Los sentimientos anticipatorios juegan un papel fundamental en nuestra preparación para eventos futuros, ya que involucran procesos neurológicos y psicológicos complejos. Un estudio reciente publicado en la revista Neuroscience and Biobehavioral Review analizó cómo la predicción de eventos positivos y negativos en el futuro afecta la activación cerebral en áreas específicas, y cómo esto puede influir en nuestro comportamiento y estado emocional. A continuación, se explorará la relación entre los sentimientos anticipatorios, la actividad cerebral y su impacto en la salud mental.

Comprendiendo los sentimientos anticipatorios

Desde la neurociencia, los sentimientos anticipatorios se refieren a las respuestas que incluyen aspectos emocionales, físicos y subjetivos que ocurren en un organismo mientras este se prepara para situaciones próximas. Los mismos están influenciados por factores intrapersonales y disposicionales (como el optimismo, la esperanza, el pesimismo o la preocupación) así como también por alteraciones en presencia de de patologías mentales. De esta manera, estos estados afectivos pueden representar desde la alegría ante la anticipación de un evento deseado, hasta la ansiedad por la posibilidad de una situación temida.

Predicción de futuro

Dichos sentimientos ayudan a la predicción y preparación para eventos futuros, siguiendo ciertas leyes y reglas naturales. En este sentido, las teorías actuales sugieren que el cerebro actualiza constantemente su conocimiento basado en la nueva información que recibe, funcionando como una especie de máquina de predicciones.

Anticipación y toma de decisiones

La anticipación y las expectativas permiten a las personas ajustar su comportamiento para alcanzar sus metas. Así, este proceso afecta el cómo vivimos y reaccionamos ante diferentes sucesos. Los cambios en el cuerpo que acompañan estos estados sentimentales y ayudan a planificar y establecer objetivos, afectando nuestra toma de decisiones.

Explorando el cerebro anticipatorio

El estudio presentado investigó la relación entre los sentimientos anticipatorios y la actividad del cerebro mediante el uso de imágenes de resonancia magnética funcional (Functional Magnetic Resonance Imaging, fMRI, en inglés). Participaron adultos jóvenes, quienes fueron expuestos a diferentes escenarios que evocaban anticipación positiva y negativa. Se midió la activación cerebral durante estos escenarios para identificar las regiones involucradas en la generación de esta respuesta anticipatoria.

El método empleado incluyó la presentación de estímulos visuales y auditivos mientras los participantes permanecían en el escáner fMRI. De esta forma, se les solicitó que evaluaran sus expectativas y estados emocionales en respuesta a cada estímulo. Posteriormente, los datos se analizaron para determinar qué áreas del cerebro respondían a las diferentes formas de sentimientos anticipatorios.

Resultados: Sentimientos anticipatorios en el cerebro

La evaluación reveló que el optimismo y la esperanza están relacionados con la actividad de la corteza prefrontal ventromedial. Esta área del cerebro es conocida por encargarse del procesamiento auto-referencial, que implica cómo uno se percibe a sí mismo y sus experiencias personales. Además, dicha actividad también se observa en el giro frontal inferior y en las regiones prefrontales dorsomediales. Las mismas están vinculadas a la capacidad de planificar, tomar decisiones y regular comportamientos en función de metas y normas sociales.

Sentimientos anticipatorios

A su vez, durante la anticipación de eventos positivos, como la espera de un evento placentero, se observó una activación significativa en el núcleo accumbens. Dicha región está estrechamente relacionada con el sistema de recompensa del cerebro. Esto explica por qué la predicción de un suceso positivo en el futuro puede generar sensación de placer y motivación.

¿Y la anticipación negativa?

En contraste, una perspectiva pesimista de los acontecimientos próximos se asocia con el funcionamiento de otras áreas del cerebro. Entre ellas, se encuentran la amígdala, el tálamo medial, la ínsula posterior y el giro frontal inferior derecho.

La amígdala, conocida por su papel en la gestión del miedo y la ansiedad, presentó una mayor actividad al anticipar situaciones amenazantes o desagradables. Asimismo, la activación del tálamo medial sugiere una conexión con el procesamiento de información sensorial y emocional. A su vez, la ínsula posterior está relacionada con la percepción de los estados corporales, lo que puede influir en cómo se experimentan las emociones. Finalmente, el giro frontal inferior derecho se asocia con procesos de control de impulsos, influyendo en la regulación de pensamientos y estados afectivos negativos.

Sentimientos anticipatorios y patologías mentales

A la vez, los investigadores determinaron cómo las alteraciones en los sentimientos anticipatorios pueden funcionar como un factor de riesgo potencial para varias patologías mentales. Específicamente, la anticipación alterada de recompensas, así como la anticipación alterada de eventos negativos o amenazas, se ha relacionado con psicopatologías como el comportamiento adictivo, la depresión y la ansiedad. A nivel neuronal, el estriado ventral, la amígdala, la corteza cingulada y las áreas prefrontales presentan una participación crucial en estas alteraciones, subrayando la importancia de una profundización en la investigación de estas regiones en lo que refiere a la salud mental.

Predicción del futuro: Limitaciones

Sentimientos y cerebro

El estudio sobre el cerebro y la predicción del futuro presenta varias limitaciones que deben considerarse. En primer lugar, la muestra estaba compuesta únicamente por adultos jóvenes, lo que limita la generalización de los hallazgos a otras edades y grupos demográficos.

Además, el uso de fMRI implica que los participantes se encontraban en un entorno controlado, lo que puede no reflejar completamente las experiencias de anticipación en la vida real. Finalmente, la naturaleza correlacional del estudio impide establecer relaciones causales definitivas entre la actividad cerebral y los sentimientos anticipatorios.

Sentimientos y cerebro: Nuevos caminos por explorar

A partir de esta revisión, podemos concluir que los sentimientos anticipatorios son una parte integral de la experiencia humana y están profundamente arraigados en la neurobiología del cerebro. Así, la investigación en este campo ha demostrado que diferentes áreas cerebrales se activan en respuesta a la anticipación de eventos positivos y negativos, y que estos procesos están relacionadas con las emociones y comportamientos asociados.

Sin embargo, pese a todos los avances en la comprensión de estos procesos, siguen existiendo algunas interrogantes interesantes al respecto. Por ejemplo, ¿cómo influyen las diferencias en la forma en que las personas experimentan la anticipación en su capacidad para manejar el estrés y las expectativas diarias? Investigar a fondo esta variabilidad podría ofrecer nuevas estrategias para abordar el estrés y la ansiedad frente a eventos futuros y la planificación personal. Finalmente, si te interesa aprender más sobre el abordaje de esta temática, te invitamos a nuestro curso en terapia de activación conductual para los trastornos de ansiedad.

Referencia bibliográfica

  • Stefanova, E., Dubljević, O., Herbert, C., Fairfield, B., Schroeter, M. L., Stern, E. R., Urben, S., Derntl, B., Wiebking, C., Brown, C., Drach-Zahavy, A., Kathrin Loeffler, L. A., Albrecht, F., Palumbo, R., Boutros, S. W., Raber, J. y Lowe, L. (2020). Anticipatory feelings: Neural correlates and linguistic markers. Neuroscience and Biobehavioral Reviews, 113, 308-324. Doi: 10.1016/j.neubiorev.2020.02.015