En estos tiempos de pandemia están aumentado las obsesiones en personas con rasgos obsesivos exacerbados, especialmente de limpieza y contaminación. Además, quienes conviven con el trastorno obsesivo compulsivo (TOC) están teniendo que hacer frente a grandes retos. ¿Por qué se mantienen las obsesiones? ¿Cuál es el tratamiento psicológico de elección para eliminar o reducir estas respuestas? Lo vemos a continuación.
Ciclo del TOC (obsesiones y compulsiones)
Las personas con trastorno obsesivo compulsivo (TOC) tienen obsesiones (pensamientos intrusivos persistentes), que puede ser provocadas por un estímulo desencadenante (recuerdos, imágenes, sensaciones, ideas…) y que producen ansiedad. Con frecuencia sienten la necesidad imperiosa de hacer ciertas cosas de forma repetida.
Esto se conoce como rituales o compulsiones y se producen en forma de: evitación, búsqueda de reaseguración, rituales mentales o conducta manifiesta, entre otras.
Con esto se pretende disminuir la ansiedad y el malestar que genera la obsesión.
Ahora, es importante tener en cuenta que una compulsión no necesariamente es observable, pudiendo ser un ritual mental o un pensamiento tranquilizador.
Al disminuir la ansiedad tras llevar a cabo la compulsión se obtiene un refuerzo, conocido como refuerzo negativo.
En dicho caso es negativo porque no se produce por la consecución de un premio, sino por la evitación o retirada de un estímulo aversivo. Es decir, con ese ritual se cree haber eliminado o evitado la consecuencia negativa.
Esto suele dar lugar a una sensación de alivio y una disminución de la ansiedad, pero a muy corto plazo. Tras ello, se produce un nuevo aumento de las obsesiones y de la ansiedad, esta vez, a largo plazo. Y, ahí, empieza un nuevo ciclo (Alcázar, 2014).
Ejemplo de un ciclo en personas con TOC
Una persona ha tocado una superficie que cree que puede tener algún virus, y le surge el siguiente pensamiento: “Creo que tengo las manos contaminadas, debo lavármelas porque puedo infectarme”.
Esto le provoca ansiedad y siente la necesidad de lavarse las manos.
Una vez que se las limpia, siente alivio. Pero, tras unos momentos, siente la necesidad de lavarse las manos de nuevo.
Realizar un lavado de manos de forma continuada no permite a la persona comprobar que no llevar a cabo esa respuesta (lavado de manos) no provoca ninguna consecuencia negativa, a pesar de su firme creencia.
Esta actuación puede generalizarse a otros aspectos.
Lo cierto es que, en estos momentos en los que estamos atravesando una pandemia vírica, es difícil no cruzar la línea entre un lavado de manos preventivo y otro excesivo y obsesivo.
Es importante observarnos y hacernos preguntas como: ¿Realmente eso puede estar infectado? ¿Me he lavado las manos más de una vez?
Acomodación familiar y obsesiones
Otra de las razones por las que se mantienen las obsesiones está relacionada con el papel de la familia.
La acomodación familiar se refiere a la forma en la que los padres, pareja u otros individuos cercanos a la persona que presenta TOC participan en los rituales. Evitan situaciones temidas o modifican su rutina diaria por “ayudar” a la persona que presenta una obsesión.
Estas actuaciones, lejos de ayudarla, refuerzan el problema, pues alivian la ansiedad de la persona con TOC a corto plazo.
Sin embargo, contribuyen al mantenimiento de las obsesiones a largo plazo.
Es más, la gran mayoría de estudios, tanto en adultos como en niños, han demostrado una asociación significativa entre el nivel de acomodación familiar y la gravedad de los síntomas del TOC (Lebowitz, Panza, Su y Bloch, 2013).
Ejemplo de acomodación familiar
Un niño que ha tocado algo que cree infectado le preguntaría a su madre o padre: ¿Crees que eso está limpio? ¿Tengo las manos limpias?
