El trastorno límite de la personalidad (TLP) es un trastorno de la personalidad que se caracteriza por una marcada inestabilidad emocional, patrones de pensamiento extremos y relaciones interpersonales caóticas. La naturaleza compleja y a menudo incomprendida de este trastorno plantea desafíos únicos tanto para la persona que lo padece como para aquellos que la rodean. Pues, cuidar de alguien con TLP no solo implica apoyo y empatía, sino también una comprensión profunda de las dinámicas emocionales y psicológicas que subyacen a sus comportamientos. Veamos algunos enfoques prácticos y fundamentados en la evidencia para proporcionar un cuidado efectivo y compasivo en trastornos de personalidad como el TLP.
La empatía como base del cuidado en el TLP
La empatía es el cimiento sobre el que se construye un cuidado eficaz. A menudo, las personas con TLP experimentan emociones intensas y fluctuantes que pueden parecer desproporcionadas a las circunstancias. Por ello, validar esas emociones, aunque no siempre se comprenda completamente su origen, es esencial para crear un espacio seguro y de apoyo.
Y es que, la validación emocional contribuye a reducir la frecuencia e intensidad de las crisis emocionales. Por lo que, en lugar de minimizar o cuestionar las reacciones emocionales, es beneficioso reconocerlas y mostrar un entendimiento genuino.
La escucha activa en el proceso
Practicar la escucha activa significa no solo oír, sino realmente comprender y responder de manera que la persona se sienta escuchada y valorada. Este enfoque no solo ayuda a desescalar situaciones de alta tensión, sino que también fortalece la relación de cuidado.
Comunicación efectiva
La comunicación clara y sin ambigüedades es esencial al interactuar con alguien que tiene TLP. Al final, el trastorno se caracteriza por una percepción distorsionada de las intenciones de los demás, lo que puede generar conflictos y malentendidos.
De este modo, usar un lenguaje directo y evitar suposiciones ayuda a prevenir interpretaciones erróneas. Para esto, pueden usarse enunciados en primera persona (“Yo siento que…”) para fomentar un diálogo abierto y reducir las reacciones defensivas.
Establecer límites de manera saludable en el TLP
Sumado a lo anterior, establecer límites claros es fundamental, no solo para proteger al cuidador, sino también para proporcionar a la persona con TLP una estructura que le ayude a manejar sus emociones (Linehan, 2015). Con lo que, la forma en que se establecen estos límites debe ser empática pero firme, para evitar que se perciban como rechazo.
Técnicas basadas en la evidencia para apoyar a alguien con TLP
El tratamiento depende del desarrollo y mantenimiento de una alianza terapéutica frente a las relaciones interpersonales deterioradas que complican el compromiso entre profesional y paciente. Aquellos con TLP pueden tener estados emocionales inestables, ser altamente exigentes, actuar y empujar los límites de la relación. Pero también pueden involucrarse buscando relaciones y responder a la calidez y el apoyo.
Los terapeutas pueden ofrecer la seguridad de que el entorno es seguro y solidario, y alentarlos a describir sus síntomas y comunicar los factores estresantes psicosociales. Por eso, se deben tratar de comprender y abordar las preocupaciones y desafíos específicos que enfrenta el paciente con TLP, particularmente cuando no está en angustia o crisis aguda.
Las principales formas de psicoterapia incluyen la terapia conductual dialéctica, la terapia cognitivo conductual (educación y la reestructuración cognitiva), la de esquema y la terapia de aceptación y compromiso. Centrémonos en esta primera especialmente. Aunque todavía no está claro si algunos pacientes pueden beneficiarse más de un enfoque psicoterapéutico que de otros.
A tener en cuenta…
Como inciso, en todo esto, se ha de dar prioridad a los comportamientos potencialmente mortales (por ejemplo, suicidas, automutilados o de alto riesgo, ataques contra otros). Pues en las personas con TLP se han encontrado tasas de suicidio de hasta un 10%, mientras que los intentos de suicidio son aún más frecuentes y se consideran uno de los motivos de consulta urgente más importantes de estos pacientes (Vera-Varela et al., 2019).
Las intervenciones verbales implican una actitud tranquila, comprensión de la crisis desde el punto de vista de la persona, preguntas abiertas empáticas y reflexiones estimulantes sobre soluciones. Teniendo en cuenta que la atención hospitalaria puede ser necesaria en ciertas situaciones como las siguientes:
- Ideación suicida abierta con riesgo inminente de comportamiento de alta letalidad
- Pensamientos negativos intensos, agitación o psicosis transitoria
- Escalada rápida en la gravedad de la autolesión
- Exacerbación de trastornos psiquiátricos comórbidos o trastornos por uso de sustancias
Terapia dialéctica conductual: Un enfoque integrador
La terapia dialéctica conductual, desarrollada por Marsha Linehan, es uno de los tratamientos más efectivos para el TLP. Aunque se requiere la intervención de profesionales para llevar a cabo la terapia, los cuidadores pueden aplicar ciertos principios en su trato diario. Por ejemplo, la práctica de la atención plena y la aceptación radical puede ayudar a los cuidadores a mantenerse presentes y no reaccionar de manera impulsiva a comportamientos difíciles (Linehan, 2015).
