El amor es un concepto universal que, a lo largo de la historia, se ha construido a nivel social, basado en el punto de vista filosófico, religioso, artístico, cultural, social y científico. ¿Qué se nos viene a la mente con esta palabra? Seguro que una idea apegada a los sentimientos o emociones y a nuestras propias experiencias, entre otros. No obstante, en esta ocasión nos vamos a enfocar en la perspectiva biológica. Para ser más precisos: ¡Adiós al amor romántico de Disney! Nos centraremos en la neurobiología del amor, lo que implica el enamoramiento y su sensación de euforia. 

Hablemos de amor romántico, euforia y pasión

Neurobiología del amor - manos - NeuroClass

Cuando nos ponemos a pensar en el principio de una relación amorosa, seguro que nos identificaremos con una sensación de euforia, pasión, intensidad y deseo. Esto es lo que se conoce como amor romántico.

Este fenómeno transcultural es parte de nuestro instinto de mamíferos que deriva del deseo de encontrar una pareja.

En consecuencia, los comportamientos sociales que adaptamos a nuestra conducta son producto de la influencia genética y reproductiva (Aron et al., 2005).

Cuando empezamos una relación, seguramente nos sentimos muy motivados y alegres, con un constante deseo de estar con la persona amada.

Dicha construcción social que parte de un deseo de encontrar una pareja resulta ser una forma desarrollada de un sistema de atracción del que hablaremos a continuación.

Sistema de atracción: Enamoramiento, pasión y euforia

A través de imágenes de resonancia magnética funcional (functional magnetic resonance imaging, fMRI, en inglés) se ha descubierto que se produce una activación específica en el área tegmental ventral derecha y el núcleo caudado derecho.

Estas áreas se caracterizan por ser conductos de la dopamina, neurotransmisor asociado con  la recompensa y la motivación de los mamíferos. En consecuencia, el sistema de recompensa cerebral de dichas rutas dopaminérgicas se activarían con mayor intensidad frente a la persona que nos atrae (Fischer, Aron y Brown, 2005). 

De igual manera, zonas como el cíngulo anterior u otras áreas corticales, como por ejemplo, la corteza piriforme y la ínsula, se encuentran fuertemente relacionadas con nuestros estados fisiológicos. Esto quiere decir que, en conjunto con las funciones ejecutivas, se activan para que podamos actuar de determinada forma con nuestro ser querido (Garza, 2010).

Por otra parte, no podemos dejar de lado uno de los principales centros de la emoción, el sistema límbico, clave en la neurobiología del amor.

Deseo sexual: La pasión como base de enamoramiento en un inicio

Seguro que nos suenan expresiones como “el amor entra por los ojos” o “amor a primera vista”.

Neurobiología del amor - Pareja - NeuroClass

Estas premisas suelen producirse como una etapa de deseo que, a nivel evolutivo, guarda relación con la búsqueda de una pareja sexual.

Pues cuando hablamos de este tema se activan, en mayor medida, concentraciones de andrógenos y estrógenos.

Estudios afirman que, en el caso de los hombres, se activan mayores niveles de testosterona en contraposición con las mujeres, provocando un mayor deseo de actividad sexual (Garza, 2010).

A pesar de estos hallazgos, no cabe duda de que este puede ser el punto de partida en el proceso de enamoramiento posterior.

Bioquímica del amor: Neurobiología del amor

El enamoramiento se asocia a diversos procesos bioquímicos cerebrales que involucran, sobre todo, neurotransmisores, neuromoduladores y hormonas. Mientras que los dos primeros se derivan de la presencia de neuronas, las hormonas son sustancias segregadas por otros órganos y tejidos.

A partir de esta distinción, vamos a seleccionar tres sustancias importantes que, dependiendo del lugar en el que se encuentren, participan como hormonas o neurotransmisores, y que son de gran relevancia cuando estamos hablando de enamoramiento, pasión o euforia: dopamina, serotonina y oxitocina (Manrique Muñante, 2013).

Bases neurobiológicas del amor: ¿Cómo se relaciona la dopamina, serotonina y oxitocina con el amor?

