Tanto niños como adolescentes pasan gran parte de su día en la escuela. En ella no sólo adquieren conocimientos académicos, sino también habilidades sociales, valores y hábitos para la vida. Aunque muchos de estos aprendizajes son positivos, el formato tradicional de la escuela hace que la mayor parte de este tiempo lo pasen sentados, escuchando al docente, con excepción de unos pocos minutos de actividad física por semana. Recientemente, investigaciones han puesto el énfasis en las conductas sedentarias de esta población, que van en aumento. En esta nota exploraremos cómo los escritorios activos pueden ayudar a combatir esta problemática.
Sedentarismo: Un problema en nuestra sociedad
En las últimas décadas, ha crecido la preocupación del sector relacionado a la salud sobre los efectos negativos de los comportamientos sedentarios y la inactividad física, ya que diversos estudios han demostrado que pueden llevar a un aumento del riesgo de enfermedades crónicas, como la obesidad, la diabetes y enfermedades cardiovasculares. Incluso, estudios recientes amparan la relación entre ejercicio y atención, dejando en evidencia cómo el comportamiento sedentario impacta en el aprendizaje. De esta manera, artículos anteriores han definido claramente este término: el sedentarismo implica un gasto energético muy bajo en reposo, lo cual puede tener consecuencias negativas para la salud a largo plazo.
Es importante destacar que dicho comportamiento ha aumentado significativamente en nuestra sociedad, lo cual es alarmante. Por esta razón, y debido a su impacto en la mortalidad y morbilidad cardio-metabólica, el sedentarismo y falta de ejercicio se consideran hoy en día un problema de salud pública importante.
¿Qué pasa en los niños y adolescentes?
Particularmente, en esta población se ha observado que el tiempo diario sentado representa más del 50% del día a los 7 años y alcanza el 75% a los 15 años. Sumado a esto, aproximadamente el 80% de los niños y adolescentes no cumplen con las recomendaciones mundiales de actividad física. Incluso, dicha problemática se vincula a un mayor riesgo de problemas metabólicos, cardiovasculares y un rendimiento cognitivo y académico reducido.
Escritorios activos como una posible solución
Los hábitos de ejercicio adquiridos en la infancia no sólo afectan la salud presente, sino que tienen un impacto a largo plazo en la adolescencia y adultez. En este sentido, dado que los niños pasan al menos un tercio de su día en la escuela, esta se vuelve un entorno ideal para fomentar el ejercicio físico y cambios de comportamiento en esta línea.
En este contexto, se han implementado diversas intervenciones para reducir el tiempo sedentario en clase. Por ejemplo, el uso de escritorios activos ha demostrado resultados prometedores. Existen múltiples tipos y formas de implementarlos, como escritorios de pie, ajustables, con bicicletas y pelotas de estabilidad. Éstas últimas se refieren a esferas inflables usadas como asientos alternativos en el aula para promover una postura activa.
Nuevas formas de actividad física en la escuela
El objetivo de la presente revisión fue analizar la literatura existente sobre la implementación de escritorios activos en el entorno escolar. Los estudios analizados fueron publicados entre 1990 y 2020, en inglés, con diseños controlados y realizados en aulas escolares con niños y adolescentes de 5 a 17 años, comparando escritorios activos con tradicionales. En total, se incluyeron 25 estudios.
¿Cómo se llevaron a cabo las intervenciones?
Veinte estudios evaluaron escritorios activos en posición vertical, tres utilizaron bancos con bicicleta y dos emplearon pelotas de estabilidad. En la mayoría de ellos, los escritorios activos se asignaron a cada individuo.
En cuanto a la duración de la intervención, fue variable dependiendo del estudio. La misma estuvo comprendida en un rango de entre 2 semanas y 2 años. Asimismo, las recomendaciones de uso de los escritorios activos variaron, desde rotaciones durante la clase hasta un uso mínimo de 30 minutos a 1 hora al día, mientras que algunas otras permitieron su uso libre o durante todo el día escolar.
