La depresión es uno de los trastornos mentales más prevalentes en el mundo, afectando a millones de personas en su calidad de vida. Asimismo, a pesar de los avances en el campo de la ciencia, muchas personas no responden a los tratamientos convencionales, impulsando la búsqueda de nuevas estrategias. En este contexto, los psicodélicos han despertado un creciente interés debido a su potencial para inducir cambios neuroplásticos en el cerebro. A continuación, exploraremos cómo estas sustancias son capaces de llegar a revolucionar el campo de la salud mental.
La importancia de la plasticidad neuronal
Las sustancias psicodélicas han sido estudiadas tradicionalmente por su capacidad para inducir estados alterados de conciencia. Sin embargo, en los últimos años, la atención se ha desplazado hacia su impacto a nivel neurobiológico, particularmente en la promoción de la neuroplasticidad.
El mencionado proceso refiere a la capacidad del cerebro para adaptarse y reorganizar sus conexiones en respuesta a experiencias y estímulos. Se trata de una propiedad crucial en la recuperación de trastornos mentales. Lo anterior, ya que muchos de ellos, incluida la depresión, están relacionados con una reducción en la conectividad sináptica y la capacidad del cerebro para formar nuevas conexiones funcionales (Moliner et al., 2023).
El papel del LSD y la psilocibina
De esta manera, estudios recientes han demostrado que sustancias psicodélicas, como el LSD y la psilocibina, inducen cambios significativos en la estructura de las neuronas, promoviendo el crecimiento de nuevas sinapsis y la proliferación de dendritas. Consecuentemente, los impactos generados indican que se podrían revertir algunas alteraciones sinápticas observadas en la depresión, dado su papel en la neuroplasticidad (Bahi, 2020).
En comparación con los antidepresivos tradicionales, cuyos efectos suelen tardar en manifestarse, los compuestos psicoactivos han mostrado la capacidad de generar mejoras rápidas y sostenidas en los síntomas depresivos tras una sola administración. Lo que nos hace pensar que los cambios neuroplásticos inducidos por los psicodélicos juegan un papel clave en su eficacia terapéutica.
Mecanismos moleculares detrás del efecto antidepresivo
Siguiendo esta misma línea, uno de los hallazgos más relevantes en la investigación de los psicodélicos es su interacción directa con el receptor de tirosina quinasa B (tropomyosin receptor kinase B, TrkB, en inglés). El mismo es activado por el factor neurotrófico derivado del cerebro (brain-derived neurotrophic factor, BDNF, en inglés), proteína esencial para el crecimiento y supervivencia de las neuronas (Moliner et al., 2023).
Particularmente, se ha demostrado que los psicodélicos tienen una afinidad significativamente mayor por TrkB en comparación con antidepresivos convencionales como la fluoxetina o la ketamina. Así, dicho hallazgo sugiere que tales sustancias potencian la neuroplasticidad de manera más eficiente y directa, lo que explicaría su rápida acción antidepresiva.
Modulación de mTOR y TrkB
Además de unirse directamente al receptor TrkB, los psicodélicos también modulan la vía de señalización objetivo de la rapamicina en mamíferos (mammalian target of rapamycin, mTOR, en inglés), cuya activación es fundamental para la formación y estabilización de nuevas sinapsis. En consecuencia, generan un impacto positivo en la recuperación de funciones cerebrales alteradas.
De esta forma, dentro del contexto de los psicodélicos, se refuerza la hipótesis de que no solo generan cambios transitorios en la actividad cerebral, sino que, además, pueden inducir cambios neuroplásticos duraderos. Lo anterior explicaría por qué sus efectos terapéuticos persisten durante semanas o meses después de una única administración, en contraste con los antidepresivos convencionales que requieren un uso continuo para mantener su eficacia.
La importancia del receptor 5-HT2A y la neuroplasticidad
Otro mecanismo relevante en la acción de estos agentes es la activación del receptor de serotonina tipo 2A (serotonin 2A receptor, 5-HT2A, en inglés). Durante años, se asumió que los efectos terapéuticos estaban directamente relacionados con la activación del mencionado receptor. Pese a ello, estudios recientes han revelado que es posible que los cambios neuroplásticos de los psicodélicos ocurran independientemente de la activación del 5-HT2A (Bahi, 2020).
