El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) no desaparece al llegar a la adultez. Muchas personas continúan enfrentando dificultades para concentrarse, dominar los impulsos o regular sus emociones. Tales alteraciones en el manejo de la conducta, base de las funciones ejecutivas, suelen impactar la vida laboral, social y emocional. Por ello, las intervenciones no farmacológicas, como las rutinas de ejercicio, han ganado interés por su potencial para mejorar la autorregulación y el bienestar general. En esta nota, exploramos los hallazgos de un metaanálisis reciente que analizó cómo la actividad física se relaciona con efectos positivos en el autocontrol en adultos con TDAH.

¿Qué se sabe hasta el momento?

Actividad física y TDAH en adultos, TDAH en adultos y autocontrol

El mencionado trastorno del neurodesarrollo se caracteriza por síntomas persistentes de inatención, impulsividad e hiperactividad. En la adultez, estos rasgos pueden manifestarse como dificultad para organizar tareas, tomar decisiones o regular emociones intensas.

Entre los déficits cognitivos más relevantes se encuentra el del control inhibitorio, es decir, la capacidad de frenar respuestas automáticas o impulsivas. Dicho proceso depende en gran parte de la corteza prefrontal, una región que suele presentar disfunciones en las personas con dicha condición.

Más allá de los fármacos y la TCC

Tradicionalmente, los tratamientos para el TDAH en adultos se han centrado en el uso de medicación estimulante o en abordajes psicológicos como la terapia cognitivo-conductual (TCC) y el mindfulness. Sin embargo, su efecto sobre las funciones ejecutivas no siempre resulta suficiente.

En los últimos años, la evidencia sugiere que el ejercicio físico puede contribuir a mejorar la atención, la memoria y el autocontrol, aunque la mayoría de la evidencia está enfocada en niños y adolescentes. Siguiendo esa línea, el presente metaanálisis aporta una mirada renovada sobre los beneficios del movimiento en la adultez.

¿Cómo se diseñó el estudio?

El trabajo consistió en una revisión sistemática y metaanálisis, donde fueron analizados ocho artículos que incluían 14 ensayos controlados aleatorizados. El total de participantes fue de 372 adultos diagnosticados con TDAH. Los estudios evaluaron la relación entre diferentes tipos de actividad física y la modulación inhibitoria, comparando intervenciones agudas (una sola sesión) y sostenidas (programas de varias semanas).

Por otro lado, las modalidades abarcaban desde ciclismo y pilates hasta tai chi, yoga y entrenamiento por vibración. En todos los casos, el desempeño cognitivo se midió mediante pruebas como Stroop, Go/No-Go o Flanker, ampliamente utilizadas para evaluar el autocontrol y la atención.

Resultados: Movimiento y mente bajo control

Actividad física y TDAH en adultos, TDAH en adultos y autocontrol

El artículo mostró que la actividad física y el TDAH en adultos mantienen una relación positiva y significativa. En conjunto, los programas de ejercicio mejoraron de forma notable el control inhibitorio, con un tamaño de efecto global de −1.14.

Lo anterior significa que los participantes que realizaron distintos tipos de entrenamientos respondieron mayormente ante tareas que requerían frenar impulsos o mantener la atención. En ese sentido, tanto la práctica aguda como la sostenida demostraron eficacia, aunque la segunda produjo efectos más marcados.

Tipo de ejercicio y su magnitud

Al analizar las distintas modalidades, los resultados fueron claros. Por un lado, el pilates y el tai chi generaron las mayores mejoras en el autocontrol, seguidos del ciclismo, que también mostró efectos significativos. En cambio, el yoga y el entrenamiento por vibración tuvieron un impacto menor o no concluyente.

A diferencia de las actividades puramente aeróbicas, el pilates y el tai chi implican un control corporal deliberado, exigiendo concentración constante y ajustes finos del movimiento. Esta interacción entre mente y cuerpo parece estimular regiones como la corteza prefrontal y el cíngulo anterior, áreas clave en la inhibición de respuestas impulsivas. En otras palabras, los ejercicios que requieren foco atencional sostenido y conciencia corporal no solo fortalecen el cuerpo, sino también los mecanismos neuronales del autocontrol.

Mecanismos neurobiológicos implicados

Actividad física y TDAH en adultos, TDAH en adultos y autocontrol

Además, favorece la liberación de neurotransmisores como dopamina y noradrenalina, fundamentales para mantener la atención y la motivación. Estos cambios neurobiológicos podrían explicar por qué la actividad física y el TDAH en adultos guardan una relación tan estrecha con la mejora del autocontrol.

Limitaciones

A pesar de los hallazgos encontrados, los autores advierten varias limitaciones. Primero, la cantidad de estudios disponibles aún es reducida y existe heterogeneidad entre las muestras y los diseños. Además, en las intervenciones basadas en ejercicio es difícil aplicar procedimientos de doble ciego, lo que puede introducir sesgos en los resultados.

Por otro lado, la mayoría de las investigaciones se centró solo en el control inhibitorio, dejando fuera otras funciones ejecutivas como la memoria de trabajo o la flexibilidad cognitiva. Finalmente, faltan proyectos que exploren la duración óptima, la intensidad y la combinación más eficaz de actividades físicas para distintos perfiles del cuadro atencional.

Conclusión: Ejercitar el autocontrol

En conjunto, la evidencia sugiere que el impacto del ejercicio físico en el autocontrol de los adultos con TDAH conforma un binomio prometedor. Las personas que lo realizan muestran un mejor desempeño, probablemente gracias a los efectos del movimiento sobre el cerebro. Aunque el pilates y el ciclismo destacaron por sus beneficios, cualquier práctica sostenida parece contribuir a optimizar la atención y la regulación emocional.

De cara al futuro, integrar rutinas de actividad física en los programas terapéuticos podría ser una estrategia accesible, segura y de bajo costo. Fomentar el movimiento no solo beneficiaría la salud corporal, sino también el equilibrio mental y la calidad de vida de quienes conviven con TDAH. En definitiva, ejercitar el cuerpo podría ser una de las formas más efectivas de entrenar la mente.

Referencia bibliográfica

  • Yang, Y., Wu, C.-H., Sun, L., Zhang, T.-R. y Luo, J. (2025). The impact of physical activity on inhibitory control of adult ADHD: A systematic review and meta-analysis. Journal of Global Health, 15, 04025. https://doi.org/10.7189/jogh.15.04025