El proceso de transición de menores trans es complejo e involucra cambios significativos en diversos aspectos de sus vidas y de sus familias. En este contexto, es crucial comprender cómo dichas transiciones impactan en el bienestar emocional, las relaciones sociales y el desarrollo personal de los menores. Pero hay que contar con que esta transición afecta simultáneamente tanto al individuo como al sistema familiar. De hecho, los padres de los niños en tales circunstancias que buscan servicios de evaluación y terapéuticas va en aumento. Con lo que… ¿Cuáles son las experiencias de la familia cuyo hijo ha iniciado su proceso de transición? Centrémonos esta vez en la paternidad trans, en los cambios positivos observados en el humor, las relaciones familiares y sociales, así como los desafíos y estrategias de afrontamiento enfrentados por las familias.
La paternidad trans: Un proceso diferente para cada familia
Independientemente de todas las variadas emociones que comparten los padres, el tema general es que “su hijo sigue siendo su hijo” o “solo lo miro como mi hijo y no pienso en el género”, “solo quieres que tus hijos sean tus hijos, ya no son transgénero, ella es quien es”, “son tus hijos” o “tengo que subirme a este tren o el tren se irá sin mí”.
Cada familia lucha contra sus propias emociones a la vez que tratan, en la medida de sus posibilidades y herramientas, de apoyar a sus hijos. Así, al igual que hay familias que se gestionan de una forma más fluida desde el principio, para otros se torna más complicado el adaptarse.
De este modo, pueden aparecer emociones que se dirigen más a la culpa por no reconocer las señales antes y el duelo, la inseguridad sobre cómo actuar o qué decir, la conmoción, frustración, confusión o aturdimiento, en ocasiones (Wagner y Armstrong, 2020).
Por supuesto, la forma de gestión en la paternidad trans se ve afectada por las creencias de los padres sobre el cambio de género, los antecedentes y valores, así como por las características de su hijo. Y, por si fuera poco, sumado a ello la búsqueda de un equilibrio que engloba promover la protección de los niños contra el estigma y apoyar su auténtica expresión de género (Gray et al., 2016).
Impresiones encontradas
En el humor
“Tímido, no se relacionaba con nadie… Después del tránsito el cambio ha sido radical: cantando y bailando todo el día” (madre).
El proceso de transición social entre los menores ha demostrado ser una etapa crucial, marcada por cambios significativos y positivos en su bienestar emocional y relaciones sociales. Una de las categorías más notables es el cambio positivo en el humor desde que comenzaron su transición. Al utilizar el nombre y el pronombre elegido como parte del proceso, las familias observaron una mejora en la salud mental, felicidad y sentimiento de seguridad de los menores.
Estos cambios se reflejan en una reducción de la ansiedad, tristeza y apatía, así como en una mayor disposición para enfrentar situaciones que antes les generaban temor. Además, muestran mayor deseo de interactuar socialmente y participar en actividades que disfrutan. Reportándose, del mismo modo, un aumento en la autoestima y seguridad en sí mismos.
En las relaciones familiares y sociales
“Desde que puede tener aspecto masculino, mi hijo está mucho más contento y se siente más integrado en su equipo de fútbol” (madre).
Otro aspecto destacable es el impacto positivo en las relaciones familiares y sociales. Aquellas que adoptaron una política de dejar que los menores lideraran el proceso de transición, fortaleciendo los lazos familiares y permitido una mayor aceptación y comprensión entre todos los miembros de la familia. Así, el bienestar de las relaciones en términos de integración familiar es un indicador de una transición exitosa y de un sistema familiar saludable.
Además, los menores con esto se muestran más abiertos y comprometidos en sus relaciones sociales. Lo que lleva a una mayor integración y participación en actividades sociales y deportivas.
Afrontamiento de los cambios: flexibilidad de la familia y persistencia
“Con tres años solo me decía lo buenas que eran las cualidades de los chicos… Tiempo después ya dejó de ponerse vestidos. […] Una frase que dijo me dejó claro lo que estaba ocurriendo: ‘en esta maldita vida cuándo voy a ser un niño’ ” (madre).
