Actualmente, los tratamientos psicológicos y biológicos son mejorados gracias a las técnicas de neuroimagen. Procedimientos que reflejan los mecanismos neuropsicológicos de la psicopatología implicados. Y que, en base a esto, se utilizan para uno de los cuadros más prevalentes en la sociedad, los trastornos de ansiedad. Uno de ellos son las fobias, que suponen una respuesta excesiva o irracional de ansiedad alta y persistente ante la presencia o anticipación de un objeto o situación amenazante. Así, tanto en la agorafobia, fobia social y fobias específicas, el fin se centra en poder eliminar el aprendizaje patológico que las caracteriza. Entre estas últimas, nos pueden resultar conocidas el miedo a las arañas (aracnofobia), serpientes (ofidiofobia) o cucarachas (katsaridafobia), por ejemplo. Veamos, concretamente, cómo actúa el cerebro en la fobia a las cucarachas o katsaridafobia.

Katsaridafobia: Fobia a las cucarachas

El miedo constituye una emoción primaria que nos permite hacer frente a una amenaza real o potencial. Un componente biológico primigenio que, aunque genera un estado emocional aversivo, supone una respuesta adaptativa del organismo para actuar ante el peligro.

A pesar de ello, puede adquirir un carácter desadaptativo cuando se vuelve un temor angustiante que influye en la actividad cotidiana por el malestar que produce. Apareciendo, así, una fobia. Dentro de las fobias específicas, se encuentran las fobias a los animales pequeños. Donde los más reportados han sido las aves, ranas, arañas y abejas.

Fobia a las cucarachas: Impacto en el cerebro

¿Algo evolutivo?

Desde una perspectiva evolutiva, tales reacciones son entendibles. Pues en un pasado, estos últimos, supusieron un riesgo para la supervivencia. Sin embargo ¿Por qué se califican las imágenes de cucarachas como más desagradables que aquellas de arañas, serpientes y mariposas? (Grimaldos et al., 2022).

Aunque las cucarachas, por ejemplo, no están relacionadas con la amenaza de un depredador, lo están con la amenaza de una enfermedad dañina. Provocando disgusto, aversión o miedo (Rosa et al., 2020).

¿Cómo pueden reaccionar las personas con fobia a las cucarachas?

Las personas con katsaridafobia experimentan un malestar interno reflejado en latidos cardíacos altos, opresión arterial e incluso desmayos o ataques de pánico. Según el Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fifth Edition, DSM-5, en inglés), en este caso, las cucarachas casi siempre provocarían miedo intenso e irracional o ansiedad inmediata, siendo evitadas de manera activa. O, en su defecto, soportándose con un nivel de miedo o ansiedad desproporcionados respecto al peligro real. Dando pie a la manifestación, muchas veces, de respuestas defensivas. Es importante que dichas respuestas ocasionen un malestar clínicamente importante o deterioro social en la vida de la persona para ser considerada una fobia específica.

Cerebro y fobia

Las áreas asociadas con las fobias específicas suelen ser las estructuras límbicas y paralímbicas (ínsula, amígdala, tálamo). Junto con la activación del giro cingulado, corteza prefrontal medial y orbitofrontal. Pues son zonas cerebrales que se activan durante imágenes relevantes de fobia en comparación con imágenes neutrales. Ahora, existe una amplia variabilidad de la metodología en los estudios sobre la base neural de las fobias y una participación diferenciada de las áreas frontales (Peñate et al., 2017).

katsaridafobia

Dos rutas cerebrales

Cuando se procesan estímulos emocionales (y, por ende, fóbicos), la información relacionada sigue una doble ruta hacia la amígdala. Ambos caminos están activos funcionalmente y, por supuesto, acompañados de sus componentes conductuales, cognitivos, fisiológicos y endocrinos.

En primer lugar, existe una ruta corta y no consciente que implica un vínculo directo entre el tálamo y esta. Proveyendo de una respuesta urgente ante una amenaza. En segundo lugar, una ruta larga y consciente que involucra la corteza tálamo-sensorial y de asociación-corteza entorrinal-hipocampo-subículo-amígdala. 

¿Qué ocurre en el cerebro en la fobia a las cucarachas?

Por un lado, se reporta una activación diferencial bilateral del tálamo, mayor en el lado izquierdo, y de la amígdala (ruta corta). Región clave en la detección de estímulos emocionalmente relevantes y modulación de la información almacenada en la memoria. Por otro, en la ruta larga, una activación diferencial de las circunvoluciones occipitales superior e inferior. Ambas zonas muy sensibles a la información visual emocional. 