Dopamina: “El amor es como una droga”

Como bien sabemos, la dopamina se encuentra relacionada con el sistema de recompensa cerebral, la motivación, la regulación de emociones y el deseo sexual.

Neurobiología del amor - dopamina - NeuroClass

Cuando nos sentimos atraídos físicamente por alguien, se produce la liberación de este neurotransmisor y afecta a cuatro puntos en el cerebro: el núcleo accumbens, el septum, la amígdala y la corteza prefrontal.

Al conectarse, activan el hipotálamo, centro de las reacciones a nivel emocional.

Por consiguiente, la liberación de dopamina en grandes cantidades (provocada al ver a la persona amada) hace que la persona sienta una profunda sensación de bienestar y euforia.

Y sí, efectivamente, los sistemas dopaminérgicos activados son similares a los que se activan frente a sustancias como las drogas.

Serotonina: “Solo pienso en ti”

La también llamada “hormona de la felicidad” tiene un gran impacto en nuestro estado de ánimo, emociones y deseo sexual. Cuando se activan los niveles de serotonina en el cerebro, se genera una sensación de bienestar o satisfacción.

Por otro lado se conoce que, en niveles bajos, la serotonina está relacionada con patologías como el TOC. Y es que, a través de un estudio se determinó que la persona que se encuentra enamorada tiende a presentar concentraciones bajas de serotonina, dando paso a pensamientos obsesivos transitorios sobre la pareja.

En consecuencia, pueden presentarse conductas similares a quienes padecen esta condición (Marazzitti y Stahl, 2018).

Oxitocina: “El amor te da paz”

Sobre la oxitocina los estudios indican que promueve el sentimiento de conexión y vínculo con los demás. De hecho, se nos vendrá a la mente cuando hablamos de lactancia materna, puesto que en dicho momento entre madre e hijo, el estímulo que llega hasta nuestro hipotálamo provoca la liberación de la hormona.

Como resultado, se da paso a una sensación de paz, tranquilidad y felicidad. Reduciendo el nivel de cortisol, responsable del estrés, y produciendo distensión. Sensaciones altamente deseables en el enamoramiento.

Bases neuropsicológicas del amor romántico

El estudio de Aron et al. (2005) investigó los correlatos neurales que se activaban durante la fase del enamoramiento romántico. Para hacerlo posible, se realizó una muestra de dos grupos control: a) 10 mujeres y b) 7 hombres (un total de 17 participantes) que habían estado profundamente enamorados entre 1 a 17 meses.

Estas personas se sometieron a un estudio con imágenes de resonancia magnética funcional. La idea era analizar los correlatos neurales del amor romántico cuando observaban la fotografía de su pareja y la de un amigo de mucho tiempo, mientras se intercalaban otras actividades de atención.

Dentro de los resultados del experimento se concluyó que:

Neurobiología del amor - Estudio 1
  • Se activaron áreas relacionadas con la motivación y recompensa. Por ejemplo, el área tegmental ventral derecha, núcleo caudado medial y cuerpo posterodorsal.
  • Sobre la atracción facial se produjo la activación del área tegmental ventral izquierda.
  • Con respecto a la pasión romántica, las imágenes notificaron la activación del núcleo caudado anteriomedial derecho.
  • La intensidad del afecto guarda relación con la activación de la ínsula, putamen y globo pálido izquierdo.

Conclusión del estudio

Finalmente, el estudio concluyó que el amor romántico suele utilizar los sistemas de motivación y recompensa subcorticales.

Adicionalmente, las regiones corticales límbicas son las encargadas de procesar aquellos factores emocionales individuales. Todos estos procesos permiten que, cuando estamos enamorados, enfoquemos nuestra atención y esfuerzo en el ser amado. Así, la euforia y pasión son características en tal etapa.

Neurobiología del amor: El amor romántico e intenso a largo plazo

Seguramente, nos hemos preguntado, ¿realmente el amor es eterno? ¿Será que después de un tiempo el amor termina? ¿La intensidad del amor y euforia permanecen constantes a largo plazo?

Estudios han encontrado que la etapa de amor romántico suele permanecer hasta, aproximadamente, 3 años. Al cabo de este tiempo, los niveles de regulación de receptores dopaminérgicos disminuyen notablemente hasta estabilizarse (Garza, 2010).

