La depresión es una enfermedad mental que afecta a millones de personas en el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 280 millones de personas sufren de depresión en algún momento de su vida (OMS, 2021). Sin embargo, cuando esta condición afecta a una pareja, el impacto no se limita solo a quien la padece, sino también a su entorno más cercano. Estar en una relación con una persona que sufre de depresión presenta desafíos complejos y delicados que, si no se manejan de manera adecuada, pueden influir en la dinámica emocional y relacional de ambos individuos. Por lo que, abordemos esto desde una perspectiva psicológica, los aspectos emocionales, cognitivos y conductuales de convivir con una pareja que sufre de depresión.
La naturaleza de la depresión: Más allá de la tristeza
Es común que la depresión se asocie erróneamente con una tristeza pasajera. Sin embargo, la depresión es mucho más compleja. Se trata de un trastorno del estado de ánimo que afecta negativamente la forma en que una persona se siente, piensa y actúa.
Según el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fifth Edition, DSM-V, en inglés), los síntomas pueden incluir una pérdida significativa de interés o placer en la mayoría de las actividades diarias, fatiga constante, sentimientos de inutilidad o culpa excesiva, y alteraciones en el sueño o el apetito [American Psychiatric Association, APA, 2013].
Por otro lado, la gravedad de la depresión varía, y es importante que quienes conviven con una persona que la padece comprendan que no siempre es algo que puede superarse solo con fuerza de voluntad. Y es que, la depresión puede estar influida por factores neurobiológicos, genéticos y psicosociales. Por lo que es fundamental abordar la condición desde un enfoque multidimensional (Lopez-Muñoz et al., 2018).
Impacto en la relación de pareja
Cuando uno de los miembros de la pareja experimenta depresión, la relación se ve afectada en varios niveles, no solo en uno. Y uno de los principales desafíos es el cambio en la comunicación emocional. ¿Por qué? Porque la persona con depresión puede experimentar dificultad para expresar sus sentimientos, lo que a menudo conduce a malentendidos, frustración y, en algunos casos, aislamiento.
Un sesgo de atención negativa
Con esto, estudios recientes han mostrado que la depresión puede alterar la percepción que tiene una persona de su relación. Mismamente, una investigación realizada por Whisman et al. (2020) destacó que las personas deprimidas tienden a interpretar de manera negativa las interacciones cotidianas con sus parejas, lo que contribuye al deterioro de la satisfacción marital. Este fenómeno se denomina sesgo de atención negativa, donde se tiende a enfocarse más en los aspectos negativos del entorno, mientras que se minimiza o ignoran los aspectos positivos (Beck y Haigh, 2014).
Además, el apoyo social que habitualmente se ofrece en una relación puede verse debilitado. Pues, al final, el comportamiento de una persona deprimida puede provocar una reducción en las interacciones positivas y de apoyo por parte de su pareja, lo que a su vez agrava los sentimientos de rechazo y soledad. Esto crea una especie de ciclo vicioso, en el cual la persona con depresión se siente cada vez más desconectada, mientras que la pareja se siente impotente o abrumada.
El rol de la pareja
La pareja de una persona con depresión a menudo se enfrenta a la difícil tarea de equilibrar el apoyo emocional sin perderse a sí misma en el proceso.
Entre el apoyo y la frustración
Aquí, proporcionar apoyo es fundamental, pero este apoyo debe ser adecuado y no codependiente. En cuanto a esto último, la codependencia ocurre cuando uno de los miembros de la pareja asume demasiada responsabilidad por el bienestar emocional del otro, llevando a sentimientos de agotamiento, resentimiento y una eventual ruptura de la relación (Knudson-Martin, 2013).
Por otro lado, brindar un apoyo efectivo implica estar presente emocionalmente, pero también respetar los límites individuales. Ahora, es importante recordar que la depresión no es algo que una pareja pueda arreglar por completo, pero su apoyo puede ser una parte fundamental en el proceso de recuperación (Jacobson y Christensen, 2018).
De este modo, cuando las parejas que son capaces de comunicarse abiertamente sobre la depresión y sus efectos en la relación tienden a manejar mejor la situación. Un estudio de Bodenmann et al. (2016) demostró que las parejas que practican la empatía compasiva —una combinación de apoyo emocional y cognitivo que reconoce el dolor de la otra persona sin perder de vista las propias necesidades— muestran una mayor resiliencia frente a los desafíos de la depresión.
Estrategias para afrontar la depresión en la pareja
Desde una perspectiva terapéutica, hay varias estrategias que pueden ayudar a las parejas a manejar la depresión de manera más eficaz. Algunas de estas estrategias se basan en enfoques psicológicos probados, como la terapia cognitivo conductual (TCC) y la terapia de pareja.
TCC para la depresión
La TCC es una intervención ampliamente utilizada para el tratamiento de la depresión. Este enfoque se centra en cambiar los patrones de pensamiento disfuncionales que contribuyen a la depresión, y reemplazarlos con pensamientos más realistas y adaptativos. Desde el punto de vista de la pareja, la terapia puede ayudar a ambos miembros a reconocer y modificar las creencias negativas que alimentan el malestar emocional y las interacciones perjudiciales.
