Durante décadas, la psicología ha tratado de explicar por qué elegimos ciertas acciones frente a otras, por qué persistimos o nos rendimos, y cómo el contexto reorganiza la arquitectura de nuestras elecciones. Lejos de ser simples respuestas a estímulos, nuestras conductas son ecos de jerarquías internas, de deseos en pugna y experiencias emocionales que, a menudo, nos exceden. En este marco, resulta particularmente fecundo vincular dos tradiciones que rara vez se entrelazan de forma explícita. Por un lado, el enfoque conductual del Principio de Premack, que plantea una lógica relacional del refuerzo. Por otro, la investigación emergente sobre el awe (asombro), una emoción de registro profundo que parece interrumpir (y a la vez expandir) nuestras respuestas habituales.

¿Qué es esto del Principio de Premack?

Marina, adolescente con síntomas de desmotivación asociados a un trastorno depresivo leve, evita sistemáticamente realizar las tareas escolares. En sesión, se identifica que tras terminar sus deberes suele ver vídeos de divulgación científica en YouTube, actividad que realiza espontáneamente y con entusiasmo. Aplicando el Principio de Premack, se reestructura su rutina, solo accederá a su contenido favorito después de completar una cantidad determinada de tareas académicas.

Principio de Premack

A diferencia del castigo o el refuerzo externo, aquí el tratamiento no impone, reorganiza la secuencia natural de la conducta según su frecuencia basal. A las pocas semanas, Marina empieza a experimentar una mejora sutil no solo en la productividad, sino en su percepción de control y agencia sobre su propio comportamiento.

Así pues, el Principio de Premack insiste en la relacionalidad de los refuerzos, según el cual cualquier conducta A puede reforzar una conducta B siempre que la tasa libre de ejecución de A supere la de B. Esta visión desafía enfoques univariantes que asumen propiedades intrínsecas de los reforzadores y promueve una lectura dinámica de los deseos y motivaciones humanas. La influencia del contexto (de la jerarquía conductual) se convierte así en arquitectónica del comportamiento.

De la teoría de Premack a la práctica clínica

Herrod et al. (2023) revisan su implementación en ámbitos educativos y terapéuticos con un enfoque crítico. Y es que, pese a su solidez conceptual, se detecta una poca evidencia empírica en aplicaciones rigurosas. Surge, en consecuencia, una invitación a la rigorosa evaluación cuantitativa: ¿bajo qué condiciones operacionales —deprivación, establecimiento de secuencias temporales o empoderamiento sensorial— se optimiza el efecto reforzante.

Awe (asombro)

Carlos, de 46 años con síntomas persistentes de ansiedad existencial tras un diagnóstico oncológico leve, describe sentirse atrapado en pensamientos recurrentes sobre el sentido de su vida. En terapia, se introduce una intervención breve basada en awe experiencial, una caminata guiada por un entorno natural con ejercicios de atención plena centrados en lo majestuoso del paisaje.

awe

Tras la experiencia, Carlos refiere un “silencio mental” inusual y una sensación de disolución del ego que reorganiza. Aunque momentáneamente, la narrativa ansiosa que lo oprimía. El evento se convierte en un anclaje emocional que el paciente evoca en momentos de angustia como recordatorio de su pertenencia a algo mayor. Restaurando un tipo de humildad emocional difícilmente accesible desde la lógica verbal.

Transversal al Principio de Premack, el asombro emerge como emoción clave por su poder para reconfigurar percepciones, expandir la significación subjetiva, y catalizar cambios en la jerarquía emocional.

Neurofisiología y trascendencia

En cuanto a esto, autores como Monroy y Keltner (2023) sintetizan un modelo en que el asombro opera simultáneamente sobre cinco procesos: cambios neurofisiológicos, disolución del ego, relacionalidad prosocial, sentido de pertenencia y mayor significado existencial. Estos ejes permiten comprender cómo experimentos de Premack pueden subsumir no solo reforzadores tangibles, también experiencias elevadas intrínsecamente motivadoras.

Equanimidad emocional a través del asombro

Ahora, también se ha propuesto que el asombro fomenta un estado de ecuanimidad, reduciendo la reactividad emocional mediante una cierta distancia temporal. Estudios que varían desde reportes introspectivos hasta análisis de grandes bases de datos y un ensayo de cinco días, demuestran que el shift temporal (contemplación de la propia vida desde un lugar meta‑personal) disminuye la reactividad salvaguardando el equilibrio emocional (Pan et al., 2024).

¿Interacción entre Premack y awe?

Más que sumar motivación, la convergencia entre asombro y refuerzo reformula el modo en que algunas conductas adquieren valor y dirección en la experiencia humana.

Reforzadores relacionales emocionales

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Si definimos conductas como visitar paisajes majestuosos o escuchar música sublime como respuestas de alta frecuencia premackiana, estos actos se convierten en reforzadores naturales de conductas consideradas menos gratificantes. Como ejercicios terapéuticos introspectivos o tareas cotidianas rutinarias. El asombro, entonces, se convierte en agente catalizador que agrega sentido y frecuencia a dichos reforzadores intrínsecos.

Buffering emocional

Sun et al. demuestran que el asombro atenúa las emociones negativas generadas por amenazas al ego activando el mecanismo del yo‑pequeño, sensación transitoria de ser parte de algo mucho mayor que uno mismo (small-self, en inglés), desplazando así la auto‑amenaza. Con lo que, este biorrefuerzo —intrínseco y saludable— podría integrarse estratégicamente en programas educativos o terapéuticos basados en el Principio de Premack, ampliando la eficacia conductual con beneficios psicológicos profundos.