Este hallazgo ha generado un debate en la comunidad científica sobre si sería posible diseñar compuestos que mantengan los beneficios de estas sustancias psicoactivas sin generar experiencias psicodélicas intensas. Lo mencionado facilitaría su aplicación clínica, reduciendo la necesidad de un entorno controlado y minimizando los efectos asociados con la alteración del estado de conciencia.
Impacto en la depresión y otros trastornos
Hasta la fecha, los ensayos clínicos realizados han mostrado resultados prometedores en el uso de las sustancias psicodélicas en el abordaje de la depresión. Por ejemplo, se ha encontrado que una única dosis de psilocibina redujo significativamente los síntomas depresivos, con efectos sostenidos durante varias semanas (Bahi, 2020).
Además, dichos componentes también se encuentran siendo explorados para el tratamiento de otras condiciones, como, por ejemplo, el trastorno de ansiedad generalizada (TAG) y el trastorno de estrés postraumático (TEPT). Específicamente, en cuanto a su capacidad para inducir cambios en la conectividad neuronal y facilitar la reestructuración cognitiva, se sugiere que podrían ser herramientas valiosas en la modificación de patrones de pensamiento.
Desafíos pendientes
A pesar de estos avances, aún existen desafíos importantes que deben superarse antes de la implementación generalizada de los psicodélicos en la práctica clínica. Por un lado, su regulación sigue siendo un obstáculo, ya que en muchos países aún se limita el acceso y aplicación terapéutica.
Por otro, es crucial establecer protocolos de administración que garanticen su uso seguro y efectivo, definiendo diversos aspectos. Entre ellos, la dosis adecuada, la frecuencia de administración y el acompañamiento terapéutico necesario para optimizar sus beneficios. En efecto, la experiencia psicodélica puede ser intensa para algunos pacientes, lo que hace imprescindible la presencia de profesionales capacitados para manejar posibles reacciones adversas.
Finalmente, también se requieren más estudios para comprender de mejor manera su impacto a largo plazo y su interacción con otros tratamientos. De tal manera, se busca asegurar que su aplicación clínica sea viable y sostenible en distintos contextos.
Terapias psicodélicas: ¿Una posible revolución?
Las sustancias psicodélicas están emergiendo como una alternativa terapéutica innovadora en el tratamiento de la depresión y otros trastornos mentales, principalmente debido a su capacidad para inducir cambios neuroplásticos. A lo anterior se le suma su rápida acción y efectos sostenidos, características que los posicionan como una opción prometedora dentro de la psiquiatría moderna.
Sin embargo, el camino hacia su aceptación clínica aún requiere más estudios para comprender plenamente su mecanismo de acción y establecer protocolos de aplicación seguros. Con el avance de la investigación, será posible integrarlos en el arsenal terapéutico, ofreciendo esperanzas para quienes no han encontrado alivio en tratamientos convencionales. Por último, para adquirir herramientas necesarias en una valoración de estas características, te invitamos a nuestro curso sobre evaluación neuropsicológica en adultos.
Referencias bibliográficas
- Bahi, C. (2020). 5-HT2A mediated plasticity as a target in major depression: a narrative review connecting the dots from neurobiology to cognition and psychology. arXiv: Quantitative Methods. https://doi.org/10.48550/arXiv.2007.08429
- Moliner, R., Girych, M., Brunello, C. A., Kovaleva, V., Biojone, C., Enkavi, G., Antenucci, L., Kot, E. F., Goncharuk, S. A., Kaurinkoski, K., Kuutti, M., Fred, S. M., Elsilä, L. V., Sakson, S., Cannarozzo, C., Diniz, C. R. A. F., Seiffert, N., Rubiolo, A., Haapaniemi, H. y Castrén, E. (2023). Psychedelics promote plasticity by directly binding to BDNF receptor TrkB. Nature Neuroscience, 26(1), 1032-1041. https://doi.org/10.1038/s41593-023-01316-5