Un aspecto clave de la TCC, para quien no la conozca, es el reestructuramiento cognitivo, que implica identificar pensamientos automáticos negativos y reemplazarlos por pensamientos más equilibrados. Este proceso puede ser especialmente útil en parejas donde el miembro deprimido interpreta de manera desproporcionada los conflictos o desafíos cotidianos como fracasos personales (Beck et al., 2018).
Terapia de pareja para la depresión
Esta también ha demostrado ser eficaz en el manejo de la depresión en el contexto de las relaciones. Concretamente, un enfoque terapéutico notable es la terapia de pareja conductual integrada, que combina técnicas de cambio conductual con la aceptación mutua. En este enfoque, la pareja trabaja para identificar patrones de interacción destructivos y desarrollar nuevas formas de comunicación y apoyo.
Ojo, el objetivo de la terapia de pareja no es solo tratar la depresión en uno de los miembros, sino también mejorar la relación como un todo. Pues los terapeutas ayudan a la pareja a enfrentar la depresión como un equipo, fomentando un enfoque colaborativo y evitando la culpabilización. La mencionada, mismamente, se centra en aumentar la tolerancia y la comprensión, reconociendo que la depresión es una enfermedad y no una falta de carácter.
La importancia del autocuidado en la pareja
Quienes están en esta posición pueden sentir una gran presión para cuidar de su pareja, lo que a menudo conduce a descuidar su propio bienestar. Sin embargo, hay que considerar una cosa, el autocuidado es esencial no solo para la salud mental del individuo, sino también para la salud de la relación en general.
De hecho, las parejas que practican el autocuidado regular, como participar en actividades de ocio, mantener una red social de apoyo y buscar terapia individual cuando es necesario, son más capaces de manejar el estrés asociado con la depresión de su ser querido.
Perspectivas futuras en el manejo de la depresión en parejas
El manejo de la depresión en el contexto de una relación de pareja sigue siendo un campo en evolución. Investigaciones recientes han comenzado a explorar el papel de las nuevas tecnologías, como las intervenciones basadas en aplicaciones y la teleterapia, como medios para proporcionar apoyo continuo tanto a las personas con depresión como a sus parejas. Con esto, estudios preliminares sugieren que dichas intervenciones pueden ser útiles para aumentar la accesibilidad al tratamiento y reducir el estigma asociado con la búsqueda de ayuda (Andersson et al., 2019).
Además, hay un creciente interés en la psicología positiva como un complemento a las terapias tradicionales para la depresión. Intervenciones basadas en gratitud, el fomento del optimismo y la resiliencia pueden proporcionar un enfoque más equilibrado que no solo trate los síntomas negativos, sino que también fortalezca los aspectos positivos de la relación.
Conclusión
Vivir con una pareja que sufre de depresión puede ser un desafío significativo, tanto emocional como relacional. Sin embargo, con una comprensión adecuada de la condición, un enfoque basado en la empatía y el apoyo, y el uso de estrategias psicológicas efectivas, es posible mantener una relación saludable y satisfactoria.
Ahora, es esencial que la pareja entienda que la depresión es una enfermedad compleja, que no debe minimizarse ni verse como un reflejo de la relación en sí misma. Al final, a través de la comunicación abierta, la búsqueda de tratamiento adecuado y el autocuidado, las parejas pueden superar las dificultades que la depresión impone, emergiendo con una relación más fuerte y resiliente.
Referencias bibliográficas
- American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5th ed.). American Psychiatric Publishing.
- Andersson, G., Cuijpers, P., Carlbring, P., Riper, H. y Hedman, E. (2019). Internet‐based psychological treatments: A view from the trenches. World Psychiatry, 18(1), 20-28. https://doi.org/10.1002/wps.20603
- Beck, A. T. y Haigh, E. A. P. (2014). Advances in cognitive theory and therapy: The generic cognitive model. Annual Review of Clinical Psychology, 10(1), 1–24. https://doi.org/10.1146/annurev-clinpsy-032813-153734
- Bodenmann, G., Meuwly, N., Bradbury, T. N., Gmelch, S. y Ledermann, T. (2016). Stress, anger, and verbal aggression in intimate relationships: Moderating effects of emotion regulation and stress communication. Behavior Therapy, 47(5), 680–692. https://doi.org/10.1016/j.beth.2016.03.003
- Jacobson, N. S. y Christensen, A. (2018). Integrative couple therapy: Promoting acceptance and change. Norton.
- Lopez-Muñoz, F., Shen, W. W. y D’Ocon, P. (2018). Depresión y antidepresivos: Mecanismos, diagnóstico y tratamiento. Editorial Médica Panamericana.
- Whisman, M. A., Baucom, D. H. y Snyder, D. K. (2020). Relationship distress and depression. In A. T. Beck & D. J. Dozois (Eds.), Cognitive therapy of depression: Theoretical and applied perspectives (pp. 301-316). Guilford Press.