Las funciones ejecutivas son procesos cognitivos fundamentales para poder involucrarse y aprender en la escuela. Si bien cada persona puede presentar diferentes capacidades con respecto a dichas funciones, existen herramientas mediante las cuales se pueden ver potenciadas. Un ejemplo de ello es el ejercicio, razón más que suficiente por la cual investigar cómo la actividad física en el aula puede beneficiar la atención y concentración en niños y adolescentes genera un interés cada vez mayor. En esta nota, profundizaremos en la relación existente entre el ejercicio, funciones ejecutivas y el aula.

Sedentarismo y niñez

El comportamiento sedentario se refiere a actividades que implican un gasto mínimo de energía, como dormir, estar acostado o sentado. Además, se relaciona, frecuentemente, con el uso excesivo de pantallas, como videojuegos o televisión. Como consecuencia de la alta presencia de este tipo de actividades, se puede observar un mayor riesgo cardiometabólico, baja autoestima y menor rendimiento cognitivo tanto en adolescentes como en niños. Sin embargo, los estudios que han examinado el sedentarismo hasta el momento, generalmente, han pasado por alto los períodos prolongados de tiempo que estos jóvenes pasan sentados en la escuela.

El formato de la escuela no ayuda…

ejercicio atención concentración

En este sentido, datos recientes muestran que niños y adolescentes de 4 a 20 años están 10 horas sentados cada jornada escolar, lo que representa el 71% de su día. Durante la semana, pasan muchas horas sentados en clase, lo que equivale al 46% de su tiempo diario. Si bien existen sutiles diferencias entre los países, esta es la realidad común en la mayor parte del mundo.

Así, dado que los niños pasan gran parte de su tiempo escolar en dinámicas sedentarias, resulta fundamental considerar el cómo la actividad física influye en la cognición. Además de las repercusiones a nivel de salud ya mencionadas, la falta de ejercicio se ha vinculado con diferentes aspectos del rendimiento académico.

Funciones ejecutivas y ejercicio

Continuando con lo anterior, niveles bajos de actividad física en la niñez están relacionados con un peor rendimiento en memoria de trabajo y concentración. En este contexto, programas de intervención en donde el se buscó el aprendizaje físicamente activo en niños de 4 a 5 años han mostrado mejoras significativas en funciones ejecutivas. Por si fuera poco, existen estudios sobre actividad física y éxito académico que confirman la asociación entre el ejercicio diario y la mejora en las habilidades de planificación y flexibilidad cognitiva.

En respuesta a estos hallazgos, se han desarrollado varios programas, con el fin de integrar el movimiento corporal en las aulas. Por ejemplo, en el programa TAKE 10!, los alumnos aprenden las tablas de multiplicar mientras realizan saltos de cuerda invisibles. Alternativamente, se pueden realizar breves pausas activas entre o durante las clases, en las que los estudiantes realizan ejercicios de actividad física moderada o intensa.

Entendiendo la atención

La atención, que implica concentrarse en ciertos estímulos mientras se dejan de lado otros, incluye subtipos, como por ejemplo la selectiva y la sostenida. Estos mecanismos son clave para mejorar el desempeño en tareas. Su influencia es tal, que diversos estudios han demostrado que las diferencias en la atención ejecutiva predicen el rendimiento escolar, destacando su papel como mediador crucial de las funciones cognitivas relacionadas con el éxito académico.

En busca de respuestas

Particularmente, el objetivo de esta revisión fue resumir sistemáticamente estudios prospectivos sobre el impacto de las intervenciones de actividad física en el aula sobre la atención. La revisión se llevó a cabo mediante una búsqueda sistemática en bases de datos, desde julio de 2020 hasta marzo de 2021. De este modo, se incluyeron un total de 20 estudios, que involucraron a 6,032 alumnos participantes, con edades comprendidas entre 7 y 16 años.

