Como hemos visto en notas anteriores, el neurodesarrollo es un proceso que inicia desde el embarazo y termina mucho después del nacimiento. Influye en aspectos como el ambiente, genética, alimentación y estimulación. En este caso, el desarrollo de los sentidos es fundamental, pero en otros olvidamos aspectos tan importantes como el sistema encargado de la propiocepción y el vestibular. Todos estos aspectos deben ser integrados para procesar información y, por ende, desarrollar diferentes tareas. Algo a lo que se le denomina integración sensorial. En el momento en que esto falla se genera una desintegración sensorial que se traduce en problemas en el neurodesarrollo y afectan el funcionamiento correcto del niño. Veamos un poco más.

Conozcamos más del sistema propioceptivo y vestibular

En primer lugar, está el sistema propioceptivo, mediante el cual el cerebro recoge la información sobre posición y movimiento de las partes del cuerpo. Además, tiene en cuenta la relación de dicho movimiento con su base de soporte.

Asimismo, ayuda a tomar conciencia y en la regulación de los movimientos, tanto de nosotros mismo como de los demás.

Integración sensorial: desarrollo y sistema vestibular

Por ello, es necesario para los movimientos diarios y está unido al desarrollo social y cognitivo.

Todo esto se logra por la información recibida de diferentes partes del cuerpo (Amaya-Mancilla et al., 2020)

En segundo lugar, el sistema vestibular, donde toma protagonismo el oído interno y el cerebro. Pues ayuda a controlar el equilibrio y movimiento de los ojos.

Se considera un sistema unificador dados los diferentes tipos de sensaciones. Además, proporciona un marco de referencia para algunos aspectos de la experiencia vital (Benavides et al., 2021).

Una de sus funciones es la interpretación de la orientación del cuerpo para dirigirse hacia lo que vemos. Asimismo, ayuda a mantener el campo visual estable con el objetivo de que lo que visualizamos no cambie cuando nos movamos.

Ambos sistemas son fundamentales para poder realizar un adecuado proceso de integración sensorial. Por lo que el fallo en alguno de ellos podría generar una desintegración sensorial.

¿Qué es la integración sensorial?

Este término se conoce gracias a la terapeuta ocupacional Jane Ayres, por la publicación del libro “La integración sensorial en el niño”, del año 1970. De ahí en adelante se fue popularizando cada vez más.

Ayres definió la integración sensorial como un “proceso neurológico que organiza las sensaciones del propio cuerpo y medio ambiente, y hace posible usar el cuerpo efectivamente en el entorno”(del Moral Orro et al., 2013, p. 3).

De esta manera se puede analizar e interpretar la información dada por nuestros sentidos y usarla para actuar y llevar a cabo las actividades cotidianas.

Por otro lado, Erazo Santander (2016) define la integración sensorial como proceso neurológico que organiza las sensaciones que percibe el cuerpo del medio ambiente para, de esta manera, usar de manera efectiva el cuerpo en el entorno.

Así, una correcta activación ayuda a desarrollar estructuras cerebrales que permiten plasticidad, adaptación y aprendizaje. En resumen, fundamental en la integración.

¿Qué otros aspectos del desarrollo están relacionados con la integración sensorial?

Entre los aspectos en los que la integración sensorial puede tener un impacto en el neurodesarrollo encontramos:

  • Capacidad de percibir y registrar información ambiental dada por los sentidos, como el gusto y la visión. Además de la información originada en el propio cuerpo a través de la propiocepción y lo vestibular.
  • Regulación o modulación de la capacidad para ordenar la naturaleza e intensidad de las respuestas. El objetivo es que sea gradual y manteniendo un nivel óptimo de alerta. Esto se hace a través de la inhibición y excitación acorde a la respuesta.
  • Discriminar, permitiendo interpretar y distinguir su característica, relevancia y cualidad específica. Fundamental para un adecuado desarrollo sensorial.
  • Integrar y asociar los estímulos relevantes para entender las demandas del entorno y generar posibles respuestas del cuerpo según la necesidad, teniendo en cuenta la información del sistema vestibular.

¿Qué áreas cerebrales están implicadas en la integración sensorial?

A nivel cerebral, diferentes regiones están involucradas en el procesamiento e integración de la información sensorial.