Neurobiología del amor - Estudio 2

No obstante, el estudio realizado por Acevedo et al. (2012) tuvo el propósito de conocer si los mecanismos a través de los cuales se produce el amor romántico pueden mantenerse a lo largo del tiempo, en un periodo mayor al anteriormente mencionado.

Este estudio fue realizado con una muestra de 17 participantes: hombres y mujeres, ambos grupos casados por un promedio de 21, 4 años.

Todos ellos fueron estudiados a través de imágenes de resonancia magnética funcional mientras observaban 3 fotografías: a) la de su pareja, b) un amigo cercano y c) un desconocido. 

Dentro de los resultados, encontraron que frente a la fotografía de la pareja se observa la activación de las áreas de recompensa y los ganglios basales (área tegmental ventral y cuerpo estriado dorsal) relacionado con el amor romántico de las primeras etapas.

De igual manera, hallaron que se activaban los circuitos relacionados al amor materno. Es decir, el globo pálido, sustancia negra, núcleo de Rafe, tálamo, corteza insular, cíngulo anterior y cíngulo posterior.

Conclusión del estudio

Tras el análisis de resultados se sugiere que, para algunas personas, la activación del sistema de recompensa asociado con una pareja a largo plazo puede sostenerse en el tiempo de forma similar a la de un nuevo amor.

No obstante, la activación de estas zonas no sería exclusiva. Pues es un aspecto que también tiene que ver con otros sistemas cerebrales implicados en el apego y el vínculo de la pareja.

Conclusión

Expresiones como: “¡Te amo con todo el corazón!” o “¡Te amaré con la misma intensidad del primer día en que te conocí!” pueden no ser del todo ciertas.

Es decir, parte de lo que denominamos amor romántico o enamoramiento, es mediado por circuitos neuronales que, tras la liberación de sustancias químicas, dan paso a las sensaciones de bienestar y euforia que nos produce el estar en pareja.

Así, la neurobiología del amor resulta ser más compleja de lo que pensamos. Sin embargo, esto no quiere decir que no seamos capaces de establecer vínculos afectivos posteriores y trascendentales con nuestros seres amados, aunque eso será tema para una próxima nota.

Referencias bibliográficas

  • Acevedo, V., Aron, A., Fisher, H. E. y Brown, L., L. (2012). Neural correlates of long-term intense romantic love. Social Cognitive and Affective Neuroscience, 7(2),145-159. https://doi.org/10.1093/scan/nsq092
  • Aron, A., Fisher, H. E., Mashek, D., Strong, G., Haifang, L. y Brown, L., L. (2005). Reward, Motivation, and Emotion Systems Associated With Early-Stage Intense Romantic Love. Journal of neurophysiology, 94(1), 327-337. https://doi.org/10.1152/jn.00838.2004
  • Fisher, H. E., Aron, A. y Brown, L. L. (2005). Romantic love: An fMRI study of a neural mechanism for mate choice. Research in systems Neuroscience – The Journal of Comparative Neurology, 493(1), 58-62. https://doi.org/10.1002/cne.20772
  • Fisher, H. E., Aron, A. y Brown, L. L. (2006). Romantic love: a mammalian brain system for mate choice. The Royal Society Publishing, 361(1476), 2173-2186. https://doi.org/10.1098/rstb.2006.1938
  • Garza, I. (2010). Neurobiología del amor. El Residente, 5(1), 6-8. https://www.medigraphic.com/pdfs/residente/rr-2010/rr101b.pdf
  • Hernández Guerrero, P. (2012). Bioquímica del amor. Ciencia UANL, 15(7), 114-120. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3835412
  • Manrique Muñante, R. (2013). El amor: hay (bio)química entre nosotros. Revista De Química27(1-2), 29-32. https://revistas.pucp.edu.pe/index.php/quimica/article/view/8968
  • Marazziti, D. y Stahl, S. (2018). Serotonin and Love Supporting Evidence From a Patient Suffering From Obsessive-Compulsive Disorder. Journal of Clinical Psychopharmacology, 38(1), 1-2. Doi: 10.1097/JCP.0000000000000808