¿Qué podemos decir sobre el ejercicio y su impacto en la atención?

ejercicio atención concentración

De las investigaciones revisadas, 2 no mostraron mejoras significativas en la atención como resultado de las intervenciones de ejercicio en el aula. Por otro lado, 2 si encontraron mejoras, aunque influenciadas por variables como el compromiso cognitivo o el momento de la intervención.

En contraste, los 16 estudios restantes sí reportaron mejoras significativas en los parámetros de atención y/o en el comportamiento en tarea tras las intervenciones de actividad física. Cuando hablamos de comportamiento en tarea, nos referimos a la capacidad del estudiante para concentrarse y participar activamente en propuestas académicas.

Cómo realizar ejercicio para mejorar la atención

A partir de la revisión, se pueden sacar ciertas conclusiones sobre las intervenciones llevadas a cabo. Por ejemplo, los estudios revisados muestran que el ejercicio en el aula tiene efectos positivos en la atención y concentración, tanto en intervenciones breves y repetidas como en sesiones más largas.

Para respaldar esta afirmación, una de las investigaciones incluidas ofrece un ejemplo claro. La misma, realizada en 17 escuelas primarias, mostró que la integración diaria de lecciones de actividad física en la escuela a largo plazo -durante tres años- mejoró significativamente el nivel de ejercicio de los niños, lo cual se asoció con una mejor concentración. Además, quedó claro que este tipo de intervenciones pueden integrarse de manera realista en el cronograma escolar durante un largo período.

Limitaciones a tener en cuenta

ejercicio atención concentración

Es relevante destacar algunos aspectos que restringen la validez de los hallazgos de este artículo. En primer lugar, aunque varios estudios utilizaron las mismas medidas de atención, como el test d2 o la observación directa, no son directamente comparables metodológicamente, lo que dificulta llegar a conclusiones definitivas. Además, la mayoría de los participantes en los estudios eran niños de entre 8 y 13 años, lo que limita la generalización de los resultados a grupos de edad más jóvenes o mayores. Por otro lado, muchos estudios no proporcionaron suficiente información para evaluar el riesgo de sesgo. En consecuencia de esto, se podría haber sobreestimado el efecto positivo de las intervenciones de ejercicio sobre la concentración.

Un último aspecto a tener en cuenta sobre el cómo estaba conformada la población estudiada es que, a pesar de excluir a aquellos con obesidad u otras condiciones médicas, no se puede asumir que todos los niños tenían el mismo nivel de aptitud física al inicio de la intervención. Por lo tanto, una intensidad moderada del entrenamiento podría haber producido activación física en algunos estudiantes, mientras que otros pudieron necesitar una intensidad mayor.

Ejercicio y atención: Un camino por recorrer

En resumen, los autores sugieren que las intervenciones de ejercicio en el aula podrían tener beneficios sobre la atención y concentración en la etapa escolar. Aun así, se necesita más investigación para confirmar los beneficios de dichas intervenciones y su impacto en el rendimiento académico de los estudiantes. En el futuro, es necesario realizar estudios a largo plazo que consideren factores como edad, sexo y motivación de los alumnos. Estos, deben evaluar los efectos duraderos del ejercicio físico en el aprendizaje.

Por otro lado, no queremos dejar e destacar que es necesario contar con profesionales capacitados para el diseño de estrategias de actividad física adaptadas a las necesidades de los estudiantes. Así como también para evaluar la satisfacción de alumnos y profesores con las mismas. Por último, si te interesa conocer diversas estrategias para potenciar el aprendizaje, te recomendamos nuestro curso sobre cómo aprender con todo el cuerpo y los beneficios del movimiento, rutinas de pensamiento y recreos cerebrales.

Referencia bibliográfica

  • Ruhland, S. y Lange, K. W. (2021). Effect of classroom-based physical activity interventions on attention and on-task behavior in schoolchildren: A systematic review. Sports medicine and health science3(3), 125-133. Doi: 10.1016/j.smhs.2021.08.003