Si los padres contestan que sí para tranquilizar a su hijo están contribuyendo al mantenimiento de las obsesiones.
En consecuencia, consiguen el efecto contrario dado que tal alivio actúa como un refuerzo negativo muy potente, como se ha explicado anteriormente.
Tratamiento psicológico frente a las obsesiones: Exposición con prevención de respuesta (EPR)
Basándonos en esto, el tratamiento psicológico principal se centra en la exposición con prevención de respuesta (EPR) con una misma estructura y componentes similares tanto en adultos como en niños y adolescentes, a pesar de existir diferencias importantes entre los menores y los adultos que padecen TOC.
El tratamiento para eliminar o reducir las obsesiones consiste en una exposición progresiva a aquellos estímulos que inician una obsesión.
Esto, sin que se produzca el ritual o compulsión, impidiendo ese refuerzo por alivio y, por tanto, que se inicie un nuevo ciclo.
La persona comprueba que, aunque no realice la compulsión, las consecuencias negativas no se han producido. La intervención completa es más compleja y, tras la evaluación psicológica oportuna, puede consistir en el siguiente procedimiento:
- Psicoeducación: Explicación teórica de cómo funciona el TOC, datos sobre los beneficios de la terapia cognitivo-conductual e información sobre el protocolo de intervención.
- Construcción de un termómetro de ansiedad: Elaboración de una jerarquía de situaciones que provocan diferentes niveles de ansiedad.
- Terapia cognitiva: Empleando diversas técnicas y estrategias, como autoinstrucciones, externalización del desorden, experimentos conductuales o reestructuración cognitiva.
- Inicio de la exposición: Prevención de respuesta en imaginación y en ambiente de colaboración con ayuda terapéutica.
- Revisión del papel de la familia: Como se ha explicado, la acomodación familiar tiene un rol clave en el mantenimiento del trastorno.
- Prevención de recaídas: Promover la generalización de lo aprendido al ambiente natural, explorar y anticipar las dificultades futuras que puedan surgir, y repasar las estrategias aprendidas para hacerles frente.
- Seguimiento: Sesiones más espaciadas para asegurar que todo lo trabajado se mantiene y se ha consolidado.
- Cierre: Fin de la intervención psicológica con posibilidad de retomar el contacto por una recaída o necesidad específica.
Conclusión
En conclusión, las compulsiones, llevadas a cabo por uno mismo o con la participación de un familiar, alivian la ansiedad de forma inmediata. No obstante, a largo plazo, mantienen las obsesiones al creer que por haberlas realizado no se han producido las consecuencias negativas temidas.
Por tanto, es importante buscar la ayuda de un profesional de la salud mental, y elaborar el plan de intervención oportuno para reducir, e incluso eliminar, las obsesiones, y mejorar así la calidad de vida de la persona, en todos los ámbitos (académico o laboral, familiar y social).
Referencias biliográficas
- Rosa Alcázar, A. I.(2014). El trastorno obsesivo-compulsivo en la infancia. Ediciones Pirámide.
- Rosa Alcázar, A. I., Iniesta-Sepúlveda, M. y Rosa-Alcázar, A. (2012). Eficacia de los tratamientos cognitivo-conductuales en el trastorno obsesivo-compulsivo en niños y adolescentes: una revisión cualitativa. Anales de Psicología/Annals of Psychology, 28(2), 313-326. https://doi.org/10.6018/analesps.28.2.121461
- Lebowitz, E. R., Panza, K. E., Su, J. y Bloch, M. H. (2013). Acomodación familiar en el trastorno obsesivo-compulsivo. RET, Revista de Toxicomanias, 70, 3-14. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5504949
- Vallejo Pareja, M. A. (2001). Tratamientos psicológicos eficaces para el trastorno obsesivo compulsivo. Psicothema, 13(3), 419-427. http://www.psicothema.com/pdf/464.pdf