Primero, hay que aclarar que el input o la información entrante permite al cerebro activarse y desarrollarse. Lo que genera conexiones neurológicas que dan como resultado procesos psicológicos, permitiendo así a la persona vivir y adaptarse.

Una de las áreas que se activan por medio de tales inputs sensoriales son los ganglios basales y núcleos subcorticales de la sustancia blanca. Estos se conectan con los lóbulos frontales. Después, la información vuelve al núcleo caudado, putamen y globo pálido. Por medio de esta vía se puede realizar una organización de la información motriz y cognitiva (Erazo Santander, 2016)

Otra de las áreas que toma protagonismo es el lóbulo parietal, que integra información táctil y kinestésica con la corteza somatosensorial primaria, secundaria y algunas áreas de asociación. Asimismo, recibe información visual.

Todas estas ayudan a la coordinación mano-ojo y el aprendizaje de habilidades de posicionar el cuerpo en el espacio.

Otras zonas significativas

La corteza motora y premotora recibe y responde a la información visual y somatosensoriales.

Esta prepara al cuerpo para coordinar actividades, usando y controlando el tono muscular, equilibrio y posturas.

Como resultado, se pueden llevar a cabo actividades de motricidad fina y movimientos complejos que tiene una intención y secuencia. Además influye en al habla voluntaria (Erazo Santander, 2016).

La activación y repuesta del sistema límbico también es fundamental en el desarrollo de la integración sensorial. Pues da inicio al proceso de guardar información, aprender nuevas conductas y permite el orden secuencial y temporal de las conductas.

Conclusión

Para terminar, es crucial entender la importancia de la integración sensorial en el desarrollo de aspecto cognitivos, motores y del lenguaje.

En este caso, no solo se tiene en cuenta la información que recibimos de nuestros sentidos sino lo sistemas de propiocepción y vestibular. Sistemas que no solo tienen influencia en el desarrollo motor, sino que pueden impactar en aspectos cognitivos y sociales.

El hecho de que el cerebro pueda organizar correctamente los inputs que nos da tanto el contexto va a influir en el comportamiento, cognición, movimiento y socialización. En resumen, puede afectar al desarrollo de diferentes actividades de la vida diaria.

Además, como vimos anteriormente, dicho proceso ocurre en múltiples partes de nuestro cerebro. Es decir, están implicadas tanto áreas corticales como subcorticales. Por ello, problemas en el neurodesarrollo pueden generar dificultades en la integración sensorial, lo que denominamos una desintegración sensorial.

Referencias bibliográficas

  • Amaya-Mancilla, M. A., Peñaranda-Solano, L. Y., Ramirez-Rojas, Y. Y. y Hernández-Vergel, V. K. (2020). Relación de los sistemas propioceptivo y táctil con el desarrollo emocional en infantes. Revista Perspectivas, 5(2), 30-39. Doi: 10.22463/25909215.2828
  • Botina Benavides, A. E., Beusaquillo Quistial, M. A., Fajardo Cruz, M. C., López Bucheli, D. A., Ortiz Ayala, Á. C. y Lagos Salas, D. G. L. (2021). El sistema vestibular y su importancia en los procesos de aprendizaje. Boletí­n Informativo CEI, 8(1), 142-145. https://revistas.umariana.edu.co/index.php/BoletinInformativoCEI/article/view/2565-
  • del Moral Orro, G., Pastor Montaño, M. Á. y Sanz Valer, P. (2013). Del marco teórico de integración sensorial al modelo clínico de intervención. Revista electrónica de terapia ocupacional Galicia, TOG, 17 (Mayo), 1-25. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4276964
  • Erazo Santander, O. A. (2016). La Integración Sensorial, Concepto, Dificultades y Prevalencia. Revista de Psicología GEPU, 7(2) 173-193. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6919765
  • Erazo Santander, O. A. (2018). Dificultades en integración sensorial, afectividad y conducta en estudiantes de una escuela pública. Praxis & Saber, 9(20), 143-165. Doi: 10.19053/22160159.v9.n20.2018.5884.
  • Valdeleón, O. L., Martín Parada, G. D., Rojas Rojas, A. I., Torrijos Rivera, O. L. y Correa López, R. A. (2018). Integración sensorial y trastornos de aprendizaje del código lectoescrito. Educación y Desarrollo Social, 12(2), 33-52. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7732765