Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) han sido objeto de estudio debido a su impacto significativo para la salud física, emocional y mental. Tales cuadros impactan en la vida de millones de personas en todo el mundo. Por su parte, la adicción a la comida ha emergido como un concepto relevante que podría ofrecer nuevas perspectivas en lo que respecta a los TCA. Dicho término hace referencia a un patrón de comportamiento compulsivo hacia ciertos alimentos, que puede generar una relación disfuncional con la alimentación. En esta nota, exploraremos la posible relación entre ambas condiciones a través de la evidencia científica disponible.

Un panorama general acerca de los TCA

Se trata de cuadros que son caracterizados por patrones de alimentación alterados y preocupaciones irracionales con respecto al peso y la forma corporal. Entre los más frecuentes se encuentran la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón. En particular, la anorexia nerviosa, se define por la severa restricción en la ingesta calórica, miedo intenso a ganar peso y percepción distorsionada del cuerpo en cuanto a su forma y tamaño (Rojas-Jara et al., 2020).

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Por otro lado, la bulimia nerviosa se caracteriza por episodios recurrentes de atracones, seguidos de comportamientos compensatorios para evitar el aumento de peso. Ejemplos frecuentes son el vómito autoinducido, el uso de laxantes, el ayuno o el ejercicio excesivo. A diferencia de la anorexia nerviosa, las personas con bulimia suelen mantener un peso corporal normal o ligeramente superior. Asimismo, suele verse acompañado de ciertas complicaciones médicas tales como desequilibrios electrolíticos y daño esofágico a causa del vómito frecuente (di Giacomo et al., 2022).

Y… ¿El trastorno por atracón?

Aunque menos conocido, otro TCA prevalente es el trastorno por atracón. Se trata de una condición caracterizada por episodios recurrentes de ingesta excesiva de alimentos en un corto periodo de tiempo. Acompañados, a su vez, de una sensación de falta de control sobre la comida.

En contraposición a la bulimia y anorexia nerviosa, el trastorno por atracón no implica conductas compensatorias para contrarrestar la ingesta. Las personas con este cuadro, suelen experimentar profundo malestar emocional, sentimientos de culpa y vergüenza tras los episodios de atracones. Todo ello, contribuye a un ciclo de alimentación descontrolada que impacta negativamente en su calidad de vida y bienestar psicológico. A su vez, de manera frecuente, este TCA mantiene gran comorbilidad con otra condición ampliamente prevalente: la adicción al la comida. Veamos más al respecto.

Cuando la comida se convierte en adicción

Dicho concepto, que ha cobrado gran relevancia en los últimos años, mantiene grandes similitudes con los trastornos por uso de sustancias, tanto a nivel conductual como neurobiológico. En lo que respecta a sus características, quienes conviven con tal condición mantienen un consumo compulsivo de alimentos altamente palatables, a pesar de las consecuencias negativas para su salud.

Específicamente, la adicción a la comida se ha conceptualizado como parte de un trastorno de la conducta alimentaria. Si bien no está reconocida oficialmente como categoría en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Quinta Edición, Revisión de Texto (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fifth Edition, Text Revision, DSM-5-TR, en inglés), es posible evaluarlo a través la Escala de Adicción a la Comida de Yale (Yale Food Addiction Scale, YFAS, en inglés). La anterior adapta los criterios de dependencia de sustancias del DSM-IV a los comportamientos alimentarios (Rojas-Jara et al., 2020).

¿Un posible vínculo?

Dado que comparten síntomas tales como la pérdida de control, el deseo intenso por la comida y la ingesta compulsiva, su asociación con los TCA ha sido objeto de interés. Especialmente, en relación con el trastorno por atracón. Pese a ello, existen diferencias clave en su diagnóstico y tratamiento, lo que resalta la importancia de comprender mejor la relación entre ambas condiciones (Rojas-Jara et al., 2020).

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Adicción a la comida y TCA

En lo que respecta a tales cuadros, estudios recientes han indicado que entre el 40 % y el 60 % de los pacientes con trastorno por atracón cumplen con los criterios de adicción a la comida según la escala YFAS. Sugiriendo, así, una alta comorbilidad. A pesar de esta superposición, la diferencia clave radica en que este TCA se diagnostica clínicamente por su frecuencia y duración de episodios de atracón. Mientras que, la adicción a la comida, se basa en patrones adictivos relacionados con la búsqueda compulsiva de ciertos alimentos​.