La intensa activación del hipocampo (bilateralmente) indica un cierto nivel de amenaza percibida. Un área de la memoria asociada a la codificación y reconocimiento de estímulos ambientales.

Así mismo, la porción pulvinar está asociada con la integración de la estimulación sensorial y la atención. Y, junto con la amígdala, la corteza cingulada anterior participa en el procesamiento del miedo, modulación de la respuesta y adaptación a los cambios. Además, en quienes presentan la fobia, el giro cingulado anterior se activa en el lado izquierdo, mientras que el posterior, bilateralmente.(Rivero et al., 2017).

Actividad cerebral del grupo fóbico (PhG) frente al grupo de control no fóbico (CG).
Aunque ambos grupos produjeron una actividad emocional respondiendo a estímulos fóbicos, el primero alcanzó una mayor activación cerebral. Sobre todo, bilateralmente.
Imagen obtenida de Rivero et al. (2017)

Tecnología: Un tratamiento prometedor para la katsaridafobia

Por ello, las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), como la realidad virtual o realidad aumentada, son nuevos instrumentos que han empezado a utilizarse por su eficacia en el tratamiento de las fobias, en particular para la katsaridafobia. Y es que, si bien uno de los tratamientos cruciales para ayudar a superar las fobias son las terapias de exposición, ya sea en imaginación o en vivo, puede haber mayor predisposición a interactuar con estímulos fóbicos virtuales que con aquellos reales. Pues, en estos primeros, el grado de disgusto es menor (Bretón-López et al., 2010).

Conclusión

Dentro de la fobia a los animales pequeños se encuentran diferentes mecanismos cognitivos y conductuales implicados. La katsaridafobia se trata, principalmente, con terapia cognitivo conductual. Reforzada con TIC, más eficaz cuanto mayor sea la similitud con la realidad. Si bien, en las fobias destaca la respuesta de zonas cerebrales bien documentadas, se ha observado que algunas áreas son necesarias para su respuesta, pero no suficientes. Además de las diferencias que, al parecer, predominan según unos tipos u otros.

En definitiva, la fobia a las cucarachas es cada vez más investigada por algunas de sus distinciones con respecto a otras. Un mayor estudio y enfoque multimétodo en lo cerebral y los procesos neurológicos ayudarán a la intervención en esta. Si te interesa aprender más acerca de la evaluación y el diagnóstico de las fobias, así como también de su tratamiento con terapia cognitivo conductual, te invitamos a nuestro curso sobre fobias específicas.

Referencias bibliográficas

  • American Psychiatric Association. (2013)Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5th ed.). https://doi.org/10.1176/appi.books.9780890425596
  • Bretón-López, J., Quero, S., Botella, C., García-Palacios, A., Baños, R. M. y Alcañiz, M. (2010). An Augmented Reality System Validation for the Treatment of Cockroach Phobia. Cyberpsychology, Behavior, and Social Networking13(6), 705-710. https://doi.org/10.1089/cyber.2009.0170
  • Grimaldos, J., Duque, A., Palau-Batet, M., Pastor, M. C., Bretón-López, J. y Quero, S. (2021). Cockroaches are scarier than snakes and spiders: Validation of an affective standardized set of animal images (ASSAI). Behavior research methods53(6), 2338–2350. https://doi.org/10.3758/s13428-021-01577-7
  • Peñate, W., Fumero, A., Viña, C., Herrero, M., Marrero, R. J. y Rivero, F. (2017). A meta-analytic review of neuroimaging studies of specific phobia to small animals. The European Journal of Psychiatry31(1), 23-36. https://doi.org/10.1016/j.ejpsy.2016.12.003
  • Rivero, F., Herrero, M., Viña, C., Álvarez-Pérez, Y. y Peñate, W. (2017). Neuroimaging in cockroach phobia: An experimental study. International journal of clinical and health psychology: IJCHP17(3), 207-215. https://doi.org/10.1016/j.ijchp.2017.06.002
  • Rosa, P. J., Luz, F., Júnior, R., Oliveira, J., Morais, D. y Gamito, P. (2020). Adaptive Non-Immersive VR Environment for Eliciting Fear of Cockroaches: A Physiology-Driven Approach Combined with 3D-TV Exposure. International journal of psychological research13(2), 99-108. https://doi.org/10.21500/20112084.4670