El impacto de los escritorios activos en el aula
Los principales resultados del presente metaanálisis fueron los siguientes: En primer lugar, relacionado a su impacto en la composición corporal, la conclusión que se extrae es que el uso de escritorios activos, en particular los de bicicleta, puede tener un efecto positivo en el mantenimiento o la reducción del Índice de Masa Corporal (IMC), en comparación con los tradicionales.
¿Cómo influyen los escritorios activos en la actividad física?
En segundo lugar, los escritorios activos, especialmente los de posición vertical, contribuyen a reducir el tiempo sedentario de los niños durante las horas escolares, aunque estos resultados no son consistentes en todos los estudios.
Por otro lado, en cuanto al recuento de pasos, los efectos de dichos escritorios en este parámetro son inconsistentes. Algunos estudios reportaron aumentos mientras que otros no encontraron efectos significativos, sugiriendo que los beneficios pueden variar dependiendo del contexto o del diseño del estudio. Para la actividad física ligera o moderada también hay resultados inconsistentes, pero lo que si parece estar claro es que el beneficio de estos bancos parece ser mayor entre los estudiantes que eran menormente activos inicialmente.
Por últmo, en relación al gasto energético, tanto los escritorios activos verticales como los pupitres con bicicleta pueden aumentarlo significativamente. Más específicamente, las mesas de estudio con bicicleta muestran un notable incremento del 36% en el gasto calórico.
Movimiento y aprendizaje: ¿Cómo se relacionan?
Una pregunta importante es cómo se vincula este cambio en los bancos escolares respecto al desempeño académico. ¿Puede la actividad física mejorar el rendimiento en la escuela? En respuesta a esta interrogante, existen diversos dominios y habilidades a considerar.
En primer lugar, no se encontraron cambios en la memoria visual con este tipo de escritorios, aunque sí mejoraron significativamente el control inhibitorio. Además, los escritorios activos verticales mostraron mejoras en el tiempo de reacción y precisión en algunos estudios. En cuanto al compromiso académico, dos investigaciones con pupitres activos verticales reportaron mejoras en comparación con el grupo de control.
Por lo tanto, los escritorios activos mostraron beneficios variables en el rendimiento cognitivo, y la evidencia no es uniforme en todos los estudios. Dicha mejora no fue consistentemente significativa en todos los estudios revisados.
Limitaciones
El análisis sistemático reveló problemas metodológicos en los estudios, lo que impide llegar a conclusiones robustas. A pesar del aumento en la producción de literatura novedosa relacionada con el tema, la falta de consistencia metodológica y la baja calidad de muchos trabajos dificultan la comparación de beneficios. Además, los estudios a menudo no detallan las condiciones de uso de los escritorios activos, lo que complica la formulación de recomendaciones prácticas. Se necesita más investigación con diseños confiables en escuelas primarias y secundarias, que evalúe múltiples resultados y considere la viabilidad de implementar estas mesas en el entorno escolar.
Entonces, ¿vale la pena implementar esta herramienta?
Los escritorios activos se están evaluando como una solución para reducir el sedentarismo y mejorar la actividad física en las escuelas. Aunque los resultados varían, estos bancos escolares pueden ayudar a disminuir el tiempo sentado y aumentar el gasto energético, especialmente los de bicicleta. Sin embargo, a pesar de esto, los efectos en el rendimiento cognitivo y académico son mixtos y no siempre significativos.
En el futuro, es importante que las reformas educativas no solo modifiquen los contenidos curriculares, sino que también aborden la salud integral de los estudiantes, donde el ejercicio físico debería ser una variable fundamental. Por último, si te interesa conocer diversas estrategias para potenciar el aprendizaje, te recomendamos nuestro curso sobre cómo aprender con todo el cuerpo y los beneficios del movimiento, rutinas de pensamiento y recreos cerebrales.
Referencia bibliográfica
- Guirado, T., Chambonnière, C., Chaput, J.-P., Metz, L., Thivel, D. y Duclos, M. (2021). Effects of Classroom Active Desks on Children and Adolescents’ Physical Activity, Sedentary Behavior, Academic Achievements and Overall Health: A Systematic Review. International Journal of Environmental Research and Public Health, 18(6), 2828. Doi: 10.3390/ijerph18062828