Comúnmente nos referimos a las pastillas anticonceptivas como un método que permite evitar embarazos y regular el ciclo menstrual. Pero, ¿sabías que podrían tener otros efectos? Y es que, desde hace un tiempo, se ha postulado la posibilidad de que los anticonceptivos orales puedan causar o acentuar la depresión en las mujeres. A continuación, aprenderemos qué dice la evidencia actual respecto a un posible riesgo de depresión tras la ingesta de anticonceptivos.

Primero, ¿para qué sirven las pastillas anticonceptivas?

Conocidas como medicamentos ampliamente utilizados para evitar el embarazo, estas píldoras se dividen en dos categorías principales: las combinadas, que contienen estrógeno y progesterona, y las de solo progesterona.

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Sin embargo, aunque su uso principal es la anticoncepción, aproximadamente el 14 % de las usuarias las emplea para tratar afecciones no relacionadas con el control de natalidad. Por ejemplo, estas pastillas son capaces de:

  • Aliviar el dolor menstrual.
  • Regularizar el ciclo.
  • Tratar fibromas.
  • Reducir el dolor asociado a la endometriosis.
  • Prevenir migrañas relacionadas con la menstruación.

Al mismo tiempo, se ha observado que las píldoras anticonceptivas combinadas reducen el riesgo de cáncer de endometrio en un 50%. También, se evidenció una disminución en el riesgo de cáncer de ovario y colon en las usuarias. Incluso, en algunos casos, se aprobó su uso específico para el tratamiento del acné (Cooper et al., 2022).

Pastillas anticonceptivas y depresión: ¿Qué se sabe hasta ahora?

Durante la última década, se han llevado a cabo extensos estudios poblacionales para investigar la posible conexión entre el uso de anticonceptivos hormonales y la depresión. Por ejemplo, una investigación que involucró a más de un millón de mujeres, reveló un mayor riesgo de depresión en usuarias consumidoras de pastillas anticonceptivas. A su vez, el riesgo más elevado era entre las adolescentes (Skovlund et al., 2016).

De manera similar, un análisis realizado en Suecia que evaluó a 800.000 mujeres identificó una asociación positiva entre el uso de anticonceptivos hormonales y la utilización de psicotrópicos. No obstante, cabe resaltar que dicha asociación fue específica para las adolescentes (Zettermark et al., 2018).

Investigaciones que no encuentran evidencia al respecto

En contraste con los hallazgos en estudios observacionales, los ensayos clínicos aleatorizados han mostrado resultados que indican un efecto mínimo o nulo de los anticonceptivos hormonales en el estado de ánimo. Sin embargo, muchos de ellos no tomaron en consideración el historial de uso previo de pastillas anticonceptivas por parte de las participantes (de Wit et al., 2021).

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Las discrepancias entre los estudios previos

En ese sentido, una limitación que se ha destacado en varias investigaciones previas es la influencia potencial del sesgo de usuario saludable. Es decir, que, los efectos adversos en el estado de ánimo por los anticonceptivos orales pueden llevar a la persona a discontinuar su consumo y, así, reducir la participación de mujeres afectadas en estudios clínicos subsiguientes.

Lo anterior podría tener como una posible consecuencia una subestimación de los efectos observados. Por ende, se resalta la necesidad de futuras investigaciones que tengan en cuenta dicho sesgo al evaluar la relación entre pastillas anticonceptivas y la depresión.

Los anticonceptivos orales y la depresión: Actualidad

En un estudio reciente liderado por Johansson y su equipo en 2023, se investigó la posible relación entre el uso de anticonceptivos orales (AO) y la depresión. Para llevarlo a cabo, se aprovecharon los datos médicos de más de 250.000 mujeres del Biobanco del Reino Unido (United Kingdom Biobank, UKB, en inglés).

