Si creíamos que el único medio de comunicación del ser humano era el lenguaje, estamos muy lejos de la realidad. La música es una herramienta de comunicación en el ser humano que genera un claro efecto en las funciones cognitivas y el cerebro. Pero, ¿cómo actúa y cuál es la relación de la música en el cerebro? Gracias a los avances en técnicas de neuroimagen, como la resonancia magnética funcional, por ejemplo (RNM funcional), se ha podido observar cómo nuestras estructuras encefálicas experimentan diversos cambios. Tanto a nivel anatómico como funcional. De este modo, la música no solo es una fuente de entretenimiento sino que genera efectos que van más allá en las amplias redes neuronales, afectando también a la emoción y conducta. Veamos cómo ocurre y la relación entre la música y el cerebro.

La música en el cerebro de un niño

Ya desde muy temprana edad, los seres humanos desarrollamos una especie de gramática musical innata, muy similar a la gramática lingüística universal de Chomsky, y esto juega un importante papel en el desarrollo a nivel emocional, cognitivo y social los primeros días de vida.

Foto De Niño Tocando El Piano

Tal es así, que se ha demostrado que los recién nacidos ya cuentan con un desarrollo de sistemas específicos del hemisferio derecho para el procesamiento de la información musical.

Esto se ha constatado en estudios que, mediante resonancia magnética funcional, han examinado la actividad cerebral de recién nacidos de 1 y 3 días de edad mientras escuchaban extractos de música y luego versiones alteradas de los mismos.

Se observó que la actividad cerebral cambiaba cuando se les presentaban las piezas musicales manipuladas (Perani et al., 2010).

De hecho, un bebé de un mes de edad puede diferenciar entre tonos y frecuencias; y con un año, ya experimenta sensibilidad ante escalas musicales. A los tres o cuatro años ya podrán reproducir la música que forma parte de su entorno y, alrededor de los doce empiezan a entender la armonía como tal.

Áreas cerebrales implicadas

Aunque podamos pensar que el recorrido de la música por nuestro cerebro es simple, esta lleva a cabo un largo camino por varias áreas.

Desde el tímpano, se dirige al tallo cerebral, de ahí al mesencéfalo y sigue su recorrido hasta el cuerpo geniculado medial o tálamo auditivo, que conecta esta información con la corteza auditiva del lóbulo temporal.

Esta zona se encarga de reducir los ruidos de fondo de aquello que escuchamos y modular el sonido, centrándose en las características de los tonos aislados.

Mujer Vestida Con Vestido Negro Sin Mangas Con Auriculares Blancos Durante El Día

Por si fuera poco, está rodeada de la corteza auditiva secundaria, que relaciona los tonos, y la corteza auditiva terciaria.

De esta manera, lleva a cabo un análisis perceptual de la música y características como el tono, el timbre o la intensidad, entre otras, y también participa en la imaginería.

¿Cómo actúa la música en el cerebro?: Estructuras claves

La implicación de la música en nuestro cerebro engloba muchas áreas. Ahora, ¿cómo actúa la música en el cerebro?, ¿cuál es la la relación entre música y cerebro? A modo de síntesis, aquellas estructuras más involucradas son (Custodio y Cano-Campos, 2017):

  • Corteza prefrontal rostromedial: Esta área muestra distintos niveles de activación según el tono y el ritmo. De tal manera que cuando escuchamos una melodía, la corteza prefrontal está activada procesando también la parte emocional. Además, dicha zona (conectada al lóbulo temporal) se activa en el razonamiento y en el proceso de recuperación de recuerdos.
  • Lóbulo temporal derecho: Relacionado con el procesamiento básico del sonido, el hemisferio derecho registra el ritmo y el tono emocional cuando nos comunicamos. En personas con ataques epilépticos que tuvieron que someterse a una operación quirúrgica, donde parte de este lóbulo tuvo que ser extirpado, se observó que empezaron a tener serios problemas para percibir las melodías. Esta misma operación en el lóbulo izquierdo no conllevó tales consecuencias.
  • Sistema límbico: Aquellas regiones cerebrales que están relacionadas con el reconocimiento del ritmo o la melodía están ligadas con la parte emocional que rige tal sistema. Asimismo, dicha parte emocional implica al sistema dopaminérgico estriado. Este sistema límbico se encuentra conectado con áreas relacionadas con la memoria, como el precúneo, corteza sensorial o giro supramarginal.

¿Por qué la música nos emociona?

Una vez en la corteza auditiva, la música avanza hacia el sistema límbico y, desde el tálamo, existen algunas proyecciones dirigidas a la corteza orbito-frontal medial y la amígdala. Esta zona es por excelencia la estructura de control de las emociones, regulando la respuesta de placer o displacer ante determinados estímulos.

Por ello, según el tipo de música que escuchemos experimentamos una serie de emociones u otras. Por ejemplo, en una película de suspense o terror, la música generalmente nos causa angustia o, por el contrario, ante una gran banda sonora podemos llegar a emocionarnos.

