Una de las preocupaciones más comunes que tenemos cuando padecemos alguna enfermedad es saber cómo afecta a nuestro cuerpo y qué podemos hacer al respecto. Del mismo modo, al hablar de enfermedades, es importante considerar que estas impactan de diferentes maneras en niños y adultos. Especialmente, en la forma en la que afectan al cerebro. En esta nota revisaremos los daños neurológicos en niños por influenza H1N1, cómo genera cambios químicos en el cerebro y deriva en síntomas conductuales que logran ser observables.
¿Qué es la influenza H1N1?
La influenza H1N1 es una enfermedad respiratoria que afecta a la nariz, garganta y pulmones. Es causada por los virus de la influenza común (gripe).
No obstante, este virus presenta síntomas leves que pueden llegar a evolucionar en síntomas graves. Generalmente, los resultados graves de la infección por influenza H1N1 pueden incluir la hospitalización, o incluso la muerte (Harish y Radhika, 2019).
En relación con lo anterior, comúnmente las personas con mayor riesgo suelen ser niños y aquellas con ciertas afecciones de salud previas. Dichas características pueden producir que corran con un alto riesgo de presentar complicaciones posteriores.
Origen de la influenza H1N1
El virus de la gripe influenza H1N1 se remonta al año 2009. El primer caso registrado fue el de un niño de 10 años de edad, en la ciudad de México. Según reportes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Centro de Control y Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention, CDC, en inglés) se reportó la presencia de un virus de característica genética muy rara.
La razón fue que este virus era transmitido de los cerdos hacia los humanos sin ningún indicador del origen genético. Del mismo modo, en 2009 se reportó, a nivel global, que al menos el 87% de las muertes por influenza H1N1 ocurrieron en niños, así como en personal sanitario que trabajaba en instancias hospitalarias. La tasa de mortalidad reportada fue de 4:7 en adultos y de 8:12 en niños (Sundar et al., 2011).
¿Porqué hablar de la Influenza H1N1 y su relación con los niños?
La influenza H1N1 es un virus que ataca principalmente a la población infantil. Esto se debe a que es una enfermedad que se agudiza de manera mucho más rápida en niños. Especialmente, en menores de 5 años, puesto que los problemas respiratorios agudos son más comunes en esta etapa.
En el caso de niños recién nacidos, el virus puede llegar a ser letal. Principalmente, por la carencia de anticuerpos que reconocen y atacan a dicho virus. Y es que, la madre proporciona un número de anticuerpos, pero esto sucede únicamente durante los primeros meses de vida.
Bourgeois y colaboradores (2006) identificaron que los anticuerpos aparecen en la primera semana y alcanzan el nivel máximo en dos semanas. No se produce inmunidad cruzada entre diferentes cepas del virus y la inmunidad desciende al nivel previo a la infección en un periodo de aproximadamente 12 meses (p. 119).
Actualmente, la CDC (2020) indica que cada año, aproximadamente, el 80% de niños contraen influenza en el planeta. Como resultado, se ha registrado que cerca de 7.000 a 26.0000 menores han sido hospitalizados a nivel mundial. Veamos más sobre los daños neurológicos en niños por influenza H1N1.
Daños neurológicos en niños por influenza H1N1: ¿Cómo afecta al cerebro de un niño?
Para comenzar, la influenza H1N1 en niños se ha caracterizado por diversas complicaciones que van desde un problema que se desarrolla como una gripe normal, el desarrollo de neumonía, así como el deterioro progresivo del cerebro. Múltiples investigadores han señalado que las complicaciones en el cerebro son evidentes y, generalmente, de carácter agudo (Glaser et al., 2012).
Narcolepsia
La narcolepsia es un problema en el sistema nervioso que causa somnolencia extrema y ataques de sueño durante el día. Comúnmente, los desórdenes de sueño ocasionados por la influenza H1N1 se producen debido a que esta enfermedad ataca a diversos neurotransmisores (particularmente, a la orexina e hipocretina) que ayudan a tener un buen descanso.
Por otro lado, Tesoriero y colaboradores (2015) observaron que la influenza H1N1 destruye diversas neuronas que regulan el sueño durante el día y la noche. Como resultado, los menores presentaban conductas desadaptativas en la escuela y hogar.
Encefalopatía aguda
La encefalopatía aguda se caracteriza por un mal funcionamiento del sistema nervioso central. Los síntomas más comunes que se presentan son la pérdida de memoria, convulsiones, un estado de coma e incluso la muerte. Los síntomas de la encefalitis pueden aparecer durante los primeros tres días de la infección viral y comienza por fiebre alta.
A medida que se agudiza el virus en el niño se lesionan diversas estructuras cerebrales como:
- Cuerpo calloso: Comunica los hemisferios izquierdo y derecho por lo que, debido al virus, los niños pueden llegar a presentar tanto cambios emocionales como conductuales debido a un daño estructural.
- Tálamo: Integra la información sensorial de entrada y salida. El virus produce problemas motrices durante y después de la enfermedad. Algunas de estas alteraciones engloban la función de coordinación y ejecución de movimientos debido a la progresión del virus a la corteza cerebral.
- Cerebelo y médula espinal: Procesan todos lo movimientos finos mediante vías de entrada y salida. Cuando los niños sobreviven al virus, en su forma agresiva, suelen tener dificultades en tareas motrices.
Epilepsia
En primer lugar, para entender por qué el virus de la influenza H1N1 causa epilepsia es necesario saber que este padecimiento encierra diversos daños neurofisiológicos. Dichos daños dificultan y causan problemas en las funciones químicas y eléctricas propias de las neuronas que se encargan de estabilizar, transmitir o inhibir impulsos en función de un sistema de dos o más neuronas. A su vez, este grupo de neuronas se especializa en la comunicación de una o más áreas del cerebro.
La presencia de epilepsia se debe a que el virus de la influenza H1N1 ataca a las neuronas, las cuales, al estar afectadas por el virus, generan impulsos eléctricos inestables, afectando a un circuito neuronal especializado para tareas específicas. En otras palabras, al haber cambios químicos y eléctricos en las neuronas, se presenta de manera gradual la convulsión.
Håberg y colaboradores (2018) se dieron cuenta que el virus de la influenza H1N1 en niños solía comenzar con fiebre alta y, eventualmente, registraron episodios epilépticos en los que no lograron establecer en qué momento se producía dicho trastorno. Por otra parte, en estudios recientes en niños que lograron reponerse de la influenza, y que se encuentran vacunados, las secuelas han sido irreversibles debido al daño neurofisiológico en células nerviosas.
Conclusión
A lo largo de esta nota se han expuesto cuáles son los daños neurológicos en niños por influenza H1N1. Como hemos visto, en un estado crónico puede causar graves secuelas a nivel neurológico. A pesar de ello, sigue siendo un tema poco estudiado en la población pediátrica. Por tanto, es importante señalar los riesgos que puede llegar a causar este tipo de virus y tomar las medidas preventivas del caso, evitando cualquier tipo de daño irreparable.
Referencias bibliográficas
- Bourgeois, F. T., Valim, C., Wei, J. C., McAdam, A. J. y Mandl, K. D. (2006). Influenza and other respiratory virus-related emergency department visits among young children. Pediatrics, 118(1), e1–e8. https://doi.org/10.1542/peds.2005-2248
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- Glaser, C. A., Winter, K., DuBray, K., Harriman, K., Uyeki, T. M., Sejvar, J. y Louie, J. K. (2012). Un estudio poblacional de las manifestaciones neurológicas de la influenza A grave (H1N1) pdm09 en California. Enfermedades infecciosas clínicas, 55(4), 514-520.
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