Apoyo en estrategias de regulación emocional
Las personas con TLP suelen carecer de estrategias efectivas de regulación emocional. Ayudarlas a practicar estas técnicas como la respiración profunda, visualización y etiquetado emocional puede ser invaluable en momentos de crisis. Enseñar y practicar estas técnicas de forma conjunta fortalece el vínculo y proporciona herramientas para la autogestión de las emociones (Brown y Stevenson, 2023).
Añadido a todo esto, y por su parte, según el Instituto Nacional de Excelencia en Salud y Atención del Reino Unido (National Institute for Health and Care Excellence [NICE], 2009), la farmacoterapia solo debe usarse para tratar la ansiedad comorbida discreta y grave o los síntomas depresivos o las características psicóticas, o para manejar las crisis agudas, y debe administrarse durante el menor tiempo posible.
Mantener el bienestar del cuidador
Cuidar de alguien con TLP puede ser emocionalmente extenuante. La fatiga por compasión es un fenómeno común entre los cuidadores, que se caracteriza por agotamiento emocional y una disminución en la capacidad de empatizar. Para mitigar estos efectos, es esencial que el cuidador se involucre en prácticas de autocuidado, como mantener un equilibrio entre la vida personal y las responsabilidades de cuidado, y buscar apoyo profesional si es necesario.
En esto, los grupos de apoyo para cuidadores, tanto en línea como presenciales, ofrecen un espacio donde compartir experiencias y recibir orientación. Estas redes son una fuente vital de validación y recursos prácticos que ayudan a mantener la resiliencia del cuidador.
Evitar la estigmatización y fomentar un entorno de aceptación
El estigma asociado a un trastorno de la personalidad puede intensificar los sentimientos de aislamiento y rechazo que experimentan quienes lo padecen. Es fundamental que los cuidadores comprendan la importancia de desafiar estas percepciones y fomentar un entorno donde la persona se sienta valorada y aceptada. Bien sabido es, que la estigmatización de los trastornos mentales contribuye a un empeoramiento de los síntomas y menor adherencia al tratamiento.
Y, ojo, la percepción del estigma no proviene solo de la sociedad en general, sino que puede surgir dentro de entornos médicos y profesionales de la salud mental, donde los prejuicios inconscientes pueden llevar a un trato menos compasivo o a diagnósticos más rápidos y estigmatizantes. Algo conocido como estigma clínico, puede hacer que los pacientes sientan que sus experiencias y síntomas se minimizan, lo que refuerza el sentimiento de invalidez emocional.
La educación continua en el TLP
Finalmente, para cuidar de alguien con un trastorno de la personalidad, la educación constante sobre el trastorno es vital. Participar en talleres, leer literatura reciente y mantenerse actualizado con los avances en tratamientos y enfoques de cuidado son pasos esenciales para ofrecer un apoyo informado y eficaz.
Conclusión
El TLP sigue siendo un trastorno de la personalidad desafiante, tanto desde la investigación como desde la perspectiva clínica. De hecho, su manejo puede ser un reto para el clínico, especialmente en el servicio de urgencias hospitalarias, donde se hacen necesarias decisiones rápidas que deben ser además las más beneficiosas y en conjunto con el paciente, favoreciendo su autonomía y participación en la resolución de la crisis.
Cuidar a alguien con TLP también es un viaje lleno aprendizajes. Requiere un equilibrio entre la empatía, la firmeza y autocuidado. Al aplicar principios de validación, comunicación clara, y apoyo en estrategias basadas en la evidencia, es posible crear un entorno que promueva la estabilidad y el bienestar tanto del cuidador como de la persona que lo padece. La clave está en recordar que, aunque el camino puede ser arduo, cada gesto de comprensión y cada momento de paciencia marcan una diferencia significativa.
Referencias bibliográficas
- American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5th ed.). Arlington, VA: American Psychiatric Publishing.
- Gunderson, J. G. y Hoffman, P. D. (2005). Understanding and treating borderline personality disorder: A guide for professionals and families. Arlington, VA: American Psychiatric Publishing.
- Linehan, M. M. (2015). DBT skills training manual (2nd ed.). New York, NY: Guilford Press.
- National Institute for Health and Care Excellence. (2009). Borderline personality disorder: Recognition and management – Clinical guideline. London: National Institute for Health and Care Excellence.
- National Institute of Mental Health. (2017). Borderline personality disorder. Recuperado de https://www.nimh.nih.gov/health/topics/borderline-personality-disorder
- National Education Alliance for Borderline Personality Disorder. (2020). Family connections program. Recuperado de https://www.borderlinepersonalitydisorder.org/family-connections/
- Vera-Varela, C., Giner, L., Baca-García, E. y Barrigón, M. L. (2019). Trastorno límite de personalidad: El reto del manejo de las crisis. Psiquiatría Biológica, 26(1), 1-6. https://doi.org/10.1016/j.psiq.2019.02.003