Awe en contextos saludables y adversos

Tal y como hemos mencionado, el asombro no solo enriquece la experiencia vital, sino que parece desempeñar un papel modulador en situaciones límite. Suavizando, así, el impacto emocional y facilitando nuevas formas de procesar la realidad.

Crisis pandémicas: Una función protectora

En esta línea, Xiaohan Wang et al. (2025) en un estudio longitudinal reciente durante la loosening de restricciones COVID‑19, evidencian que la awe disposicional predice un aumento en interpretaciones cognitivas positivas y disminución de síntomas psicosomáticos. Con lo que podría inferirse que el asombro actúa como respuesta psicológica resiliente, dotando a la mente de flexibilidad cognitiva ante el estrés.

Enfermedades crónicas y espiritualidad

Principio de Premack

Asimismo, otro estudio sobre adultos con enfermedades crónicas halló que los niveles de awe/gratitud explican entre el 14 % y 41 % de la varianza en síntomas depresivos y ansiedad. Esto conecta claramente el asombro con un bienestar psicológico sostenible, añadiendo substrato empírico a la propuesta de Monroy y Keltner (Fradelos et al., 2023).

Puente entre emoción y conducta

Cuando el asombro se introduce de forma deliberada en el diseño de experiencias humanas, no opera como un simple estímulo estético, sino como un refuerzo emocional de alto impacto. Su integración (a través de la naturaleza, el arte, la música o tecnologías inmersivas como la realidad virtual) debe adaptarse cuidadosamente a la jerarquía conductual de cada individuo. El objetivo no es sustituir estrategias terapéuticas, es elevar su potencia reforzante mediante respuestas A emocionalmente significativas que hagan más accesibles aquellas conductas que, por sí solas, resultarían neutras o costosas.

Por supuesto, dicho enfoque trasciende la consulta individual. En contextos organizativos, como los explorados por la NASA, se ha estudiado cómo las narrativas de asombro fortalecen el propósito y la resiliencia en equipos sometidos a alta exigencia. Deja una posibilidad sugerente, aplicar el asombro como micro-intervención emocional en instituciones educativas, sanitarias o comunitarias, generando momentos compartidos de sentido que reconfiguran vínculos y climas afectivos colectivos.

Premack y awe en prácticas educativas y psicoterapéuticas

Tanto en el aula como en la consulta, el Principio de Premack y el asombro pueden articularse como estrategias complementarias para facilitar el aprendizaje y el cambio. En el contexto educativo, Premack cobra fuerza al integrar actividades inspiradoras dentro de la rutina académica. Y es la contemplación de un fragmento poético. Pues una breve revisión de arte o naturaleza puede funcionar como recompensa natural para tareas áridas o de escaso valor percibido.

Por su parte, el awe, aplicado en la psicoeducación y la intervención clínica, amplifica la dimensión emocional de la experiencia terapéutica. Relatos simbólicos, metáforas o ejercicios de mindfulness que evocan el yo‑pequeño, el distanciamiento temporal o una vivencia de trascendencia refuerzan no solo la implicación del paciente, también la consolidación afectiva de los aprendizajes. Así, emoción y conducta no se excluyen, sino que se entretejen para favorecer una transformación más profunda y sostenida.

Conclusión

El recorrido realizado no se limita a una superposición de conceptos, sino a la gestación de un horizonte integrador, una psicología capaz de articular lo medible con lo significativo. La alianza entre el Principio de Premack y la experiencia de awe abre la puerta a intervenciones más resonantes, emocionalmente densas y ajustadas al tejido subjetivo del individuo.

Sin embargo, esta promesa exige pasar del testimonio puntual al trazado experimental sostenido. La ciencia psicológica está llamada a traducir intuiciones en protocolos replicables, y experiencias de asombro en diseños metodológicos con potencia clínica. La incorporación de técnicas de neuroimagen, así como la inclusión de mediciones longitudinales, puede dotar a esta línea emergente de la legitimidad empírica que merece.

Referencias bibliográficas

  • Fradelos, E. C., Saridi, M., Bakalis, V., Toska, A., Vus, V., Büssing, A. y Souliotis, K. (2023). Mental health, quality of life, spiritual dryness and acedia symptoms in patients suffering from chronic diseases. Wiadomosci lekarskie (Warsaw, Poland: 1960)76(6), 1332-1341. https://doi.org/10.36740/WLek202306102
  • Herrod, J. L., Snyder, S. K., Hart, J. B., Frantz, S. J. y Ayres, K. M. (2023). Applications of the Premack Principle: A Review of the Literature. Behavior modification47(1), 219-246. https://doi.org/10.1177/01454455221085249
  • Monroy, M. y Keltner, D. (2023). Awe as a Pathway to Mental and Physical Health. Perspectives on psychological science : a journal of the Association for Psychological Science18(2), 309-320. https://doi.org/10.1177/17456916221094856
  • Pan, X., Jiang, T., Yuan, W., Hao, C., Bai, Y. y Keltner, D. (2024). A balanced mind: Awe fosters equanimity via temporal distancing. Journal of personality and social psychology127(6), 1127-1145. https://doi.org/10.1037/pspa0000410
  • Sun, Z., Hou, Y., Song, L., Wang, K. y Yuan, M. (2023). The Buffering Effect of Awe on Negative Emotions in Self-Threatening Situations. Behavioral sciences (Basel, Switzerland)13(1), 44. https://doi.org/10.3390/bs13010044
  • Wang, X., Luo, L. y Yuan, J. (2025). Dispositional Awe Predicts Mental Health Through Interpretation Bias During COVID-19 Transmission: A Longitudinal Study. PsyCh journal14(3), 395-406. https://doi.org/10.1002/pchj.70008