El ritmo circadiano, nuestro reloj biológico interno, regula los ciclos de sueño y vigilia, influyendo en diversas funciones cognitivas como la memoria, la atención y la toma de elecciones. Cuando este ritmo se ve alterado, la capacidad para evaluar riesgos y elegir con claridad se ve comprometida, especialmente en situaciones de privación del sueño. Por dicho motivo, a continuación, exploraremos cómo el sueño y el ritmo circadiano afectan nuestras habilidades cognitivas y toma de decisiones.
Antes que nada, ¿qué es el ritmo circadiano?
Como ya adelantamos, es el encargado de regular los ciclos de sueño y vigilia en un período de aproximadamente 24 horas. Además, cabe señalar que es influenciado por factores externos, como la luz solar, y controla diversas funciones biológicas, incluyendo la liberación de hormonas, la temperatura corporal y el metabolismo. De esta manera, el ritmo circadiano se vuelve esencial para mantener la homeostasis y el funcionamiento óptimo del organismo.
El rol de los cronotipos en el rendimiento cognitivo
En este punto debemos mencionar que existe otro concepto central: los cronotipos. Estos reflejan las preferencias individuales para los períodos de actividad y descanso, influyendo significativamente el rendimiento cognitivo. Además, se clasifican en tres categorías principales:
- Matutinos: Suelen sentirse más alertas y enérgicos por la mañana, alcanzando su pico de rendimiento temprano en el día.
- Intermedios: No muestran una preferencia marcada por la mañana o la noche, sino que tienen un rendimiento más estable en el día.
- Vespertinos: Alcanzan su máximo rendimiento en la tarde o noche, y tienen más dificultades para concentrarse en la mañana.
Por lo anterior, es posible inferir su impacto en la concentración, la memoria y la toma de decisiones. Debido a ello, resulta fundamental considerar los cronotipos en diversos entornos para optimizar la productividad y el bienestar.
El efecto de sincronía en el desempeño
En este sentido, el efecto de sincronía refiere a cómo la coincidencia entre el cronotipo de una persona y la hora del día influye en su desempeño. Específicamente, se ha encontrado que las personas tienden a rendir mejor en tareas cognitivas cuando la hora del día está alineada con su cronotipo, es decir, los matutinos en la mañana y los vespertinos en la tarde o noche. Dicho efecto destaca la importancia de ajustar horarios según el reloj biológico individual para optimizar la eficiencia y reducir errores en la toma de elecciones (Correa et al., 2020).
¿Qué papel juega el sueño?
Por otra parte, un aspecto que también juega un rol relevante es la calidad del sueño. Este no solo influye en nuestro estado de ánimo y bienestar general, sino que también desempeña un papel clave en nuestras decisiones y capacidades cognitivas. En efecto, la privación del sueño afecta negativamente la toma de elecciones y las funciones cognitivas. La falta de descanso adecuado deteriora la memoria, la atención y la capacidad de evaluar riesgos, llevando a acciones más impulsivas (Aidman et al., 2018).
En este sentido, para comprender mejor el impacto del reloj biológico en la toma de elecciones, dos estudios recientes han analizado cómo el momento del día y la privación del sueño juegan un papel significativo en el desempeño cognitivo. Veamos los hallazgos encontrados en ambas investigaciones.
El impacto del reloj biológico en el juicio
Un estudio analizó el impacto del ritmo circadiano en la toma de decisiones económicas, buscando explorar si el rendimiento variaba en función del cronotipo (matutino o vespertino) y la hora del día en que se realizaban las evaluaciones. Para ello, los investigadores utilizaron el Ultimatum Game, una tarea clásica en la que los participantes deben decidir si aceptan o rechazan ofertas económicas de distinta equidad (Correa et al., 2020).
¿Influye la hora del día?
Los resultados mostraron que los participantes con cronotipos matutinos tomaron decisiones más racionales que los vespertinos. Esto se caracterizó por una mayor aceptación de ofertas económicamente ventajosas, incluso si eran percibidas como injustas. Lo antedicho sugiere que las personas matutinas podrían tener una mayor capacidad de regulación emocional, lo que les permite evaluar las opciones de manera más objetiva.
Sin embargo, no se encontró evidencia de un efecto de sincronía circadiana. Es decir, la hora del día en que se evaluaban las decisiones no influyó significativamente en el desempeño de los participantes. Es decir, si bien el cronotipo juega un papel en la forma en que las personas procesan la información y evalúan alternativas, el momento del día no parece ser un factor determinante en la racionalidad económica.
Efectos de la privación del sueño
Por su parte, otro análisis investigó los efectos de la privación del sueño en las funciones ejecutivas. Para ello, se sometió a los participantes a un protocolo de 40 horas sin dormir, evaluando su rendimiento en tareas de vigilancia, memoria de trabajo y toma de elecciones en contextos de incertidumbre (Aidman, 2018).
Cuando la fatiga juega en contra
Los resultados mostraron que la privación del sueño deteriora significativamente varias funciones ejecutivas clave, como la capacidad de inhibición, la flexibilidad cognitiva y la memoria de trabajo. Quienes participaron, mostraron tiempos de reacción más lentos, mayor número de errores en tareas de atención sostenida y una reducción en su capacidad para adaptarse a cambios en la información disponible.
Asimismo, la precisión en la toma de decisiones se vio afectada. Particularmente, se observó una mayor tendencia a cometer errores y a elegir acciones más impulsivas y menos fundamentadas.
De manera preocupante, también se evidenció una disminución en la confianza metacognitiva. Lo que significa que no solo se elegían peores decisiones, sino que además tenían dificultades para evaluar la calidad de sus propias respuestas.
La clave de utilizar nuestro ritmo biológico a favor
En resumen, la evidencia científica sugiere que tanto el ritmo circadiano como el sueño juegan roles fundamentales en la toma de decisiones, siendo esencial considerar estos factores al planificar actividades que requieran elecciones importantes. Consecuentemente, adaptar nuestros horarios a los ritmos circadianos individuales, así como garantizar un sueño adecuado, optimizaría significativamente la calidad de las decisiones.
En última instancia, creemos que comprender y respetar nuestro reloj biológico es clave para mejorar nuestro desempeño cognitivo y la capacidad de tomar elecciones. Si te interesa profundizar en técnicas de evaluación, diagnóstico y abordaje del sueño, te recomendamos nuestro curso en trastornos del sueño.
Referencias bibliográficas
- Aidman, E., Jackson, S. A. y Kleitman, S. (2018). Effects of sleep deprivation on executive functioning, cognitive abilities, metacognitive confidence, and decision making. Applied Cognitive Psychology, 33(1), 188-200. https://doi.org/10.1002/acp.3463
- Correa, Á., Alguacil, S., Ciria, L. F., Jiménez, A. y Ruz, M. (2020). Circadian rhythms and decision-making: A review and new evidence from electroencephalography. Chronobiology International, 37(5), 657-674. https://doi.org/10.1080/07420528.2020.1715421