Asimismo, es importante señalar que la presencia de ambas condiciones hace más complejo el tratamiento. Esto se debe a que los pacientes tienden a presentar mayores niveles de ansiedad, depresión y baja autoestima. Por otra parte, la presencia de conductas alimentarias desadaptativas aumenta el riesgo de desarrollar obesidad y otras comorbilidades médicas.

Ambos cuadros comparten factores de riesgo

A nivel neurobiológico, se encuentran estrechamente vinculados a alteraciones en el sistema dopaminérgico de recompensa, que provocan un refuerzo positivo hacia la comida y la perpetuación del comportamiento compulsivo. Conjuntamente, estudios han mostrado que la hiperactivación del sistema de recompensa cerebral ante alimentos altamente procesados es similar a la observada en individuos con adicción a sustancias.

En lo que respecta al ámbito psicológico, factores como la desregulación emocional, la baja autoestima y el estrés crónico desempeñan un papel crucial en el desarrollo de ambas condiciones. La relación entre la alimentación y las emociones es, a su vez, especialmente relevante. Muchas personas recurren a la comida como una estrategia de afrontamiento ante situaciones de ansiedad o tristeza. Asimismo, la presión social y los estándares de belleza contribuyen a la perpetuación de conductas alimentarias disfuncionales, generando un círculo vicioso difícil de romper sin intervención adecuada.

Intervenciones terapéuticas: Eficacia y limitaciones

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Las alternativas disponibles para el tratamiento de la adicción a la comida y los TCA han evolucionado significativamente en las últimas décadas, con un enfoque creciente en abordar tanto los aspectos psicológicos como biológicos de estos cuadros. En particular, la terapia cognitivo-conductual (TCC) ha demostrado ser sumamente eficaz, ayudando a los pacientes a identificar y modificar patrones de pensamiento disfuncionales relacionados con la alimentación.

Del mismo modo, la terapia de aceptación y compromiso (ACT) y la terapia basada en la atención plena han mostrado resultados prometedores en la reducción de los síntomas al mejorar la regulación emocional y la aceptación de las experiencias internas. En último lugar, la terapia dialéctico-conductual (DBT) ha sido utilizada con éxito en el tratamiento de los TCA, especialmente en aquellos con comorbilidades como el trastorno límite de la personalidad (TLP) (Rojas-Jara et al., 2020).

Algunos desafíos…

A pesar de los avances en las intervenciones terapéuticas, existen limitaciones significativas en la eficacia de los tratamientos actuales. Y es que, muchas de ellas, no logran abordar adecuadamente las complejidades de tales condiciones, que a menudo implican múltiples factores. En suma, la alta tasa de recaída en los TCA sugiere que los enfoques actuales pueden no ser suficientes para promover una recuperación sostenida. Por tales motivos, resulta crucial desarrollar intervenciones más integrales y personalizadas que aborden las diversas dimensiones (di Giacomo et al., 2022).

Conclusión

A modo de cierre, la adicción a la comida y los TCA comparten múltiples elementos, evidenciándose una estrecha relación entre ambas condiciones. Pese a ello, cada una presenta características diagnósticas y abordajes terapéuticos específicos que deben ser considerados para ofrecer tratamientos efectivos y personalizados.

A futuro, es fundamental continuar investigando la relación entre la adicción a la comida y los TCA. De esta manera, se mejorarán las estrategias tanto de prevención, como de tratamiento. En este sentido, creemos que es importante la integración de enfoques interdisciplinarios, junto con una mayor concientización sobre la alimentación saludable y el bienestar emocional. Lo anterior, ya que podría contribuir a una mejor calidad de vida para quienes enfrentan estos desafíos. Para conocer y profundizar en el uso de herramientas DBT aplicadas a los trastornos de la conducta alimentaria, te invitamos a nuestro curso en habilidades DBT-ED.

Referencias bibliográficas

  • di Giacomo, E., Aliberti, F., Pescatore, F., Santorelli, M., Pessina, R., Placenti, V., Colmegna, F. y Clerici, M. (2022). Disentangling binge eating disorder and food addiction: a systematic review and meta-analysis. Eat Weight Disord 27, 1963-1970 (2022). https://doi.org/10.1007/s40519-021-01354-7
  • Rojas-Jara, C., Polanco-Carrasco, R., Montenegro, C., Morales, C., Retamal, K., Rivano, N. y Sepúlveda, J. (2020). Adicción a la comida: Una revisión sobre el concepto, sus características y medición. Cuadernos de Neuropsicología / Panamerican Journal of Neuropsychology, 14(1), 142-151.