Aunque el proceso de transición no estuvo exento de desafíos, hay familias que muestran una notable resiliencia al enfrentar el miedo al estigma, la incertidumbre sobre el futuro y la falta de apoyo de algunos profesionales de la salud. La búsqueda de información de calidad y el establecimiento de redes de apoyo son clave para superar estos obstáculos y empoderar en el proceso.
“El género es una de las cosas menos importantes de mis hijos. La felicidad, las relaciones, el crecimiento intelectual y el género están prácticamente al final de la lista, pero son importantes para el niño y es su decisión. Mi esposa sintió más pérdida que yo, amo a mis dos hijos, cualquiera que sea su nombre” (padre).
Los miedos están servidos en la transición
Con todo lo dicho de la paternidad trans en el proceso de transición, generalmente las familias afirman haber sentido miedo en el momento del descubrimiento de la transexualidad de sus hijos: miedo a equivocarse, miedo al estigma y miedo al futuro. E incluso, esto persistía a pesar del alivio de que los niños fueran más felices. Veámoslo un poco más:
- El miedo a equivocarse se identifica con el miedo a cometer un error en la toma de decisiones sobre otra persona, con efectos en el desarrollo y el bienestar de los hijos. “Me sentía culpable: […] ¿Nos estaremos equivocando? ¿No será mejor esperar? ¿Nos estaremos adelantando? Hoy por hoy me siento cobarde por tener miedo” (tía).
- El miedo al estigma hace coincidir a todas familias en la necesidad de retirar el diagnóstico de disforia de género que patologiza y estigmatiza al menor. “Tengo miedo a la patologización. […] El pediatra al que acudí quiso indagar sobre si tenía un entorno familiar inestable” (madre).
- El miedo al futuro se encuentra en gran parte de la paternidad trans, en mayor o menor medida. En esto, se tienen que tener en cuenta la preocupación de los progenitores por las consecuencias a largo plazo de la transición de género (p. ej., el efecto de la terapia de reemplazo hormonal, las histerectomías, la cirugía superior, el almacenamiento de esperma, la privacidad, maternidad, etc.) “El acompañamiento de la familia es súper importante. […] No estamos preparados para ello. […] Necesito pensar que existe un futuro esperanzador” (tía) (de Castro et al., 2023).
Conclusión
Apoyar a las familias siempre será algo primordial, con lo que la paternidad trans ha de ser apoyada y valorada (teniendo en cuenta que los padres son mediadores críticos de las experiencias de los niños). Y es que, desde que alguien cría a una hija hasta un momento determinado en que cría a un hijo (o viceversa), se crean nuevos significados y percepciones de esa relación.
Para lo anterior, en ocasiones, puede que sean necesarios varios años para apreciar y aceptar plenamente esta nueva relación y dejar atrás la anterior. Al fin y al cabo, a medida que un padre resuelve los problemas del cambio de género del niño y procesa cómo se forman nuevas relaciones, se produce un proceso adicional de pérdida y duelo. Pero no hay que olvidar que dicho proceso puede gestionarse mejor si los miembros se sienten conectados, interactuando y desarrollan confianza y afrontamiento.
Referencias bibliográficas
- de Castro Peraza, M. E., Lorenzo Rocha, N. D., García Acosta, J. M., Díez Fernández, O., Rodríguez Novo, N., Pérez Ramos, A., Perdomo Hernández, A. M. y Castro Molina, J. (2023). Beneficios de la transición social temprana en menores transgénero. Perspectivas de familias: estudio cualitativo [Benefits of early social transition in transgender minors. Family perspectives: qualitative study.]. Revista espanola de salud publica, 97, e202301007.
- Dierckx, M., Motmans, J., Mortelmans, D. y T’sjoen, G. (2016). Families in transition: A literature review. International review of psychiatry (Abingdon, England), 28(1), 36-43. https://doi.org/10.3109/09540261.2015.1102716
- Gray, S. A., Sweeney, K. K., Randazzo, R. y Levitt, H. M. (2016). “Am I Doing the Right Thing?”: Pathways to Parenting a Gender Variant Child. Family process, 55(1), 123-138. https://doi.org/10.1111/famp.12128
- Wagner, L. D. y Armstrong, E. (2020). Families in Transition: The Lived Experience of Parenting a Transgender Child. Journal of family nursing, 26(4), 337-345. https://doi.org/10.1177/1074840720945340