar sin juzgar, ofrecer empatía genuina y validar los sentimientos como respuestas comprensibles a su situación. Dicho tipo de apoyo fortalece la confianza emocional y ayuda a la pareja a sentirse comprendida, creando un entorno seguro para el cambio.
Fomento de la independencia
El aliento hacia la independencia no debe limitarse a tareas triviales o decisiones menores; requiere abrir espacios de autonomía en áreas donde previamente había dependencia. Lo que puede incluir fomentar que tome decisiones sobre aspectos importantes de su vida. Recordándole que tiene la capacidad de gestionar desafíos y asumir responsabilidades, incluso si el proceso es gradual.
Participación en terapia de pareja
La terapia de pareja, en este caso, no debe enfocarse exclusivamente en la dinámica entre los dos, sino también en identificar cómo las experiencias previas de uno pueden estar moldeando las reacciones del otro. Aquí, la terapia puede facilitar un espacio para reconocer patrones disfuncionales y establecer nuevas formas de interacción que refuercen el crecimiento individual y relacional.
Retos y obstáculos en el proceso de cambio
Uno de los mayores desafíos al tratar la indefensión aprendida en la relación de pareja es la resistencia al cambio. La persona afectada puede haberse adaptado al estado de pasividad como un mecanismo de defensa, incluso cuando este comportamiento es perjudicial. Reconocer y trabajar con esta resistencia requiere empatía y paciencia, tanto por parte del terapeuta como del compañero.
Además, no hay que olvidar que algunas relaciones están estructuradas de tal manera que refuerzan el estado de indefensión. Por ejemplo, si un miembro asume siempre el rol de rescatador, el otro puede permanecer en un ciclo de dependencia y pasividad. Identificar y transformar estas dinámicas es esencial para el éxito del tratamiento.
Otro obstáculo común es la expectativa de cambios inmediatos. El proceso de superar la indefensión aprendida es gradual y requiere tiempo. Por ello, establecer metas realistas y celebrar los pequeños logros puede motivar a ambas partes a continuar trabajando en la relación.
Prevención de la indefensión aprendida en la pareja
Es necesario promover una comunicación clara y abierta para prevenir la indefensión aprendida. Ambas partes deben sentirse escuchadas y valoradas en la relación. La práctica de la escucha activa y la expresión de sentimientos y necesidades de manera respetuosa pueden prevenir el desequilibrio de poder y las dinámicas disfuncionales. Sin olvidar que las relaciones saludables se construyen sobre una base de igualdad y respeto mutuo. Es importante que ambos miembros tengan la oportunidad de contribuir y tomar decisiones conjuntamente, lo que fomenta un sentido de control compartido.
Finalmente, fomentar la inteligencia emocional en la pareja ayuda a identificar y manejar las emociones de manera constructiva. Esto incluye el reconocimiento de patrones negativos y la adopción de estrategias para mantener una relación equilibrada y respetuosa.
Y en un contexto más amplio
Es importante reconocer que la indefensión aprendida no ocurre en un vacío. Factores culturales y sociales pueden influir en su desarrollo y mantenimiento. Por ejemplo, en culturas donde se enfatizan roles tradicionales de género, uno de los miembros de la pareja puede sentirse obligado a asumir una posición subordinada, lo que facilita la aparición de la indefensión.
También consideremos las experiencias previas de trauma o abuso pueden predisponer a una persona a desarrollar indefensión aprendida en la relación de pareja. Mismamente, el crecer en un entorno donde expresar emociones era castigado o ignorado.
Estos antecedentes deben ser abordados en el tratamiento para garantizar una recuperación integral. Ya que no solo afectan la percepción actual de la relación, sino que también moldean patrones profundamente arraigados de pensamiento y comportamiento (Abramson et al., 1978).
Por eso, en el caso de que así sea, identificar cómo el trauma previo ha condicionado respuestas automáticas, como la evitación de conflictos o la supresión de necesidades, es esencial para desmantelar las creencias subyacentes de impotencia (Scherer, 2022).
Conclusión
La indefensión aprendida en la pareja no es solo una cuestión de dinámica relacional disfuncional, sino un reflejo de cómo las experiencias personales no resueltas pueden convertirse en ecos silenciosos que moldean las interacciones íntimas.
Este estado de vulnerabilidad, aunque profundamente desafiante, también ofrece una oportunidad única: la posibilidad de que la relación se convierta en un espacio de reconstrucción emocional. La clave no está únicamente en arreglar al miembro afectado, sino en comprender cómo ambos pueden rediseñar su vínculo para que sea un refugio de mutuo crecimiento y autonomía.
Superar la indefensión aprendida implica no solo empoderar a la persona atrapada en este patrón, sino también transformar la relación en un contexto de coaprendizaje, donde cada desafío se convierta en un catalizador para reforzar la conexión, el respeto y la confianza compartida.
Referencias bibliográficas
- Abramson, L. Y., Seligman, M. E. y Teasdale, J. D. (1978). Learned helplessness in humans: Critique and reformulation. Journal of Abnormal Psychology, 87(1), 49-74. https://doi.org/10.1037/0021-843X.87.1.49
- Boddez, Y., Van Dessel, P. y De Houwer, J. (2022). Learned helplessness and its relevance for psychological suffering: a new perspective illustrated with attachment problems, burn-out, and fatigue complaints. Cognition & emotion, 36(6), 1027-1036. https://doi.org/10.1080/02699931.2022.2118239
- Scherer, K. R. (2022). Learned helplessness revisited: biased evaluation of goals and action potential are major risk factors for emotional disturbance. Cognition and Emotion, 36(6), 1021-1026. https://doi.org/10.1080/02699931.2022.2141002
- Seligman, M. E. (1972). Learned helplessness. Annual review of medicine, 23, 407-412. https://doi.org/10.1146/annurev.me.23.020172.002203
- Song, X. y Vilares, I. (2021). Assessing the relationship between the human learned helplessness depression model and anhedonia. PloS one, 16(3), e0249056. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0249056
- Xue, S., Gu, Q., Zhu, K. y Jiang, J. (2023). Self-compassion buffers the impact of learned helplessness on adverse mental health during COVID-19 lockdown. Journal of affective disorders, 327, 285-291. https://doi.org/10.1016/j.jad.2023.01.099