Dentro de los resultados, hallaron que el uso de AO estaba asociado a un mayor riesgo de depresión poco después de comenzar su utilización. Por otro lado, también descubrieron que el riesgo disminuía con la continuidad en el empleo de AO. Sin embargo, el riesgo de depresión a lo largo de la vida seguía siendo mayor entre las mujeres que los habían consumido en algún momento.

Relación entre las pastillas anticonceptivas, las hormonas y el estado de ánimo

De ese modo, los hallazgos coinciden con los resultados en el estudio danés realizado por Skovlund y su equipo en 2016. En él, se indicó que el riesgo de depresión alcanzaba su punto máximo medio año después de iniciar el uso de AO y luego disminuía con el tiempo. Lo anterior podría explicarse por fluctuaciones hormonales desencadenadas por el inicio de los AO, que afecta a mujeres particularmente sensibles a cambios en los niveles hormonales y sus metabolitos. En la misma línea, dichas fluctuaciones podrían alterar la regulación GABAérgica del eje hipotálamo-hipofisario-adrenal en este grupo de mujeres.

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Adicionalmente, la investigación encontró tasas de depresión más altas durante los primeros años después de suspender el consumo de las pastillas anticonceptivas. Lo cual podría deberse a que las mujeres con problemas en el estado de ánimo abandonan el uso de AO, pero no son diagnosticadas con depresión hasta después de la interrupción.

Y… ¿Qué ocurre en la adolescencia?

Por otro lado, la misma investigación encontró que las mujeres que usaron AO durante la adolescencia seguían teniendo un mayor riesgo incluso después de dejar de usarlos. Mientras que, entre las usuarias adultas de AO, el riesgo no era evidente.

En consonancia, se ha planteado la hipótesis de que el mayor riesgo en la vida posterior de quienes usaron AO durante la adolescencia puede deberse a una mayor susceptibilidad a las hormonas gonadales. Lo anterior, incluye los anticonceptivos hormonales, que afectan la organización de las estructuras cerebrales y pueden llevar a cambios duraderos.

Conclusión

Como hemos visto, la relación entre las pastillas anticonceptivas y la depresión sigue siendo un tema complejo y en constante evolución en la esfera médica. Por lo tanto, se infiere que se debe de seguir investigando. Ahora, lo que sí está claro, es la importancia de abordar de manera integral y personalizada la salud sexual y reproductiva de las mujeres.

De esta forma, se garantiza que en el futuro tengan acceso a información precisa y apoyo médico para tomar decisiones informadas sobre su anticoncepción, cuidando tanto de su bienestar físico como emocional. Por último, si te interesa aprender más sobre el abordaje de la depresión, te invitamos a nuestro curso en terapia de activación conductual.

Referencias bibliográficas

  • Cooper, D. B., Patel, P. y Mahdy, H. (2022). Oral Contraceptive Pills. StatPearls Publishing.
  • de Wit, A. E., de Vries, Y. A., de Boer, M. K., Scheper, C., Fokkema, A. A., Schoevers, R. A. y Giltay, E. J. (2021). Hormonal contraceptive use and depressive symptoms: systematic review and network meta-analysis of randomised trials. BJPsych open7(4), e110. https://doi.org/10.1192/bjo.2021.64
  • Johansson, T., Vinther Larsen, S., Bui, M., Ek, W. E., Karlsson, T. y Johansson, Å. (2023). Population-based cohort study of oral contraceptive use and risk of depression. Epidemiology and psychiatric sciences32, e39. https://doi.org/10.1017/S2045796023000525
  • Skovlund, C. W., Mørch, L. S., Kessing, L. V. y Lidegaard, Ø. (2016). Association of Hormonal Contraception With Depression. JAMA psychiatry73(11), 1154-1162. https://doi.org/10.1001/jamapsychiatry.2016.2387
  • Zettermark, S., Perez Vicente, R. y Merlo, J. (2018). Hormonal contraception increases the risk of psychotropic drug use in adolescent girls but not in adults: A pharmacoepidemiological study on 800 000 Swedish women. PloS one13(3), e0194773. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0194773