¿Qué nos produce escuchar nuestra canción favorita?

Wilkins et al. (2015) llevaron a cabo un experimento donde midieron la actividad cerebral en un grupo de personas mientras escuchaban tres canciones diferentes: su canción favorita, una canción que les gustaba y otra que no. Veamos cómo actúa la música en el cerebro y su relación.

Imagen obtenida de: https://rinconpsicologia.com/wp-content/uploads/2018/03/Cerebropreferenciamusical.jpg
Figura 1. Distintas áreas cerebrales activadas según el tipo de música. Imagen obtenida de Wilkins et al. (2014)

Lo que obtuvieron en los resultados fue la activación de la conocida red funcional por defecto (RND), un conjunto de zonas cerebrales que se encuentran conectadas entre sí cuando el cerebro está en estado de reposo.

O en otras palabras, cuando nos hallamos distraídos o inmersos en algo, lo opuesto a cuando estamos muy concentrados o con atención plena.

La canción preferida de los participantes generaba este patrón reflejando cómo la mente divaga o podemos recordar cosas cuando oímos nuestra canción favorita.

Asimismo, se encontró que se activaba también el hipocampo, zona responsable de la memoria (Li, Chen y Tsai, 2015).

En la figura 1. se aprecia una diferencia de activación en el precúneo. Cuando se presenta una canción que no le gusta a la persona, aparece desligado de esta red funcional por defecto. Sin embargo, en la canción favorita existe una fuerte relación con la corteza parietal lateral y la corteza prefrontal media.

Esto tiene mucho que ver con la activación de sistemas de recompensas, donde cobra especial relevancia el sistema dopaminérgico y el núcleo accumbens.

Y es que, cuando una canción nos gusta se activan sistemas que generan dopamina, un neurotransmisor muy conocido de la sensación de placer que pueden producir también otros factores como la comida o las drogas.

¿Qué es el efecto Mozart?

Todos hemos oído hablar de uno de los mayores genios de la historia de la música, Wolfgang Amadeus Mozart. Aún en investigación, se ha propuesto que la música del compositor genera ciertos beneficios en determinadas funciones cerebrales, especialmente las visuoespaciales.

Según algunos estudios, escuchar esta música, que tiene componentes de frecuencia muy bajos, propicia una mayor relajación. Para terminar, el análisis denota que la música es una elemento estimulante que logra fortalecer el aprendizaje, la memoria, la mejora de la creatividad e incluso la resolución de problemas matemáticos (Morales et al., 2011).

Conclusión

La música es una herramienta que permite que nos comuniquemos desde los primeros días de vida. Gracias a los avances tecnológicos, se ha descubierto que cuando escuchamos música, la conectividad funcional en diferentes áreas cerebrales cambia continuamente. Igual que el cerebro de un músico o una persona con entrenamiento musical, pudiéndose desarrollar también otras funciones cognitivas.

Este tipo de lenguaje, que combina sonidos y silencios, genera diversos estados neuroquímicos que esconden una complejidad mayor de lo que a simple vista pudiera parecer. Aunque la implicación de la música en nuestro cerebro engloba muchas áreas. Quizás, hemos esclarecido un poco cómo actúa la música en el cerebro y su relación.

Referencias bibliográficas

  • Arias, M. (2014). Música y cerebro: Neuromusicología. Neurosciences and History, 2(4), 149-155. https://www.researchgate.net/publication/313417487_Musica_y_cerebro_neuromusicologia
  • Custodio, N. y Cano-Campos, M. (2017). Efectos de la música sobre las funciones cognitivas. Revista de Neuro-Psiquiatría, 80(1), 61. http://dx.doi.org/10.20453/rnp.v80i1.3060
  • Li, C.-W., Chen, J.-H. y Tsai, C.-G. (2015). Listening to music in a risk-reward context: The roles of the temporoparietal junction and the orbitofrontal/insular cortices in reward-anticipation, reward-gain, and reward-loss. Brain Research, 1629, 160-170. Doi: 10.1016/j.brainres.2015.10.024
  • Morales, I. E. O., Reinoso, J. S. S., Maldonado, M. M. S., Haro, C. E. R. y Iñiguez, J. D. B. (2011). Análisis del Efecto Mozart en el desarrollo intelectual de las personas adultas y niños. Ingenius, (5), 45-54. Doi: 10.17163/ings.n5.2011.03
  • Perani, D., Saccuman, M. C., Scifo, P., Spada, D., Andreolli, G., Rovelli, R. y Koelsch, S. (2010). Functional specializations for music processing in the human newborn brain. Proceedings of the National Academy of Sciences, 107(10), 4758-4763. Doi: 10.1073/pnas.0909074107
  • Wilkins, R. W., Hodges, D. A., Laurienti, P. J., Steen, M. y Burdette, J. H. (2015). Network Science and the Effects of Music Preference on Functional Brain Connectivity: From Beethoven to Eminem. Scientific Reports, 4(1). Doi: 10.1038/srep06130